Capítulo 19 : TEMPTATION

"Pienso demasiado sobre todo. Cuando pienso en ti, me das escalofríos. Sí, estoy triste pero dispuesto a tener sexo. Te necesito más, esto no es suficiente. Cuando tu me besas, chico, no necesito pastillas."
-Kim Petras.










-¡Jungkook he comprado perritos calientes y patatas, ven a por tu parte hijo!

Jungkook frunció el ceño desde el sofá y posó con cuidado sobre uno de los cojines al hamster de su hermana. Su madre había llegado la noche anterior y todavía parecía cansada debido al efecto jet lag que le causaban los vuelos de larga duración, por lo que no consideró ni por un instante la opción de pedirle que cocinara. Sin embargo, cuando esta mencionó que compraría algo él sí le pidió expresamente que su plato fuese algo de la lista en la que el entrenador Kim había indicado los alimentos que debía comer. Los perritos calientes no entraban en esa lista, ni las patatas fritas... De eso estaba seguro.

-Pero mamá... Te dije que si me comprabas algo a mí, debía ser acorde a la dieta que estoy siguiendo. El entrenador es bastante insistente con...

-No te morirás por un día de excepción, las dietas tienen efecto rebote y nunca funcionan. - su madre sonrió - Iré a cambiarme, podemos comer en el salón, Yuqi quiere que veamos juntos un programa llamado Give Me The Money o algo así.

-Esto no me ayuda nada con mi condición física mamá - cuando su madre pareció dudar con ojos arrepentidos, Jungkook modificó sus palabras - pero tienes razón, un día es un día.

Cedió porque sabía que el Burguer estaba cerca de su casa y su madre se encontraba cansada, cedió debido a que quería verla feliz, cedió porque no quería preocuparla con tonterías y también cedió porque era inevitable tener tentaciones. Incluso si Kim había indicado en la lista el viernes como día de la semana en el que podría permitirse algunos caprichos, esos perritos calientes parecían atraerlo con su olor.

No había dado ni el primer bocado cuando el obturador de una cámara llamó su atención. Tras levantar la mirada la imagen traviesa de Yuqi con el móvil en la mano hizo que su piel se erizase, estaba seguro de que su hermana pequeña tramaba algo que no le gustaría nada.

-¿Q... Qué haces Yuq? - preguntó mirándola.

-Informar a Jin, seguro que le interesa saber que te estás saltando la dieta hermanito - Yuqi sonrió en grande.

-Te dije que no lo llames así, ¿desde cuando te mensajeas con mi entrenador? Borra su número cuanto antes o no dejaré que tus amigas duerman en casa cuando mamá no esté. No eres su amiga Yuqi, es mi entrenador y no un conocido.

Yuqi se encogió de hombros.

-¿Cómo lo tendría que llamar entonces? Ese es su nombre. Él mismo pidió que le enviase un aviso si te saltas la dieta porque te ha pillado comiendo galletas después de los entrenamientos varias veces - su hermana parecía dispuesta a sacarlo de los nervios - Respira Kookencio, tu cara se está poniendo roja.

-Señor Kim es lo adecuado para ti...

Jungkook trató de ignorar a su hermana, después de todo lo máximo que podría hacerle Kim es aumentar la intensidad de algún entrenamiento y eso no sonaba realmente como un castigo para él.

-No es un señor, ni siquiera está casado todavía... ¿No lo está verdad?

El nadador tuvo que morder lentamente para no ahogarse con la comida tras la pregunta de su hermana.

-No y si lo estuviera no es asunto nuestro Yuqi. Tienes que hacer algo con esa manía de saberlo todo acerca de los demás, de veras.

Yuqi solo sonrió a cambio. A pesar de sus palabras Jungkook era feliz viendo a su hermana comportarse de esa forma tan libre y espontánea que la caracterizaba. Aquello le aportaba toneladas de felicidad a sus días.

Su madre no tardó demasiado en regresar a la cocina por lo que la conversación entre ambos hermanos terminó como si a ninguno de los dos les interesase que su progenitora supiese acerca del entrenador Kim.

-¿Entonces cómo funciona el programa? - su madre se sentó sobre la alfombra en el medio de ellos dos y posó una servilleta en sus piernas. Una de las razones por las que Jungkook jamás podría hacer algo que la entristeciera se ligaba a lo mucho que ella parecía esforzarse por darles cariño, las pocas horas que pasaba en casa estaban sin ninguna excepción llenas de risas y achuchones. La simple idea de que eso cambiase lo aterraba.

