Capítulo 2




El sol brillaba intensamente sobre una tranquila playa en Japón. Las olas rompían suavemente en la orilla, y la brisa traía consigo un agradable aroma a mar. Sin embargo, la escena idílica era interrumpida por los gritos de un hombre escuálido, pero imponente.

- ¡Vamos, Midoriya Shonen, no bajes el ritmo! -. gritaba con entusiasmo el símbolo de la paz. - ¡¿Cómo quieres ser un héroe si no puedes cargar tres refrigeradores?!-.

Un joven de cabello verde luchaba por mantenerse firme mientras cargaba, efectivamente, tres refrigeradores pequeños a la vez.

- ¡Lo haría mejor si alguien no me hubiera pateado esta mañana! --.se quejó Izuku entre resoplidos, su voz llena de frustración.

- Ya te dije que lo siento... no fue mi intención -. respondió el rubio con una sonrisa nerviosa y una risa forzada.

Pero ¿qué había pasado exactamente esa mañana?

Unas cuantas horas atrás...

All Might bostezaba mientras tomaba un café frente a una mesa improvisada en la playa. No estaba acostumbrado a levantarse tan temprano, pero sabía que valía la pena. Después de todo, entrenaba al futuro símbolo de la paz. Aunque como maestro, en ocasiones, dejaba mucho que desear.

- Cada vez me quedo sin ideas para motivar a Midoriya Shonen... alguna frase célebre podría ayudar, ¿no? -. murmuró con cansancio, hundiéndose en sus pensamientos.

De repente, algo iluminó su mente.

- ¡Lo tengo! ¿Por qué no imito al viejito ese de la película? Eh... creo que se llamaba Miyagi -susurró, entusiasmado -. Jejeje, también puedo aprovechar la técnica de "lavar y encerar" para que Midoriya me limpie el auto. - ¡Soy un genio! -.

Río tan fuerte que las pocas personas madrugadoras que pasaban por playa lo miraron con confusión.

- L-Lo siento, no quería asustarlos... -. respondió nervioso, intentando disimular su excentricidad.

Con el plan en mente y aún tiempo libre antes de la llegada de Izuku, decidió intentar una de las famosas técnicas de esa película.

- No debe ser tan difícil... si ese señor pudo hacerlo sobre un tronco, ¿por qué yo no? -. dijo mientras se encondía para luego transformarse en su forma heroica, más robusta y poderosa. Levantó una pierna. -Lo primero es alzar la pierna... luego, las manos a la altura de la cabeza. ¡Ja, esto es pan comido! -.

A unos cuantos metros, Izuku corría a toda velocidad para llegar puntual al entrenamiento.

- ¡Ya casi llego! -. jadeó, acelerando el paso. - Espera, ¿qué está haciendo All Might? -.

El hombre dorado gritó con entusiasmo:

- ¡Patada de la grulla! -.

Lanzó la patada con tanta fuerza y concentración que no se dio cuenta de que Izuku se encontraba justo delante de el.

- ¡All Might, bue -. Intento saludar con una sonrisa... justo antes de recibir la patada que lo envió directo a un montón de basura.

- ¡Oh, no! ¡Midoriya Shonen! -.

Regresando al presente...

- Ya te dije que lo siento, jeje... -. murmuró All Might, aún avergonzado. - Pero mira el lado bueno: ¡sí pude dar la patada de la grulla! -.

- Piri miri il lidi bini si pidi dir li pitidi di li grilli. ¡Sí, claro, qué felicidad, no? -. respondió Izuku con sarcasmo, mientras se sobaba la cara.

-Jeje... dejando eso de lado, necesitamos seguir con el entrenamiento -. Intentó calmar la situación.

- Bueno... -. respondió Izuku, aún desganado.

- Vamos, Shonen, te prometo que cuando pases el examen de admisión de la U.A., te daré un regalo. ¿Qué dices? -.

El joven aspirante a héroe abrió los ojos con emoción.

- ¡Jejeje, bueno, me esforzaré! -.

- ¡Así se habla! ¡Ahora, continuemos tuentrenamiento! -.

La oscuridad cubría la ciudad de Musutafu, y el silencio empezaba a adueñarse de las calles. Era el momento perfecto para que los criminales hicieran de las suyas, o al menos, eso pensaban. Porque esa ciudad tenía protectores.

En la azotea de un edificio, Shota Aizawa vigilaba con atención, vestida con su práctico traje negro de heroína. El viento agitaba su cabello oscuro mientras ella suspiraba.

- Qué relajante... no hay más dolores de cabeza esta noche-.

Una voz familiar irrumpió en su paz.

- ¡Ja, ja, ja! ¡Pero miren quién es, mi mejor amiga! -.

