𝐜𝐨𝐦𝐢𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐲 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥.








cariño, te estoy llamando
acuestame en mi tumba,
llamame muñeca, ven a
derribar estas paredes (...)

Estaba cogiendo mis libros para la clase de historia cuando Min Yoongi se acercó y se apoyó en mi taquilla. Eso sólo podía significar problemas.

─ Hola Jin ─comenzo como si fuéramos amigos.

─ Min Yoongi.

Miré a su alrededor buscando a sus secuaces. Yoongi siempre caminaba con un grupo de otros estudiantes populares. Todos tenían entre diecisiete y dieciocho, y eran trainees de alguna jodida agencia de entretenimiento pero, eso no los detenía de ser los mayores bullies del país.

Por una vez, sin embargo, Yoongi parecía estar solo. No había señales de su escuadrón de matones.

Se inclinó hacia mí. ─Mira SeokJin, necesito que escribas un trabajo de inglés para mí. ─Así que eso era todo.

─ Olvídalo ─dije

Yoongi parecía confundido. Estaba acostumbrado a que la gente hiciera cualquier cosa que le pidiera.

─ Que gracioso eres ─dijo, abrazándome como si fuéramos viejos amigos─. Te deberé una.

─ Vete a la mierda, Min Yoongi. Que lo haga uno de tus amigos influencers ─Yoongi puso los ojos en blanco, separándose de mí.

─ Hice que Taehyung escribiera mi último trabajo. Tengo un maldito 30 y eso solo porque escribio mi nombre correctamente.

─ En realidad, Taehyung recibio el 30 ─señalé─. Tú te llevaste el mérito por ello.

─ Lo que sea. Ahora tengo que sacar un sobresaliente en este curso o le avisarán a la empresa donde soy trainee.

Me reí.

─ Sí, claro ─resoplé─. Como si la escuela fuera a dejar que eso sucediera.

Yoongi negó con la cabeza.

─ Este nuevo profesor de inglés, el señor Shin, me tiene en la mira. Me suspendera ni bien tenga la oportunidad.

Yoongi tenía razón. Me gustaba el señor Shin. Probablemente era el único profesor con las agallas para suspender a un trainee con altas probabilidades de debutar. Por supuesto que la escuela lo despediría por eso después. Esto es Daegu, todos quieren y deben ser estrellas.

─ ¿Y por qué querría ayudarte? ─le pregunté.

─ Porque... ya sabes... seré un orgullo escolar ─respondio como si fuera suficiente razón.

Min Yoongi no tenía duda de que sería un orgullo y me dedico una sonrisa resplandeciente que dejaba ver sus encías. Esa sonrisa que le daba todo lo que quería en esta corrupta escuela. Bueno, eso y el pelo rubio cenizo rizado, y los ojos rasgados y pequeños, y el cuerpo tan delgado como cualquier modelo top de Corea del Sur. Todo eso junto me recordaba a que nunca pude entender por qué hasta ahora, la gente podía seguir entusiasmándose solo por la apariencia de alguien sin conocer realmente el tipo de persona que era.

Miré esa sonrisa deslumbrante una vez más y le dije que se fuera a la mierda.

─ ¡Oye, no seas un jodido maricón! ─escupio Yoongi sin rodeos.

─ ¡Eso! ─dije, cerrando de golpe mi casillero─. Por eso es por lo que no quiero ayudarte. Me has estado llamando "jodido maricón" desde noveno grado.

─ Ugh, lo siento, no sabía que eras tan sensible.

Me di vuelta para irme, pero Yoongi me agarró por el hombro y me tiró de nuevo hacia él.

─ ¡Está bien, está bien! Dejaré de llamarte jodido maricón. Pero necesito que hagas esto. Eres inteligente. Podrías escribir un trabajo como yo lo haría. Sólo que, ya sabes, bien.

─ Sí, podría escribir "bien" si quisiera.

─ ¡Entonces hazlo! ─exclamo Yoongi─. Si entregan una baja nota a la empresa donde estoy, estoy jodido. No hay más entrenamiento. Ni debut. Estare muerto.

Quería decirle que se fuera a la mierda otra vez. Pero como que disfruté de tener a Min Yoongi rogando.

─ Vamos, Jin ─suplicó─. Haré lo que sea.

─ ¿Lo que sea? ─le pregunté.

─ Sí. Te invitaremos a nuestras salidas al karaoke. Te presentaré a las chicas de mi empresa. —Bajó su voz a un susurro y se acercó—. Incluso le diré a mi novia que te la chupe.

Hmmm. Aparentemente, la definición de Yoongi de "cualquier cosa" era un poco diferente a la mía. Pero sería divertido hacer que se retorciera un poco.

─ De acuerdo ─dije─. Ven a mi casa a las ocho. Te ayudaré a escribir algo con lo que puedas sobresalir en la clase del señor Shin.

─ ¡Genial! ¡Eres un tipo genial!

Me dio unas palmadas en el hombro, luego se giró y se marchó.

Lo vi irse, pensando en toda la mierda que había hecho conmigo en los últimos años.

Era hora de que el imbécil de Min aprendiera lo que era una venganza.






(...)





Yoongi llegó tarde. Eran las 8:45 cuando finalmente llamó a mi puerta.

─ Hola ─dijo sin molestarse en explicarse.

─ Hola, Yoongi.

Entró y miró a su alrededor. ─¿Dónde están tus padres?

─ Mi papá no ha estado por aquí en años despues de tener una sobredosis de droga y mi madre trabaja de noche. ¿Intentaste traer tu libro?

─ Sí ─metió la mano en el bolsillo de su chaqueta de cuero, que le quedaba dos tallas más grande, y sacó su libro doblado y gastado.