-Bueno, en realidad es sobre raperos undergrown y todo eso, pero esta temporada irá un idol con muchooo potencial mamá - su hermana tampoco merecía perder aquello, Jungkook lo supo mientras la veía hablar con su madre. Una gran sonrisa en los labios y los ojos llenos de ilusión decoraban su rostro.

Suspiró levemente antes de dejar la comida a un lado, la ansiedad por las dudas y la necesidad de encontrar respuestas se hacía cada vez más pesada para él. Habiéndose olvidado del buen ánimo que minutos atrás experimentaba, Jungkook dejó caer su cabeza contra el hombro de su madre buscando la calidez que los abrazos de esta siempre le proporcionaba.

-¿Ocurre algo hijo? Si es por la dieta puedo prepararte otra cosa, no tienes que comerte los perritos calientes.

Jungkook solo negó hinchando sus mejillas mientras fingía estar interesado en el programa que Yuq había escogido.

-Solo estoy cansado mamá, las competiciones iniciarán pronto y he estado entrenando con todas mis fuerzas - Jungkook captó el ceño fruncido de su hermana, esta sabía que había tenido un pequeño percance y que sus entrenamientos habían sido plenamente en seco hasta la tarde anterior. Sin embargo Yuqi no dijo nada, en su lugar imitó otra sonrisa para mantener tranquila a su madre al igual que lo había hecho el nadador.

-Quizás deberías ir a dormir un poco, hablaré con tu nuevo entrenador para que sea un poco menos duro contigo si es necesario.

Jungkook negó rápidamente ante las palabras de su madre.

-Está bien, el entrenador Kim es un buen profesional. Él estuvo en las olimpiadas mamá, su participación se vió interrumpida por una lesión pero sabe mucho más que los anteriores idiotas que intentaron entrenarme.

Su madre sonrió.

-Es extraño verte aceptando a un entrenador después de... - Jungkook realmente no necesitó que su madre acabase la frase, sabía que se refería a lo sucedido con su padre cuando él era solo un niño. Muchos creían realmente que su manía con el cambio constante de entrenadores se encontraba ligada al hecho de que echaba a su padre de menos pero eso no era del todo cierto. Por supuesto extrañaba a su padre, sin embargo hacía demasiados años que había entendido que este no podría regresar para entrenarlo - Y es bueno también Jungkook. Estoy feliz de verte abierto a aprender de lo que otros quieren enseñarte, ¿cómo decías que se llamaba ese hombre?

Jungkook bajó la mirada posando los ojos sobre el hamster de su hermana que se había movido por el sofá para bajar por sus brazos hasta acomodarse sobre su regazo.

-Kim Seokjin...

Su madre se mantuvo pensativa por unos instantes.

-Deberías invitarlo a cenar esta noche, me gustaría conocerlo y saber qué es eso tan especial de él que ha logrado que mi hijo lo acepte como entrenador.

-Eso es una gran idea mamá - Yuqi se adelantó evitando que Jungkook se negase rotundamente ante la oferta de su madre.

Jungkook se limitó a suspirar, sería imposible apartar aquella idea de su madre, esta era tan obstinada e insistente como él mismo.

-Le preguntaré pero no puedo asegurar que el entrenador Kim pueda venir, tiene invitados en casa estos días hasta dónde sé. Además, nunca te habías interesado antes en las personas que me entrenan mamá...

-Mi hijo nunca había estado un mes y medio con un entrenador fijo sin protestar a cada instante, es normal que llegue a sentir curiosidad cuando una novedad así está ocurriendo.

Jin se sintió extraño cuando el chico lo llamó para pedirle que fuese a cenar esa noche con su madre. Aunque su parte profesional lo hizo dudar ante qué respuesta debería darle, después de un par de minutos comprendió que no había nada de raro en que la madre de uno de sus deportistas lo quisiera conocer. Quizás era incluso más inusual el no conocer a alguno de los progenitores de Jungkook.

Durante sus años de trabajo, los padres siempre habían tenido un papel realmente importante en la carrera de sus nadadores; ya fuese como simples apoyos o managers, como personas que se sentían orgullosas o preocupadas. De una manera u otra, Jin siempre había tenido contacto con los padres de cada uno de los atletas que había entrenado, seguía manteniendo una buena relación de amistad de muchos de ellos y por supuesto aún obtenía obsequios de los mismos durante sus cumpleaños. La diferencia estaba en que no había besado a los hijos de todos aquellos padres y madres que confiaban en él.

