23

Ojos. Esos malditos ojos me jodieron para siempre. Me hicieron el amor con solo mirarlos.
Charles Bukowski.

¿ Lo odiaba ? No, claro que no. Lo había dicho por puro impulso. Salí del auto hecha una furia y me alejé lo más que pude , pero él me siguió .

- ¿ Por qué te afecta tanto esa estupidez ? - me gritó .

- Ellos son mis amigos ¿ sabes ? - dije enojada - Odio cuando te comportas como un cretino.

- Deja de decir que me odias - dijo con los dientes apretados.

- Deja de darme motivos - repliqué .

Enoch se acercó a mí con tanta rapidez que retrocedí un par de pasos por el impacto. Agarró mi rostro entre sus manos y unió nuestros labios en un suave beso. Me quedé completamente sin aire y los latidos de mi corazón se aceleraron. Maldije internamente por hacerme agua entre sus manos y caer tan fácilmente ante él. Él era una droga que me mantenía adicta, y qué puedo decir, drogarse cuando ya estás drogado es lo mejor que hay. Fue un beso bajo las estrellas , mágico y fugaz.

- ¿ Por qué hiciste eso ? - reclamé con la respiración agitada.

- Solo quería darte otro motivo para que me odies.

Volvimos a la carretera, y el ambiente en el interior del auto se volvió incómodo. Nadie se atrevió a decir ni una palabra .

El viaje se me hacía infernal por tener a Enoch tan pero tan cerca de mi y no poder tan siquiera besarlo. Al salir al mundo real, mi cuerpo y mi mente habían comenzado a cambiar . Sentía cosas nuevas, y pensaba de maneras muy poco sanas. Ya no solamente amaba a Enoch, también lo necesitaba, lo deseaba. La cercanía de nuestros cuerpos y la lejanía de nuestras mentes no ponían las cosas fáciles.

Fuimos llegando a las grandes ciudades de la costa este. La primera, Washington D.C. Según viajábamos nos acercamos mucho a un punto marcado en uno de los mapas de Abe. Nos planteamos si parar a echar un vistazo .

- Podría ser una cada segura - dijo Millard - O una guarida de asesinos. Imposible saberlo.

- Todas esas marcas podrían señalar distintos bucles - sugirió Victor.

- O distintas novias - soltó Enoch y le di un codazo.

El teléfono de Jacob sonó, y este lo contestó para luego conectar el altavoz, con temor de que pudiese tratarse de Miss Peregrine.

- ¿ Hola ? ¿ Jacob ? - respiramos aliviados al ver que era Horace y no la ymbryne.

- Estamos todos aquí - dijo Millard .

- Gracias a Dios - suspiró Horace - ¡ Temía que estuvierais todos muertos!

- ¿ Cómo ? - se sorprendió Emma - ¿ Por qué?

- Yo, eh…, da igual.

Conocía lo suficiente a Horace como para saber que había tenido un sueño, pero no quería que preocuparnos.

- ¿ Son ellos ? - oímos preguntar a Bronwyn - ¿ Cuándo van a volver ?

- ¡ Nunca ! - gritó Enoch.

- No le hagas caso - le dije - Ahora estamos en el coche. Volveremos lo antes posible . Dentro de unos días , a lo sumo .

Al menos eso esperábamos.

- Oídme - dijo Horace - Miss P está hecha un basilisco. Hemos intentado cubriros todo el tiempo que hemos podido , pero a Claire se le ha escapado la verdad y ahora la directora está absolutamente furiosa.

- ¿ Por eso has llamado ? - preguntó Jacob - Ya sabíamos que se enfadaría .

- Hazme un favor - pidió Horace - Si te pregunta, dile que nosotros nos opusimos a la idea y no nos hiciste caso.

- Será mejor que volváis enseguida - añadió Bronwyn.

- No podemos - dijo Victor - Nos han encomendado una misión, Wyn.

- Cuando sepa lo que hemos estado haciendo, estoy segura de q lo entenderá - añadí.

- Yo no lo tendría tan claro - advirtió Bronwyn - Se pone de un color raro casa vez que vuestros nombres salen a relucir .

- ¿ Dónde está ahora ? - preguntó Jacob.

- Por ahí, buscándoos - respondió otra voz - Soy Hugh, por cierto.

- Hola Hugh - lo saludó Emma - ¿ Por dónde nos está buscando Miss P ?

- No lo ha dicho. Nos ha ordenado que nos quedáramos en casa bajo amenaza de castigarnos para siempre y luego se ha marchado volando.

- ¡ Y un cuerno ! - resopló Enoch - No podéis dejar que os trate como a niños pequeños.

- Para ti es fácil decirlo - replicó Hugh - Tú te has largado a vivir aventuras mientras que nosotros estamos aquí encerrados con una tutora que echa chispas.

- No todo es tan divertido ¿ sabes ? - objeté - Las aventuras son terribles . No hemos dormido ni nos hemos duchado ni comido como Dios manda desde que nos marchamos. Por poco nos disparan en Florida y Victor empieza a oler a perro mojado.

- Aún así es mejor que estar aquí atrapado - fue la respuesta de Horace - Solo recordad esto : restaurantes chinos, bien; cocina continental, mal.

- ¿ Y eso qué significa ? - preguntó Emma .

- ¿ Y qué es la cocina continental ? - añadió Jacob.

- Forma parte de un sueño que tuve - respondió Horace - Solo sé que es importante .

Prometimos recordarlo y, tras eso, Horace y Bronwyn se despidieron.

- ¿ Comentamos el plan ? - propuso Millard.

- Magnífica idea - respondió Enoch - Ni siquiera sabía que tuviéramos uno.

- El plan es ir a un colegio - le explicó Victor - a buscar a un peculiar que está en peligro y ayudarlo.

- Ah, claro. Se me había olvidado , tenemos un plan excelente y muy detallado ¿ En qué estaría pensando ?

- Ahora ya capto el sarcasmo - dijo Victor - Y estás siendo sarcástico ¿ verdad ?

- ¡ Que va ! - respondió Enoch con el doble de sarcasmo - Le preguntamos a todos en ese instituto si conocen a algún alumno peculiar y antes o después, daremos con la persona que buscamos.

- Enoch, ese plan no nos lleva a ninguna parte - dijo Victor negando con la cabeza.

- Está siendo sarcástico - le soplé.

- ¡ Pero si has dicho que no ! - le reprochó él, molesto.

- ¿ Y a dónde tenemos que llevar a ese peculiar, exactamente ? - preguntó Enoch.

- Bucle diez mil cuarenta y cuatro - respondió Emma .

- ¿ Y eso dónde está ? - quise saber.

- Todavía no lo sabemos - reconoció la rubia

- Ay, esto no va a salir bien ¿ verdad ? - dijo Victor.

- Te estás agobiando - le dijo Emma - Las tareas importantes siempre parecen inabarcables. Tenemos que proceder paso a paso.

- Igual que dice el refrán - apuntó Millard - El que habla de comerse a un oso torvo.

- Que asco - protesté.

- Solo es una metáfora - aclaró Millard - Nadie se come a los osos torvos en realidad.

- Apuesto a que algunas personas sí - opinó Enoch - ¿ Creéis que los asarán o se los comerán crudos?

- Cállate ya - le espetó Emma - Bocado a bocado, así se comen. Así que hay que concentrarse en el próximo bocado y luego ya pensaremos en el siguiente. Ahora toca buscar al peculiar. Más tarde ha nos preocuparemos por el bucle.

- ¿ Podemos usar otra metáfora ? - le pregunté a Emma y esta rió.

- Claro.


N/A : Por favor no olviden comentar y votar 😘

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top