—¿Tío Koo falta mucho? —miré a MinMin un segundo y volví a llevar mi vista a la carretera, negando con la cabeza en respuesta a su pregunta.

Nos encontrábamos a pocos minutos de llegar al bar de Hoseok hyung después de haber pasado varias horas en la casa de Yoongi. Este ha estado demasiado raro últimamente, siempre anda triste y nunca me coge las llamadas. Sospecho que está enamorado de alguien pero él lo niega tan fervientemente que no se si puedo creerle o no.

Nuestra amistad se había enfriado mucho y en serio me dolía pensar que pronto ya no seríamos nada del otro. Yoonie hyung fue mi ancla muchas veces, lo quiero demasiado y siempre será mi mejor amigo sin importar lo que suceda, pero a veces pienso que es él quien ya no quiere que nuestra amistad continúe. Siempre le tuve total confianza para contarle todo lo que sucedía en mi vida, pero él se guarda las cosas y cuando le pregunto solo cambia de tema, ignorando mis cuestionamientos y evadiéndome.

Estacioné el auto frente al bar, llamando a Jimin para que saliera, pero por alguna razón él no contestaba la llamada. Tal vez por la música no escuchaba su teléfono.

—MinMin espérame aquí —le pedí y el asintió, moviendo sus piernas de adelante a atrás en el asiento—. Vuelvo enseguida, iré a buscar a tu padre

Entré y fui directo a hablar con Hoseok hyung, que se encontraba detrás de la barra.

—Jungkook que haces aquí? —me preguntó ladeando la cabeza, con una mueca confusa en su rostro.

—Vengo a buscar a Jimin ¿para que otra cosa sería?

—Jimin se marchó hace media hora de aquí, dijo que te llamaría

—En eso quedamos...pero él nunca llamó

Mi lobo aulló preocupado en mi interior. No me gustaba que se marchara tan tarde él solo porque sabía cómo eran los alfas de esta ciudad, que se creen que están por encima de las otras castas. ¿Y si alguno le había hecho algo?

Salí rápido sin despedirme de Hoseok, angustiado en extremo ante el simple pensamiento de que le hubiera sucedido algo malo. Iría a la casa a comprobar si estaba allí, sino dejaría a Seokmin con Namjoon o con Yoongi y saldría a buscarlo por la ciudad, por más loco que eso sonara.

No pasó mucho tiempo cuando extrañado, me estacioné junto a un auto negro de vidrios polarizados que estaba justo frente a la casa.

—Ummh...es el auto de papá Taemin —murmuró Min Min en el asiento trasero, lo que me hizo furncir el ceño.

Si el tenía algo que ver en todo esto juro que lo vuelvo un delta de un solo mordisco. Di un par de golpes en la ventanilla y esta se abrió segundos después, dejándome ver algo que desearía no haber observado nunca.

La imagen era como un golpe directo a mi corazón.

La cantidad de feromonas con olor a limón y fresas llegó mi nariz maréandome un poco.

Jimin estaba a horcajadas encima de Taemin besándole el cuello mientras él me miraba con una sonrisa burlona adornando sus labios.

Mi alfa aulló de tristeza dejándose caer.

No voy a ser dramático y decir que sentía como el órgano en mi pecho se parte a la mitad. ¡No maldita sea! ¡El jodido corazón no se rompe! Lo que se acaba de romper en este instante es toda la confianza que puse en él. Y estaba furioso, porque quien más tenía que perder era yo y no me importó arriesgarme para hacerle feliz.

—Así que por eso fue que no me llamaste? Porque estabas de zorra con este imbécil?

Las palabras escaparon de mi boca antes de poder procesarlas, mi voz saliendo como si fuera el veneno más letal.
El se apartó enseguida al escucharme, quedando atónito al ver mis ojos destellando en enojo y decepción.

Jamás en mi vida hasta ahora había experimentado lo que se sentía ese amor inquebrantable por el que eres capaz de cometer hasta las mayores locuras. Jimin vino a enseñarme que cuando de verdad amas a alguien, no importa nada más que la felicidad de esa persona. Pero...así como es de hermoso ese sentimiento también lo es de cruel y despiadado.

