Capítulo 2 : JEON

"Mi día trivial, sin nada especial, donde las cosas buenas me han evitado. Me he convertido en un adulto, lo puedo notar viendo la foto de mi infancia, claramente me veía feliz."
Human - Zico



Jungkook suspiró y se revolvió el cabello mientras observaba su rostro a través del espejo de los vestuarios. Sentía todavía sus brazos y piernas hervir por el esfuerzo de un duro entrenamiento, esa sensación que tanto le gustaba bañaba de un delicioso cansancio su cuerpo y teñía sus mejillas de rojo carmesí. La lluvia en el exterior se escuchaba como un eco a través de las altas ventanillas del baño y la calefacción permitía que se sintiese levemente acalorado incluso después de la ducha refrescante. Kook apreciaba aquellos días del año con gran intensidad, cuando el otoño entraba en su punto álgido y la noche llegaba antes de lo esperado, cuando entraba en la piscina con la clara luz del mediodía y salía de la misma rodeado de las luces azuladas del techo de la zona de entrenamiento. Le gustaba el eco del lugar, como sus respiraciones rebotaban contra el espacio vacío, los sonidos y chapoteos del agua creaban un ritmo melódico como el que un bailarín obtendría al ensayar sus coreografías sin música. Le encantaba la sensación del gélido viento de las primeras temperaturas frías bañando su rostro y apaciguando la agitación del esfuerzo hecho durante la natación. Él vivía por y para la piscina, solo se sentía vivo en el agua.

Con una sonrisa automática limpió con la mano el vapor del espejo y se pasó la toalla por el cabello mojado hasta eliminar la mayor parte de la humedad. Después del entrenamiento con Kim había permanecido en la piscina, autoexigiendose unos cuantos ejercicios más potentes. Algo que realmente lo agotase, porque aunque debía reconocer que Seokjin era mejor que sus anteriores entrenadores todavía no encontraba en este la profesionalidad que su padre había tenido en el pasado.

Tras cambiarse y ponerse la mochila alrededor de su espalda caminó sin prisa a través de las instalaciones del centro de entrenamiento, con una amable sonrisa inclinó su cabeza hacia la recepcionista y se dirigió a la máquina de bebidas. Cualquiera pensaría que seleccionar el chocolate caliente para después obtener galletas de vainilla de la máquina de dulces era sin duda una gran contradicción para un deportista tan exigente como lo era él, pero aquello le recordaba a su hogar. El olor y sabor de aquellos simples alimentos revolvía su estómago contra el recuerdo de su niñez, todavía vivían con fuerza en su mente las imágenes de su padre golpeando su espalda orgulloso cuando terminaban su entrenamiento. Aquel chocolate y aquellas galletas se habían convertido en una tradición, algo que seguía consumiendo con la necesidad de empacharse con todo aquello que no ya no tenía.

—Que tenga un viaje seguro a casa - Jungkook se despidió de la recepcionista con una mirada cálida repleta de cariño, la conocía desde hace tantos años que a veces el respeto se transformaba en apego.

La brisa fría revolvió su flequillo y Jungkook caminó sin prisa hasta el coche de su manager, él tenía su propio vehículo pero Sejin seguía insistiendo en recogerlo cada día. Así que con un suspiró golpeó levemente con sus dedos la ventanilla del conductor despertando al hombre de su siesta.

—Te dije que no tenías que esperarme, puedo llegar a casa solo.

—Ni siquiera te atrevas a culparme por no fiarme de ti Jungkook, la última vez que fuiste solo a casa acabaste en un pub con tus amigos y sin un solo hombre de seguridad. Eres un atleta que comienza a ser conocido, tienes que limitar algunas libertades que antes no.

Jungkook rodó los ojos y caminó hacia la puerta del asiento de copiloto. No es que él no pudiese salir con sus amigos, generalmente lo hacía siempre que quería, el problema residía en la prensa sensacionalista. Ir sin protección a bares o pubs casi siempre derivaba en problemas.

—Bien, llévame a casa entonces. Ha sido un buen día y estoy deseando cenar.

Sejin sonrió y asintió, aquel muchacho sentado a su lado era mejor de lo que la mayoría de la gente creía. Jungkook podía tener un carácter complicado pero era un buen chico.

