6
Encendí la laptop con velocidad y chequeé mi celular para ver si tenía algún mensaje nuevo, pero fue en vano.
Abrí la aplicación de Skype y noté que mi grupo de amigos estaba conectado. Reí para mis adentros pensando lo que podrían estar haciendo y me uní a la conversación.
Unos segundos después de lograr conexión, mi cámara se enciende y mis amigos aparecen en pantalla también, pero Jamie ausente.
—Wow, Eva. Estás muy linda ¿Saldrás hoy con ese chico sexy?— pregunta Nina bromeando.
—Creo que viene de una salida con ese chico ¿No es verdad?— intuye Danny.
—En parte sí, Danny. Salí con el Papa Emeritus ¿Lo recuerdan?— ambos se miran a través de sus cámaras divertidos.
—¿Con ese viejo, Eva? No sabía que te gustaban tan grandes— dice Danny riendo. —Al menos es famoso y tiene mucho dinero.
—No me fijé en eso, Danny. No seas idiota— bufé. —No podía decirle que no de nuevo.
—Es decir ¿Ya te había invitado a salir?— pregunta Danny fuera de contexto.
—Sí, pero esa noche salía con nosotros, duh— bromea Nina. —Y luego conoció a un chico en la discoteca... Bueno, Jamie ya te contó de él.
—No vengo a hablar de Tobias, sino del Papa Emeritus. Atentos— digo seria y ambos ríen por mi cansancio.
—Pues cuenta tu noche arruinada con el viejito— dijo en tono de burla Danny.
—Dejen de llamarlo así, por favor. No es tan viejo como parece— hago una pausa calculando su edad. —Tendrá unos 45 años o menos...
—Es viejo, Eva. Tobias es joven para tí. Deberías salir con él— sugirió Nina.
—Sí, he pensado eso en la limusina de vuelta a casa...— ambos me observan sorprendidos.
—¿Te fue a buscar en una limusina? Ahora entiendo por qué has salido con el viejo— dice Danny divertido.
—Pregúntale si quiere salir conmigo, Eva, por favor— bromea Nina y Danny la observa de mala gana.
—Haré de cuenta que no dijeron nada y les contaré la noche que pasé— dije cortando aquella charla. —La cena fue estupenda, el restaurante era un lujo y él también, muy agradable y abierto a hablar. Esa primera parte estuvo bien, pero en la vuelta, intentó tocarme más allá ¿Entienden?— asienten divertidos. —Y cuando llegué a la puerta de mi casa estuvimos muy cerca de besarnos...
—Hay que festejar esto— sugiere Danny. Nina aulla aceptando su propuesta.
—Esperen ¿Festejar qué? No ha pasado nada y actué como una niña en sus brazos— ellos niegan con la cabeza.
—Todo es motivo de festejo— agrega Nina.
—Cenaremos algo en tu casa y abriremos champagne por tus primeros pasos en una cita con un hombre mayor— dice Danny. —Mañana a las 21 estaremos con Jamie, que está durmiendo como un bebé, a festejar.
—¿En mi casa? ¿No recuerdan que mi madre sigue viviendo conmigo?— digo cruzada de brazos.
—Oh ¿Cómo está mi mujer favorita en el mundo?— pregunta Nina.
—En lo de su novio. Estimo que mañana volverá— dije observando la hora.
—Dile que se quede un día más en la casa de su novio. No romperemos nada— dice Danny. —Por favor, Eva. Vamos a divertirnos entre amigos.
—Sí, por favor— ambos ponen cara de perritos mojados y cedo sin más.
—De acuerdo. Vengan a "festejar" a casa— ambos aplauden. —Con una condición— ambos me observan en silencio. —Ustedes traen las bebidas.
—Dalo por hecho, vieja— bromea Danny.
☠
Mi alarma no sonó y observé que ya era el mediodía, super tarde para mi gusto. Me levanté con desgano y caminé los pocos pasos que tenía hacia el baño. Me di una ducha energizante y fui a la cocina con el celular en mano para preparar algo y llamar a mi madre, a quien le debía una explicación.
Al segundo tono, ella respondió con dulzura.
—Hola, cariño ¿cómo estás?— pregunta con emoción.
—Hola, mamá. Estoy bien ¿y tú?— digo mientras preparo un omelette.
—Sí, querida. Yo también lo estoy. Volveré en unas horas ¿quieres que compre algo para merendar juntas?— ambas somos muy compañeras y nos tratamos como amigas. Nuestra relación era muy envidiable para los demás, pero esta vez tenía que refutar.
—De eso iba a hablarte. Hoy vendrán mis amigos a casa a cenar. No creo que a Charlie le moleste que te quedes una noche más ¿o sí?— pregunto.
