Capítulo 34 : BLISS


"Tú necesitas probar, yo necesito aprender. Aunque no nos parezcamos mucho compartimos los mismos sentimientos por dentro y cuando el cielo se está desmoronando no hay nadie mejor para confiar que nosotros. Todos somos diferentes colores en una vívida obra maestra, somos diferentes personas inventando la humanidad. "

- Bursters (Colors)



Jungkook había percibido pocas veces antes el sentimiento de felicidad sin efectos secundarios, cuando comía aquello que sabía que no le ayudaría en sus entrenamientos se castigaba a sí mismo sabiendo que lo volvería a hacer porque era débil ante las cosas deliciosas. De la misma manera cuando salía a divertirse con amigos que solo aparecían en su vida de vez en cuando, mantenía la mente perdida en el hecho de que realmente ninguno de esos muchachos quería realmente crear una amistad de verdad con él.

Era difícil ser libremente feliz cuando la sensación en sí siempre derivaba en consecuencias negativas.

-Entrenador - su voz sonó sorprendida desde el instante en el que notó la figura de su entrenador cerca. Habían pasado varios minutos desde que los dos se habían separado, no era el suficiente tiempo como para echarlo de menos y sin embargo Jungkook estaba claramente feliz por tenerlo cerca de nuevo a pesar de todo.

-Es mejor si los dos nos divertimos, ¿no crees? - Jin se limitó a sonreír, a pesar de que su hombro definitivamente se encontraba adolorido no había podido vencer a la necesidad de acercarse a su nadador. Había sostenido la barandilla de metal entre sus manos con fuerza, se había dicho a sí mismo que mantener la distancia sería lo mejor pero lo cierto es que hacía demasiado tiempo que la distancia era un elemento bastante subjetivo entre ellos - La próxima banda está a punto de empezar a tocar.

Jungkook sonrió, un asentimiento y sus ojos brillantes fueron todo lo que le hizo falta a Seokjin para calmar los quejumbrosos chillidos de su conciencia.

-Ten cuidado con tu hombro, ponerse entre el gentío no es la mejor manera de librarse del dolor. Si tropiezan demasiado deberías volver arriba - Jungkook estaba siendo completamente sincero. Sabía que su entrenador estaba sintiendo dolor, hacia el final de su cena en el Skytree lo había observado moverse incómodamente en la silla.

Este sin embargo no dijo nada, las acciones de Kim se limitaron a girarlo. Todavía dándole la espalda Jungkook sonrió cuando su entrenador lo envolvió con los brazos, un movimiento reflejo lo hizo sorprenderse a él mismo cuando decidió que el mejor sitio para acomodarse era contra este. Así que se dejó caer en el toque, notando la respiración del mayor contra su nuca mientras su mirada se centraba en el escenario y la música comenzaba a sonar.

A su alrededor todos estaban demasiado centrados en la banda como para pararse a juzgar a esos dos hombres que se abrazaban descaradamente entre la muchedumbre, o quizás era la oscuridad que los rodeaba a pesar de los focos iluminando de vez en cuando su zona. El roce de los labios del entrenador sobre la piel de su cuello se sentía íntimo incluso cuando se encontraban en público. A Jungkook le gustaba aquello, el sonido fuerte de la música, los brazos de su entrenador envolviendolo por completo y el flirteo descarado que pasaba desapercibido para todos aquellos que tenían sus ojos por completo en el escenario.

-Supongo que disfrutas de los conciertos - la voz de su entrenador era más alta de lo normal debido a la fuerte música.

-Lo hago - Jungkook tuvo que girar su cabeza para tratar de hablar al oído de Kim quién rápidamente modificó levemente la posición para hacer más sencilla la tarea de comunicarse - Es divertido.

El entrenador sonrió encantado con la respuesta de su nadador, sus manos recuperaron la posición sobre la cintura de este y su barbilla se apoyó sobre uno de sus hombros. Podía entender cómo se sentía aquel chico, el mundo del deporte podría estar envuelto en una aureola de éxito y dinero pero lo cierto es que la mayoría de atletas abandonaban la vida común y todas las oportunidades de ser seres humanos corrientes desde una temprana edad.

