44
Maratón 3/3
Unos segundos después sin emitir palabra alguna, él resopla fuerte y relaja sus brazos.
-Ven aquí- ordena pero con suavidad. Lo observo ladeando la cabeza y él se hallaba cabizbajo como si estuviese arrepentido por lo que hizo. -¿Eva? Quiero pedirte disculpas y me gustaría hacerlo frente a frente.
Accedo a su pedido y me incorporo. Camino unos pocos pasos y quedamos a poca distancia. Su perfume me tomó desprevenida y lo inhalé disfrutando cada segundo de aroma que se iba impregnando en mis fosas nasales.
-Yo tampoco quiero más problemas, Papa- confieso. -Sólo quiero lo que pasó antes... Esa sensación de calma entre los dos. Nada más.
-Lo sé, bebé. Lo sé. Y mentirte sólo nos aleja y nos destruye y es por eso que quiero pedirte disculpas- toma mi mentón con su dedo índice y me obliga a observarlo. -¿Podrás perdonarme?
Por más que esté furiosa y me haya hecho pasar un pésimo momento, no podía resistirme a él ni a su mirada afligida. Maldito Papa...
-Sí, está bien. Dejémoslo en el olvido- resoplo y le sonrió.
Él quita un mechón azul de mi rostro y lo esconde detrás de mi oreja. Por algún motivo esa interacción dejó acongojado mi corazón.
-Me parece bien, mi amor- me apega más a él abrazándome. Para ser sincera, él no era una persona que suela abrazar a otros frecuentemente. No desaproveché esa oportunidad y bordeé mis brazos alrededor de su cuello apegándolo aún más a mí.
-Se siente tan bien estar así contigo...- suspiro.
-Pienso lo mismo- continuamos abrazados unos minutos más y se despega un poco de mí. -Hoy tenemos todo el día para nosotros. ¿Quieres hacer algo específico?
-Me gustaría visitar a mi padre. Conozco la zona en donde estamos y sé que no es muy lejos de aquí- respondo con decisión. -Supongo que es una opción bastante egoísta, pero la realidad es que amaría volver a verlo una vez más- él acarició mi mejilla con cariño y me observó con dulzura.
-No te preocupes, hoy verás a tu padre sí o sí- sentencia. -Iré contigo.
-Ya hemos hablado de eso y... No creo que sea buena idea. Mi padre es un poco brusco con los hombres que están relacionados conmigo.
-Sé manejarlo, cariño. El señor Hedegaard me entenderá ni bien me vea entrar a su casa- río bajo. -Como tú has dicho, tenemos casi la misma edad.
-De acuerdo. Puedes acompañarme- digo sonriente. -Pero comportate allí ¿Ok?
-¿Comportarme? Yo ya me comporto bien y como una persona adulta. No hace falta que lo digas- bromea.
-Sí, seguramente...- digo con sarcasmo. -Gracias por permitirme visitarlo. Es muy importante para mí.
-No hay por qué, bebé. Lo que es importante para mi chica, también lo es para mí- deposita un suave beso en mis labios. -¿Estás lista?
-Y ansiosa- agrego divertida.
⚠️
Con mucha cautela y delicadeza, salimos del hotel y subimos rápidamente al sedán que Papa solía usar para ir al aeropuerto y a la prueba de sonido. Como era un evento muy íntimo y personal, no estaba la presencia arpía de Cassidy, sólo el chofer quien nos llevó amablemente.
Veía pasar a través de la ventana varias casas a gran velocidad. Me perdía en cada una de ellas imaginando la clase de vida que podría estar viviendo mi padre en la actualidad. Por un momento, me culpé por la falta de contacto que tuvimos los últimos años, pero al final de cuentas, él no es un tipo familiarizado con la última tecnología.
Papa tomó mi mano logrando que lo observe y él la acaricia con su guante sedoso sin quitar la mirada de la mía.
-Tranquila. No tienes por qué estar nerviosa. Es tu padre- dice con calma.
-Hace mucho no lo veo ni hablo con él ¿Crees que está enojado por eso?- pregunto con temor.
-No, él entenderá la clase de vida que manejas, querida. Recuerda que viven muy distanciados el uno del otro- el chofer dice unas palabras a Papa en sueco que no logré entender y cuando terminan de hablar vuelve a dedicar su atención en mí. -Dijo que estamos llegando.
-De acuerdo... Estaré bien, no te preocupes- resoplo buscando la calma que aún no había encontrado.
Unos minutos y casas después, el auto estaciona en la puerta de una bastante arreglada y aparentaba ser demasiado espaciosa para él solo. De sólo pensar que pudo haber tenido familia asesinó mis deseos de verlo al instante.
-¿Qué esperas? Es hora- menciona Papa dulcemente y ambos bajamos del auto.
Éste se alejó entre las calles danesas poco transitadas con la orden de volver rápidamente si Papa así lo deseaba.
Subimos al porshe de la casa y presioné el botón del timbre esperando impaciente a mi padre.
Papa bordeó mi cintura con su brazo apegándome a él para hacerme recordar que aún seguía allí apoyándome.
Minutos después, él abre la puerta y se sorprende al verme allí parada, luego de mucho tiempo.
-Eva...- pronuncia y yo me adelanto a abrazarlo. -Pequeña... Por Dios, como te he extrañado- me abraza con fuerza levantándome un poco.
-Lo siento, papá. Lamento no haber podido continuar con nuestro contacto- resoplo entre llanto. -No sabes la falta que me has hecho- se separa un poco de mí y seca mi rostro empapado por las lágrimas.
-Tranquila. Es una sorpresa que estés aquí. Me has puesto muy contento- dice con su típica radiante sonrisa.
Él observa a Papa borrando aquella sonrisa y sustituyendola por una seriedad implacable. Ambos se observan sin decir una palabra hasta que yo los presenté.
-Papá, quiero presentarte a Papa Emeritus, cantante y líder de la banda Ghost. Estoy trabajando con él como su fotógrafa- comento. -Él me ha acompañado hasta aquí y me permitió verte porque sabe lo importante que eres para mí.
-Emeritus... Soy Christoffer, padre de Eva- ambos estrechan sus manos aún manteniendo la seriedad.
-Un placer conocerlo, señor Hedegaard. Déjeme felicitarlo por la excelente hija que tiene- dice con sutileza.
-Sé la clase de hija que tengo, no hace falta ni mencionarlo- exclama mezquino mi padre.
-Papá- resoplo desaprobando su conducta.
-No, descuida- dice alzando una mano. -¿Puedo saber a qué se debe toda ese amabilidad de tu parte?
-Señor, Eva y yo somos pareja- pronuncia Papa acariciando mi espalda y yo lo observo sorprendida porque jamás habíamos oficializado lo que sea que teníamos.
Mi padre no parece estar de acuerdo con nosotros y nos observa muy seriamente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top