Antes de que pudiera reaccionar, Emi Fukukado, conocida como la heroína Joke, la abrazó con entusiasmo.

- ¡Agh, suéltame! -. gruñó Shota, intentando liberarse. -¿Qué quieres, Joke?-. dejo escapar un suspiro.

- ¿Por qué no puedo simplemente saludar a mi amiga del alma? -. respondió con un falso gesto de indignación. -Bueno, vine porque tenía tiempo libre... y porque quería saber si ya pensaste en tener pareja-.

- Cuántas veces te lo tengo que repetir. No estoy interesada en esas cosas. Soy una heroína. No tengo tiempo para tonterías-. La pelinegra se safo del abrazo de su amiga, para acto seguido dar dos pasados más para alejarse de ella.

- ¡Ay, vamos! ¿Nunca lo has considerado? -. preguntó Emi con picardía. - Hmm... ¿o acaso eres lesbiana? Si quieres, puedo ser tu pareja, bombón -.

Shota la miró con una expresión de muerte que hizo a Emi retroceder de inmediato.

- Ok, ok... ya me dejo de bromas -. dijo Emi, soltando una risita nerviosa—. Pero piénsalo. No quiero que sigas siendo una solterona amargada-.

Esas palabras fue la gota que derramó el vaso. Una vena se le infló a Shota mientras Emi corría, riendo a carcajadas.

- ¡NO SABES CUÁNTO TE ODIO! -. gritó con furia.

- ¡Yo sé que me amas, bebé! -. respondió Emi, alejándose a toda prisa.

Cuando el silencio volvió, Shota suspiró y se cruzó de brazos.

- Solterona... como si ella supiera de-.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un grito a lo lejos.

-¡KYAAAAAAAAAAAAA! -.

- Oh, no... una chica en peligro -. Dijo con seriedad mientras corría hacia la fuente del sonido.

La noche siempre ha sido un escenario de incertidumbre, un espacio donde el peligro puede acechar en cualquier esquina. En Japón, pese a la presencia de héroes que patrullan las calles, las sombras esconden asesinos, asaltantes, y, en el peor de los casos, villanos. Los ciudadanos racionales evitan las zonas oscuras y solitarias, buscando refugio en lugares iluminados o concurridos. Sin embargo, siempre hay excepciones. Siempre hay un idiota que...

- Ah, qué bueno que los callejones acorten el camino -. dijo Izuku Midoriya, caminando despreocupado por un callejón oscuro y húmedo. Sus pasos resonaban ligeramente en el eco de las paredes, mientras una débil luz de una farola parpadeante proyectaba sombras inquietantes.

- Agh, el entrenamiento de hoy me dejó cansado, Ojalá, mi mamá, haya hecho katsudon -. añadió, colocando las manos detrás de su cabeza mientras avanzaba sin prisa.

El callejón tenía un olor desagradable, una mezcla de humedad y basura acumulada. Izuku, ajeno a cualquier posible peligro, comenzó a tararear una de sus canciones favoritas, dejándose llevar por el ritmo.

"Let the Midnight Special shine a light on me
Let the Midnight Special shine a light on me..."

Su voz resonaba suavemente mientras avanzaba. Sin embargo, un escalofrío recorrió su espalda. Algo no estaba bien.

- ¿Por qué siento que me están observando? -. susurró para sí mismo, mirando a su alrededor.

Efectivamente, no estaba solo. Detrás de unos contenedores de basura, tres figuras lo observaban atentamente, cada movimiento suyo era analizado.

- ¿Entonces, lo asaltamos o no? -. preguntó uno de ellos, su voz grave y áspera.

- Supongo que sí. No parece muy fuerte -. respondió otro, con un tono burlón.

- Sí, además, se ve cansado. No dará mucha pelea... y es lindo -. El tercero, más alto que los otros dos, sonrió mientras hablaba, ganándose miradas incómodas de sus compañeros.

Volviendo a Izuku, ya estaba cerca de la salida del callejón. La luz de las farolas de la calle principal estaba a pocos metros, y sintió alivio al verla.

- [Por fin, ya casi salgo de est...] -. Su pensamiento fue interrumpido abruptamente cuando una mano lo jaló hacia una pared, inmovilizándolo.

- Pero miren qué tenemos aquí, -. dijo el primer criminal mientras se acercaba lentamente, su figura oscura bloqueando la salida.

Izuku tragó saliva, un miedo palpable invadió su pecho.

—Un lindo chico caminando solo a estas horas de la noche —añadió el tercero, acercándose con una sonrisa torcida.

Esperen un momento... ¿Le dijo lindo?

- ¿Qué quieren de mí? -. preguntó Izuku, su voz temblorosa.