Jungkook era un adulto y más allá de sus bromas continuas, quizás el chico era más adulto en su especialidad que cualquiera de los otros nadadores que había conocido. Él, Kim Seokjin, también era un adulto... pero de alguna manera cuando pensaba en los enrojecidos labios del chico, en cómo este abría la boca de forma inexperta buscando aire a la par que más contacto o la calidez que su piel desprendía incluso dentro de la piscina, no podía evitar pensar que no había nada de correcto en atreverse a presentarse ante la madre de este. Y sin embargo allí se encontraba, solo porque Jeon lo había pedido, sosteniendo una botella de Bollinger R.D en sus manos como si un regalo caro como ese champagne pudiese borrar el error cometido que quemaba dentro de su pecho con suma intensidad y lo hacía encogerse de ansiedad mientras esperaba a que alguien abriese la puerta.

Seokjin sentía que su abrigo marrón estaba aumentando la temperatura de su cuerpo incluso cuando el frío invierno estaba haciendo presencia a través del anochecer otoñal, empañando los cristales del edificio en el que residía Jungkook pero no logrando que sus orejas dejasen de mostrar ese tono rojizo tan característico que las situaciones de estrés o vergüenza le provocaban. En ese instante seguía dándole vueltas al hecho de si era correcto estar en ese preciso lugar, sentarse a la mesa con la madre de Jeon y fingir que su estómago no seguía retorciéndose por el recuerdo del beso que había compartido con su hijo sería sin duda lo más difícil que había hecho en años.

Su mente se quedó en blanco cuando Jungkook abrió la puerta y ambos se observaron sin atreverse a decir nada por varios segundos. El muchacho ante los ojos del entrenador estaba distinto. Más doméstico y bonito con aquel sweater azul de cuello alto, más casero de lo que Seokjin lo había visto nunca. Su botella de champagne francés era insignificante si pensaba en lo absurdo que era darle regalos a una mujer que no conocía por un beso del que Jeon jamás le hablaría.

-Hola - la voz de Jungkook sonó suave mientras se apartaba para hacerle un espacio - Siento haberte avisado con tan poco tiempo, mi madre se ha pasado la tarde insistiendo y finalmente decidí llamarte.

Seokjin se limitó a dedicarle una sonrisa cálida y casi cariñosa, podía notar los nervios de su nadador en la forma que este dejaba que las mangas del sweater cubriesen los dedos de sus manos mientras jugueteaba con la tela.

-No pasa nada niño, no tenía mucho que hacer y Yoongi agradecerá que lo deje un tiempo a solas con Taehyung de todos modos.

Jungkook asintió caminando torpemente hacia el salón de la casa donde se dejó caer sobre el sillón. Kim dudó observando a su alrededor por unos segundos antes de hundirse en el mismo sitio, al lado del nadador. Sus cuerpos chocando solo siendo separados por la tela de la ropa, el nerviosismo acelerando los pulsos de ambos. El entrenador alzó su mano para saludar a Yuqi quien permanecía sentada en el sofá de tres plazas ocupandolo por completo con lo que parecía un proyecto de pancarta con muchas fotografía extrañas de idols.

-Hola Jin - la hermana pequeña de Jungkook parecía entretenida con el hecho de que su hermano la matase con la mirada cada vez que llamaba al entrenador por ese nombre - ¿Quieres ver mi mural para el concierto de Seventeen?

Jin carraspeó asintiendo, quizás eso ayudaría a aliviar sus nervios.

-Está bien, ¿quienes son ellos?

-¿No los conoces? - la chica parecía realmente indignada y Jeon sonrió dejando su carcajada natural aliviar el tenso ambiente - Muy mal Jin, me decepcionas.

-Suerte entrenador, has despertado al monstruo fangirl. - susurró a su lado el nadador.

Mientras la hermana de Jeon explicaba los nombres y unidades de aquel grupo, Jin trató de centrarse en cada uno de los miembros en lugar de en la manera en que Jungkook había comenzado a masajear tranquilamente su hombro aliviando sus dolores. El muchacho ni siquiera había preguntado pero lo cierto es que Kim se sentía agradecido por aquel acto. El problema estaba en la familiaridad que algo así les aportaba, ¿cuándo se había convertido en algo normal que su nadador le masajeara el hombro? Había llegado a tener confianza con sus atletas tras meses trabajando con estos pero conocía a ese niño lindo desde hacia menos de dos meses. Muy poco tiempo como para aceptar masajes de este incluso si Jungkook solo lo cuidaba debido a su naturaleza solidaria.

