52

-¿A-Alpha?- balbuceé retrocediendo un poco.

Él sólo me observó aún con la misma expresión. Relajó su semblante por un momento y quedó cabizbajo restregando su rostro con una mano.

-No deberías estar aquí, Eva- se limitó a decir ocultando su rostro con la mirada gacha.

-Yo...- mis lágrimas no tardaron en aparecer y él volvió su mirada a la mía captando su atención. -Lo siento mucho, Alpha. No puedo creer lo que he hecho.

Él se acerca a paso acelerado hacia mí y me toma de los brazos acortando la distancia entre nosotros. Su colonia penetró mis fosas nasales embriagandome poco a poco y me atreví a observar sus facciones otra vez. Indirectamente, lo había desenmascarado y jamás hubiese imaginado lo atractivo que era sin la máscara.

-Tranquila, no es para que llores, Eva. Lo dejaremos en secreto si te hace sentir mejor ¿De acuerdo?- pronuncia preocupado acariciando mis brazos y luego subiendo a mi mentón para hacerme verlo directamente a los ojos.

-No es eso, Alpha... O quién seas- dije sin importar que eso lo afecte o no.

Estaba lastimada yo también y, lamentablemente, no sabía medir el nivel de mis palabras.
Él se percato de mi actitud y se alejó un poco quitando sus manos de mí, como si estuviese vencido o algo por el estilo.

-Mi nombre real es Simon- confesó. -Puedes llamarme por mi nombre si quieres, pero en la ausencia de Papa- sentencia y yo asiento lentamente con la mirada gacha. -Si no te molesta esperarme unos minutos, iré a cambiarme. No me tardo... Por favor, no te vayas.

Lo vi alejarse metiéndose al baño otra vez y dejándome sola en la habitación.
Me senté en una de las camas de los Ghouls y apoyé ambos codos por sobre mis piernas cubriendo mi rostro con las manos. La había cagado por demás viniendo aquí. ¿Cómo iba a saber que Alpha estaría aquí solo... Y duchándose?
Rápidamente, como si fuese una lluvia torrencial, lágrimas calientes y abundantes comenzaron a empapar mi rostro. No reprimí el sollozo histérico y unos pasos apresurados se unieron al coro de sonidos molestos.

-Eva ¿Qué pasa?- se acerca a gran velocidad Simon sentándose a mi lado y bordeandome con sus brazos.

Llevaba una remera de manga corta completamente negra y un pantalón de jogging del mismo color, descalzo. Sólo éramos nosotros dos en la habitación por el momento, y la paranoia de descubrir a los demás comenzaba a atacarme.

-Papa...- digo entre sollozos.

-Tranquila, Eva. Cuéntame qué es lo que ha pasado con él- dice con un tono suave mientras acariciaba mi espalda.

-Papa está con Cassidy...- balbuceo. -Él... Él...- intento completar la frase pero me resulta imposible por los impotentes deseos de llorar.

-¿Ahora? Eso no puede ser, princesa. ¿No te has fijado en el bar? Hoy es noche de hombres- comenta con simpatía, pero luego tuerce la expresión al notar que eso no lograba calmarme.

-Me fijé en su celular... Ella le envió una foto sugerente y él... Simplemente accedió a verla ahora... No puedo creerlo, Simon. Esto es una mierda- digo cubriendo mi rostro con ambas manos.

-Jamás pensé que sería capaz de hacerte algo así, Eva- exhala tensionado. -Ven aquí- me apegó a él fundiendonos en un abrazo en donde pude desahogarme con confianza.

En ese instante no necesitaba a nadie más. Sólo a Simon para que me dijera que todo iba a salir bien... Que contaba con su apoyo y su compañía para superar y enfrentar esto sea como sea. Todo lo que necesitaba después de haber leído ese mensaje, absolutamente todo, lo hallé en Simon.

-Necesito tu ayuda, Simon- dije pronunciando su nombre con extrañeza.

-Lo que quieras, princesa. Aquí estoy- dice y deposita un suave beso en mi pelo para luego darnos un poco de distancia. -¿Qué puedo hacer por ti?

Busqué en mi mente la mejor respuesta con las palabras más precisas y menos impactantes para decirle. No iba a permitir que esto siga como si nada hubiese pasado con Papa y, teniendo en cuenta que ya lo había desenmascarado a Alpha y recordando el chisme de Nina, era hora de terminar con esto.

-Quiero saber quién es Papa realmente- exclamo secando mis lágrimas. -Necesito saberlo.

Él me observa confundido sin quitar su brazo bordeando mi cuello y con su mano libre rasca su barba.

-¿Por qué quieres saber eso?- pregunta algo trastocado. Ahora que lo veía sin la máscara, podía notar con exactitud todas sus expresiones delatoras.

-Me han comentado un rumor de él y quiero confirmarlo- digo sin más. -Por favor, Simon. Ayúdame- digo implorando por su compasión.

-No... No puedo. No debo, Eva. Tienes que comprenderlo- hace una pausa quitando su brazo de mí. -Es demasiado riesgoso para mi carrera en Ghost. No quiero perder mi lugar.

-Él no lo sabrá, Simon... Te lo prometo. Sólo dame una pista, nada más. Prometo que no te meteré en problemas- dije mirando profundamente a sus ojos celestes. -¿Podrías?

Él me observa por unos segundos sin decir nada ni mover un músculo de su cara. Sólo me observaba... Impasible.
Luego de un breve rato, se encoge de hombros dándose por vencido.

-Sólo quiero que sepas que esto no sólo no solucionará nada de lo que esté pasando entre ustedes, sino que lo empeorará- asiento dando fe de que así será, aunque eso me duela por dentro. -Tú seguramente sepas qué es lo que harás cuando descubras la verdad. Por el momento sólo puedo decir que Papa... Lleva una máscara.

-¿A qué te refieres con eso? ¿Una máscara? No logro hallar la lógica.

-No la hay. Simplemente lleva una máscara simulando ser alguien más... Mayor quizás, pero en realidad tiene nuestra misma edad- confiesa. -Esa fue su idea al fundar Ghost. Se suponía que nadie debería conocer nuestras verdaderas identidades... Pero míranos a nosotros dos- bajo la mirada al recordar que había irrumpido en su habitación. -¿Qué es lo que piensas hacer con esa información, Eva?- pregunta muy serio.

-Alejarme de él. No quiero jugar más a quién se esconde mejor detrás de una máscara, Simon. Sus verdaderos sentimientos son los que permanecen detrás de ese disfraz cada día y eso... Me duele a más no poder- más lágrimas calientes caen a gran velocidad por mis mejillas. -Si me quedo, no podré soportar una situación como esta otra vez. Tampoco lo permitiré. Sólo daré un paso al costado.

Simon me observó afligido como si además estuviese arrepentido por lo que me había revelado.
Dedicó unos minutos más para abrazarme y mantenerme en sus brazos con la intención de protegerme de todos aquellos horribles pensamientos.

-Entonces si te alejarás de Papa, tal vez puedas darme una oportunidad esta vez ¿No?- pronuncia alzando un poco mi mentón hasta quedar nuestras narices rozándose y luego deposita un suave beso en mis labios.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top