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Maratón 3/3

Busqué con mi mirada a Papa y no lo hallaba por ningún lado del teatro. ¿A qué se debía esa urgencia si él no estaba? Los Ghouls y yo estábamos detrás del escenario organizando todo lo necesario para que su performance salga perfecta y, teniendo en cuenta la rara ausencia de Papa, el ambiente ya no era diversión, sino incertidumbre y falta de dinamismo. Sin él no podíamos avanzar en nada.

—¿Dónde mierda se habrá metido? A nosotros nos vive exigiendo y él no es capaz ni de llegar temprano— se queja Alpha de brazos cruzados.

—Deberíamos preguntarle a Cassidy, creo que la he visto por aquí— sugiere Water. —Ella es su fiel mano derecha.

—Que casualidad... Ella no ha llegado aún— agrega Alpha ladeando la cabeza, sin creer la teoría a la que había llegado.

Omega al escuchar esto me dedicó una mirada fugaz y yo se la devolví con preocupación. Creo que él entendía todo lo que le intenté trasmitir a través de una simple mirada, ya que cerró los ojos por un momento, como si intentase asimilar algo, y se cruzó de brazos.

—Y si Cassidy no está ¿Qué hacemos?— pregunta Water impaciente.

—Intentaré llamarlo— me ofrezco y ellos asienten.

Marqué su número con nerviosismo, y equivocándome un par de veces hasta dar con su contacto, y lo llamé. Luego del primer tono, lo diviso a lo lejos algo irritado y con el conjunto papal puesto. A su lado y resonando el teatro con sus tacones, se situaba Cassidy observandonos a la distancia.

Al llegar a nuestro alcance, sólo nos dedicaron un saludo muy general sin darnos demasiada importancia y se alejaron hacía otro lado del escenario.

—¿En qué andarán estos dos?— pregunta Water cruzado de brazos y yo asentí, como si me hubiese leído la mente.

⚠️

Por primera vez en los shows de Ghost en los que pude trabajar, Cassidy se hallaba en la zona especial para fotógrafos divisando que todo esté en orden.

—Espero que hagas un buen trabajo hoy... No como los anteriores— dice mezquina.

—¿Gracias?— pregunto sarcástica.

Nos asesinamos con las miradas durante unos segundos hasta que el show comenzó. Sólo deseaba que esta mujer no me molestara en mi trabajo... Eso sí que no se lo iba a permitir.

Entre temas, comienzo a fotografiarlos a todos y a cada uno de ellos. Alpha posó para mí realizando un gesto demasiado vulgar y yo emití una risita y se alejó de mi ubicación.
Siento la presencia de alguien más a mi lado que me sobresalta un poco al no poder verlo por la penumbra del show.

—¿Eva?— pregunta aquella persona sosteniendo también una cámara.

—¿Quién eres? No puedo reconocerte en la oscuridad— digo gesticulando y hablando por encima de la música fuerte.

—Soy Colin ¿Recuerdas? Estudiamos juntos...— cuando logré recordarlo, me llevé una mano a la cabeza y ambos reímos.

—Colin, ha pasado mucho tiempo... Wow, no sé qué decir. ¿Cómo has llegado hasta aquí?

—Era el fotógrafo de Ghost oficial durante largos años... Pero me despidieron— ríe encogiéndose de hombros. —Trabajo por mi cuenta ahora ¿Y tú cómo has llegado hasta aquí?

—Pues, te quité el puesto— digo guiñandole un ojo y ambos reímos.

—Y no tardarás mucho en perderlo si sigues holgazaneando— grita por lo alto Cassidy al verme hablando con Colin.

—Lo siento, Eva. Volveré a mi ubicación... Te felicito por el puesto.

Sonrío y vuelvo mí atención al trabajo. Decidí que sería una buena idea fotografiar al público y así lo hice. Me volví observandolos a todos y pude divisar a unos metros en la muchedumbre a mi papá y a Ingrid saltando y cantado al ritmo de Year Zero.

Ambos nos dedicamos unas miradas en complicidad y unas agradables sonrisas hasta finalizar el show.

⚠️

Hoy los chicos decidieron pasar el resto de la noche en el bar de anoche, pero esta vez sin invitarme.
Por mi parte, iba a recargar las baterías de mi cámara e iba a aprovechar para descansar mejor para mañana volar a otro país.

Noto que Papa no se hallaba en su habitación, algo que me preocupó al borde de querer llamarlo. Me había ignorado durante toda la jornada, así que decidí que sería bueno preguntar si todo estaba en orden.
Al escuchar el primer tono, oigo su ringtone en la habitación. Sigo aquel sonido buscando cautelosamente hasta que lo encuentro debajo de la almohada de su lado.

No tenía contraseña, ni patrón, ni huella dactilar. Nada. Simplemente estaba desbloqueado para libre uso. Supuse que lo que iba a hacer a continuación cambiaría completamente nuestra situación hasta el punto de cagarla en su totalidad, pero la curiosidad era más fuerte y necesitaba respuestas.

Deslicé el dedo sobre la pantalla y me hallé un fondo de pantalla típico de la marca del celular. Tenía algunos mensajes sin leer y la mayoría eran de gente que no conocía, pero una conversación por sobre las demás llamó mi atención. Una con Cassidy.

No había nada que pudiera descifrar, ya que no entendía sueco muy bien, pero me guiaba por la cantidad de emoticones que usaban. Esa era la única forma de entender el sentido del mensaje.
Leyendo los últimos chats con ella, veo que Cassidy le había enviado una foto de hace unas horas aproximadamente en la que estaba recostada en una cama de otro hotel con el pelo rubio suelto y sin sostén. Sólo se cubría con esas sábanas que resaltaban su busto a la imaginación del otro.
Él contestó ese mensaje con algo que significaría "en camino" o "voy para allá" por el emoticón que lo acompañaba.

Sentí como una parte de mí se rompía lentamente. El celular se resbaló de mis manos y rebotó en el colchón de la cama quedando encima de ella boca abajo. No sabía qué pensar... Ni que decir. Estaba petrificada.
Todas las sospechas de los Ghouls eran ciertas... Papa no parecía dispuesto a soltarle la mano a Cassidy.

Con el rostro empapado, salí de la habitación dando un portazo y caminé rápidamente hacia la de los Ghouls. Ellos la habían dejado abierta para que Papa vaya cuando quisiera esa noche, pero ambos bandos estaban ocupados en el mismo momento. Supuse que era buena idea permanecer en la habitación de ellos para alejarme lo más que podía de nuestra habitación y principalmente de su celular.

Ingreso sin dudar y me topo con alguien más. Llevaba una toalla envuelta en sus caderas y el torso expuesto y algo húmedo por la ducha. Llevaba una incipiente barba rubia y una cabeza perfectamente rapada. Sólo me concentré en el color de sus ojos que me observaban asombrados.

—¿Quién eres?— pregunté secando mis lágrimas y aterrada.

Divisé sus manos y allí fue en dónde encontré la respuesta a mi pregunta.

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