CAPÍTULO 5

Se despierta por la mañana y observa a su compañero realizar sus rutinas habituales y piensa en como se sentiría sino encuentra el cabello de su cama tan entrañable o si se da cuenta de lo cansado que se ve incluso después de que se despierta. Porque no hay duda de que todos trabajan duro, pero las responsabilidades de Jackson deben pesarle muchísimo y Mark siente que le retuerce el corazón cuando atrapa a Jackson sofocando un bostezo, o nota las pesadas bolsas bajo sus ojos.
Y Mark siempre ha tratado duranente de hacerlo un poco más fácil para él.

Despierta antes de que Jackson para poder preparar su ropa que él ya dejo toda tirada en las sillas. Incluso le prepararía el té de la mañana, el té que en su mayoría solo era agua tibia y miel, tal como sabía que a Jackson le gustaba.

Pero eso nunca sería suficiente para borrar esa mirada de la cara de Jackson, para quitarle la fatiga de los huesos o hacer que se sienta feliz cuando siempre se ve tan concentrado y triste.

Mark no puede imaginarse lo que sería no enamorarse de Jackson porque probablemente siempre lo haya amado y probablemente lo haga siempre.

Se pone peor.

Cada vez que Jackson se acerca a él, tose. Cada vez que Jackson lo toca, tose un poco más. Cada vez que Jackson pasa mas tiempo con Jinyoung y no con él, tose. Se hace más difícil ocultar el ataque de pétalos. Él tira bolsas de ellas a diario, las vomita en el inodoro con más frecuencia que unas pocas veces a la semana. Incluso estar en la misma habitación que Jackson, verlo desde el otro lado del escenario, verlo caminar hacia la cocina mientras está sentado en el sofá. Todo eso hace que su pecho se sienta pesado a medida que su cabeza se vuelve ligera y le pica la garganta.

Más pétalos.

Una vez, después de un ataque particularmente malo cuando Jackson le había tendido la mano durante una entrevista, salió del baño y los ojos de Yugyeom se abrieron de par en par al verlo. Al principio no tenía idea de por qué Yugyeom parecía tan sorprendido hasta que el miembro más joven se acercó y tocó la esquina de la boca de Mark. Cuando se retiró, su dedo estaba rojo.

Sangre.

—Tienes que decírselo, Mark.— Mark no sabe qué va a hacer, y dice tanto como Yugyeom lo sigue a su habitación vacía, yendo directamente al rollo de papel higiénico que tiene en el tocador que comparte con Youngjae, porque ahora sus habitaciones habían cambiado. Se lo lleva a la boca mientras Yugyeom continúa, manteniendo la voz baja para que nadie lo oiga, pero Mark puede escuchar el pánico que subyace a sus palabras, —o le dices, o te hacen la cirugía, hyung. Tu tienes que decidir. Se ha vuelto mucho peor.

—Yugyeom.— Mark suspira, retirando la servilleta y tirándola. Él no lo mira, sabiendo ya la cantidad de sangre que vería.— No puedo decírselo.

—Entonces haz te la cirugía—suplica Yugyeom.

Da un paso adelante, mirando a Mark con sus ojos grandes y preocupados. El miedo que Mark siente burbujeando bajo la fachada de calma y recogimiento que él mantiene esta claramente traducido en los planos de la cara de Yugyeom, pero no son por las mismas razones.

Yugyeom tiene miedo de perder a Mark.

Mark tiene miedo de perder a Jackson.

Él es el que rompe su partida fija, se acerca a su cama y se hunde. Se ha sentido más débil últimamente, nunca se siente capaz de hacer otra cosa que no sea dormir y soñar con ojos marrones oscuros y suaves sonrisas que ayudan a que esos ojos se achiquen. Él no sabe cuando se puso tan mal.

—Jackson—comienza Mark, dejando las palabras delante de él antes de que pudieran perderse en sus pensamientos— ahora no me ama. Pero, Yugyeom, ¿qué pasa si me hago la cirugía mañana y Jackson se enamora de mí al día siguiente—Se había pensado mucho, pensando, esperando y deseando más allá de la razón. Mark ya ha puesto todo su corazón en esto, ya ha pensado en lo que se sentiría si no le gustara Jackson. No habría pétalos,pero se sentiría como un caparazón de sí mismo, incapaz de recordar siquiera el hecho de preocuparse por una persona a la que una vez amó tanto que su cuerpo se destruyó constantemente sobre él. —Nunca más me sentiré de esta manera, Yugyeom. Pétalos, un poco de sangre. Simplemente parece un precio tan pequeño que pagar.

No es que sea más difícil ocultarlos, solo que se vuelve más lento, y si hay algo de lo que Mark no tiene mucho, es hora de que lo haga. Es hora de escapar antes de que los pétalos caigan de su boca, es hora de que los reúna a todos en una bolsa de basura antes de que alguien entre.

Pero funciona, porque cuatro manos son mucho más efectivas para colocar pilas de flores en bolsas de basura que dos. Y también se debe notar lo bien que Yugyeom y Youngjae habían llegado a esconderlo, incluso cuando empeoró.

Sin embargo, había habido una tregua, porque no solo Mark tenía que lidiar con esto, perder su tiempo libre en pétalos rojos y blancos, Yugyeom también estaba siendo atraído por esto y eso era cualquier cosa menos aceptable.

Así que tuvo que decir que tuvo que disparar en la oscuridad con un arma que bien podía apuntar a su propia cabeza.

No lo sabría hasta que apretara el gatillo.

— Jackson, quiero hablar contigo.

— Mmm si, yo también.

— Bueno porque ¿eh? ¿en serio?

— Si ¿por que te sorprende? Te he estado buscando y me dijeron que saliste con el mocoso, últimamente pasas mucho tiempo con el ¿ya me cambiaste?

— ¿Eh? No, no, solo teníamos cosas que hacer.

— Mmm estoy celoso—Jackson lleva sus manos a los bolsillo del pantalón mirando hacia abajo, pateando el suelo.— Como sea, quería contarte que, lo de la otra noche ha sido una tontería.

— Te refieres a...

— Si, justo eso— Mark miro hacia donde estaba mirando Jackson, la puerta, alli había una linda chica de piel caucásica y cabello negro corto y de...buenas proporciones.— Me gustan las chicas, seguro.

Su amigo se fue poco después de eso y Mark no pudo sentirse peor.
Y las palabras, todo lo que el quería decirle, ya no importaban porque Jackson ya era, de nuevo, de alguien mas, su corazón latía por otra persona. Mark no creyó conveniente meterse en eso asi que, así como vino, se fue.

Porque para Mark cualquier cosa era más importante menos el.

Yu lo vio pasar, quiso llegar hasta el y preguntarle que estaba mal pero no pudo, Mark caminaba muy rápido cuando no quería que lo vieran llorar pero no solo por eso, la picazón en su garganta no se hacia esperar y suponía que en cualquier momento iba a vomitar un montón de flores enteras. Sentía algo en su estomago apretarse con fuerza, dolía, pero nada se comparaba al dolor que sentía en su corazón, era como si las espinas de esas flores que tenia dentro le estuvieran perforando.

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