02/04
Hyunjin tomó la camioneta y ni siquiera se molestó en cargar sus cosas, el resto de los miembros le siguieron apresuradamente, sin importarles en absoluto qué dejaban atrás. El corazón de Hyunjin latía apresurado y las lágrimas se amontonaban en sus mejillas, teniendo que barrerlas cada dos segundos.
Chan fue el segundo en reaccionar, por lo que siguió a su menor rápidamente y ahora yacía sentado en el asiento junto a él. Su cuerpo entero temblaba, y sentía la culpa atorada en su corazón.
―¿Qué está haciendo ahora? ―preguntó Hyunjin con la voz quebrada.
Changbin titubeó antes de responder. Desde que habían salido de Jeju, había estado monitoreando al pequeño.
―Sigue... está llorando ―dijo pesadamente viendo al little sollozar, mirando hacia todas direcciones como si temiera que algo saltara desde algún rincón de la casa―. Voy a compartir la pantalla.
Todos sabían lo miedoso que era el menor, por lo que no comprendían cómo podía estar solo en casa.
Cuando Changbin hubo compartido la pantalla, los miembros pudieron ver al pequeño Hanji sentado en la sala, todo tembloroso y lloroso. Esa escena rompió sus corazones inmediatamente.
―¿Será que hyung no pasó por él? ¿O quizá lo llevaron muy temprano? ―dijo Hyunjin hablando rápido y asustado, buscando alguna respuesta―. ¿Alguien habló con sus padres? ¡Llamen a alguien, maldita sea! Alguien tiene que ir a verlo, Sean hyung, el mánager, quien sea...
Chan rápidamente marcó el número de su manager, pero este no respondía, lo intentó con otros amigos, pero sólo al quinto intento, alguien respondió.
―¡Noona! Es importante, ¿podría ir a los dormitorios y ver que Hanji esté bien? ... sí... no, noona. Está solo en casa. Sí, estamos yendo... Gracias, noona.
Cuando Chan cortó la llamada, sólo el sonido bajo de los llantos de Hanji se escuchaban.
("Papi..." Hanji gateó hasta el televisor y colocó YouTube. "Chanie" le dictó al buscador, entre hipidos.)
Chan tapó su rostro con sus manos al sentir que las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
("¡No, no, Papi Chanie!" gritó enojado, pues al parecer no le arrojaron los resultados que él quería. “Yo quiero- quiero...”)
―Somos los peores ―murmuró Hyunjin―. Somos unos simios egoístas.
―Hyung...
―Tú cállate, Innie ―le dijo con rabia―. ¿Les dolía tanto no tener vacaciones? ¿Por qué no se fueron solos? ―Hyunjin no podía dejar de llorar, se sentía terrible y no podía culparlos a todos y salir impune; él también se había ido. Sin Hanji en la casa no había motivos para quedarse―. Hicieron que Hanji se sintiera mal, y- y-
―Espera, los padres de Jisung me respondieron ―dijo Minho rápidamente, poniendo la llamada en alta voz―. ¡Hola, sí! Buenas tardes... Madre, ¿hyung no pudo pasar por Hanji el otro día a los dormitorios?
La mujer tardó varios segundos en responder.
―¿A qué te refieres, Minho-ya? ―dijo confusa―. Minhyuk está de viaje ahora mismo.
―¿Hanji no pasaría unos días con ustedes?
―No, no. Papá estuvo muy ocupado y yo también, ¿por qué? ¿No tienen con quién dejarlo? Ahora estoy libre, ¿quieren traerlo? Papá estará muy feliz de ver al pequeño Hanji.
Minho no supo qué decir, abrió su boca, pero ninguna palabra salió de ella.
―¿Hanji está bien? ―preguntó desanimándose, preocupada por el bienestar de su hijo―. ¿Minho?
―Sí, madre... está bien. No se preocupe, cuidaré bien de Hanji.
Aunque fue pausado y su voz tembló al final, Minho era sincero. O al menos quería serlo.
―Jisung mintió... ―murmuró Minho luego de cortar la llamada, y la tristeza lo embargó―. Y fue por mi culpa.
―Claro que lo fue ―dijo Hyunjin arrastrando la rabia en sus palabras―. Tuya y de todos. Chan , Innie, tú... ¿tenían que ser tan duros con él? Ni siquiera era su culpa, él se siente seguro con nosotros. Seungmin, Changbin y yo estábamos felices de quedarnos con él a cuidarlo, ¿por qué demonios se quedaron también si iban a odiarlo tanto? Se pasaron el amor de Hannie por el trasero y les importó una mierda.
Todos bajaron la cabeza. Hyunjin tenía razón.
―Me quedé por Seungmin, pero... ―Chan se calló. Él no pudo evitar sentir cierto resentimiento por el little en un principio.
―Hyung, nadie sabía que Hanji mentiría... ―dijo Seungmin, quien había estado muy silencioso todo el camino―. Ninguno de nosotros lo hubiera dejado solo entonces.
―¡No importa! Hanji no es una carga ―gruñó Hyunjin―. Hicieron que se sintiera así y nos echó de casa.
