49
Maratón 1/3
Llegada las ocho de la noche, Alpha y yo aún seguíamos en el bar. Para describirlo en simples palabras podría decir que era muy acogedor y tranquilo. Nada comparado con el anterior.
Era más bien amplio, con una extensa barra en uno de los laterales, con varias sillas y mesas cómodas decoradas con el coraje de combinar colores claros y oscuros, sin ser demasiado vulgar y tres sillones grandes en fila de color morado bien apartados del centro. Nosotros estábamos situados en uno de ellos con dos cervezas artesanales en nuestras manos, a puras risas y recibiendo algunas miradas desaprobadoras de los demás clientes que nos acompañaban. También aproveché la duradera conversación para tenerlo al día con las novedades de mi padre.
—Me alegro que hayas podido reencontrarte con él— posa una mano en mi muslo y lo acaricia con delicadeza. —¿Cómo se ha comportado Papa?— dice quitándola al notar cómo lo observaba con desaprobación.
—Pues, bien. Ha resultado ser bastante respetuoso y caballero— sonrío simpática evitando el tema de lo que pasó en mi habitación con él. —A mi papá le gustó... Y sinceramente no era algo que esperase de él. No suele ser muy comunicativo con los hombres que llevo a casa.
—¿Has llevado varios?— pregunta con picardía y yo golpeo muy leve su hombro.
—Claro que no. No para lo que tú piensas. Solía tener más amigos hombres que mujeres y, que mi padre vea la casa repleta de mi grupo de amigos, lo sacaba de quicio— ambos reímos.
—No quiero imaginar cuando llevaste a algún novio a tu casa... No lo considero muy bienvenido por parte de él.
—Bueno, para tu información, mi primer novio lo tuve en mi nueva casa fuera de Dinamarca. Así que mi padre nunca lo conoció, pero sí le he contado de él— asiente. —También reaccionó como cuando era más chica, pero con Papa fue distinto— bebo un sorbo de mi cerveza y prosigo. —Todo con Papa es distinto.
—Deben tener casi la misma edad, Eva. Entre abuelos se entienden— bromea y lo observo serio de repente, logrando forzar su sonrisa y haciéndolo callar. —Lo siento, no debería haber dicho eso.
—Descuida— río cambiando radicalmente el semblante. —También había pensado lo mismo cuando llegamos.
Continuamos conversando y bebiendo de nuestras cervezas hasta que vemos entrar a Air con dos mujeres exageradamente corpulentas para mi gusto. Ambos se situaron en la barra dejándolo a Air en el medio de ellas mientras él pedía una ronda de tragos. Mientras tanto, nosotros los observamos curiosos y regalándonos unas miradas en complicidad con Air. Cuando nos reconoció en la penumbra, los tres tomaron sus copas y se acercaron a nosotros muy entretenidos.
—No esperaba encontrarlos por aquí— menciona Air abrazando a ambas mujeres.
—Se supone que no deberíamos estar consumiendo alcohol— dice Alpha alzando su cerveza. —Pero no me importa hoy.
—A mi tampoco. Dinamarca es un país muy juvenil y enérgico— dice con emoción. —Por eso, vengo a presentarles a Amanda y a Janne— dos jóvenes, quizá de mi misma edad, se acercaron a nosotros y estrechamos nuestras manos con cortesía.
Lo observé a Alpha de reojo y noté que no podía quitarle los ojos a la castaña del vestido completamente ajustado y azul eléctrico que se hacía llamar Janne. Ella le devolvió una mirada ardiente y sentí como un sentimiento extraño que jamás había sentido por él, comenzó a hervirme la sangre.
—Chicas, ella es Eva, nuestra fotógrafa— me presenta Air y ambas me dedican una cálida sonrisa y yo evito parecer tan fácil de llevar. —Luego de verlas a ellas, confirmé que las danesas son muy hermosas.
—Sí, que lo son...— exclama Alpha rascando su cuello.
—Gracias, chicos— agrego algo molesta por haber dejado tan fuera de la situación.
—Oh cierto que tú también eres danesa, querida— comenta entre risas Air. —Papa me matará si sabe que dije eso.
—Al carajo Papa. Él no está aquí— dice relajado Alpha. —¿Por qué no se sientan aquí en el sillón? Está realmente cómodo.
Ellos accedieron y se unieron a nosotros. Janne se situó al lado de Alpha, le sigue Air con la rubia despampanante Amanda, que por cierto la detestaba aún más porque me recordaba a Cassidy, y yo a un costado sola. Bufé por lo bajo sabiendo que mis planes con Alpha se habían arruinado por dos mujerzuelas y Air y que, además, Alpha estaba muy ocupado con Janne.
—Saben... Iré a la habitación. Estoy algo agotada— alzo la voz al escuchar la música de fondo más alta.
—De acuerdo, Eva. Te veo mañana— exclama Alpha por encima de la música sin prestarme mucha atención.
Como Air tampoco se despidió, bebí lo último que quedaba de la cerveza rápidamente y comí el último bocado de los aperitivos que habíamos pedido.
Atravesé el bar excéntrico con un paso pesado y me dirigí a mi habitación sin mirar atrás.
⚠️
Caminando por el pasillo y llegando a mi puerta, comienzo a notar, a medida que me iba acercando, la voz de Papa por el otro lado.
Estaba claro que estaba hablando con alguien más y no entendía muy bien lo que decía. Por lo general, suele hablar en sueco cuando está con Cassidy al teléfono o personalmente... Y eso ya creaba mis dudas.
Toqué la puerta dos veces y sus pasos se acercaron a ella para, seguramente, observar a través del rabillo. Él la abre y noto que llevaba una remera manga larga perfectamente blanca y unos bóxers negros, además de tener su celular en su oído. Me sonrojé un poco al verlo tan expuesto y sin su típico traje.
Me otorgó el paso avisándome por señas que estaba hablando por teléfono y yo ingresé asintiendo. Proseguí a quitar todos mis abrigos y busqué en mis cosas mi ropa para dormir.
Mientras tanto, Papa daba vueltas en la habitación aún hablando por teléfono con quién quiera que sea.
Cuando ya estaba vestida para dormir, me acurruqué en la extensión de la cama matrimonial y le dí la espalda dispuesta a conciliar el sueño, pero segundos después, él finaliza la llamada y se une a mí.
—¿Ya te irás a dormir?— pregunta coqueto acariciando mi silueta por debajo de las sábanas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top