―Just this night, baby, just this night, stay with me― la chica giró su cabeza hacia la izquierda, extendiendo sus brazos, sintiendo a las bailarinas acercarse hacia ella ―And say you love, love, love me― se quedó en su sitio y se dejó caer hacia atrás, siendo atrapada por las bailarinas ―If you do and if you don't love me, doesn't matter― levantó sus manos e inclinó su cabeza hacia atrás ―But don't leave me, oh no...― fue colocada de pie rápidamente y sonrió respirando con un poco de dificultad, esperando que su público siguiera.

― ¡Not to... night! ― corearon con emoción, la alegría envolvió su corazón de la emoción.

Levantó su mano e hizo un saludo, después de ello se dirigió de prisa a camerinos, allí fue removido su maquillaje, se vistió con unos jeans junto a una blusa blanca y zapatillas altas.

Volvió a ser maquillada ya que no se le tenía permitido mostrar alguna imperfección a la prensa, aunque ahora habían optado por algo más natural.

En cuanto su personal terminó entró Kenzo Morgan, su representante.

―Y así termina la gira de la fabulosa Laraiana Badette― escuchó su voz llena de orgullo, causando que ella sonría.

―Debo ir rápido a mi departamento y tomar una ducha relajante, siento que moriré― él no dijo nada y asintió de acuerdo. Los guardaespaldas la escoltaron rápidamente hacia el auto y el chófer la llevó hacia el edificio en el cual se encontraba su departamento.

De repente sintió como el auto bajó un poco la marcha.

― ¿Qué ocurre? ― se asomó un poco entre los asientos delanteros encontrándose con un tumulto de personas fuera del edificio.

―Hay mucha gente, señorita Badette, no puedo pasar, a menos que les tire el auto encima― la miró preocupado.

―No te preocupes, Travis se encargará― Travis era el nombre del guardaespaldas principal.

Tal y como ella dijo, el hombre junto al resto de guardaespaldas no tardaron en abrirles paso entre la gente para meter el coche al estacionamiento.

Mientras avanzaban, la vista de la joven se concentraba en las personas que la miraban con odio.

― ¿Sabes acaso lo que les suced...? ― la pregunta fue interrumpida cuando algo impactó contra el vehículo, ella pegó un pequeño brinco por la sorpresa ― ¿Eso es un hot-dog? ― cuestionó confundida.

― ¡ERES UNA ZORRA, LARAIANA! ― gritó una mujer que en su vida había conocido, la joven la miró curiosa.

― ¡LAS ZORRAS COMO TÚ DEBEN ESTAR MUERTAS! ― le escuchó a alguien que ni siquiera puedo visualizar.

― ¡SÍ, DAS ASCO! ― vociferaron algunos.

El chofer no tardó en entrar al estacionamiento, llegaron los guardaespaldas, algo rasguñados.

La chica se encontraba en shock.

¿Qué sucedía?

Su asistente personal no tardó en aparecer.

― ¿Sabes por qué la gente ha enloquecido allá? ― habló asustada, ambas entraron al ascensor, pasó la tarjeta por el aparato y presionó el botón con el número once.

Los guardaespaldas y el chofer se quedaron supervisando que nadie entrara, que era casi imposible hacerlo sin la tarjeta.

Irene, Bae JooHyun, era una linda coreana de la misma estatura que Lara, un poco más delgada y con menos curvas, llevaban trabajando juntas casi dos años.

―Debes leer esto― Irene le pasó su tableta con una gran foto de una pareja en una situación muy íntima.

Laraiana Badette ¿Acusada de acostarse con varios hombres?

Hace unos momentos antes de empezar su último concierto de la gira, se vio como nuestra nada tímida Laraiana publicó unas fotos un tanto privadas, en la cual se puede apreciar el rostro de el jefe de la disquera con la que ha firmado, la cual fue borrada minutos después ¿Será que nuestra hermosa cantante tuvo que hacer algunos esfuerzos para llegar donde está? No sería una sorpresa, ya que en tan poco tiempo se ha hecho reconocida, no dudamos de su talento, pero muchos famosos han tardado incluso años en conseguir el rango de fama que tiene la cantante en tan sólo meses.