―No es que lo sea ―Jeongin suspiró ya cansado de que sus hyungs siguieran peleando―. ¿Nadie recuerda las vacaciones del año pasado? Ya hablamos de eso.
―Hanji llegó de la nada y esa loca que nos estaba siguiendo le tomó fotografías que ahora andan en la red ―murmuró Changbin―. No fue la gran cosa, pero Jisung se sintió terrible después. Este lugar era tranquilo, nadie nos siguió, pero no sabíamos eso. Nadie quiere exponer más a Hanji.
Hyunjin dejó de llorar, pero no podía controlar su rabia. Todos recordaban a esa sasaeng que trató de extorsionarlos con esas fotos de Hanji, aunque finalmente las publicó en internet.
―Él tiene razón ―Minho alzó la voz nuevamente, pero bajó la cabeza incapaz de verles a los ojos―. Hanji dijo que quería ser grande porque se sentía una carga, y le mentí cuando le dije que siempre estaría para cuidarlo. En el fondo, me preguntaba por qué no podía ser normal.
Todos lo miraron estupefactos.
―Sólo quería descansar.
("Papa..." interrumpió. Hanji comenzó a gatear escaleras arriba.) Ese pequeño susurro hizo que los ojos de Minho se llenaran de lágrimas.
―Parece que Noona todavía no llega ―murmuró Seungmin pasando por alto lo que Minho dijo.
―Sí, dijo que estaba lejos, pero que iría tan rápido pudiera ―contestó Chan.
La camioneta se quedó en silencio por un segundo.
―Bin, ¿qué hizo Hanji los días anteriores? ―preguntó Seungmin―. ¿Está grabado?
Changbin comenzó a buscar las grabaciones previas.
―Sí... la cámara se activa con movimiento, así que todo lo que hizo en la planta baja se puede ver.
Una vez, Changbin había colocado ese dron para saber si Hanji necesitaba ayuda en caso de que estuviera solo en casa.
Entonces, todos vieron la aventura de Hanji en los días que estuvo solo, desde sus atracones con comida chatarra, sus horas y horas llorando, jugando, hablando solo o buscando respuestas imaginarias de Rumie el pingüino, fingiendo que sus papis le respondían cuando él hablaba, hasta sus intentos por preparar la meme, aunque sólo le echaba agua y ensuciaba todo a su alrededor. Hanji intentó ser un niño grande y hacer todo por su cuenta, con enormes caídas emocionales, pero lo intentó.
En algún momento el pequeño entró en un baby space agravado. Solo balbuceaba incapaz de formular palabras y lloraba completamente asustado, sin saber por qué estaba solo, por qué lo habían dejado solo.
("Rumie... Em... ¿Dónde están... papi Binnie, papi Jinjin...? ¿Dónde- dónde?" un Hanji de aproximadamente tres años comenzó a gatear por toda la sala. "¡Papaaa!" alargó en un grito). El vídeo del segundo día era realmente devastador.
(“Estás sucio y feo, pero Hanji te ama igual” besó la cabecita del pingüino).
El sonido de una llamada entrante alertó a los miembros. Chan respondió enseguida.
―Es noona, noona. ―Chan habló desesperadamente―. ¿Llegaste a casa, Hanji está bien?
―Llegué, lo encontré haciendo dibujitos. Mmm, el pequeño está sucio, la casa es un desastre... ¿Qué pasó? ¿Por qué parece que nadie más ha estado aquí en días?
Chan mordió su labio sin saberle responder. La realidad era vergonzosa de admitir.
―Le daré un baño. ¿Falta mucho para que lleguen? El pobre está muy asustado, continúa llorando mientras pinta, qué desgarrador... ―alargó agudizando su voz―. Shh, amor, tus papis ya van a llegar... Hannie...
―¿Qué pasa, noona? ―el silencio del otro lado de la línea alteró a todos en la camioneta―. Noona.
―Se... Se alteró más cuando les dije que llegarían... Hannie, corazón, ábreme la puerta, ¿sí? ¿Qué? No te escucho, habla más alto.
Pocos segundos después, la baja voz de Hanji sonó.
―M-me odian.
―¿Quién te odia, corazón?
―Nadie jamás te odiaría ―murmuró Jeongin, sorbiendo sus mocos―. Lo siento mucho.
―Todos... nadie quiere cuidar a Hanji, porque soy malo, y lloro, y- y- ¿lo hice bien ahora? intenté... noona- yo... Hice todo lo que pude solito ―Hanji continuó llorando desconsoladamente―. Papi dijo que siempre me iba a cuidar, pero mintió. Quiero irme... Ya no quiero aquí... Soy malo, y van a odiarme siempre... Quiero irme, quiero irme.
―No es así... Hanji, ábreme, por favor. Hablemos aquí afuera... Tengo miedo de que te lastimes ahí.
―¿D-dónde está? ―Hyunjin preguntó, apretando el acelerador, estaban muy lejos todavía―. Noona, ¿dónde está Hannie?
Un golpe se oyó.
―¡H-Hannie!
Tras eso, nada volvió a escucharse del otro lado de la línea.
(...)