─ Brave New World* ─lo estiro hacía mi─. Lo elegí porque se supone que hay mucho sexo y esas cosas.

Genial. Esto no iba a ser fácil.

─ Vamos ─indique─. Mi ordenador está en mi cuarto. ─Me siguió por el pasillo.

─ ¿Me das una cerveza? ─preguntó casualmente.

Me volví y lo miré.

─ Claro. Mi madre tiene la nevera llena de cerveza para su hijo menor de edad. ─La cara de Yoongi se iluminó.

─ ¡Genial! ¿De qué tipo?

─ Eso fue sarcasmo ─le expliqué.

─ Oh... ─dijo─. ¿Así que nada de cerveza?

─ Nada de cerveza.

Llegamos a mi habitación y me senté en mi escritorio. Yoongi anduvo por ahí, mirando los pósters de las películas en mi pared mientras hojeaba el libro, recordándome a mí mismo de qué trataba.

─ Entonces, ¿cómo lo hacemos?

Suspiré antes de responderle. ─Bueno, para empezar, dime lo que piensas sobre el libro.

─ Uh...

─ Y quítate esa chaqueta junto a tu polera.

─ ¿Eh?

Yoongi parecía confundido.

─ Voy a ayudarte con esto, al menos debería disfrutar de la vista mientras trabajo.

Una mirada de pánico apareció en sus ojos.

─ ¡Mierda! ¿Realmente eres un jodido maricón?

─ Me has estado llamando así cada día desde noveno grado, ¿no?

─ Sí, pero eso fue solo una broma, ya sabes.

Min Yoongi estaba enloqueciendo y por un momento pensé que podría golpearme.

Yo era relativamente más alto que él pero esto era Daegu, si se enteraban que le había hecho algo, nada saldría a mi favor. Sin embargo Yoongi parecía más confundido que enfadado.

─ ¿Realmente eres...?

─ Sí. Así que, ¿vas a quitarte la chaqueta y la polera ahora o qué?

─ Yo tengo que irme. ─Yoongi se dirigió a la puerta del dormitorio.

─ Como quieras ─le dije─. El trabajo es para mañana, ¿verdad? ─Yoongi se detuvo con la mano en la perilla. ─Estoy seguro de que puedes escribir un artículo para sacar la máxima nota por tu cuenta ─le dije─. Y aunque no puedas, es sólo un debut lo que perderás... ¿verdad?

Yoongi lentamente se volvió hacia mí. Intentó sonreír de nuevo.

─ SeokJin, digo Jin, tienes que ayudarme con esto ─me suplicó.

─ Yoongi, ni siquiera me agradas.

─ Vamos. ¡Realmente necesito esto!

─ Entonces, quítate esa chaqueta y la polera.

Se quedó allí, con la cara roja.

─ Vamos ─le dije─. Es como si estuvieramos en la clase de Gimnasia, ¿no?

─ Sí ─murmuró─ supongo.

Lentamente se quitó la chaqueta y la puso en mi cama.

Entonces finalmente se quitó la polera. Se quedó allí, nervioso, sosteniéndola.

Solté un silbido prolongado. Yoongi realmente tenía un cuerpo increíble.

Su cara se volvió más roja.

─ Deja de mirarme así.

─ Te miraré como me dé la gana. Ahora dime qué recuerdas del libro.

Se sentó en mi cama, todavía sosteniendo su polera. Eventualmente le pedí que me explicara el tema del libro y parte de la trama básica.

─ Oye, esto no es tan difícil ─dijo preparándose para el trabajo.

─ Sí ─estuve de acuerdo─. Ahora sólo tenemos que ponerlo todo en un esquema.

─ De acuerdo.

─ Y ahora puedes quitarte los pantalones.

Yoongi se río nerviosamente. ─Sí, claro.

─ Lo digo en serio. Desnúdate hasta quedarte en ropa interior.

─ ¿Qué?

─ ¿Cuál es el problema? Los chicos de la escuela y tu empresa te ven en ropa interior en el vestuario todo el tiempo.

─ Sí, pero no me miran como tú.

─ Y tampoco están escribiendo tu maldito trabajo para ti. Así que quítate los pantalones.

Yoongi miró nervioso a su alrededor.

─ ¿Quieres este ensayo? ─le pregunté.

Yoongi se puso de pie y lentamente tocó a tientas la hebilla de su cinturón. ─¿No se lo dirás a nadie? ─preguntó.

─ Sí, Yoongi. Voy a ir por ahí anunciando el hecho de que soy gay para que tus amigos idiotas me golpeen.

─ Esto es tan jodido ─murmuró.

Se quitó los zapatos y se desabrochó el cinturón. Pero luego pareció perder los nervios.

─ Ahora, Min Yoongi. ─Le ordené.

Se bajó la cremallera y lentamente se quitó los pantalones, quedándose en ropa interior blanca y ajustada, marcando su miembro. Se sentó en mi cama, con las manos delante de la entrepierna.

─ ¿Podemos seguir con esto? ─preguntó.

─ Claro, estrellita. El primer párrafo va a ser tu ensayo.

Le expliqué el contorno. Cosas básicas. Pasos de un ensayo. Cinco argumentos de apoyo. Conclusión. Mierda que podría hacer mientras duermo. Yoongi empezó a relajarse de nuevo. Se recostó en mi cama y dejó que sus piernas se separaran. Podía ver el contorno de su miembro en su ropa interior.

Yoongi me pilló mirando.

─ ¿De verdad te gusta mirar eso?

─ Sí ─admití─. De la misma forma en que te gusta mirar coños.

Y creo que a Yoongi también le gustaba que lo mirara, porque el bulto en su ropa interior se estaba haciendo más grande.

─ ¿Cómo de grande la tienes? ─le pregunté.