La casa de los Jeon estaba fría cuando Jungkook entró, las luces apagadas indicaban que su madre ya se había ido a trabajar y los recipientes con comida preparada para varios días lo confirmaban. Era difícil ser el hijo de una azafata de vuelos internacionales pero con el tiempo se había acostumbrado a la soledad, si no fuera por su hermana pequeña probablemente se pasaría los días en la piscina sin parar ni un solo segundo en ese apartamento que tenía como casa.

—¿Maldita sea Yuqi has vuelto ha dejar a tu hámster suelto en la bola durante horas? - Jungkook suspiró agachándose para abrir la bola y sostener al pobre animalillo entre sus manos.

La cara de su hermana se asomó a través de la puerta de la segunda habitación del pasillo y su boca formó una gran "o" antes de corretear hasta él.

—Se me ha pasado...

—Es una vida, un pobre animal, no puede pasarsete. ¿Qué harás cuando tengas un hijo? ¿Lo dejarás en el columpio solo y te irás a casa sin él?

—No exageres, a Namu le gusta su bola y corretear con ella por la casa. Solo han sido unos minutos - su hermana le sacó la lengua con una sonrisa antes de tomar al pobre hámster de sus manos.

—Al menos gira su bola cuando se dé contra la pared, Namu estaba un tanto atrapado.

Jungkook se limitó a volver a suspirar mientras se tiraba sobre el sofá. Estaba muerto de hambre pero a pesar de las buenas intenciones de su madre, la comida que les preparaba casi nunca era de su agrado. Demasiado salada o demasiado insípida, esa mujer realmente no podía encontrar un punto medio a la hora de cocinar.

—¿Se ha ido ya mamá? - preguntó, aún conociendo la respuesta.

Yuqi se sentó en el suelo con un gracioso puchero en sus mejillas mientras alzaba a su hámster en sus manos para mirarlo a los ojos. Esos redondos y enormes ojos que el animalillo tenía.

—Va a Canadá esta vez, ha prometido comprarnos algo de recuerdo.

—¿Pedimos una pizza? - Jungkook posó las manos tras su cuello después de encender el televisor. Un partido de la selección de béisbol coreana hizo protestar al instante a su hermana quien rápidamente tomó el control para seleccionar algún show de variedades de música.

—¿No eres un deportista? Siempre comes todo lo que se supone que no puedes - Yuqi sonrió mientras buscaba en su teléfono el contacto de la pizzeria cercana a su casa.

—Todo es acerca de quemar, y yo quemo más de lo que consumo - Jungkook toqueteo su torso bromeando - Además eso es mejor que la comida de mamá, podríamos fallecer si la probamos.

Jin se sentó en frente de su amigo y dejó escapar una carcajada cuando noto el ceño fruncido de este, Yoongi y él se veían cada vez menos debido principalmente a su trabajo pero aún así nunca dejaban pasar la oportunidad de compartir un café cuando ambos se encontraban en Seúl.

—Es imposible - Yoongi se quejó en cuanto él tomó asiento. Su amigo lo había llamado el día anterior para avisarle de que estaría en Seúl con el equipo de baloncesto de la universidad de Daegu y no había perdido la oportunidad para hablarle acerca de lo mucho que le molestaba el capitán de dicho equipo - Siempre llega tarde a los entrenamientos, sus notas están en descenso y difícilmente asiste a los entrenamientos completos algún día de la semana pero sus compañeros lo defienden cada vez que abro la boca. Lo acabaré echando si esto sigue así.

Jin sonrió y le dedicó una mirada cálida al camarero cuando le tomó nota.

—Eres entrenador de un equipo de baloncesto de universidad y además eres nuevo, quizás no se toman todo tan en serio como tú Yoongi. Quizás el anterior entrenador tampoco lo hacía, solo son adolescentes tratando de divertirse en una actividad extraescolar. Tienes que relajarte amigo.

Yoongi suspiró pero no dijo nada mientras alcanzaba su café para darle un gran trago al mismo.

—Empezarán a tomarse en serio las cosas ahora que yo estoy al cargo, quien no quiera trabajar duro se quedará fuera. Empezando por su maldito capitán, no tengo paciencia para discutir con niños... Ni siquiera llegó a tiempo esta mañana, se presentó en el autobús bastante más tarde de lo que yo había indicado.

—¿Y lo has dejado entrar? - Seokjin preguntó curioso.

Yoongi asintió mientras removía el café con una cucharilla.

—Lo he hecho, será la última vez sin embargo. Se lo he dicho muchas veces, más de las que se lo diría a cualquiera.