Vaya que se lo tenía muy escondido, también han sido enviadas algunas capturas algo prometedoras, evidenciando el romance entre la estrella en ascenso y algunos famosos, incluso con su manager.

Aún debemos ver qué es lo que debe decir ella.

―Sheena Fenti
Details.

Me dediqué a observar la imagen de la pareja junto a las capturas, llevé mi mano a mis labios.

―Irene ¿Qué es esto? ― miró a la pelinegra espantada ― ¡Yo no... no he publicado eso, esa ni siquiera soy yo!

―Te creo, Lara, sabes que yo soy quien se encarga de tus redes― la rubia suspiró con su vista clavada en ella, sin querer suponer algo ―Sabes que yo no publicaría aquello― Lara asintió al borde del llanto.

― ¡Dios, mi esfuerzo se va a ir a la mierda! ― se abrieron las puertas del ascensor y ambas entraron al living del departamento.

―Tranquilízate ¿Por qué no vas a tomar un baño? Yo me encargo, llamaré a Dalia, apuesto que nos ayudará a descubrir quién envió esas capturas, a lo mejor y es la misma persona que subió esas fotos a tu instagram― le tomó la mano preocupada.

Y sí, en ese momento ella no necesitaba a nadie más que a su mejor amiga, Dalia, quien trabajaba como periodista en Details.

―Eres un amor, Irene, muchas gracias― la abrazó antes de dirigirse al cuarto de baño.

...

Estaba acostada en su cama cuando se escuchó el leve timbre del ascensor sonar, alarmada se puso de pie y caminó al living, encontrándose con una mata de cabello rubio.

La misma que no tardó en rodearla con sus brazos, Lara se permitió llorar en su hombro despedazada.

Sus sueños se habían ido a la mierda por una farsa.

Cuando se separaron, Dalia tomó su mano y la llevó al sofá, se sentaron una frente a la otra.

―Traté de averiguar algo, pero no me lo han permitido, sólo debes mantenerte tranquila, tarde o temprano descubriremos quién es― sobó las mejillas de su amiga secando sus lágrimas y ella le sonrió con tristeza.

―No tengo idea de quién podría ser tan cruel para hacerme algo así― balbuceó mirando al suelo, su amiga tomó su barbilla y la hizo mirarla.

―Cielo, estas son las desventajas de la fama, no estás sola, me tienes a mí y a Irene, haremos cualquier cosa por limpiar tu nombre― le animó un poco y asentí.

Lara se sentía muy agradecida al tener personas como Dalia y Irene.

―Te quiero tanto― la abrazó.

―Yo a ti― suspiró su amiga ―A todo esto ¿Qué dice Kenzo? ― los ojos de la joven cantante se volvieron a cristalizar y se puso de pie.

―Kenzo no contesta mis llamadas o mensajes, el jefe de la disquera tampoco, mis amigos... nadie puede ayudarme, solo te tengo a ti y a Irene― empezó a caminar de un lugar a otro.

―Toma, Lara, bébelo todo, calmará tus nervios― la atenta asistente llegó a ella con una taza de té en sus manos, sin dudarlo la aceptó.

―Me parece, por ahora debes estar lo más calmada posible― estuvo de acuerdo la rubia.

La llevaron entre ambas a su cama, se dispuso a dormir, deseando que todo aquello fuera una pesadilla.

A la mañana siguiente despertó gracias a una llamada por parte del Jefe de la disquera.

Sonrió creyendo que todo había sido solucionado finalmente.

― ¿Hola? ― contestó con los nervios apoderándose de su pecho.

―Lamento decirte esto, Laraiana, mi matrimonio y mi trabajo corren peligro gracias a el chistecito que se te ocurrió, de ahora en adelante no te aparezcas más por DinSK, estás despedida, busca una empresa que te ayude con tu música porque yo ya no puedo hacerlo― había soltado sin más rodeos.

Y así fue como su vida se había ido a la mierda.

O al menos eso creyó en ese entonces.