🍋Capítulo 31🍋
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Tres meses después.
—Me tienes harto de esto —exclamó el omega entrando en la casa, tirando su bolso a un lado y subiendo las escaleras directo hacia su habitación—. Deja ya de una vez esos jodidos celos injustificados.
—¿Injustificados? El imbécil comenzó a soltar feromonas para atraerte y tú no hiciste nada —le reclamó mirándolo con los hombros tensos.
—Debes dejar de comportarte como un salvaje cada vez que hable con un alfa ¡Es mi trabajo Jungkook! —señaló cambiándose de ropa bajo la mirada dura del contrario—. Deberías confiar en mí.
Ya había pasado un tiempo desde que decidieron darse una nueva oportunidad. Hasta ahora las cosas iban bien, una que otra discusión, como es normal en cualquiera pareja, pero lo resolvían al instante con un par de besos y mimos.
Lo que no era normal eran esos celos absurdos que Jeon sentía cada que un alfa, quien fuera, se le acercaba y le hablaba. La mayoría de sus discusiones eran por eso, aunque a veces Jimin lo dejaba pasar para que las cosas no fueran a peor. Dejando eso de lado, esos dos meses habían sido maravillosos, llenos de risa y alegría.
De Yoongi no supieron más nada. Desde aquella discusión que tuvo con el peligris no volvieron a contactarse. Jungkook mentiría si dijera que no estaba un poco resentido por eso, Yoongi era su mejor amigo desde la infancia, había estado siempre a su lado. Ahora esa ausencia lo entristecía porque perdió una amistad de tantos años por una simple tontería que debió haber dejado estar y ya.
—La última vez que confié en ti casi te coges a Taemin —soltó sin analizar bien lo dicho, viendo al omega voltearse a verlo al instante, con las cejas alzada y la boca abierta.
—La discusión se acaba en este instante —Jimin habló decidido, mostrando esa firmeza en sus orbes acaramelados—. No pienso volver a hablar contigo hoy, dormiré con Seokmin.
—No Jimin espera —intentó agarrarlo del brazo pero el mencionado se alejó de él mirándolo con el ceño fruncido. La había cagado y lo sabía claramente—, no quise decir eso...y-yo...
—No, eso fue claramente lo que quisiste decir.
Salió de la habitación dando un portazo. Jungkook ahogó un grito en su garganta y se frotó el rostro con fuerza. Sabía que haber metido la pata, pero no podía culparlo. Los celos le carcomían cada vez que veía un alfa cerca de su omega y eso lo volvía loco, porque lo peor de todo era que no podía controlarse.
Se sentó en la cama respirando profundamente, notando a su lobo decaído por la ausencia del omega.
Un ruido lo sacó de su ensoñación, y le tomo un par de segundo darse cuenta de que era el tono de su móvil. Toma la llamada viendo que era su hermano, lo cual le extrañaba porque era bastante tarde y él no solía llamarlo a esas horas.
—¿Qué sucede hyung? —preguntó un poco preocupado.
—Jungkook es Yoongi...estamos en el hospital.
—Voy para allá —dijo de manera rápida antes de terminar la llamada.
Enseguida se puso de pie, se puso una sudadera y tome sus llaves. Antes de marcharse pasó por el cuarto de MinMin y le aviso a Jimin que saldría pero este no se dignó a responder.
Llegó al hospital alrededor de media hora después. Corrió como loco por los pasillos siguiendo las indicaciones que Nam le había mandado hasta que lo encontró en el área de obstetricia, lo cual le extrañó en demasía.
—¿Qué le pasó a Yoongi hyung?
—Creo que será mejor que lo veas por ti mismo.
Abrió la puerta dejando que el menor entrara. Jungkook aún un poco confundido lo hizo, viendo al peliverde acostado en aquella camilla con un suero conectado a su brazo y el rostro pálido, más de lo normal en él. Un doctor se encontraba con él, dándole algunas indicaciones al parecer.
—Permiso —habló llamando la atención de ambos.
—Supongo que él es su alfa —comentó el doctor girándose a verlo—. Que bueno que llegó, su aroma le hará bien a ambos.
