vii. answers
MARATÓN 3/3
❝parisian nights, parisian high, parisian breeze
feeding me like medicine, feeding me like medicine❞
- paris, sabrina carpenter
⊹ ׁ݂ ꒰ 07. respuestas ˖ ࣪⊹౨ৎ
Necesitaba explicaciones. ¿Cómo que tenía un hermano? ¿Por qué mi madre nunca me dijo nada? Lo peor es que no podía preguntarle.
Quedaban dos días para volver a Nueva York, no me preocupaba mucho porque Timothée también se volvía con nosotros, y también tenía ganas de ver a Lucy y Mila.
Quedé con Marcus en una cafetería, solos él y yo.
Cuando entré y le vi, noté que tenía unas ojeras enormes, y una expresión triste.
Me senté frente a Marcus, intentando ocultar la tormenta de emociones que me azotaba por dentro. Mis dedos tamborileaban nerviosos sobre la mesa, mientras él levantaba la vista lentamente, mostrando una mezcla de cansancio y culpa.
— Hola, Cynthia — dijo, su voz apenas un susurro.
— Marcus — respondí, tratando de sonar más serena de lo que me sentía — Necesito saber la verdad. ¿Cómo que tengo un hermano? ¿Por qué mi madre nunca me dijo nada?
Marcus suspiró profundamente, frotándose las sienes como si intentara aliviar un dolor invisible. Finalmente, me miró directamente a los ojos.
— Tu madre tenía sus razones, Cynthia. Era un tema muy delicado para ella.
— ¿Qué razones? —insistí, sintiendo que la paciencia me abandonaba — No entiendo por qué algo tan importante se mantendría en secreto.
— Antes de que nacieras, tu madre tuvo una relación complicada — Marcus hizo una pausa, como si las palabras fueran difíciles de encontrar— Quedó embarazada muy joven, y el padre... bueno, no era un buen hombre. Decidió dar en adopción al bebé, esperando que tuviera una vida mejor lejos de toda esa situación.
Sentí un nudo formarse en mi estómago. Era difícil asimilar que mi madre había pasado por algo tan doloroso y que yo nunca supe nada.
— ¿Y tú cómo sabes todo esto? — pregunté.
— Cuando empecé a buscar a mis padres biológicos, encontré a nuestra madre. Hablamos varias veces antes de que falleciera. Me dijo que no quería alterarte, que era mejor que crecieras sin esa carga.
Me quedé en silencio, procesando la información. Mi madre había llevado consigo un dolor y un secreto tan grande. Miré a Marcus, y aunque tenía ganas de gritar, llorar o incluso salir corriendo, lo único que logré fue susurrar:
— ¿Por qué me lo dices ahora?
— Porque después de que nuestra madre muriera, me sentí perdido — Marcus tenía los ojos llenos de lágrimas — Quería conocerte, ser parte de tu vida, pero no sabía cómo. Ahora que la verdad salió a la luz, no quiero perder esta oportunidad. No soy perfecto, pero quiero ser tu hermano, si me lo permites.
La sinceridad en sus palabras me desarmó. Tal vez tenía razón. Tal vez, era hora de enfrentar la verdad y abrir un nuevo capítulo en nuestras vidas.
— No sé cómo sentirme ahora mismo — admití —Pero tampoco quiero perder la oportunidad de conocerte. Supongo que podemos empezar poco a poco, ver a dónde nos lleva esto.
Marcus asintió, y por primera vez desde que entré en la cafetería, vi una leve esperanza en su expresión. Mientras nos sentábamos en silencio, con todo aún por resolver, una pequeña parte de mí se sintió aliviada. No estaba sola. Tenía un hermano. Y tal vez, juntos, podríamos descubrir qué significaba eso.
— Respecto a Dylan... — empecé y al se le cambió la cara — Está bastante mal, dime la verdad, ¿le quieres o fue todo para conocerme a mí?