Como él, Jungkook había crecido en una piscina con el entrenamiento como principal motivación. Los amigos, el amor y las fiestas siempre fueron un tema aparte por completo. Por supuesto que había muchos deportistas que conservaban amistades de toda la vida, sin embargo requería un gran esfuerzo y las ganas de ambas partes.

-Suena bien - la música se había tornado lenta después de algunas canciones y ahora los ojos de los dos se encontraban sobre el escenario disfrutando de la puesta en escena de la banda.

Jungkook se limitó a asentir, sus manos posándose sobre las del entrenador sin tan siquiera ser consciente por completo de ello. Estaban encerrados en una burbuja de seguridad, sin nadie a su alrededor dispuesto a juzgar cada uno de sus actos. El entrenador Kim era alguien que a menudo aportaba a su vida sensaciones completamente nuevas, algo que jamás creyó que podría hacer estaba sucediendo en ese preciso instante.

Nunca había sido un muchacho romántico, Jungkook era bastante torpe cuando se trataba del amor e incluso podía llegar a sentirse incómodo ante la idea de mostrar signos de afecto en público. No era que su sociedad viese con buenos ojos, así que generalmente seguía el ejemplo limitando sus muestras de cariño. No ocurría lo mismo con Seokjin, encontrarse a sí mismo entre los brazos de este era inesperadamente agradable.

Para cuando la última banda abandonó el escenario él seguía encogido gustosamente en el abrazo de su entrenador y una protesta automática abandonó sus labios en el preciso instante en el que este se apartó.

-Son las cuatro de la madrugada niño, mañana tenemos entrenamiento - una sonrisa se posaba con tranquilidad sobre la boca del entrenador, su protesta no tenía ningún sentido cuando él mismo se había estado divirtiendo sin contemplaciones - Deberíamos volver al hotel, ¿está bien?

Jin estaba maravillado con las reacciones de Jungkook, tan pronto como posó una caricia sobre la piel de sus mejillas este cerró los ojos disfrutando de la sensación sin vergüenza.

-Sí, supongo que deberíamos volver al hotel - su susurró era audible ahora que la mayoría de la gente había abandonado el lugar - Lo he pasado bien esta noche.

El entrenador sonrió, esta vez su mano voló hacia el cabello del nadador para revolver sus mechones azulados con cariño. La graciosa protesta del chico ni siquiera tardó unos segundos en aparecer.

-Vamos, ambos necesitamos un descanso para recuperar energía.

Jungkook se limitó a asentir, sus ojos contemplando la bonita imagen de los dedos de su mano entrelazados con los de su entrenador mientras caminaban sin prisa hacia el exterior del local. Había algunas personas acumuladas a la salida, sin embargo no tardaron en abrirse camino sin demasiada prisa.

Estaban tan concentrados en llegar hasta una zona libre del revuelo de aquellos que todavía parecían tener intenciones de continuar con su noche de fiesta que ni siquiera percibieron al paparazzi situado al otro lado de la carretera. Con su gran objetivo y su sofisticada cámara, ni la gente que los rodeaba mientras caminaban, ni la oscuridad de la noche podrían ser un obstáculo para obtener la imagen perfecta.



Tokio era incluso más emocionante de noche, Jungkook pensaba eso mientras mantenía su cabeza recostada sobre el asiento del taxi y escuchaba a su entrenador hablar en japonés con el taxista. A juzgar por algunas de las palabras que estaba logrando entender, ambos se encontraban inmersos en una charla sobre la música del cantautor que sonaba en la radio del vehículo.

-Aburrido - Jungkook hizo un puchero mirando a su entrenador quien le dedicó una sonrisa antes de continuar con su charla.

El viaje hacia el hotel no fue del todo largo, pero el hecho de que su entrenador pareciese más interesado en aquella conversación que en su presencia hizo surgir en Jungkook un sentimiento infantil que no parecía ser del todo adecuado. Si bien siempre le había gustado recibir cariño, nunca había tenido problemas con no obtenerlo al instante... por eso esas ideas nuevas que bullían en su mente haciéndole doler el pecho lo estaban haciendo sentirse aprisionado y lleno de ansiedad.

