Capítulo 4 : SWEET SMILE

"Pero el mundo real es diferente a lo prometido. Tenemos que correr, tenemos que poner el pie en el acelerador."
—BTS





Jungkook observó a su manager antes de llevar su mirada hacia Kim, lo habían llamado esa mañana con el objetivo de discutir algunos asuntos importantes pero finalmente todo había derivado en único tema ; las inexistentes vacaciones que Sejin tenía por elección propia desde hace años.

No es como si Jungkook no le hubiese insistido al hombre una y otra vez para que se tomase un descanso, pero su continúo cambio de entrenadores obligaba a su manager a mantenerse a su lado. Atento y ocupado con la búsqueda de un nuevo coach casi siempre.

—Sejin tomará sus vacaciones este mes debido a asuntos personales, mientras no encontremos un sustituto ayudaré con las tareas que realmente desempeña tu manager. No hablo de ser un niñero, sino de lo que realmente se supone que hace un manager de un deportista.

Jungkook frunció el ceño, cada año Sejin se había negado a tomar sus vacaciones con la excusa de que él no podría hacer ni una sola cosa correctamente mientras se encontrase sólo. Su manager ni siquiera lo dejaba solo cuando su madre estaba en Seoul , ya que sabía que la mujer era tremendamente blanda con su hijo, una mirada del chico y esta se derretiría ante sus peticiones de niño de mamá. Por eso Kook no podía evitar preocuparse, conocía a ese hombre desde que tenía memoria y el que de la nada decidiera tomar sus vacaciones cuando el periodo de competiciones se acercaba no tenía ningún tipo de sentido.

Sentado en aquella silla y mientras jugueteaba pensativo acariciando el pelaje de Peach, la perrita de Kim, no dejaba de preguntarse qué sería lo que realmente ocurría.

—¿Estás enfermo? - preguntó finalmente, la preocupación que albergaban sus ojos no sorprendió a Sejin quien sonrió amablemente con toda la calidez que sentía por aquel muchacho.

—Iba a esperar para decirte esto pero han surgido algunas cosas, Suni y yo vamos a casarnos por lo que es difícil preparar las cosas cuando estoy constantemente ocupado. Queríamos hablarte del tema más adelante, sin embargo todo ha surgido de forma diferente.

Jungkook sonrió cambiando la preocupación de sus ojos por una mirada de sincera felicidad. Había estado sintiéndose mal desde hace mucho por todo el trabajo que él le suponía a Sejin, sabía que este tenía una mujer a su lado que necesitaba su amor y el proyecto de una familia en mente. Por supuesto lo preocupaba tener que funcionar sin su manager sin embargo no se acabaría el mundo por un par de meses sin él ayudándole, este era como un segundo padre así que comprendía su decisión e incluso lo animaba a tomar vacaciones más a menudo.

—No te disculpes, deberías haber tomado estas vacaciones hace mucho. Podré sobrevivir sin ti, tengo veinte años. Soy un adulto. - Jungkook pudo escuchar la risa irónica de su entrenador resonando pero decidió ignorarlo por completo - De veras, sobrevivire.

—Me he encargado de dejarle a Jin todos los documentos en los que he fechado promociones, entrevistas y demás. Se un buen chico con él y todo irá bien Jungkook, hazlo por mí. No quiero tener que preocuparme cada día mientras estoy de vacaciones.

Jungkook bufó levemente pero asintió bajando la mirada para volver a acariciar la cabeza de la perrita, que ahora, posaba la barbilla sobre su regazo.

—No tendrás que preocuparte por mí, queda prometido.

Sejin sonrió y dejó una leve palmada de ánimo sobre la espalda del chico.

—En un mes estaré de vuelta. Mantente vivo en el proceso. - dijo antes de mirar hacia el entrenador Kim - Manténgalo vivo Kim.

—No voy a hacer eso.

Solo había pasado una semana desde que Sejin se había ido y Kim ya estaba añadiendo ideas extrañas a su programa de promoción, algo que ponía de los nervios por completo a Jeon. Hasta el momento siempre había funcionado a la perfección con la manera de trabajar de su manager y que una persona tratase de modificar el sistema cuándo ni siquiera se conocían era sencillamente inadmisible para Jungkook.

—Por supuesto que vas a hacerlo, necesitas devolver un poco de lo que tienes y si me apuras, necesitas ver la realidad de aquellos que a diario tienen que luchar por sus vidas.

Kim jamás lo entendería porque Kim no lo conocía , no lo escuchaba , ni cedía de la misma manera en la que otros lo hacían. Jungkook no era egoísta pero tenía clara la forma de llegar a la meta sin medias tintas ni complicaciones. Se trataba de entrenar duro y ganar, era un deportista y eso era todo lo que tendría que importarle.

—¿Crees que no sé su realidad? Es por eso que no quiero ir, apuesto a que la gran mayoría son delincuentes. Ni siquiera me acerco a ellos cuando voy por la calle, no es algo seguro y…

Jin suspiró molesto por la actitud ignorante del nadador que estaba ante sus ojos. Sin duda la sobreprotección de Sejin y el resto de su staff, había dado lugar a un chico egocéntrico a la hora de realizar su trabajo.