Seokjin no dijo nada en ese instante, se limitó a pensar para él mismo que Yoongi nunca sería tan duro como pretendía hacerle creer al mundo, su amigo podría ser introvertido en ciertos aspectos y también le faltaba algo de empatia... Pero lo cierto es que tenía un gran corazón detrás de toda la coraza que la sociedad le había obligado a levantar.

—Necesitas una buena follada amigo, apuesto a que te relajarás.

Yoongi soltó una sonora carcajada repleta de sarcasmo mientras clavaba sus ojos en la mirada divertida de Jin.

—¿En serio te crees con el derecho de decirme eso? ¿Precisamente tú?

—Se podría decir que habló desde la experiencia - Jin bufo caso atragantandose con el café cuando Yoongi golpeteo la mesa de madera de la cafetería inesperadamente.

—Odio mi trabajo... - su amigo hablaba con uno de esos extraños pucheros que aparecían en sus labios de vez en cuando lo que solo aumentó la comicidad de aquella situación.

—Tienes que entrenar a niños, yo tengo que entrenar a atletas que a menudo creen que saben más que yo acerca de todo. Especialmente el último con el que me he cruzado.

Un brillo de interés se dibujo en los ojos de Yoongi cuando Jin mencionó aquello, había oído hablar de Jeon Jungkook como probablemente media Corea. La nueva promesa juvenil de la natación, un niño bonito que llamaba la atención de las mujeres por su atractivo y de los hombres por... Bueno, para algunos hombres por lo mismo y para otros por sus logros. Él todavía no sabía en que grupo situarse.

—¿El nuevo niño bonito de Corea? He oído que es un hueso duro de roer.

Jin alzó las cejas recordando el día anterior, el muchacho se había quedado en la piscina después del entrenamiento ya que a su modo de ver las cosas no se había agotado lo suficiente ni había trabajado por completo todas sus habilidades.

—Ese niño bonito del que hablas acabará con una enorme lesión por sobre esfuerzo pronto. Sólo dale tiempo, cuando hablas con él es como si las palabras le resbalasen del mismo modo que resbalan las gotas de agua de la piscina sobre la piel. Jeon Jungkook es en resumen insconsciente, talentoso, experto y perfeccionista. Sabe de lo que habla pero el conocimiento parece no dejar espacio a la razón en su cabeza. - Jin hizo una pausa para engullir los dulces que el camarero había dejado sobre la mesa cuando sirvió su café - Pero para eso estoy yo, siempre hago bien mi trabajo y esta vez no será la excepción. Me estresa el solo pensar en lo mucho que seguramente tendré que discutir con él hasta que finalmente me acepte y acepte mi profesionalidad.

—Supongo que todos los atletas son así, tú lo fuiste un tiempo atrás Jin.

Jin asintió, por supuesto, él había sido uno de esos atletas egocéntricos que confiaba más en su propio criterio que en sus entrenadores y precisamente por eso no había rechazado la oferta de trabajar con Jungkook. Sabía por propia experiencia lo que significaba ser joven y estar cubierto de la gloria y medallas que muchos ponen sobre ti.

Cuando decidió ser entrenador lo hizo prometiendose a sí mismo que no tacharia a ningún atleta de imposible.

—¿Es tan malo? - Yoongi preguntó con la curiosidad volviendo a punzar en su interior.

—No. Sólo es un chico obsesionado con ser perfecto, todos los humanos podemos ser así en ciertos momentos de nuestra vida. Será difícil pero eso lo hace mucho más interesante. ¿Qué hay de tu chico? ¿Es tan malo?

Yoongi bufo molesto.

—Ya te lo he dicho, no merece ser el capitán del... - el teléfono de Yoongi sonó y este respondió al instante la llamada entrante - ¿Qué ocurre?... - la mirada de Jin se encontró con el rostro preocupado de su amigo - Estaré allí en unos minutos.

—¿Ocurre algo? - Kim observó cómo Yoongi dejaba el dinero sobre la mesa de forma apurada y tomaba su abrigo.

—Mi capitán de equipo está enfermo.







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Antes de nada quiero disculparme por haber tardado tanto en actualizar, estas últimas semanas han sido un lío para mi.

En principio actualizaré cada viernes sin embargo el día de actualización podría cambiar en el futuro. Espero que os haya gustado el capítulo y por supuesto el Yoongi que habéis visto es el que saldrá en el segundo libro de la saga "I Love U Mr.Swag - Taegi".

Un beso, Mel 😘

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