- ¿Qué crees, idiota? -. contestó el segundo criminal, mientras el primero lanzaba un puñetazo directo al estómago de Izuku, quien cayó de rodillas al suelo.

- Agh... -. se quejó Izuku, escupiendo un poco de sangre.

- Parece que no eres muy fuerte. Ni siquiera puedes resistir un golpe -. El agresor lo tomó del cuello de la camisa para levantarlo de nuevo, burlándose mientras preparaba otro golpe.

- ¡Oye, idiota, no lo lastimes tanto! -. interrumpió el tercer criminal, aplicándose bálsamo labial mientras hablaba.

- ¿Eso es... labial? -. preguntó el primero, deteniéndose con una expresión de incredulidad.

- No, tonto, es bálsamo sabor limón -. El tercero curvó los labios, satisfecho con su respuesta.

Izuku, mirando la situación, sintió cómo el miedo se transformaba en una mezcla de confusión y desesperación.

- No, por favor. Les daré lo que quieran, pero... eso no -. Su voz era casi una súplica.

- No me importa tomarte por la fuerza. Te va a gustar, chico lindo. -. El tercero le guiñó un ojo.

Izuku sintió que su corazón iba a salirse del pecho.

- ¡KYAAAAAAAAA! -. gritó con toda la potencia de sus pulmones, un grito que resonó en el callejón y probablemente en el barrio entero.

Izuku logró zafarse del agarre con un movimiento desesperado y retrocedió unos pasos, llevándose una mano al estómago mientras intentaba recuperar el aliento. Aunque sus piernas temblaban, su expresión se endureció y, respirando hondo, levantó los puños en una posición defensiva.

- ¿Te pones en posición de combate? -. dijo el primer criminal, arqueando una ceja mientras avanzaba con una sonrisa burlona. -¿Sabiendo que somos más que tú? ¿Estás dispuesto a pelear contra nosotros? -.

- No puedo defender mi virginidad si no peleo -. respondió, avanzando un paso hacia ellos.

- Oh ho, entonces acércate lo que quieras-.

Ambos avanzaron al mismo tiempo, la tensión en el aire haciéndose palpable mientras las sombras del callejón parecían cerrarse alrededor de ellos.

El primer criminal avanzó hacia Izuku, su sonrisa burlona iluminada por la tenue luz del callejón. Era un hombre corpulento, con una cicatriz que cruzaba su mejilla izquierda.

El segundo criminal, algo más delgado, miraba desde atrás con inseguridad. Este sujeto era el que Izuku veía como su oportunidad más fácil.

Mientras tanto, el tercer criminal, el extraño y pervertido, observaba con una sonrisa ladeada mientras se aplicaba más bálsamo labial.

Izuku respiró hondo. No tenía quirk, pero tampoco estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente. Mientras el corpulento avanzaba, Izuku analizó su entorno. Notó un contenedor de basura abierto con algunas botellas de vidrio rotas y una barra metálica oxidada cerca.

- ¡Voy a enseñarte a no meterte con nosotros! -. exclamó el primer criminal, lanzando un puñetazo directo al rostro de Izuku.

Izuku esquivó por poco, rodando hacia el costado y tomando la barra metálica. Sin pensarlo dos veces, la usó para golpear al delgado criminal en la pierna, haciéndolo caer al suelo con un grito de dolor.

- ¡¿Qué demonios haces?! -. gritó el corpulento.

Izuku no esperó respuesta. Usando el mismo impulso, giró y lanzó un golpe con la barra al estómago del segundo criminal, dejándolo fuera de combate mientras este se retorcía en el suelo.

- ¡Un golpe más! -. pensó Izuku, jadeando, su adrenalina al máximo.

Pero el corpulento no se quedó quieto. Aprovechando la distracción, se abalanzó sobre Izuku, derribándolo al suelo. La barra metálica rodó fuera de su alcance.

- ¡No creas que será tan fácil! -. rugió mientras le lanzaba un golpe al estómago, arrancándole el aire a Izuku.

El tercer criminal, que había permanecido a distancia todo el tiempo, caminó tranquilamente hacia el enfrentamiento, su bálsamo labial brillando bajo la luz del callejón.

- Qué desperdicio, chico lindo. Pero parece que ya es tu fin -. dijo con tono burlón, levantando una botella vacía que había encontrado en el suelo.

Izuku trató de levantarse, pero su cuerpo no respondía. Había usado demasiada energía con los movimientos rápidos y el golpe del corpulento le había dejado debilitado.

- Maldita sea... -. murmuró entre jadeos, mientras intentaba incorporarse en vano.

El corpulento se cruzó de brazos, satisfecho con su victoria.

- Esto es lo que pasa cuando te metes con nosotros, mocoso. Pero al menos diste una buena pelea -. Dijo señalando a su amigo que yacía en el suelo con una pose algo... curiosa.

