Capítulo 20
—No puedo hacer eso. — negué con la cabeza, sentándome frente a la ventana de la habitación.
—Entonces no me quieres tanto como dices. — Riley se sentó a mi lado. Volteé a verla.
—Me estás pidiendo que me aleje de Lucas, sienta lo que sienta Lucas es mi amigo. — no podía aceptar lo que decía Riley.
—Vale, entonces tendrás que quitármelo. — tomó un pedazo de mi cabello y lo colocó detrás de mi oreja. — No voy a rendirme hasta tenerlo de vuelta, así que tendrás que luchar por su atención. Pero ambas sabemos a quien va a escoger. — pausó por unos segundos, esbozando una sonrisa triunfante. — A mí.
—¿Eso es todo lo que te importa? ¿Quién gana a Lucas? — la miré estupefacta. Bufé quitando mi mirada de ella. — Después de todos estos años de amistad entre nosotras, todo lo que te importa es un chico. — reí sin ganas. — ¿Ni siquiera te importa Farkle? — volví a mirarla. — Nos conoces a ambos mucho más tiempo que a Lucas, pero nos dejarías tirados por él. — me quedé callada esperando alguna respuesta, algo en su mirada que delatara alguna emoción o sentimiento, pero no había nada. — La que ha cambiado eres tú, Riley. No se que pasó contigo pero esta nueva Riley no me gusta para nada.
Me levanté yendo a la puerta. Al abrirla los padres de Riley junto a mi madre calleron al suelo. Habían estado espiando. Por alguna razón eso me hizo reír, recordando los viejos tiempos. Las risas se convirtieron en lágrimas y salí corriendo fuera del apartamento. Escuchaba mi madre llamándome pero la ignoré. No quería ver a ninguno de los adultos porque iba a ser bombardeada con preguntas o consuelos que no me harían sentirme mejor.
Fui hacia el primer lugar que mi mente pensó en ir.
—Lucas. — sollocé su nombre.
Sabía que él estaría trabajando hoy por lo que aparecí en el cinema. Éste salio de su puesto y fue a abrazarme con preocupación.
—Maya, ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? — preguntó el rubio sin dejar de abrazarme.
Intenté responderle pero las lágrimas me lo impedían.
☆
Fuimos a un parque que quedaba cerca del cinemas y nos sentamos en una banca. Reposé mi cabeza en los muslos de Lucas, quien acariciaba mi cabello con ambas manos. Ignorando la tristeza que sentía, se sentía bien estar aquí con Lucas.
Me sentía en paz.
—No puedo creer en lo que se ha convertido Riley. — rompió el silencio sin dejar de acariciarme. — Es una persona totalmente distinta a la que conozco. Sobretodo la forma en que te ha tratado, jamás pensé que fuera capaz de lastimarte.
—Quiero odiarla, de verdad que sí, pero no puedo. — admití en un suspiro. Lucas bajó una de sus manos para entrelazarla con la mía. Pude sentir mis mejillas acalorarse debido a su tacto. — Sigo pensando que la Riley que conozco está ahí, escondida, pero no logro recuperarla.
—Farkle dice lo mismo. — alcé mi mirada a la suya, haciendo contacto visual con él. — Dice que no se rendirá hasta traer a nuestra Riley de vuelta.
No pude evitar sonreír un poco al escuchar esas palabras. — Farkle quiere mucho a Riley. — admití. Luego recordé su secreto y me recompuse. — Es un gran amigo.
—Un gran amigo que al igual que tú, cargaban con un secreto. — fruncí las cejas confundida, sentándome. — Sé sobre sus sentimientos hacia Riley. — confesó. — Es imposible no darse cuenta.
—¿Te das cuenta de eso pero no de los míos? — me llevé una mano al pecho, fingiendo estar indignada. Lucas rió algo avergonzado.
—No lo quería aceptar. — admitió, manteniendo contacto visual conmigo. — Maya Hart, ¿gustando de mí? Imposible, ella es muy genial para mí.
El calor subió a mi cara debido a sus palabras. Le di un pequeño empujón, éste solo rió.
—¿Así que soy genial? — sonreí burlona. Ahora el sonrojado era Lucas. — Lucas Friar, quien diría que podías sonrojarte. — lo molesté en broma, causando que sus mejillas se volvieran más rojas de lo que ya estaban. Sin pensarlo dos veces saqué mi celular y le tiré una foto al rubio, tomándolo desprevenido.
—¡Maya! — exclamó avergonzado mientras intentaba quitarme el celular de mis manos, pero me levanté de la banca antes de que pudiera agarrarlo. — Borra esa foto. — pidió. Negué con la cabeza y éste se levantó. Olvidaba que era más alto que yo.
—Primero tienes que cacharme. — respondí dando mi mejor sonrisa. Sin darle tiempo a procesar comencé a correr por el parque con el teléfono en mis manos.
—¡No se vale! — escuché a Lucas quejarse. Me persiguió por todo el parque.
Seguí corriendo tratando de no tropezarme y entré en los columpios que estaban vacíos. Giré a ver donde estaba Lucas, pero al no verlo pensé que me había perdido de vista. Sonreí victoriosa y me tiré por el tobogán. Al terminar de deslizarme sentí unas manos fuertes agarrar mis piernas.
—¡Te atrapé! — cantó victorioso el rubio. — Ahora, borra la foto.
—Nop. — sonreí burlona jugando con el celular en mi mano. — Tendrás que quitármelo. — le reté.
Lucas se me quedó viendo por unos segundos y acto seguido intentó tomar el celular. Ambos forcejeabamos por tomar posesión del aparato y las carcajadas por parte mía casi no me dejaban ver. Empujé hacia atrás quedando acostada en el tobogán y debido a la fuerza de mi empuje Lucas quedó encima de mi.
Las risas cesaron y solo se escuchaba el cantar de los pájaros que volaban por el aire. Todo a mi alrededor dejó de cobrar vida y lo único que podía enfocarme era en los ojos de Lucas. Sus ojos verdosos que tanto me hacían temblar y perderme en ellos por horas.
Ninguno de los dos decíamos nada por miedo de romper el momento. Podía escuchar nuestros corazones latir tan fuerte que podrían explotar. Ambos estábamos tan cerca del otro que nuestros labios podían rozarse en cualquier segundo.
Y de verdad que estuve a punto. Mi corazón pedía a gritos que acortara la distancia entre nosotros y lo atrapara en un beso, pero tenía miedo. Miedo a que Lucas se fuera como lo hizo en la feria.
—No puedo. — giré mi cabeza mirando a otro lado que no fuera su cara y le di un pequeño empujón para que me dejara salir. Lucas se aclaró la garganta y se puso de pie ayudándome a bajarme del tobogán.
Guardé el celular en mi bolsillo y mantuve la mirada en el suelo.
—Me gustas Lucas, lo sabes perfectamente, pero no se lo que tú sientes. — respondí tratando de que mi voz no temblara. — Cada vez que te beso lo correspondes y luego te vas sin explicación. — apreté los labios intentando sacudir ese nudo en la garganta que se formaba. — No quiero ser tratada así, como un juguete.
Se quedó en silencio.
—No puedes besarme y luego hacer como que no pas-
Sus manos tomaron ambas de mis mejillas y alzaron mi cabeza haciendo contacto visual con él. Acortó la distancia entre nosotros con sus labios en los míos.
Lucas me estaba besando.
"We found wonderland. You and I got lost in it. And we pretended it could last forever."
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