─ No lo sé ─musitó encogiendose de hombros.

─ Claro que lo sabes.

─ Bueno, no te lo voy a decir.

Se sentó y se puso las manos delante de la entrepierna.

─ ¿Puedo volver a ponerme los pantalones?

─ Claro, si quieres terminar este trabajo por tu cuenta.

─ Mierda. De acuerdo. ¿Qué sigue?

─ El borrador.

─ Vale. ¿Cómo lo hacemos?

─ En primer lugar, puedes darte la vuelta. Quiero mirarte el trasero un rato.

─ ¡Jodido bastardo!

─ Después de todo el dolor que me has causado en los últimos cinco años, tengo derecho a una pequeña venganza.

Yoongi refunfuñó pero no veía ninguna salida. A regañadientes, se acostó boca abajo. La curva redonda de su trasero se marcaba bien a través de la ropa interior.

─ Ni se te ocurra tratar de tocarme ─dijo.

─ Sí. Porque podría doblegarte y hacer lo que quisiera.

Yoongi se rio secamente de eso. Era seis centímetros más bajo que yo, y al menos pesaba ocho kilos menos. De alguna manera estaba nervioso pero sabía dentro de todo que era imposible que le hiciera algo, despues de todo pertenecía a una empresa de entretenimiento de renombre y la escuela no estaba dispuesto a que le pasará algo cuando se convertiría, en sus palabras, en una "estrella".

─ ¿De verdad te excita mirarme el trasero? ─me preguntó.

─ Claro que sí.

─ Está bien, termina el maldito ensayo.

Le hablé de los siguientes párrafos, pero se me hacía difícil concentrarme. Mirando ese pálido cuerpo delgado tumbado sobre mi cama. Pensando en todas las cosas que quería hacerle. Tratando de averiguar cuán lejos podía empujar a Min Yoongi antes de que explotara.

Empujé mi silla hacia atrás desde mi escritorio.

─ Vale, me aburro de nuevo ─dije─. Bájate la ropa interior. Quiero ver un poco más de tu trasero.

─ ¿Hablas enserio?

Yoongi refunfuñaba, pero había perdido suficientes argumentos conmigo para saber cómo iba a terminar esto. Deslizó su ropa interior un par de centímetros, mostrándome la raja de su trasero.

─ ¿Feliz?

─ Todavía no ─dije.

Me acerqué a la cama y le di una palmada en el trasero.

─ ¡Ay! ¿Por qué carajo fue eso?

─ Eso fue por una de las cien mil veces que me has llamado "jodido maricón".

Agarré la banda de la cintura de su ropa interior y empecé a tirar de ella el resto del camino hacia abajo. Yoongi me agarró de la muñeca.

─ ¡No! ¡De ninguna manera, Kim SeokJin!

─ ¿Quieres este maldito ensayo? ─le pregunté con una sonrisa burlona─. Quiero ver tu trasero.

Yoongi apretó su mano contra mi muñeca. Estaba apostando a que la oportunidad de debutar y ser famoso sería más importante que evitar que un gay le viera el trasero. Y yo tenía razón. Min Yoongi maldijo y a regañadientes soltó mi muñeca. Le quité la ropa interior, se la deslicé por las piernas y luego la tiré al suelo.

─ Esto es tan jodido ─murmuró de nuevo Yoongi.

─ Sí, bueno, la venganza es una mierda cuando te toca.

Me senté en mi escritorio y lo miré de nuevo. El gran Min Yoongi desnudo sobre mi cama. ¿Quién lo hubiera pensado?

─ ¿Podemos terminar con esto? ─mascullo en un tipo de quejido.

─ Claro.

Volví a trabajar en el trabajo. Pero no antes de girar mi webcam hacia la cama y grabar. Esta era una vista que me gustaría saborear de nuevo. Trabajé media hora más, terminando el borrador.

Me giraba de vez en cuando. Se estaba poniendo inquieto.

─ ¿Qué hora es? ─preguntó─. ¿Has terminado?

─ Poco después de medianoche. Y no. Tengo un borrador. Pero todavía tengo que hacer que suene como tú. De lo contrario, el señor Shin sabrá que subcontrataste a alguien y estarás muerto.

─ De acuerdo.

Me recosté en mi silla y me estiré.

─ Sabes, esto me va a llevar un tiempo. Date la vuelta para que pueda ver al resto de ti.

Yoongi frunció el ceño.

─ No me jodas SeokJin.

─ Es un poco tarde para eso. He trabajado horas en tu maldito trabajo, lo menos que puedes hacer es darme un show.

─ Vete a la mierda.

─ Todos los chicos de tu clase de Gimnasia ya te han visto la polla en la ducha.

─ Eso es diferente.

─ Sí. De hecho, yo lo disfrutaré.

─ No.

─ Quieres un trabajo de sobresaliente. Quiero ver tu polla. ¿Qué es lo que va a pasar?

Yoongi parecía lo suficientemente loco como para hacer un agujero en la pared, pero estaba atrapado. Cogió su chaqueta de la universidad y la sostuvo frente a su entrepierna mientras se giraba para mirarme.

─ No ─dije─. No hay trato.

─ Basta ─Yoongi suplicó.

─ Quítate la chaqueta.

La cara de Yoongi ardía en un color rojo profundo.

Lentamente retiró la chaqueta y la tiró al suelo. No me extraña que haya sido tímido. El chico estaba semiduro. Puso sus manos delante de él.

─ Es la forma en que me miras ─refunfuñó con una excusa─. Me pone nervioso.

─ ¿Así es como lo llamas?

Busqué en el cajón de mi escritorio y agarré el frasquito de loción que guardaba allí. Se lo lancé.

─ ¿Qué es esto? ─preguntó.