Darte cuenta de que diste hasta lo que no tenías por ver a esa persona sonreír, y notar entonces, cuando ya es demasiado tarde para arrepentirse, que no lo merecía es en extremo decepcionante. Y duele...duele como la mierda que no sepan valorar todo tu esfuerzo ni tus sentimientos. Que no les importe en lo más mínimo que hayas reconstruido su corazón con paciencia y amor para pisotear después el tuyo como si fuera cualquier objeto sin relevancia.

¿Por qué Jimin? ¿Por qué me haces esto a mí? Yo, que solo me desviví para que tú sonrieras...es simplemente... decepcionante e hiriente.

Me giré sintiendo como si un enorme hueco apareciera en mi pecho absorbiendo todo a su paso como un tornado. En mi cabeza ahora solo había una tormenta de emociones, molestia, tristeza, frustración...eran solo un poco de todo lo que estaba experimentando. Escuché como la puerta del auto se abrió y una mano se aferraba con fuerza a mi antebrazo.

Sabía que era él, y en verdad no quería tener que escuchar ni su voz, mucho menos que me tocara con esas mismas manos que segundos atrás acariciaban con tanto desespero el cuerpo del imbécil de Taemin.

Me sentía asqueado de que me tocara cuando se encontraba rodeado de la pútrida escencia de su destinado.

¿Destinado? ¡Ja! En verdad fui un estúpido. Si lo pensaba un poco en verdad me merecía esto. Todo ocurrió por querer hacerme pasar por un alma buena y meterme entre dos destinados. Pensé que con amor, cariño y principalmente, respeto, lograría conquistar su corazón, pero me acabo de dar cuenta de que todo mi esfuerzo fue en vano.

Una completa pérdida de tiempo.

—Jungkook escúchame por favor —rogó mirándome con los ojos cristalizados.

¿Era en serio? ¿Iba a llorar? ¡El lastimado aquí era yo! Yo era el único que tenía derecho a llorar y desahogarme.

—El lo planeó todo, te lo juro —habló con rapidez— sabía que le tocaba su celo y fue a buscarme a propósito, créeme por favor

—Suéltame —no reconocí mi propia voz, salió ronca y entrecortada debido a que estaba reteniendo las ganas de llorar que me sobrepasaban. No les daría el lujo de verme llorar—, suéltame o no respondo por lo próximo que pase.

—Ju-Jungkook —tratamudeó mirándome asustado, dando un par de pasos hacia atrás —Tienes que creerme, por favor

Un gruesa lágrima se le escapó y tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para no ir hacia él y consolarlo, odiaba verlo llorar, pero ahora no se merecía que lo abrazara y le dijera que todo está bien.

—Es mi destinado, yo...

—¡No te atrevas a justificarte con eso! —grité y él se encogió en su lugar. Escuché la puerta de mi auto abrirse y miré a Seokmin que se acercaba con cautela a nosotros. 

—Papá?

—Me iré a casa de Yoongi por unos días, por favor, busca un nuevo lugar donde vivir —necesitaba salir de allí con urgencia—, que sean muy felices

Fue lo último que dije antes de comenzar a caminar hacia mi auto, acariciando un poco el cabello de MinMin cuando pasé por su lado. Salí de allí con rapidez deseando estar ya entre los brazos de mi hyung, quería que me abrazara y consolara como lo había hecho en el pasado. Quería que me rodea con su aroma y me dijera que todo estaría bien, que ese vacío que me carcomía pasaría en algún momento y que encontraría a alguien que supiera valorar mis sentimientos.

—Hyung —sollocé abrazándolo apenas abrió la puerta, con su cara algo hinchada por dormir—. Ji-Jimin...él y Taemin...

—Ya Jungkookie —me abrazó con fuerza soltando sus feromonas con aroma a uva para calmarme—, pronto pasará

Pasó mucho desde que actualicé está historia. Perdón por desaparecerme 🙏.
Prometo que habrán actualizaciones más seguidas.

Espero que les haya gustado el cap, llegamos al punto principal de la historia, falta poco para el final.

Nos leemos pronto 💜