—¿Ambos? —ladeó la cabeza confundido.
—Sí, al cachorro y a su omega —sintió su cuerpo congelarse al escucharle decir eso—. El omega Min presentó una amenaza de aborto, por suerte pudo tratarse a tiempo.
Sintió sus fuerzas drenar y un mareo lo atacó, haciéndolo trastabillar y casi caer. De no ser por el doctor ahora mismo estaría tirado en el suelo.
—¿Se encuentra bien?
—¿Cachorro? ¿Estás esperando un cachorro? —cuestionó mirando a su mayor, que solo evadía sus ojos observando por la ventana.
—Eso no es de tu incumbencia —habló sin mirarlo—. Él no es mi alfa doctor, seguiré sus indicaciones ¿pueden dejarme solo?
—Bien, salga por favor —le pidió al peligris pero este negó.
—Dime la verdad...¿ese cachorro es mío? —preguntó sintiendo sus manos temblar y un nudo formarse en su garganta.
—No —masculló mirándolo por primera vez desde que ingresó a la habitación—, no es tuyo.
—¿Cuántos meses tienes? —al ver que Yoongi lo ignoró apretó sus puños con fuerza—. ¡Habla!
—Por favor no grite o tendré que llamar a seguridad. El paciente debe permanecer tranquilo —advirtió el doctor.
—Dime la verdad de una vez hyung.
—Tengo casi tres meses ¿contento?
Tres meses. Tres malditos meses. Las fechas coincidían. No podía ser de nadie más. En esa fecha fue que ambos tuvieron aquel desliz, y Min incluso entró en celo, lo que quiere decir que había mayores probabilidades de quedar encinta.
—Es mío —murmuró casi sin voz, tomando asiento, intentando asimilar la gran noticia.
Ahora sí que estaba jodido.
—Creo que entiendo la situación, pero debo advertirles algo —la voz del doctor rompió el silencio denso que se había formado—. Es claro que el omega Min no puede pasar solo su embarazo, casi pierde al cachorro, nesecita descanso y las feromonas del padre, o sea, de usted.
—No lo necesito —gruñó el peliverde—. No necesito un alfa para tener a mi pequeño —acarició su vientre con sus ojos brillosos.
—El que estés aquí quiere decir lo contrario —profirió el alfa de manera seria.
—Cierra la boca —soltó de manera tosca mirándolo con odio—. Tú ni siquiera deberías estar aquí en primer lugar.
—Deben llegar a un acuerdo, por favor —pidió intentando calmar el ambiente—, el cachorro necesita de su padre alfa, no hay discusión en eso.
—¿Acaso pensabas esconderme tu embarazo para siempre? ¿Ibas a tenerlo y no dirías nada? —cuestionó ignorando al hombre.
—Namjoon no debió haberte llamado, no necesito a alguien que me cree capaz de mentir para sacar provecho de una situación.
—¡No puedes simplemente decirme qué me aleje, también es mi hijo! —exclamó poniéndose de pie.
—¡Me importa una mierda! ¡Déjame en paz y vuelve a tú estúpida vida perfecta con el traidor de Jimin! —refutó alterado.
Sus pulsaciones se aceleraron por lo que el doctor tuvo que intervenir. Comprendía algo de la situación pero no podía permitir que siguieran hablando estando así de alterados.
El médico le pidió a Jungkook salir pero este estaba en una especie de trance.
Jimin...
Lo había olvidado. ¿Qué iba a suceder ahora? ¿Es qué los problemas qué tenían ya no eran suficientes? Sabía que el pelimorado no iba a aceptar esa situación, y ¡joder! le aterraba perderlo. Amaba a Jimin más que nada, y puede que ahora no confiara en él pero sabía que tarde o temprano las cosas se arreglarían. Debían arreglarse ¿no?
Tragó saliva y salió de la habitación, todo pálido y nervioso. Namjoom se acercó a él hablándole pero no le prestó atención, lo único que pudo escuchar fue lo último que le dijo:
—Bienvenido al complejo mundo de la paternidad, hermano.