─ Lubricante. Mientras estés caliente, puedes darme un espectáculo.

─ Debes estar bromeando, Kim...

─ Cierra los ojos y piensa en tu novia, la youtuber sexy. ─Me miró, preguntándose si realmente lo decía en serio. ─O podría empezar a borrar todo en lo que hemos trabajado esta noche. ─Volví a mi ordenador. ─Oh, mira. El último párrafo acaba de ser borrado. Ahora, el antepenúltimo párrafo. Ahora...

─ ¡Muy bien! ¡De acuerdo!

Abrió la botella de lubricante, se lubricó la polla y se puso a trabajar. Recostó la cabeza sobre mi almohada y cerró los ojos.

Lo vi acariciar su miembro durante un par de minutos, pero no pareció ponerse más duro. Supongo que imaginaba que la novia no lo hacía por él.

Abrió los ojos y me miró.

─ Uh, ¿tienes algo de porno? ─preguntó.

─ Por supuesto ─sonreí. Giré mi ordenador, y luego moví mi silla fuera del camino de la trayectoria de su visión para que él tuviera una mejor vista.

Yoongi parecía disgustado y volteó la cabeza.

─ Quiero decir... ya sabes ¿porno en directo?

─ Probablemente pueda encontrar algo.

Me llevó treinta segundos y una búsqueda en Google para desenterrar algo que lo pusiera caliente. Chicas rubias con tetas ridículamente grandes enjabonándose unas a otras. Yoongi se puso duro como una roca, y empezó a acariciar su polla cada vez más rápido. Pero noté que se alejaba de la pantalla para mirarme. Creo que le gustaba ser observado. Sentir mis ojos en su cuerpo. Una parte de él se estaba excitando. Podía oírlo acercándose. Su respiración se aceleraba. Quitó su vista del porno y me miró fijamente a los ojos. Y entonces se corrió.

— ¡Ahhh...! —gritó, mientras lanzaba un primer chorro de semen caliente sobre todo su estómago y su pecho. Siguió masajeando su polla con fuerza y echó la cabeza hacia atrás,todo su cuerpo estremeciéndose mientras continuaba su orgasmo─. ¡Mierda!

Casi me corro al verlo.

Después de unos segundos logró recuperar el aliento. Levantó la cabeza y me miró con esos pequeños y felinos ojos cafés. Nos miramos fijamente durante un rato sin decir nada. Finalmente, miró hacia abajo, hacia el pegajoso desorden de su pecho.

─ Uh, estoy un poco...

Le tiré una caja de pañitos.

─ Gracias.

Empezó a limpiarse.

─ Entonces, ¿estás feliz ahora? ─preguntó─. ¿Terminarás el trabajo?

Sonreí. ─Pequeña estrella, terminé ese trabajo hace una hora.

─ ¿Qué? Idiota pervertido.

Yoongi se puso de pie. Agarró su ropa interior del suelo y empezó a ponérsela.

─ ¡Oye! ─exclamé─. ¿Acaso dije que podías vestirte?

Se detuvo.

─ ¿Y ahora qué?

─ Nada ─solte una carcajada─. Sólo estoy bromeando. Puedes ponerte la ropa.

Yoongi murmuró unas pocas palabras de maldición mientras se vestía. Para el momento en que estaba poniéndose su chaqueta, ya tenía "su" ensayo de inglés impreso y listo para que se lo llevara.

Alargó la mano para hacerlo. Pero tenía una condición más.

─ Y una cosa más ─dije─. No vuelvas a llamarme "jodido maricón".

Yoongi me miró con ira, pero gruñó algo que parecía un acuerdo. Luego cogió el papel y salió corriendo de mi habitación. Unos segundos después, oí el portazo de la puerta principal.

Me reí y volví a mi computadora para ver cómo salía el video.

En general, no fue una mala noche.






(...)





Los días siguientes fueron geniales. Veía a Yoongi en la escuela, actuando como si nada hubiera pasado. Bromeando con sus estúpidos amigos. Besándose entre clases con su novia. Pero yo lo sabía. Sabía cómo era su cuerpo desnudo bajo esa ropa. La forma en que se veía su pene cuando se ponía duro. La forma en que gemía cuando se corría. Y por primera vez, no estuve mirándolo por encima de mi hombro todo el día en los pasillos de la escuela.

Las cosas habían cambiado. Yoongi me devolvió silenciosamente algo, así que no tuve que aguantar toda la mierda de él y su escuadrón de matones. Claro que no podía venir a insultarme por ser gay después de haberse desnudado y masturbado para mí.

Mi buen humor duró hasta el viernes por la mañana, cuando fui al baño de hombres.

Min Yoongi y sus amigos estaban ahí.

Normalmente, me habría dado la vuelta y me habría ido. Me habría aguantado hasta el próximo receso de clase. No valía la pena la molestia de tratar con esos tipos. Pero pensé, tontamente, que las cosas eran diferentes ahora.

Me acerqué al urinario junto a Yoongi y empecé a orinar.

Ni siquiera me miró.

─ ¿Cómo te fue en tu trabajo de inglés? ─le pregunté casualmente.

Sabía que había hecho un trabajo de 100 para él, pero quería asegurarme de que el señor Shin también lo había pensado.

─ Uh... bien ─murmuró, mirando directamente a la pared

─ Bueno, supongo que eso significa que aún estás-

Estaba a punto de felicitarlo por seguir manteniendo su puesto como trainee, pero me detuvieron con un duro golpe en la nuca. Era uno de los amigos de Yoongi.

─ Oye, Yoon, ¿este maricón te está molestando? ─Kim Namjoon era un trainee de una de las empresas de entretenimiento más famosas por sus grandes artistas de hip hop y una de las más liberales con sus aprendices, así que el que sea capaz de golpear a quien se le daba la gana no le afectaba en nada.