—Eres un niño idiota que no sabe de lo que va la vida .

—Y tú un viejo tozudo que ni siquiera quiere escuchar mis motivos completos - Jungkook se cruzó de brazos y apoyó su espalda contra el respaldo de la silla - No iré a darle de comer a vagabundos, cuando una figura medianamente pública hace eso todos los reporteros acaban poniéndole el título de interés .

Kim sonrió con cinismo antes de obtener otra de sus carpetas, Jungkook empezaba a cansarse de toda esa organización de colores y marcadores. Kim siempre lo tenía controlado, siempre se adelantaba a sus pasos y mimaba sus intentos de compartir hasta la más pequeña opinión.

—"El atleta de hielo" - Jin lanzó una revista sobre la mesa de su escritorio ante los ojos de Jungkook - "Egocentrismo contra pasión", "El poder del iceberg Jeon", "Genio de las piscinas , analfabeto del carisma"... ¿Quieres que siga leyendo artículos?

—Me estás dando la razón con toda esta mierda. Los reporteros de deportes siempre me han odiado por mi pasado, no importa cuánto intentes limpiar mi imagen porque le darán la vuelta. Sejin ya lo intentó, llegas muchos años tarde para compartir tus ideas revolucionarias.

Jungkook apartó las revistas de deportes de su vista y tomó su teléfono. Kim no tenía ni la menor idea de quién era, apostaba a que ni siquiera había hecho un estudio de su persona más allá de las capacidades físicas.

—No va a haber cámaras Jungkook, no quiero que hagas esto para la prensa sino para ayudarte con esa actitud tuya tan fría. Vamos a ir, no importa cuánto te niegues, esta noche mueve tu culo hasta el centro de recursos sociales.

Jungkook suspiró antes de asentir, no tenía sentido seguir discutiendo con Kim.

—Yo seré un iceberg pero tú eres la jodida piedra madre.

Kim solo sonrió en respuesta, a pesar de su dura actitud el muchacho no le resultaba del todo insoportable, mucho menos inútil. Jungkook era solo un post adolescente consentido, odioso y con extraordinario talento, al que solo le importaba seguir compitiendo. No se diferenciaba mucho del chico que él mismo fue un día , quizás por eso seguía insistiendo en la idea de ayudar a ese niño, algo le decía que con un entrenador equivocado Jeon podría acabar lesionado de por vida. Ese chico necesitaba a una persona sin miedo a pararle los pies cuando se auto entrenase en exceso.

Si Jin hubiese tenido a alguien así en el pasado quizás podría seguir nadando.

El viento frío revolvía el azulado flequillo de Jungkook mientras este escondía sus manos en el abrigo casi haciéndose pequeño a pesar de su musculoso cuerpo. Seokjin ni siquiera pudo evitar dejar escapar una sonrisa, en ocasiones Kook dejaba de parecer el atleta de hielo del que hablaban los periódicos para dejar paso al niño bonito que en realidad era. Y ahí con su nariz enrojecida por el frío,sus mechones tapándole la vista y los resoplidos enfadados siendo escupidos de sus labios, casi le parecía adorable.

—Vamos, creo que está todo listo en el parque para servir la cena a la gente que lo necesita.

Jungkook volvió a resoplar y sin decir nada dió unos pasos hacía delante para mantenerse cerca de su entrenador. En cierto modo la situación lo asustaba, no había mentido aquella mañana cuando explicó que cruzaba la acera si veía a lo lejos algún vagabundo sobre el suelo. Podría sonar presuntuoso pero realmente lo asustaba la gente desconocida, más si era de noche y dichas personas se mantendrían cerca.

Kook sabía que no todo el mundo era malvado, que quizás aquellos con pinta de malos son precisamente los que menos daño te harían. Pero el miedo es algo que no se puede controlar, así que a él lo asustaba aquello. Por muy mal o absurdo que sonase.

—¿Qué te parece si te encargas de la sopa y yo de las bebidas? La señora Choi estará contigo así que no creo que haya ningún problema.

—Prefiero que tú estés conmigo, me siento incómodo cuando hay gente que no conozco cerca.

Seokjin observó por un instante a Jungkook, no podía encontrar en su mirada rastros del hielo del que todos los reporteros solían hablar. De nuevo solo veía un chico que necesitaba ayuda , alguien a quien nadie entendía.

—Está bien Jungkook, creo que puedo hacer eso como premio por haber venido. Vamos, en el puesto de comida no habrá tanto frío.

—Solo he venido porque no hay prensa.

—Como sea, vamos. Hace frío aquí y mi atleta no puede enfermarse.

Jungkook asintió y sujetó la correa de Peach para caminar con Jin hacia el puesto de comida. Sus ojos se fijaron en su entrenador por unos instantes, las mujeres allí parecían conocerlo desde hace mucho y por el modo en el que hablaban agradecían su presencia.

