iii. welcome to paris

❝and he says, "you look beautiful tonight"
and i feel perfectly fine
but i miss screaming and fighting and kissing in the rain
and it's 2 a.m. and i'm cursing your name

- the way i loved you, taylor swift

⊹ ׁ݂ ꒰ 03. bienvenidos a paris ˖ ࣪⊹౨ৎ




— ¿Hueles eso? Aire fresco, no como el de Nueva York. Me voy a quedar aquí para siempre — anunció Dylan mientras caminábamos por las calles de Paris.

Habíamos llegado hace unas horas y habíamos dejado nuestras cosas en el apartamento que íbamos a compartir junto con Marcus, no antes de haber ido a comprar ropa, como prometimos.

Ahora nos encontrábamos yendo a una reunión con Maxime, el mismísimo Maxime Gray. Si nos lo dijeran unos años atrás no lo hubiéramos creído.

— A mí también me gusta, pero no viviría aquí — reconocí y Dylan rodó los ojos.

— Lo que no quieres es estar cerca de Timothée. ¿Sabes lo payasa que vas a parecer cuando te des cuenta de que es una amiga? — me advirtió y yo resoplé.

— ¿Y si no lo es? — repliqué mientras llegamos a la puerta de la cafetería donde habíamos quedado con Maxime.

— Él no te haría eso — respondió y abrió la puerta — Puedes quedar con él.

Asentí y los dos entramos a la cafetería, miramos a nuestro alrededor y vimos a Maxime en una de las mesas. El chico levantó la mirada de su teléfono y nos sonrió en forma de saludo.

Dylan y yo nos acercamos, le saludamos y nos sentamos en la misma mesa.

— ¿Qué tal el jet lag? — preguntó Maxime con un tono burlón que me sorprendió un poco, me lo imaginaba mucho más serio. Quiero decir, es lo que esperas encontrar cuando ves a un tío con traje y corbata.

— Nosotros bien pero mi novio está fatal, lleva como tres horas vomitando — explicó Dylan, me encantaba que pudiera hablar con cualquier persona como si lo conociera de toda la vida, y lo admiraba por eso y por muchas cosas más.

— Que mal, espero que se mejore — contestó dándole una mirada comprensiva a Dylan — He visto el trabajo que hicisteis para lo de Timothée en primavera y tengo que felicitaros, es increíble. Cynthia, se nota que te esfuerzas muchísimo.

— Muchas gracias — contesté — Entonces, ¿cuáles son los proyectos para este mes?

Después de unas horas hablando de trabajo y de varias cosas más, Maxime, Dylan y yo salimos de la cafetería.

— ¿Queréis venir a una fiesta esta noche? — preguntó Maxime mientras caminábamos.

— Yo creo que paso, no quiero dejar a Marcus solo — explicó Dylan.

— ¿Y tú Cynthia? — se dirigió a mí esta vez.

— Yo creo que iré — comuniqué y Dylan me dio una mirada que no supe interpretar.

— Perfecto, te mando luego la ubicación — me dijo Maxime, guiñando un ojo.
























Esa noche, estaba pasando un muy bien rato con Maxime. Aquel chico me había sacado varias carcajadas. Era un chico amable y muy simpático, y algo atractivo también.

Estaba pasando un muy buen momento con él, incluso creo haberme olvidado de Timothée, pero como siempre, él siempre volvía a mi cabeza.

— Oye, ¿los rumores son ciertos? Timothée y tú... — indagó el rubio — ¿Sois novios?

— No tengo novio — me apresuré a asegurar, e incluso pude percibir como suspiró aliviado. Sonreí inconscientemente, Maxime llegaba a considerarse adorable.

— Bien, eso... suena bien — murmuró, asintiendo con la cabeza. Sentí que tenia que tomar la iniciativa por una vez y me atreví a agarrar su mano lentamente.

— ¿Quieres bailar, Max?— pregunté, levantando una ceja. Una extraña sensación de poder me invadió en cuanto lo vi tragar saliva ansioso, jamás había puesto tan nervioso a alguien hasta este momento.

Asintió y tomó firmemente mi mano para comenzar a dirigirme a la pista. No iba a mentir, estaba nerviosa, porque jamás había bailado con un chico cuya atención estaba en mí.

Llegamos juntos a la pista y empecé a desenvolverme. Al principio solo me movía al ritmo de la música mientras cantaba la canción, pero con el pasar de los minutos Maxime tuvo la suficiente confianza y se permitió ubicar sus manos en mi cintura, sincronizando nuestros movimientos.

Me sentía más viva que nunca, con la emoción desprendiendo de cada poro de mi piel. Lo estaba disfrutando demasiado como para preocuparme por cualquier cosa. Pero claro, en algún momento iba a cansarme.

— Voy a por algo de beber — anuncié caminando hacia la barra, pero Maxime me siguió.

— Voy contigo, ¿qué vas a pedir? — preguntó sentándose en una de las sillas.

Lo pensé bien, yo no bebía mucho alcohol, pero hoy me apetecía, quería olvidarme de todo.

— Pide algo por mí, que tenga alcohol — aclaré.

— ¿Segura?

— Sí, claro — contesté, pero la verdad es que no lo estaba.

Maxime, como era de esperar, no sabía que yo no estaba acostumbrada al alcohol y pidió algo muy fuerte. Pero yo me lo bebí porque estaba riquísimo, y luego otra, y otra, y otra...

Luego, todo lo que Max decía me hacía el triple de gracia y me sentía tan ligera como una pluma.

— Cynthia, creo que es mejor que te lleve a casa — Maxime se rascó la nuca mientras me miraba con una mueca de preocupación.

— ¡Pero sí la fiesta acaba de empezar! — giré sobre mí misma levantando los brazos pero perdí el equilibrio, y si no fuera por Max estaría en el suelo.

— Te llevaré a casa — anunció el rubio.

— No... — luego lo pensé mejor, me dolía la cabeza, y lo pies, si no fuera por eso me hubiera quedado — Bueno, vale.

Maxime me ayudó a llegar hasta su coche, y a subirme al asiento de copiloto. Sentía que flotaba.

— ¿Qué me has dado de beber? — le pregunté mientras arrancaba el coche.

— Nada muy fuerte, es solo que creo que tu cuerpo no estaba acostumbrado — explicó.

— O porque me he bebido cinco vasos — admití y Max suspiró.

Después de unos minutos, Max aparcó frente al edificio y miré la hora en mi reloj, era bastante temprano.

— Ven, te ayudo — dijo tomándome de la cintura para ayudarme a llegar hasta la puerta del ascensor.

Me aguanté las ganas de vomitar, y llegamos a mi piso.

Caminamos hasta mi puerta y Max se quedó parado, como esperando algo.

— ¿Qué pasa?

— Vas a abrir la puerta o... — dijo cruzándose de brazos.

— Ah sí, verdad, lo siento — abrí la cremallera de mi bolso — Sabes, creo que Marcus y Dylan iban a salir porque Marcus ya está bien, así que si quieres puedes pasar y nos tomamos un café o algo...

La puerta del ascensor se abrió de repente y por ella salió un ojiverde que nos observó, no muy feliz con la escena.

Que oportuno, Timothée.


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uyuyuy

se viene pelea

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