Me abroché la cremallera y me di la vuelta. ─Vete a la mierda imbécil.

Namjoon pareció sorprendido.

Kim Taehyung que mordisqueaba un caramelo a un lado soltó una risita.

─ Le crecierón huevos al chico.

Con un gruñido bajo, Namjoon se dirigio a mi: ─Repite lo que me dijiste, maricón.

─ Te dije que te fueras a la mierda.

Otro de los chicos que estaba ahí, Jeon Jungkook, se acercó y me empujó contra el urinario.

─ ¿Ahora dejan entrar a los maricas en el baño de hombres? Creo que este tipo estaba mirando tu entrepierna, Yoon.

Casi me río. Podría ver a Yoongi acariciando su pene cada vez que quisiera en mi portátil. No es como si necesitara verlo orinar.

Entonces Taehyung se acercó y me empujó también. Son como una maldita manada de lobos. Uno de ellos huele la debilidad, y todos los demás se unen. Esto se estaba saliendo de control rápidamente. Menos mal que tenía a Yoongi para terminar con esto. Me lo debía. Le eché un vistazo, pero se quedó ahí parado, con la cara roja.

Jungkook agarró mi camisa. ─Malditos maricones en el baño de hombres. Vamos a darle una lección.

Los otros dos me agarraron de los brazos. Luché, pero eran tres y todos estaban hechos como ogros. Empezaron a arrastrarme hacia uno de los cubículos.

─ ¡Yoongi! ─Grité─: ¡Quítame a estos malditos neandertales de encima! ─pero se quedó ahí mirando, sin decir nada.

Los tres me empujaron a uno de los retretes y me agacharon sobre el inodoro. Namjoon me obligó a meter la cara en el tazón. Luché como el demonio para soltarme, pero eran demasiado fuertes. Me mantuvieron la cabeza bajo el agua hasta que mis pulmones se quemaron. Pensé que iba a morir en ese momento.

Finalmente, Namjoon me agarró el pelo y me levantó la cabeza.

─ Di que lo sientes, jodido maricón ─me susurró al oído.

─ ¡Vete a la mierda! ─grité, con todo el aliento que me quedaba.

Me golpeó la cabeza contra el mármol del inodoro y nuevamente me mantuvo bajo el agua demasiado tiempo. Pateé como un loco, pensando que realmente quería matarme. Y de repente me soltó y pude sacar la cara.

Goteando, mojado y jadeando por el aliento, miré a mí alrededor.

Detrás de los ellos estaba el señor Bang, el subdirector.

─ ¿Quieren decirme qué está pasando aquí? ─preguntó.

Los tres se encogieron de hombros y sonrieron.

─ Sólo nos estamos divirtiendo un poco, señor.

Estaba luchando tan duro para recuperar el aliento que no podía decir nada. El señor Bang nos revisó.

─ Todos llegan tarde a la tercera clase. Vayan a clase.

Los imbeciles salieron todos en tropel.

El señor Bang me miró fijamente, sentado en el piso del baño, empapado y con la frente sangrando a borbotones por el golpe. Empecé a contarle lo que habían hecho, pero se giró y se fue.

Era un hecho. No importaba cuan buen alumno o persona fueras, en la escuela no eras nadie si no eras o ibas a ser una estrella.

Me salté la clase de matemáticas. No me iba a sentar ahí con el uniforme manchado de sangre y mojado de la cabeza solo para dejar que todos supieran lo que había pasado. Además necesitaba tiempo para pensar.

Encontré una mesa aislada en la biblioteca y saqué mi portátil. Volví a ver el video de Yoongi. No había planeado usarlo para nada más que para mi propia diversión. Pero ahora esto era la guerra. E iba a usar todas las armas que tenía. Y solo me llevó unos minutos prepararlo todo.

En el almuerzo, me senté solo. Vi a Yoongi, en su mesa al otro lado de la cafetería. Rodeado de sus amigos. Su novia sentada en su regazo, dándole patatas fritas. Estaba sonriendo, como si fuera el rey del mundo.

Saqué mi teléfono y le envié el mensaje.

Al otro lado de la habitación, vi a Yoongi riéndose de algo que le había dicho su novia. Se metió la mano a su bolsillo para contestar el teléfono. Miró a la pantalla y su expresión se congeló. Se puso más blanco de lo que era y entonces, rápidamente volvió a meter el teléfono en su bolsillo antes de que alguien lo viera.

Miró alrededor del comedor con pánico. Y finalmente su mirada se detuvo sobre mí. Sonreí y saludé con la mano. Y entonces sus ojos cafés se abrieron de par en par con absoluto miedo.

Su novia se inclinó para decir algo, Yoongi forzó una sonrisa y trató de actuar causalmente pero se estaba volviendo loco en su interior. Lo vi retorcerse durante el resto del almuerzo.

Recibí su primer mensaje cuando me dirigía a clase de química.




¿Qué es lo que quieres?





No respondí.

Pensé que Yoongi podría romperse la cabeza durante un tiempo. Preguntándome qué iba a hacer ahora. A quién más iba a enseñarle esa foto. Siguió enviándome mensajes de texto durante las siguientes clases.




SeokJin, no puedes mostrarle eso a nadie.

Por favor, no se lo muestres a nadie.

No se lo has mostrado a nadie, ¿verdad?




Lo dejé hervir a fuego lento hasta unos minutos antes del último período. Entonces finalmente envié una respuesta.




Al tejado. Ahora o toda la escuela lo verá.




Me dirigí a las escaleras del ala este de la escuela. A veces los niños iban al tejado a fumar o a besarse. Pero hoy lo tenía para mí solo.

Yoongi subió unos minutos después. Miró a su alrededor, nervioso de que lo vieran conmigo.