—Abuela este es Jungkook, el chico que estoy entrenando.

Una mujer de unos sesenta años miró a Jungkook, su cabello largo y blanco estaba sujeto en una trenza descuidada y su sonrisa parecía cálida. El chico hizo una reverencia tímidamente antes de forzar una sonrisa para la mujer ante sus ojos.

—Es bonito que lo hayas traído, tú eras un mocoso cuándo venías aquí con tu entrenador. - la mujer revolvió el cabello de Kim y Jungkook pudo ver algo parecido a timidez en este - ¿Nuestro Jinie te está tratando bien? He oído por ahí que es un entrenador duro.

Jungkook se encogió en su abrigo antes de tartamudear una afirmación como respuesta que hizo sonreír a la mujer. Cuando esta pellizco su mejilla sintió que la tierra estaba a punto de tragárselo, realmente no sabía cómo lidiar con personas nuevas.

—Nos encargaremos de servir la sopa - la voz del entrenador lo rescató de la vergüenza y Jungkook correteo como un niño hacia él con Peach siguiendo sus pasos.

Unos minutos después la timidez de ambos muchachos había desaparecido para dejar lugar a la concentración.

—Pasame las especias niño.

Jungkook hinchó sus mofletes en un berrinche antes de tomar los botes de especias para pasárselas a Jin, a continuación estiró sus manos para sentir la calidez despedida de la gran olla de sopa. Realmente olía bien, repentinamente Kook pensó en su madre , si ella tuviese que preparar algo así seguramente envenenaría a todos los comensales.

—Bonita sonrisa niño, ¿qué te tiene soñando despierto?

—Solo te estaba imaginando cayendo en la olla al puro estilo de Obélix.

Jin sonrió.

—Awww nuestro niño ha estado viendo dibujos animados. ¿Quieres que busque alguna serie de animación en mi teléfono para ti?

Jungkook rodó los ojos ante la contestación de su entrenador y golpeó levemente la mano de este cuando lo percibió intentando pellizcarle una mejilla.

—¿Quién es el niño aquí? - respondió mirándolo.

—¿De veras tienes que preguntar eso? - Kim alzó las cejas - Tengo más experiencia en todos los ámbitos que tú, cualquier cosa en la que pienses tendré más que decir, una buena respuesta que dar.

Jungkook bufó nuevamente, casi se había convertido en una costumbre cuando se trataba de su entrenador.

—Eres un viejo.

—Y tú un mocoso consentido.

—Viejo.

—Mocoso.

—Viej...

Su discusión fue interrumpida por la presencia de la señora Choi quien no había podido evitar sonreír ante la imagen de esos dos muchachos peleando.

—A mi modo de ver los dos sois unos mocosos a mi lado. ¿Cómo va esa sopa?

Jin asintió rápidamente cambiando su gesto de burla a uno de respeto, a Jungkook realmente le dieron ganas de tirarle una cucharada de sopa hirviendo a la entrepierna. El idiota de su entrenador parecía ganarse a la gente con esas sonrisas falsas llenas de azúcar y su rostro atractivo.

—En diez minutos estará lista abuela, no tiene porqué preocuparse.

—Genial, la gente no tardará en llegar Jinie. Asegúrate de que sabe bien y empezaremos a servirlo en platos tapados , de esa manera la espera no será excesivamente larga para las personas hambrientas.

Jin volvió a sonreír en grande.

—No se preocupe abuela, todo estará perfecto.

—Pelota - Jungkook susurró para sí mismo haciendo gestos con su cara a la par que extendía un plato para servirse y probar el sabor de la sopa.

Como la señora Choi había indicado, la gente no tardó demasiado en llegar. Durante los primeros instantes la ansiedad se instaló sobre el pecho de Jungkook, a pesar de estar rodeado de personas buenas , todos aquellos que acudían a comer lo asustaban con sus cabellos desordenados o sus ropas sucias. Sin embargo, en algún momento de la noche el miedo irracional dejó paso a una sensación de realización que solo había sentido antes tras los entrenamientos bien hechos.

Aquellas personas no dudaban en agradecer, en sus ojos había necesidad pero también una especie de cariño que logró que el nadador dejase a un lado sus comentarios ácidos.

—Buen trabajo , Jin deberías traer más veces a tu niño.

—No soy…

—Apuesto a que Jungkook aceptará venir en alguna ocasión más. Creo que se lo ha pasado bien después de todo. - Jin miró a la señora Choi por unos instantes antes de poner sus ojos sobre los de Kook - ¿Qué dices Jungkookie? ¿Quieres volver?

Cuando el entrenador Kim lo miró con aquella sonrisa diabética que usaba para conquistar a los demás, Jungkook no pudo evitar sonreír también.

Tenía que reconocerlo, había sido una buena noche después de todo.

—Tal vez.




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Un viernes más y un capítulo más.
Espero que os haya gustado y que no os resulte aburrida, me apetecía mucho escribir algo así por lo que yo personalmente lo estoy disfrutando.


Un beso, Mel 😘

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