[Final alternativo]
—Hay sangre en las flores— dijo Jackson, levantando su dedo. La sangre estaba en la punta y Mark frunció el ceño un poco. Él no sabía qué decir. Aunque no era bueno, era una mala señal de lo que estaba pasando dentro de él.
En algún momento, Mark se quedó completamente dormido. Su cuerpo estaba completamente agotado. Y ayudó que no estaba mirando su teléfono, porque no tenía distracciones. No quería leer lo que la gente decía de él.
Jackson se quedó con él todo el tiempo, y Mark se durmió con la cabeza apoyada en su pecho. Sus dedos lentamente recorrieron arriba y abajo la columna vertebral de Mark, sacudiendo los pétalos mientras ocasionalmente caían de los labios.
— Mark —dijo Jackson, sacudiendo suavemente a su amigo. Abrió los ojos, dejando escapar un pequeño ruido mientras lo miraba.— Necesito decirte algo.
—Está bien—dijo Mark, cambiando un poco para poder levantar la cabeza y mirar a Jackson.
— No tengo novia — admitió Jackson, mirando a Mark con el ceño fruncido. Mark lo miró por unos momentos, frunciendo el ceño.— Mentí, porque Bambam me estaba molestando acerca de que no podia mantener una relacion. Así que mentí, para que se detuviera. Y no tengo novia, la chica que conoci en mi viqje a China ni si quiera se intereso en mi y... y realmente quiero amarte.
—No puedes hacer que me ames —suspiró Mark, pasando los dedos con cuidado por el centro del pecho de Jackson.
— A deicr verdad no tengo que obligarme a hacer nada— respondió Jackson, girando la cabeza para mirarlo. —Siempre me he enamorado de ti. Simplemente no quería admitir que podría ser más que eso. Podría, súper fácilmente, enamorarme de ti.
—No es necesario— susurró Mark, mordiéndose el labio inferior. Era consciente de lo cerca que estaba el otro hombre de él. Consciente de que solo había unas pocas pulgadas entre donde podían encontrarse sus labios.
Su corazón latía dentro de su pecho.
—Me voy a enamorar de ti. Incluso si no estuvieras enfermo, eventualmente iba a suceder. Eres demasiado para mí. Eres dulce, eres divertido, y me encanta la forma en que te ríes. Yo podria facilmente, es decir, tarde o temprano me iba a enamorar de ti. Estoy sorprendido de que me hayas amado primero. Y que te lastimé, lamento haberte herido — susurró Jackson, dando vueltas. Su voz era tranquila, lo cual fue sorprendente. Mark respiró profundamente mientras lo escuchaba.
Tal vez tuvo suerte después de todo.
Un mes despues.
—¿Es de mal gusto si te traigo rosas rojas? —Preguntó Jackson, presionando un beso en la parte superior de la cabeza de Mark. El hombre pálido estaba medio dormido, se movía un poco mientras trataba de mantener el calor de él. Gruñó en silencio, tratando de acercarlo más para poder presionar contra él.
—Un poco, probablemente. No quiero volver a ver otra rosa roja — bostezó Mark en voz baja. Abrió los ojos y lo miró con un pequeño puchero.
—Me encantan las rosas rojas —bromeó Jackson, inclinándose y presionando un beso contra sus labios mientras enrredaba sus dedos en el cabello del mayor.
—Por supuesto que sí— Mark soltó un bufido, golpeándole la cara para alejarlo de él. —Tu aliento huele mal, es demasiado pronto para que pueda lidiar con esto.
—Es nuestro aniversario de un mes— se quejó Jackson, presionando su rostro contra su cuello. Movió su boca contra el costado de su cuello, riendo un poco. Mark se retorció, riendo mientras Jackson continuaba presionando su boca contra su piel.
—¡Detente! Para, oh Dios mío. Sí, puedes darme rosas, pero solo rosas blancas o algo. Son inofensivos, y no los vomité durante mucho tiempo — dijo Mark, riendo mientras lograba detener al otro, presionando un beso contra su boca.
Jackson prácticamente hiena se rió mordiéndose el labio inferior.
—Bien, será divertido. Vamos a ir a almorzar — murmuró Jackson. Besó su nariz, antes de levantarse.
—Llévame a algún lugar con buena comida—dijo Mark, acurrucado debajo de las mantas mientras tarareaba en voz baja para sí mismo.
—Por supuesto, cualquier cosa para ti— Jackson nunca se sintio mejor, ni con todas las novias que habia tenido en el pasado. Nunca tuvo una mañana tan calida, despertando rodeado por unos fuertes pero delicados brazos.— Te amo, Mark.
—Yo también te amo.
Las flores no volvieron a Mark, salvo de vez en cuando en algunos ramos que Wang se empeñana en darle pero a pesar de todo lo que habia pasado, estos eran bien recibidos.
FIN.
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