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Llegó a su casa al día siguiente, después de haber hablado con Yoongi y llegado a un acuerdo por el bien de su cachorro. Por más que odiara la situación no podía hacer más nada. Ahora solo le quedaba afrontar las consecuencias de sus actos de frente y con la cabeza en alto...aunque eso significara perder a Jimin.
—Jimin...necesito hablar contigo.
El mencionado se encontraba desayunando con calma, sentado en la mesa. Jennie había pasado a buscar MinMin más temprano por lo que estaban solos en la casa.
—Si, creo que debemos hablar sobre lo nuestro —asintió de acuerdo—. Las cosas no están funcionando, Jungkook.
—Yoongi está encinta —soltó de repente dejando al contrario con la boca abierta por la sorpresa—, y sí, es mío.
—¿Qué? —preguntó, sintiendo su corazón comprimirse dolorosamente en el interior de su pecho. ¿Es qué acaso nunca podría ser feliz? ¿Por qué la Diosa Luna estaba empeñada en arruinar su vida una y otra vez?
—Hyung decidió volver a Busan —«no», pensó al saber lo próximo que diría—. Sufrió un amenaza de aborto, el cachorro necesita mis feromonas.
—Koo por favor no...
—Debo irme con él, volveré a Busan —le cortó sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos.
Los primeros sollozos comenzaron a salir de los labios del omega. El pelimorado llevó sus manos a su rostro quitando las lágrimas que escapaban traviesamente de sus ojos. No quería que Jungkook se alejara de él. No quería perderlo por algo así.
El peligris al verlo así no dudó en estrecharlo con fuerza contra su cuerpo, dejando un casto beso en su cabello. Deseaba quedarse así por siempre, pero las circunstancias lo hacían imposible.
—Te amo mucho, Jimin, nunca dudes de eso. Perdóname por haberme comportado como un imbécil este último tiempo —tomó sus mejillas entre sus manos—. Dejaré la casa a tu nombre, ya hablé con un abogado.
—No, no puedo aceptar eso —negó enérgicamente abriendo los ojos de par en par.
—Está bien Minnie —pasó su lengua por sus labios—, quiero que tú y MinMin tengan un buen hogar. Gracias por darme tanta felicidad en tan poco tiempo.
—¿Cuándo te marcharás? —preguntó entrecortadamente.
—A Busan, en tres días...pero, debo recoger mis cosas, me iré a casa de Yoongi hyung ahora.
—Sé que no te lo dije mucho, sin embargo eso no quiere decir que no lo sienta en verdad —se puso de puntillas acercando sus rostros—. Te amo, Koo, muchísimo.
—Yo también te amo, Jiminie.
Se besaron, sintiendo el sabor salado de sus propias lágrimas, lágrimas causadas por el dolor de una separación no deseada.
Cada acción tiene una consecuencia y cada error debe afrontarse. Jungkook sabía que ambos se habían equivocado y se habían lastimado mutuamente. No habían tomado su tiempo para sanar esos quiebres que se causaron y por esa razón debían separarse. Necesitaban sanar por sí mismos para poder dar todo de sí en un futuro, solo si así lo quiere la Diosa Luna.
Pero ambos querían pensar, que aunque su amor no estuviera destinado, el sentir de sus corazones era más fuerte. Habían roto su lazo con sus parejas destinadas para amarse con fervor, y eso, eso sí era verdaderamente genuino. Algo que habían decidido por ellos mismos, no un plan hecho por un ser omnipotente ni algo escrito desde el principio.
No era su fortuna formar parte de la vida del otro, pero ellos decidieron romper ese destino marcado por la Diosa para ser felices con sus propias desiciones, y eso valía más que nada y demostraba la fortaleza de sus sentimientos.
Por eso, sabían que sus vidas estarían entrecruzadas para siempre, sin importar el tiempo, sin importar el lugar, y lo más escencial de todo...sin importar la distancia.
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¡El próximo cap es el final! Ya casi estamos acabando está historia 🥺 pero aún quedan unos extras que tengo pensados.
Para el próximo cap habrá un salto temporal y la vida de los personajes dará un gran giro.
Pd: Esta era la forma en la que iba a alargar un par de caps la historia. Si señores, el Kookgi tendrá cachorro.
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