-¿Dónde está tu madre? Se supone que ibas a presentarmela... - Jin trató de levantarse pero la mano de Jungkook seguía sobre su hombro.

-En la cocina, no te recomiendo que pruebes nada de lo que haya preparado. Se ha pasado la tarde ingeniando algo que pueda saber bien sin embargo eso nunca le funciona. Entrenador... ella es realmente tradicional, cuida tus palabras cuando estemos cenando por favor.

-Oh... podría ayudar... Yo... He traído esto como obsequio por su invitación.

Jungkook suspiró entendiendo que su entrenador no se encontraba cómodo en ese instante, como si su mano quemase apartó el toque. ¿En qué estaba pensando cuando decidió que masajear la zona vendada de su hombro era buena idea con su hermana en el sofá y su madre en la cocina? Incluso si no estaban haciendo nada malo, aquello era...

-Encantada, tiene que perdonarme, he estado algo ocupada.

La madre de Jungkook se encontraba caminando hacia el salón mientras se limpiaba las manos con un paño. Jin se relamió los labios nervioso antes de ponerse de pie para saludar de formas cortes y educada.

-Un placer señora...- ¿debería usar el apellido de su ex marido para comunicarse con la madre de su nadador? ¿Todavía era la señora Jeon? Jungkook tendría que haber aclarado aquello en la llamada. No sabía qué decir, ni qué hacer.

-Mamá, el entrenador Kim ha traído un regalo para agradecer la invitación.

La presencia de Jungkook a su lado se hizo más presente cuando este también se levantó del sillón.

-Muchas gracias, lo disfrutaré. Ha sido muy considerado de su parte Kim - la mujer sonrió antes de abrir la boca tras observar la botella - Vaya, es un obsequio elegante.

Jin se limitó a sonreír cortésmente.

-Bueno, vayamos a cenar. Jungkook, ven a ayudarme cariño.

-No tienes que comertelo - Jungkook susurró cuando su madre se giró para regañar a Yuqi por alguno de los comentarios fuera de lugar de esta. Su hermana continuaba tratando al entrenador como si fuese un amigo de su edad.

-Yo ...- Kim jugueteó con la carne mal cocida de su plato y forzó una sonrisa - Está bien niño, no quiero ser maleducado.

Jungkook suspiró apartando el plato de su entrenador, era demasiado, Jin había soportado ya un primer plato de pasta dura y sin quejarse había avanzado hasta el último pedazo fingiendo una sonrisa. A ese paso acabaría intoxicandose.

-No vas comerte eso Kim. - sentenció dejando al lado el plato - Mi casa, mis normas.

Jin realmente estaba tratando de evitar sonreír, sin embargo actos como aquel le recordaban porque la personalidad de su nadador le llamaba tanto la atención.

-¿Vas a castigarme sin postre si desobedezco niño? - susurró a cambio.

-Si cocina así cosas simples, imagina cómo es su repostería. Ni siquiera dejaré que saque el bizcocho quemado, por el bien de todos. Creeme, me lo agradecerás.

Su pequeña charla fue interrumpida por las miradas curiosas de Yuqi y la madre de Jungkook. Kim tosió levemente volviendo a sentarse recto en la silla, en algún momento se había acercado demasiado a Jeon para escucharlo mejor.

-El señor Kim sabe cocinar muy bien mamá, él podría prepararnos algo mejor.

Jungkook le dedicó una mirada amonestadora a su madre al mismo tiempo que su madre se escandalizaba por un atrevimiento como aquel.

-En realidad si me lo permite señora, esto no se adapta demasiado a la dieta que Jungkook debe seguir. Si me lo permite podría cocinar algo bueno para él y realmente sabroso - el entrenador le dedicó una sonrisa a las dos mujeres que mantenían los ojos clavados sobre él.

-No por favor, un hombre no debe cocinar si hay una mujer en casa.

¿Así que esa era la mente tradicional que encerraba los posibles sentimientos de Jungkook? Seokjin se limitó a negar mientras se levantaba de la silla.

-Eso ya no es tan común, insisto. Mi nadador necesita lo mejor para ser el mejor y yo puedo encargarme de eso - la mujer pareció levemente en desacuerdo cuando Kim se acercó a ella - Un buen hombre trata a su pareja como si fuese de cristal, la cuida, protege y comprende. Podemos cocinar incluso cuando hay una mujer en casa en estos días, a veces incluso cocinamos para ellas porque las mujeres no son nuestras esclavas.