─ SeokJin, ¿por qué tomaste esa foto? ─preguntó.

─ No es una foto ─le aclare─. Es un vídeo. Echa un vistazo.

Levanté mi teléfono.

Allí en la pantalla estaba Yoongi, gimiendo cuando un chorro de semen saltó sobre su estómago. Y luego se volvió hacia mí y me preguntó si eso era lo que quería.

Yoongi parecía que iba a tener un ataque al corazón. Intentó agarrar mi teléfono, pero se lo puse fuera de su alcance.

─ Esa no es la única copia, Einstein. Ya lo he subido a la página web.

Yoongi se congeló. ─¿Quieres decir que todo el mundo puede ver eso?

─ Aún no. Está protegido por contraseña,... por ahora.

Me miró, tratando de averiguar en cuántos problemas estaba metido.

─ ¿Qué quieres? ─preguntó.

Esa era la pregunta.

─ Tal vez sólo quiero ver lo que pasa cuando tu empresa y tus amigos vean esto. ¿Qué crees que harán cuando se enteren de que has estado haciendo programas de sexo gay para aprobar inglés?

Yoongi tragó con fuerza.

─ SeokJin, no puedes-

─ O puede ser divertido ver lo que hace tu novia youtuber cuando se entere de que te has estado masturbando para un chico gay.

─ No, por favor, no...

─ O esas pequeñas páginas de fans que tienes. ¿Qué crees que dirán cuando lo vean?

Yoongi parecía que estaba a punto de llorar.

─ Por favor ─me rogó─. No puedes hacer esto, Jin.

─ Deberías haber pensado en eso antes de dejar que tus amigos me metieran y golpearán la cabeza en el inodoro.

─ ¡No es lo mismo! ─protestó─. Solo fue un golpe y tu pelo se mojó un poco. ¿Cuál es el problema?

Lo miré fijamente.

─ ¿Cuál es el problema? ─le repetí.

Yoongi me miró con la mirada perdida.

Y entonces me di cuenta de que realmente no lo entendía.

Siempre ha sido el chico de oro al que todo el mundo besa por donde pisa. Nunca había recibido las "bromas" de sus amigos. Nunca había sido nadie. Nunca había sido intimidado, o asustado, o no tenía el control. Pero era hora de que recibiera una maldita lección.

─ Mira, lo siento Jin ─balbuceo─. ¿Es eso lo que quieres oír?

─ Eso es muy poco ─le dije.

Se quedó allí, temblando, al borde de las lágrimas.

─ Por favor ─suplico más fuerte─. Haré lo que sea.

Me di la vuelta para irme.

─ Mi casa ─le dije mientras me alejaba─. A las diez de la noche.






(...)





Llamaron a la puerta a las 11:15.

Lo abrí para encontrar a Yoongi de pie en el porche delantero, mirando a su alrededor con nerviosismo.

─ Llegas tarde ─le dije.

─ Lo que sea. Déjame entrar antes de que alguien me vea aquí.

Yoongi entró al pasillo y cerré la puerta tras él. Metió la mano en su chaqueta, esta vez de jean, y sacó un fajo de billetes y una pequeña bolsa de plástico.

─ Tengo un par de miles de wones aquí. Y esta es toda la hierba que pude conseguir.

Buen intento. No se iba a librar tan fácilmente.

─ No quiero tu dinero ni tu maldita hierba ─le dije. Y luego lo pensé mejor. ─No, espera ─dije─. Dame el dinero. Pero te daré la oportunidad de ganártelo de nuevo.

Yoongi entregó los billetes y volvió a meter la hierba en su bolsillo.

─ ¿Así que ahora estamos bien? ─preguntó esperanzado.

─ Ni por asomo. Por aquí.

Lo guíe a mi guarida. Tenía algo de música de baile y había instalado una pequeña máquina de luces de discoteca que había comprado en el centro comercial. Era de mal gusto, pero creó el ambiente.

─ ¿Qué... es todo esto? ─preguntó Yoongi.

Me senté en el sofá.

─ Aquí es donde empiezas a ganarte mi perdón ─le dije─. Pensé que podríamos empezar con un espectáculo de striptease.

Yoongi se rio nerviosamente. ─Acabo de darte casi cien mil wones, Jin. Estamos a mano. No voy a seguir jugando a tus estúpidos juegos.

Me encogí de hombros.

─ Bueno, si no tienes ganas de bailar, supongo que podemos ver la tele en su lugar.

Levanté el control remoto. El video de Yoongi masturbándose cobró vida en la pantalla, y la habitación se llenó con el sonido de él preparándose para correrse.

─ ¡Ahhh... joder... ah!

Yoongi puso una mueca de dolor y se alejó de la televisión.

─ Lo siento ─grité sobre sus gemidos grabados─. Olvidé lo intenso que te pones al final.

Presioné el botón de silencio. Yoongi me miró fijamente.

─ No puedes enseñárselo a nadie.

─ Oh, sí que puedo ─le corregí─. Ya lo he subido a X-tube. Está programado para salir en vivo a ─mire mi muñeca como si tuviera un reloj imaginario─ medianoche.

Yoongi miró el reloj de pared, y una mirada de pánico cruzó su cara.

─ Lo titule "My porn star debut" ─le dije─ y lo etiqueté con tu verdadero nombre. Así que aparecerá cada vez que alguien te busque en Google. ¿Cuánto tiempo crees que pasará antes de que alguien de la escuela lo encuentre y empiece a pasarlo?

Yoongi apretó los puños y dio un paso hacia mí.

─ Voy a patear tu culo de jodido maricón al suelo por esto.

Lo miré a los ojos, una sonrisa brillante en mi rostro.

─ Adelante. Y entonces, ¿quién va a impedir que ese video se publique?