Izuku, a pesar de estar derrotado, apretó los dientes con frustración. Por más que quisiera, su cuerpo ya no podía seguir. La pelea había terminado.

- Yo no creo que sea su fin -. dijo una voz femenina desde lo alto, atrayendo la atención de todos.

El criminal pervertido, el más corpulento de los tres, apenas tuvo tiempo de mirar hacia arriba antes de que unas vendas lo atraparan y lo inmovilizaran.

- ¡¿Qué demonios?! -. gritó justo antes de que la figura descendiera desde las alturas, impactando sus rodillas directamente en su cabeza.

- ¡AHHHH! -. chilló el criminal mientras era derribado con un estruendo. Su cuerpo cayó pesadamente al suelo, quedando inconsciente.

Cuando aterrizó con elegancia, la mujer que había hecho el ataque se levantó y quedó visible para el último criminal que quedaba en pie. Vestía un traje negro ajustado, con vendas envolviendo su cuello, el cabello flotando suavemente a su alrededor como si desafiara la gravedad, y unas gafas oscuras ocultando sus ojos. Su presencia era intimidante y firme.

Sin darle oportunidad de escapar, la mujer lanzó nuevamente sus vendas hacia el criminal restante, atrapándolo por el torso y jalándolo hacia ella. El hombre apenas logró soltar un grito ahogado antes de recibir una contundente patada en el estómago que lo dejó sin aire, cayendo de rodillas al suelo.

- ¿Q-quién diablos eres? -. balbuceó el criminal, con miedo evidente en su voz mientras trataba inútilmente de liberarse.

- Yo soy la heroína...-.

- ¡ERASERHEAD! -. gritaron al unísono Izuku y Shota, con una mezcla de sorpresa y admiración.

Shota, se giró molesta hacia el criminal y, con un golpe certero en la cabeza, lo remató dejándolo fuera de combate.

La heroína giró hacia Izuku, observándolo con una mirada evaluadora.

- Oye, niño, ¿estás bie...? -. comenzó a preguntar, pero fue interrumpida por la rapida reacción de Izuku.

- ¡ASOMBROSO! ¡LA HEROÍNA ERASERHEAD EN PERSONA! ¡SOY TU FAN! -. exclamó Izuku, agitando los brazos como si fuera un niño emocionado al conocer a su héroe favorito. Su entusiasmo saco una gota de sudor en la frente de Shota.

- Calma, niño. No te emociones tanto -. respondió ella, retrocediendo ligeramente por la intensidad de su emoción. Luego, volvió a adoptar un tono más serio. -Parece que estás bien. Pero... ¿dónde está la chica? -.

- ¿Qué chica? -. preguntó Izuku, parpadeando confundido.

- La que gritó pidiendo ayuda. ¿Dónde está? -. insistió Shota, mirándolo con severidad.

El sudor comenzó a correr por la frente de Izuku al recordar su propio grito de terror. Si confesaba, ¡sería el hazmerreír!

- Ehhh... claro, la chica. Yo... la rescaté. La escuché gritar, vine corriendo, peleé contra estos tipos y le dije que escapara... -mintió torpemente mientras sudaba frío [Por favor, por favor, ¡que se lo crea!], pensó.

Shota lo miró con una ceja levantada, claramente escéptica, pero decidió no insistir.

- Está bien, te creo. Después de todo, derrotaste a uno de ellos -. Sus palabras hicieron que Izuku lanzara un suspiro de alivio.

Fue entonces cuando Shota lo observó con más atención, y una chispa cruzó en su cabeza.

[Un momento... el es ese chico que chocó conmigo antes. Tch, qué fastidio] Pensó, soltó un suspiró, cruzándose de brazos. - Bueno, ya viene la policía y yo me voy -.

Con esas palabras, lanzó sus vendas hacía unos tubos altos, lista para marcharse.

- ¡Espera! Quiero decirte algo... -. exclamó Izuku, intentando detenerla.

- Otro día, mocoso, hoy no, la policía ya viene en camino así que mantén la calma -. Se impulsó con rapidez, desapareciendo entre las sombras, dejando a Izuku solo en el callejón.

El joven aspirante a héroe suspiró, mirando a su alrededor. Observó el caos que había dejado la pelea, pero su mirada se suavizó al pensar en la heroína que acababa de conocer.

- Solo quería decirte que eres... mi heroína favorita -. Susurró para sí mismo, con una mezcla de admiración y cansancio, antes de dirigirse hacia la salida del callejón.

En dos capítulos, pude avanzar 4 capítulos que tenía la versión anterior, además de que quitare cosas las cuales no son importantes, además de quitar las tramas que estaba planeando o puliendo una que otra.


Espero que sea de su agrado este cambio.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top