Jungkook tragó saliva, sus ojos y oídos estaban centrados en Jin mientras cerraba las manos en un puño. Entendía que su entrenador tuviese una mente abierta pero no estaba dispuesto a dejar que este humillase a su madre con un comportamiento como aquel.

-Vaya, la mujer que comparta la vida con usted debe de ser muy afortunada. - la madre de Jungkook forzó una sonrisa.
-¿Mujer? No lo creo, las respeto por completo pero a mi me gustan los hombres - antes de observar la reacción de la madre de Jungkook, Kim caminó hacia la cocina. No sabía en qué momento había pasado de querer ser totalmente correcto a... eso, la sola idea de Jeon teniendo que encerrarse a sí mismo debido a ella lo enfadaba de una manera incorrecta. No era asunto suyo, no tenía nada que ver con aquello y aún así le afectaba.

Seokjin dejó salir el aire que había estado reteniendo y apoyó sus manos sobre la encimera de la cocina sintiendo el dolor de su hombro crecer con las sensaciones de ansiedad e ira somatizando contra su propia voluntad. La tensión de la cena lo había noqueado y estaba actuando como un adolescente, había encontrado a muchas otras personas como la madre de Jungkook en Corea y en el resto del mundo, sabía que enfrentarse a la gente así era como estrellarse contra una pared. Era masoquista y suicida, su época rebelde se había terminado hace mucho. ¿Qué mierda estaba haciendo tratando de darle lecciones a una mujer que había crecido con una mentalidad cerrada y que no tenía ni una sola conexión con él? ¿Qué hacía haciendo algo así cuando solo había compartido unos besos con el nadador y ni tan siquiera este sabía realmente lo que era?

-¡Kim! - la voz de Jungkook sonó llena de ira a sus espaldas.

Jin cerró los ojos sintiendo su cabeza a punto de estallar. ¿Qué le estaba pasando? No era un adolescente enamoradizo que llorase por amores imposibles, había sufrido y aprendido durante mucho tiempo... No tendría que sentirse así, no tendría que ser tan irracional.

-Kim - esta vez la voz de Jungkook ya no sonaba iracunda, en realidad casi parecía preocupado - ¿Estás bien?

Pero Jungkook estaba haciéndolo sentirse como un maldito adolescente de nuevo, y cuando este posó la mano sobre su hombro Kim no pudo evitar el impulso de cambiar posiciones colocando al chico contra la encimera.

-Esto es culpa tuya - susurró, el cuerpo de Jungkook tembló ante su toque. Kim perfiló las caderas del cuerpo trabajado de su nadador y empujó su cadera contra el trasero de este dejando escapar un gruñido ahogado - No debiste invitarme, no soporto a las personas con mente cerrada.

Jungkook tragó saliva, sus manos se posaron ahora sobre el mármol de la encimera y sus piernas temblaron cuando el entrenador mordisqueó su oreja sin hacerle daño.

-Lo siento Jeon, trataré a tu madre con más respeto en la próxima ocasión. ¿Por qué no me ayudas en la cocina niño?

Jeon jadeó, no quería que su entrenador se apartase, no quería que se llevase toda esa agradable sensación de hormigueo en su estómago pero antes de poder disfrutar por completo de sus cuerpos rozándose, el frío de la separación lo golpeó junto con la realidad. Él no podía querer aquello, no podía querer a su entrenador de...esa forma sucia y alejada de las enseñanzas que su madre le había proporcionado durante toda su vida.
Cuando se giró el entrenador se encontraba apoyado contra la pared, sus ojos estaban cerrados de nuevo y se sujetaba el puente de la nariz como si cientos de batallas se hallasen encerradas en su silencio. Jeon no se movió, apoyando su espalda contra la encimera sus ojos detallaron al entrenador y sonrió negando para él mismo.

Maldita sea, por supuesto que lo quería de esa manera. Era absurdo hasta para él negarlo cuando solo unos segundos atrás había protestado cuando su entrenador se separó de él.

-¿Qué vamos a cocinar entonces?- preguntó.

Cuando el entrenador Kim abrió los ojos y se miraron, ambos dejaron escapar una enorme carcajada con los ojos conectados.

-En realidad eres un chico interesante Jeon.

-Tú también lo eres Kim.














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Holiiiii!!!!
Capítulo sorpresa porque estaba inspirada y con ganas de escribir hoy, el capítulo tiene casi 4.000 palabras y mis caps suelen tener 2.000 así que es del tamaño de lo que me podrían ocupar dos pero en uno.

Espero que os haya gustado ♥

Nuestro entrenador es irresistible, a que chi?

Un beso, Mel 😘

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