—No, no le molestará. Mañana volveré entonces, sin excepción— sonreí para mis adentros. —Cuídate, cariño.
—Gracias, mamá. Lo haré. Saludos a Charlie— colgué.
Comí lo más rápido que pude para no perder más tiempo y limpié lo que había ensuciado. Tenía que ir al supermercado a comprar lo necesario para esta noche, entonces me puse unos jeans rasgados, unas nike y una remera suelta pero hasta el ombligo de Slipknot y salí de mi departamento.
☠
Tomé un carrito del supermercado y comencé a recorrer los distintos pasillos analizando qué podría hacer para esta noche.
Realicé una llamada rápida a Nina para comentarle mis ideas y confirmar la cena.
—Hola Eva ¿Estás tan desesperada por mi ayuda?— bromea desde el otro lado.
—Que humilde eres. Estoy en el super viendo qué puedo hacer. Estoy pensando dos opciones: comprar prepizzas o cocinarlas yo ¿Qué prefieres?— digo mientras tomo un paquete de harina y lo observo.
—Hazlas tú, vaga. Además tus pizzas son riquísimas— tomo el paquete y lo pongo en el carrito.
—De acuerdo, las haré yo. ¿Compro algo más?— continuo caminando observando cada producto en las góndolas sin prestar atención a mi dirección.
—¡Cuidado!— grita alguien y me detengo justo en la esquina del pasillo. Ambos carritos estuvieron a punto de impactar. Observo a mi víctima y era la persona que menos pensaba cruzarme.
—Tobias, disculpa— recuerdo que aún llevo mi celular en la oreja. —Nina, hablamos luego— cuelgo sin dejar que ella termine de hablar. —Estaba distraída.
—Que suerte que no conduces, porque de ser así me hubieses atropellado por hablar por teléfono— bromea y ambos reímos. —¿Cómo estás?
—Bien, estoy comprando algunas cosas para esta noche. Me toca cocinar y mis amigos vienen a casa— él asiente. —¿Y tú?
—Buscando algo para comer— pongo una cara burlona al ver su carrito vacío.
—Creo que no te está yendo bien— él ríe.
—Lo sé, hago lo mejor que puedo— ambos reímos. —¿Cómo te ha ido ayer con el Papa Emeritus?
—Oh, no pensé que ibas a sacar ese tema aquí— río nerviosa. —Me da vergüenza.
—Sabes lo curioso que soy— dice colocándose a mi lado. —Aunque sea dímelo en secreto.
—Hagamos un trato: tú me ayudas a cocinar y yo te cuento todo con lujo de detalles ¿Te parece?— asintió y me acompañó a comprar los ingredientes que faltaban.
☠
—Es decir, "manosear" no es lo mismo que "acariciar". No malinterpretes— él ríe haciendo el mismo procedimiento que yo con la harina.
—De acuerdo "acariciar", ¿Te resultó atrevido?— preguntó.
—No es que... No estoy acostumbrada a salir con gente famosa y mucho más grande que yo. Es un hombre muy encantador, pero eso que acabo de mencionar me aleja de él— confieso. —Pero a la vez ese nivel de prohibición me hace desearlo más... Soy muy caprichosa, lo sé.
—No lo eres, Eva— él ríe. —Tienes miedo a que te lastime, nada más. No hay cosas prohibidas en esta vida. Si quieres salir con él, pues sal, nadie te dirá que está mal— hace una pausa. —El Papa Emeritus, como tú ya has dicho, es un hombre hecho y derecho, jamás sería capaz de hacerte sentir incómoda o lastimarte de alguna forma.
—¿Cómo estás tan seguro de eso?— pregunto curiosa.
—Porque lo sé— se limita a decir.
—No me convences ¿Sabes? Has dicho nada de secretos, mentiroso— tomo un poco de harina y le tiro en su torso. Él se observa sorprendido y vuelve su mirada a la mía.
—Te has pasado— corre hacia mí con los brazos abiertos para ensuciarme con harina y me rodea con ellos pegandome a él. —Con que juegas rudo ¿Eh?
—Tramposo— reímos. Comienza a tambalearse y el sofá cada vez se veía más cerca. —Cuidado, nos caeremos— dije en vano y caí encima de él en el sofá quedando a centímetros de distancia.
Dedicamos unos segundos a observarnos en la cercanía. Nunca me había detenido a apreciar el hermoso color de sus ojos. Su mirada se posó en mis labios y los míos en los de él. Sabía que era muy pronto para esto y que me faltaba mucho tiempo para conocerlo del todo, pero mi impulso fue dejarme llevar y ver cómo sus labios se acercaban a los míos sin dejar que sus manos se alejen de mi cintura.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top