Capítulo 10

Habían pasado días desde aquella noche en la feria. Comencé a trabajar en el cinemas al cual Lucas se había ausentando con una justificación "médica". Con la propina que ganaba intentaba ayudar a mi mamá con los gastos y me enfoqué en mejorar mis estudios. Como mi mamá había dicho, no tenía casi nada de tiempo para pasarla con los demás, aunque tampoco daba mi mayor esfuerzo debido a que huía de Riley y Lucas cada que podía.

El único que sabía de aquel día aparte de nosotros dos era Farkle, ya que era el único que sabía jamás me juzgaría. Aunque varias veces insistía en que hablara con Riley y le dijera la verdad, pero no le hacía caso.

Hoy no trabajaba por lo que decidí ir a Topanga's para hacer la tarea, y de paso comprarme una malteada de chocolate. En cuanto llegué saludé a Topanga y me senté en uno de los sillones para ir repasando sobre un examen que tendríamos en la clase de Cory. Al rato Topanga me trajo la malteada sin haberla tenido que pedir.

—Gracias Topanga. — respondí aceptando el vaso y dándole un sorbo. — Está buenísima como siempre.

—Son mi especialidad. — sonrió y se sentó a mi lado mientras leía uno de mis cuadernos. — ¿Examen importante? — preguntó con curiosidad.

—Tenía la tarde libre y quise ponerme a estudiar un poco, ya que con esto de mi trabajo casi no tengo tiempo para nada. — expliqué encogiéndome de hombros.

—Cierto, trabajas en el cinema. Debe ser bastante cansado, ¿no?

—La verdad sí, casi nunca tenemos tiempo de sentarnos. Y es algo aterrador cada vez que entra una persona porque no sabes como sea. Tengo ese constante miedo de cometer algún error. — admití mordiendo el interior de mi mejilla. — Pero lo hago por mi mamá, y no quiero que se hunda en las deudas ella sola.

—Eres una hija increíble Maya. Muchos no harían lo que tú haces. — acarició mi cabello dedicándome una cálida sonrisa. La miré con algo de confusión por lo que respondió. — Riley ha estado teniendo problemas con sus calificaciones últimamente, y entiendo que es normal, pero me preocupa. Ha estado muy distraída y solo se la pasa pensando en ese chico, Lucas. No quiero que se ilusione tanto y termine lastimada, ¿sabes? Aún está creciendo y tengo miedo de que se obsesione.

Puse mi mano en su hombro y le di unas palmadas. — No te preocupes, hablaré con ella. ¿Está en la casa? — asintió por lo que recogí mis cosas y me levanté, dándole un gran sorbo a mi malteada. — Te veo después. — me despedí y salí en dirección al apartamento de Riley.

Había comenzando a llover y no traía paraguas, por lo que intenté avanzar lo más que pude pero ya estaba empapada al llegar al apartamento. Tenía una llave del apartamento por lo que no tuve problema en entrar y fui directo al cuarto de Riley, llevándome una gran sorpresa.

Ahí se encontraba comiéndose la boca de Lucas en la cama. ¿Puedo arrancarme los ojos? Tosí escandalosamente para que se separaran, cosa que logré. Ambos se levantaron de la cama con rapidez y me concentré en solo mirar a Riley.

Respira hondo Maya, tu puedes.

—¿M-Maya, qué haces aquí?— preguntó Riley totalmente avergonzada mientras se acomodaba un mechón de su cabello

Fingí una sonrisa bastante forzada y cerré la puerta detrás de mi.

—Estaba pensando en pasar la tarde contigo, ya que no trabajo hoy. — expliqué encogiéndome de hombros mientras me sentaba en el mirador. — Pero veo que llegué en un mal momento, por no decir asqueroso.

—Yo ya me iba, de hecho. Las veo en la escuela. — dijo Lucas intentando escapar pero Riley le sujetó del brazo, haciéndole quedarse.

—Tú te quedas, además no hemos pasado tiempo juntos los tres. Así que, ¿qué quieren hacer? — preguntó Riley sonriéndonos a ambos

—En realidad quería preguntarte algo. ¿Es cierto que están bajando tus calificaciones? — la miré con bastante seriedad y Lucas la volteó a ver sorprendido.

—¿Es verdad lo que dice Maya? — preguntó.

—Solo son algunas clases, nada sin importancia. — se encogió de hombros sentándose a mi lado. — Mi papá es maestro ahí así que él puede darme una que otra ayuda.