Yoongi se congeló.

─ ¿Puedes detenerlo?

Me encogí de hombros.

─ Claro... si quisiera.

Yoongi estaba allí, apretando y soltando sus puños. Enfadado y frustrado, pero sobre todo asustado. Todo su mundo estaba apunto de derrumbarse.

─ Páralo entonces ─suplicó.

─ Aquí está tu problema, Min Yoongi: No me agradas nada. Has sido un imbécil conmigo desde el día que nos conocimos. Y hoy dejaste que tus amigos trataran de matarme en un inodoro. Así que voy a disfrutar viéndote caer.

La cara de Yoongi se puso roja, y las lágrimas empezaron a brotar en sus ojos. Parecía que iba a golpearme o a tirarse al suelo a llorar. O tal vez ambas cosas. Echó otro vistazo a su vídeo, reproduciéndose en silencio en la televisión.

─ ¡Lo siento! ─dijo a voz en grito─. ¿De acuerdo? Lo siento, lo siento mucho, ¿qué más se supone que debo hacer?

─ ¿Podrás adivinarlo con tu pequeño cerebro? Pero si fuera tú, yo encontraría la manera de hacer que me gustes. Y me esforzaría mucho. Tienes treinta y cinco minutos para hacerme olvidar cinco años de tus malditos abusos.

Yoongi se quedó ahí parado, tratando de pensar en alguna forma de salir de esto. Pero pensar nunca había sido su fuerte.

─ Que sean treinta y cuatro minutos ─dije, apuntando al reloj.

Se mordió el labio. Miró al suelo durante unos segundos. Y luego se quitó lentamente su chaqueta jean.

─ ¡Woo-hoo! ─aplaudí divertido─. Parece que tendremos el debut adelantado de una pequeña estrella.

Yoongi seguía mirando al suelo.

─ No me vas a filmar esta vez, ¿verdad?

─ Mi ordenador está en mi habitación ─le dije. Lo que era técnicamente cierto. Pero claro que con las cámaras con conexión wi-fi no importaba dónde estará mi ordenador. Sin embargo, Min Yoongi no necesitaba saberlo.

Empezó a desabrocharse la camisa, revelando su suave y delgado pecho.

Agité la cabeza.

─ Vaya, apestas en esto ─le dije.

Yoongi me miró, confundido.

─ Pensé que esto es lo que querías, ¿no?

─ Quiero un espectáculo digno de un futuro idol. Si quieres que me olvide de toda la mierda que has hecho conmigo, vas a tener que esforzarte más que eso.

Subí el volumen de la música. Yoongi cambió torpemente su peso de pie a pie.

Me quejé.

─ Dios, no creo nada que seas tan mal bailarín.

─ Vete a la mierda, Kim SeokJin. No es como si hubiera hecho este tipo de bailes antes.

─ No me interesa. He visto la forma en que bailas en tus entrenamientos. Inténtalo.

Yoongi se obligó a soltarse. Moviendo las caderas. Haciendo gestos locos con sus brazos. No iba a ganar ningún concurso de baile, pero al menos lo intentaba. Poco a poco se quitó otro botón en la camisa, y luego me miró para que le diera su aprobación.

─ Sí, así está mejor.

Yoongi trabajó lentamente para quitarse la camisa. Mostrando su pecho, sus rosados pezones y sus delgados brazos. No paraba de mirarme, como si estuviera queriendo asegurarse de que le estaba prestando atención. Y era un tipo muy sexy. Aparte de su baile, probablemente podría tener una carrera asegurada como Stripper si lo de ser idol no funcionaba.

Finalmente se quitó la camisa y la tiró al suelo. Cogí uno de los billetes de cien wones de su fajo.

─ Ven aquí, pequeña estrellita.

Yoongi bailó torpemente hasta el sofá. Levanté la mano y le toqué el pecho. Pase mi mano sobre la piel caliente de su estómago. Tembló un poco, pero no me detuvo.

─ Bonito cuerpo ─le dije metiendo el billete en sus pantalones─. Veamos un poco más.

Yoongi tomó la hebilla de su cinturón y luego perdió el ritmo. Se quedó congelado.

─ Faltan 20 minutos para medianoche ─le recordé.

Él miró de nuevo a la televisión, donde su video se había vuelto a poner en bucle. Tragó con fuerza y se desabrochó el cinturón. Pude ver sus manos temblando mientras se desabrochaba la bragueta de sus pantalones. Y luego los bajó lentamente. Estaba tan duro que prácticamente se le salía de los calzoncillos.

─ Creo que te gusta este trabajo ─me burlé.

Su polla casi asomaba por encima de la cintura de su ropa interior.

─ Es sólo la forma en que me miras ─murmuró─. Me pone nervioso.

Yoongi se quitó los zapatos y lentamente se quitó los pantalones. Se detuvo frente a mí, el bulto en su ropa interior a sólo unos centímetros de mi cara.

─ Date la vuelta ─le dije.

Hizo lo que le dije. Me miró por encima del hombro. Y luego se bajó la ropa interior para mostrarme su suave y redondo trasero.

─ ¿Es eso lo que querías ver?

Supongo que la amplia sonrisa en mi cara fue suficiente respuesta.

Se quitó la ropa interior y la tiró a un lado. Y luego se dio la vuelta lentamente. Se quedó ahí parado, con la polla dura moviéndose frente a mi cara. Me miró con esos profundos ojos cafés.

─ Bien, tienes tu espectáculo de striptease, Jin. Ahora cancela el video.

─ No ─dije, sosteniendo su dinero─. Todavía tengo un montón de billetes aquí. Y quiero un baile erótico.

Yoongi miró el reloj. ─Jin, sólo quedan diez minutos.