-Jin - mientras caminaban hacia el ascensor Jungkook sintió que era una buena idea hablar de aquello con su entrenador, porque fuera o dentro de la piscina este siempre parecía tener la capacidad de tranquilizar su mente - Mientras hablabas con el taxista yo... me sentí extraño. No quiero llamarlo celos porque sé que no es un sentimiento sano pero realmente había algo que me estaba molestando acerca del hecho de que no me prestaras atención.

Su entrenador se limitó a acariciar su nuca antes de seleccionar en el ascensor el piso que se correspondía con sus habitaciones.

-Quizás lo eran, si es así es genial que sepas que no es un sentimiento sano. Puede que estuviese manteniendo una conversación interesante con el taxista, pero eso no significa que no te estuviese prestando atención. Soy consciente de tu presencia a cada momento, ese es mi mayor problema - el entrenador sonrió - Solo ha sido una charla normal y corriente, el amor y cualquier relación humana se basa en la confianza. Así que si alguna vez vuelves a sentirte de ese modo recuerda que te he elegido a ti y que si no quisiera estar de tu lado ya me habría ido.

Jungkook observó al entrenador, a los brillantes ojos de este y a la forma en que sus gruesos labios se curvaban en esa sonrisa tan familiar y tranquilizadora. Incluso si sonaba absurdo este no se había reído o lo había tachado de loco, al entrenador Kim le gustaba jugar pero también sabía cuando ser serio o cuando mantener la calma.

-Gracias por entenderlo. - Jungkook se sintió tan contagiado por la sonrisa del contrario que pronto se vió a sí mismo sonriendo con gran amplitud - ¿Quieres venir a mi habitación? Todavía no he estrenado el jacuzzi.

El entrenador Kim alzó una ceja, su expresión divertida aportando calma al nerviosismo que el nadador sentía tras haber realizado una oferta como aquella. Jungkook estaba seguro de que quería confirmar cada uno de sus sentimientos pero las charlas con Taehyung a diario y esa noche al lado de Seokjin le habían servido para saber que quizás después de todo ya hacía bastante tiempo que sus instintos habían confirmado aquello que a su mente le daba tanto miedo admitir.

Lo sabía, sabía que el entrenador le atraía de una forma que jamás antes creyó posible. Eran dos hombres, dos personas del mismo sexo y sabía que eso no era lo correcto, que aquello podría causar muchos problemas en su familia, que lastimaría a su madre y quizás como efecto secundario a su hermana... pero quería vivir, y quería hacerlo siendo feliz.

-¿Realmente quieres que vaya Jungkookie? - Jin pasó uno de sus brazos alrededor de los hombros de su nadador totalmente consciente de lo muy nervioso que este parecía sentirse.

-Quiero que vengas, quiero dormir contigo de nuevo y también quiero que tengamos más citas como la de hoy. Me gusta estar contigo.

-A veces consigues que tenga miedo de mí mismo niño - Jin pudo comprobar la sorpresa en los ojos del muchacho y de nuevo las ganas de estrujarlo entre sus brazos aparecieron - Incluso si puedo controlarme a mí mismo sigues siendo una gran tentación, eres como el chocolate que la gente guarda en un cajón para evitar comerselo por completo. Tarde o temprano todos acabamos levantandonos para obtener nuestro cacao dulce.

-Entrenador...- Jungkook dejó escapar un suspiro demasiado extasiado por lo que las palabras de Kim le estaban dejando saber - Tú también eres una gran tentación y yo realmente no soy bueno para evitar alcanzar las cosas deliciosas.

Allí, en el pasillo de un hotel de Tokio y caminando en silencio hacia la habitación de Jeon, los dos chicos se preguntaban en silencio si esa noche lograrían evitar cometer el error que sus instintos le rogaban que ignorasen.

"Todo cielo tiene su lucifer y todo paraíso su tentación."

-José Saramago




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Holiiiiiiiiiiii!!!

Estuve teniendo muchísimos problemas con Wattpad y por poco me rindo en el intento de subir el capitulo , de verás que me frustra mucho cuando no puedo subir los caps porque a Wattpad no le apetece. He sufrido hasta para que me dejase poner los separadores :(

Este cap ha sido un poco más corto de lo normal pero espero que os haya gustado, lo compensaré con el próximo. Queda prometido.

Un beso, Mel


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