—Riley, sabes que Cory jamás haría algo así, por más padre tuyo que sea. ¿Está ocurriendo algo? ¿Este charrito montaperros te está transformando, cierto? — señalé a Lucas

—¡Hey!

—Para nada Maya, y en todo caso la del problema eres tú. — se levantó cruzándose de brazos.

—¿Yo? — me señalé con confusión. — ¿De qué hablas?

—Oh vamos, ¿Maya Hart estudiando? ¡¿Qué es eso?! — exclamó negando con la cabeza soltando una risilla. — No has estado en detención por un buen tiempo, exceptuando ese día con el profesor, o parado en el escritorio de los maestros. ¡Estás sacando buenas calificaciones! Ya no te rebelas en clase o nos metes en problema. Ya no eres Maya Hart. Eres yo. ¡Te has convertido en mi!

—No, yo no me convertí en ti ni en nadie más. Yo sigo siendo yo. Sigo siendo Maya y siempre lo seré. — me levanté bastante ofendida sobre sus palabras. — Estoy creciendo, madurando. No voy a ser la misma niña por siempre, y lo siento mucho si eso no te agrada.

—Riley, Maya tiene ra...— no pudo continuar la oración ya que Riley levantó el dedo y se acercó a mi. La mirada en ella era diferente, inusual. Su brillo ya no estaba.

—Seamos sinceras, ¿quién tiene la vida perfecta? ¡Yo! — rió cínicamente por lo que apreté mis puños. — Siempre ha sido sobre mi. Los padres perfectos, el novio perfecto, ¿cómo no quisieras ser yo? Si ni tu propio padre te quiso.

—¡Riley! — gritó Lucas agarrándola del brazo y haciendo que la volteara a ver. — ¿Por qué le dices esas cosas? ¡Es tu mejor amiga!

—Es solo la verdad amor, ¿o acaso me equivoqué en algo? — se zafó de su agarre y volteó a verme.

Las lágrimas amenazaban con salir y dando un respiro, me acerqué a ella y le di una bofetada cargada de dolor. El impacto hizo que ella perdiera su poco equilibrio y quedara cayera al suelo.

—Eres una perra. — la miré estupefacta. —Me hablas como si ser yo fuese una menos, como si ser yo no valiera nada. Te crees lo más importante del mundo y no te das cuenta de lo mucho que me estás lastimando con tus palabras. ¿Sabes qué? Puedes olvidarte de mi, Riley. — abrí la puerta dispuesta a irme pero me detuve por un momento girando a verla. — Y por cierto, quita el novio perfecto de tu lista, porque no creo que besarse con tu "mejor amiga" vaya en esa categoría. — le guiñé el ojo dándole un portazo a la puerta.

Salí del apartamento lo más rápido posible. No tenía ganas de volver a casa. Solo quería alejarme de todo por lo que corrí con la lluvia aumentando.

Casi no podía ver el camino ya que tenía la vista nublada. ¿Desde cuándo la vida se había puesto tan miserable?

Choqué con alguien disculpándome al instante, y vi que era Farkle.

—¿Maya? ¿Qué sucede? — preguntó con preocupación al notar que estaba llorando.

—Fui a hablar con Riley ya que me enteré que estaban bajando sus calificaciones, pero todo salió mal. — respondí limpiando las lágrimas de mi cara. —¿Puedes creer que dijo que me había convertido en ella? Me hizo sentir tan poca cosa. No pude quedarme más tiempo ahí. No quiero volver a casa por ahora ya que mi mamá anda trabajando y no quiero ver a Riley.

Lo miré a los ojos temblando del frío causado por la lluvia.

—Puedes venir en mi casa si quieres. A mis padres no les molestará y podemos avisarle a tu mamá. — sugirió mientras me tapaba con su paraguas

—Gracias Farkle, te debo una. — le di un pequeño abrazo y fuimos de camino a su casa.

"Something has changed, you're not the same."

hiiii, ¿cómo están? <3
este capítulo es más dramático y seguro no esperaban esa reacción de Riley, ¿o sí? 👀

dato: "el mirador" es el bay window donde casi siempre se sientan las chicas en la habitación de Riley. ^^

si hay algún error gramatical, duda, o sugerencia, háganmelo saber en los comentarios. 💜

Los quiero,

—outrxego

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