─ Entonces será mejor que me hagas un gran y rápido baile erótico.

Lo agarré de la cintura y lo tiré hacia mí. Se arrodilló en el sofá, a horcajadas sobre mí, su cuerpo desnudo presionando contra mi ropa. Podía sentirlo temblar.

─ Nueve minutos —le recordé en un susurro—. Y aún no te has ganado mi perdón.

Yoongi entendió la indirecta. Empezó a mover las caderas, a frotar su trasero contra mis jeans y a golpear mi estómago con su miembro.

─ Sí, esto puede funcionar...

Pasé mis manos sobre sus hebras rubias, sus hombros, sobre cada centímetro de su cuerpo perfecto. Podía ver cómo se le ponía la polla más dura. Lo acerqué, y puse mi boca en uno de sus pezones. Soltó un pequeño gemido, y pude sentir que se ponía duro bajo mi lengua.

─ ¿Es esto lo que querías, Jin? ─susurró, su aliento caliente en mi oído─. ¿Estamos bien ahora?

Deslicé una mano entre sus piernas y dejé que mis dedos rozaran la punta de su miembro. Dio un pequeño grito ahogado. Y luego le puse la mano alrededor de la polla completa. Su mano se derrumbó y me agarró de la muñeca.

─ No, no hagas eso... ─suplicó.

Pero podía sentir su pene crecer y endurecerse en mi mano. Una cálida gota de presemen corrió por mis dedos, y su agarre en mi muñeca se debilitó. Empecé a acariciarle la polla. Podía sentir todo su cuerpo temblando.

Sólo le dí un par de buenas caricias antes de que soltara un gemido y enterrara su cara en mi cuello. Y entonces, derepente, estaba disparando semen caliente por toda mi camiseta.

─ Mierda, mierda, mierda...

Se derrumbó encima de mí, jadeando. Se quedó ahí tirado durante unos segundos, recobrando el aliento. Y entonces recordó el momento. Levantó la cabeza y miró hacia atrás al reloj.

─ Mierda, sólo quedan cinco minutos.

Se quitó de encima de mí y se sentó en el sofá.

─ Listo, SeokJin. Estamos a mano. Ahora haz que ese video desaparezca.

Me senté allí, sintiendo su semen caliente empapando mi camisa.

─ No ─dije─. Todavía no estamos a mano.

─ ¿Qué? ¡Pero si he hecho todo lo que querías!

─ No todo ─le dije, mientras desabrochaba la hebilla de mi cinturón.

Me bajé la cremallera y me saqué la polla. Los ojos de Yoongi se abrieron de par en par. Podía tener una linda y gruesa polla de la que estar orgulloso pero ahora podía saber que la mía le ganaba en todo sentido.

─ No estamos a mano, hasta que ambos nos corramos ─Yoongi me miró la polla. ─Cinco minutos ─le recordé.

─ Y-yo... no puedo.

─ Entonces nuestra querida Daegu está a punto de tener su primera gran estrella porno.

Le puse una mano en la nuca y le guíe la cara hacia mi entrepierna.

─ No soy gay ─protestó Yoongi.

─ No me importa.

Sentí su aliento caliente en la cabeza de mi miembro. Y luego un tímido toque de su lengua, como si estuviera tratando de ver a qué sabía. Y entonces la cabeza se deslizó por sus labios y yo estaba recibiendo mi primera mamada. Fue incluso mejor de lo que me había imaginado. La sensación de su boca caliente y húmeda en mi polla. La visión de su cabeza moviéndose hacia arriba y hacia abajo, mientras luchaba por hacerme correr antes de que se le acabara el tiempo. Luché para evitar que me corriera. Me sentí tan bien que no quería que se detuviera. Pero entonces Yoongi me miró con esos felinos ojos cafés. Sus labios se apretaron alrededor de mi polla. Y pensé en todas las veces que me llamó chupapollas.

De repente estaba disparando mi carga en su boca.

Yoongi puso una mueca de dolor y escupió sobre mi miembro, pero la segunda explosión lo pilló en la cara. Entonces mi polla me dio una palmada en el estómago, sacando el resto de la carga sobre mi camiseta. Mi semen mezclándose con el suyo. Yoongi escupió en su mano, y trató de limpiar el semen de su cara. Me miró con ojos suplicantes. Me agaché y pasé mis dedos por su pelo rubio cenizo rizado.

─ Ahora si estamos a mano, Yoon ─sonreí.

Saqué mi teléfono para cancelar el lanzamiento del vídeo.

Teníamos treinta segundos más.






































*Brave New World o Un mundo feliz: este libro no tiene nada de lo que Yoongi menciono xddd

les dejo la sinopsis:

La novela comienza con un grupo de estudiantes que visitan la central de condicionamiento de Londres, donde un científico les muestra la técnica de la reproducción artificial. Por medio de ella comprenden que la organización de la sociedad es determinada desde el nacimiento. El estado mundial manipula la reproducción para garantizar personas perfectamente adaptadas a su posición social, designados con letras del alfabeto griego desde los Alfa: destinados a la dirigencia, hasta los Épsilon: diseñados para las tareas más peligrosas y repetitivas. Esta planificación de tipo genética se complementa mediante el condicionamiento por medio de la hipnopedia, la enseñanza durante el sueño, que inculca consignas y la educación.




bue,
FELI CUMPLE A MI AMIGA ÍNTIMA YOALIS (seokjinngf)
y aunque ella me pidió algo soft a estas alturas soy
todo menos soft😔 jaja'nt lo sientooooo

te quiero mucho, yoalis, gracias por siempre apoyarme
me hace querer siempre dar lo mejor de mi y también
confiar en lo que hago🥺💗💗💗 por favor ten mucha
felicidad siempre, bebé💞

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