— No te voy a mentir, al principio sí. Pero poco a poco fui conociendo su verdadera versión y no pude evitar enamorarme de él, y me siento tan mal por haberle usado así — admitió entre lágrimas.
— Deberías decirle eso a él — le aconsejé y él asintió, limpiándose las lágrimas con el dorso de sus mangas.
— Dudo que quiera hablar conmigo ahora, pero lo intentaré.
— Llamaré con Timothée, está con él en casa, si está un poco mejor podemos ir y aprovecháis para solucionar todo esto — le dije y una sonrisa se dibujó en su cara.
— ¿Harías eso por mí? — preguntó con esperanza.
— Claro que sí, se nota que lo amas, y además, somos hermanos — le respondí.
Hermanos.
Después de unas horas, Dylan estaba mejor, y llevé a Marcus a casa. Timothée y yo decidimos tomarnos un respiro del bullicio de la ciudad y optamos por un paseo en barco por el Sena. Elegimos los "Bateaux Parisiens", conocidos por sus recorridos encantadores que ofrecen una perspectiva única de la ciudad.
Llegamos al muelle al atardecer, cuando el sol comenzaba a ponerse y las luces de la ciudad empezaban a encenderse, creando un ambiente mágico. Al subir al barco, fuimos recibidos por una suave música y la promesa de una velada tranquila y romántica. Timothée y yo compartimos una mirada cómplice; ambos sabíamos que esta sería una noche especial.
El barco zarpó lentamente, deslizándose por el Sena con elegancia. Nos instalamos en la cubierta superior, donde el aire fresco y las vistas eran inmejorables. El río reflejaba los colores del atardecer, un espectáculo natural que añadía un toque especial al momento. Me sentía en paz, con la brisa acariciando mi rostro y Timothée a mi lado.
A medida que avanzábamos, pasamos junto a algunos de los monumentos más icónicos de París. La primera parada visual fue la majestuosa Catedral de Notre Dame, iluminada con una suave luz dorada que resaltaba su arquitectura gótica. La visión de sus torres imponentes y su belleza atemporal me dejó sin aliento.
— Esto es hermoso — comenté, apoyando mi cabeza en el hombro de Timothée.
— Sí, es como ver la ciudad desde una nueva perspectiva — respondió él, rodeándome con su brazo. Su presencia era reconfortante, una constante en medio de tantas emociones.
Mientras el barco avanzaba, pasamos bajo los históricos puentes de París, cada uno con su propio carácter y encanto. El Pont Neuf, el más antiguo, y el Pont Alexandre III, con sus opulentas decoraciones, parecían cobrar vida con las luces de la ciudad. Cada detalle, cada sombra, cada reflejo en el agua contaba una historia de siglos pasados.
Llegamos a la Torre Eiffel, que se alzaba imponente y comenzó a parpadear con su espectáculo de luces justo cuando pasábamos. La vista era simplemente impresionante, y ambos nos quedamos maravillados, sin palabras para describir la magnificencia del momento. Me di cuenta de lo afortunada que era por vivir este instante.
— No puedo imaginar un lugar mejor para estar ahora — dijo Timothée, apretando suavemente mi mano.
El paseo continuó, ofreciendo vistas del Musée d'Orsay, el Louvre y el Grand Palais, cada monumento brillando en la noche parisina. La ciudad de las luces mostraba por qué merecía ese título, cada rincón del río revelando una nueva faceta de su esplendor. Me sentí pequeña ante tanta belleza, pero también enormemente conectada con la ciudad y con Timothée.
Finalmente, el barco regresó al muelle, pero sabía que este paseo había sido más que una simple excursión. Había sido un momento para reconectar, disfrutar de la compañía del otro y apreciar la belleza de París desde una perspectiva única y romántica. Bajamos del barco con una sensación renovada de paz y cercanía.
25 votos para el siguiente capítulo!
solo queda el último capitulooo 😭
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