Ingresaron despotricando. Sus corazones corrían la carrera de sus vidas, alterados y profundamente angustiados. Muchas cosas horribles pasaron por sus mentes cuando noona no respondió, si Hanji se había lastimado, si Hanji estaba gravemente herido...
Si se cayó por las escaleras, Hanji le tenía mucho miedo a esas escaleras.
Jeongin sentía que su corazón iba a salirse de su pecho en cualquier momento y nada paraba sus lágrimas silenciosas.
Hanji era muy descuidado.
Chan apretó su pecho y decenas de soniditos agradables llenaron sus recuerdos, los tiernos balbuceos del menor que fueron reemplazados con el fuerte llanto de este. Chan lo hizo mal. Y lo sabía.
Hanji estaba muy triste y enojado.
Minho ya estaba harto de promesas rotas.
Todas esas especulaciones no los estaban llevando a ningún lado, y sólo hacían de ellos hombres asustados. Hanji no merecía salir herido por culpa de sus errores, ellos estaban realmente arrepentidos por su egoísmo y tan poca empatía.
Pero ahí estaba él, sentadito a un lado de noona, entero, con el cabello mojado, bebiendo de una taza humeante. Rumie yacía en su regazo, sucio todavía. Los siete hombres lo miraron anonadados aunque no recibieron una mirada de vuelta.
Noona se levantó dejando de sobar la espalda ajena y caminó hacia ellos.
―Chicos ―ella estaba muy molesta―. Llegaron.
Minho pasó de ella y se acercó a Hanji, se arrodilló a su altura y buscó la mirada del menor, pero este sólo le esquivó. Sus manos temblaron cuando intentó tocar la rodilla del menor y este sólo se apartó de él.
―Hanji...
―No es Hanji. ―Noona se adelantó a lo que fuera que Minho dijera―. Es Jisung y él... Me contó lo que pasó. No los culpo, chicos, pero habían maneras.
Chan principalmente, bajó la cabeza y asumió la responsabilidad. Él era el líder, él tuvo que pensar en otras alternativas. Pero el miedo de que Hanji fuera expuesto otra vez, la rabia de que no pueda pasarlo bien después de tanto trabajo y la carga de cientas de cosas, no hicieron nada bueno con sus decisiones.
―¿Qué importaba si otro loco los seguía de nuevo? Hanji y Jisung estarían bien... porque ustedes estaría ahí como la última vez.
―No tienen que preocuparse más. ―Jisung interrumpió a la mujer, alzó la mirada y les sonrió tratando de demostrarles que todo estaba bien, todo lo estaría―. Hanji no volverá.
Un fuerte jadeo colectivo sorprendió a Jisung y sus facciones temblaron. Todos avanzaron un paso hacia él por esa afirmación.
―¿A qué te refieres con que no volverá? ―Hyunjin se acercó más a él y se agachó también, sus grandes ojos brillaban ya irritados por tanto llanto―. Él tiene que volver... Jisung...
Jisung los miró entre enojado y sorprendido.
―No entiendo... ―la voz de Jisung tembló, buscó la mirada de Chan y Jeongin; jamás creyó que se sentiría tan herido por ellos, y ni hablar de Minho―. No quieren cuidarlo, pero tampoco que se vaya... Nos sentíamos seguros con ustedes, pero ya no... Estos días... todo fue horrible, no quiero eso otra vez. Ustedes están cansados, y yo también.
Las mejillas de Jisung estaban empapadas de lágrimas, pero él ya estaba cansado de llorar. Tampoco sentía que fuera justo para todos tener que cuidar de alguien obligadamente.
―Le dieron cobijo y luego lo soltaron ―murmuró noona.
Jisung suspiró, se levantó y les sonrió de nuevo.
―Lo siento por todo lo que pasó. Todavía quedan unos días, hagan lo que quieran, no molestaré. ―Entregó a todos los dibujitos que Hanji había hecho con sus crayones, sus manos temblaron al hacerlo―. Los... los hizo Hanji, pueden tirarlos o... da igual.
No van a tener que hacerse cargo de mí otra vez.
Minho sintió la puñalada en el corazón, y se enterró hasta el fondo cuando el menor ni siquiera lo miró.
(...)
Hyunjin siguió al menor escaleras arriba y lo halló en el suelo, guardando todas las cosas que pertenecían a Hanji en una caja. Jisung mantuvo la mirada en un chupete celeste que Minho le había obsequiado hace mucho tiempo y suspiró pesadamente. También lo guardó.
―¿En serio se irá? ―preguntó Hyunjin, bajito.
Jisung le sonrió y apoyó la cabeza en el hombro del mayor.
―Ya no van a verlo.
―P-pero... yo lo quiero... ―Hyunjin se ahogó, infestado de emociones; odiaba a todo el mundo y se culpaba por lo que había pasado―. No tienes que ir tan lejos, Han... Binnie y yo podemos cuidarte bien, Seungmin es bueno de igual manera. ¿Ya no quieres jugar con legos?
Sin embargo, nadie le borraría esos horribles días al pequeño Hanji.
―Fuiste un buen papá, hyungie. ―Jisung sólo quería dejar ir el tema―. Lo harás bien en el futuro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top