38
—¿Qué demon...— antes de poder terminar la frase, aquella persona me voltea y posa sus labios en los míos sin importar que aún estemos en la ducha.
Oigo un portazo inoportuno, luego unos pasos apresurados hacia nosotros y finalizando con otro golpe fuerte a la puerta del baño. Por más que haya intentado quitarme, el intruso me sostenía con fuerza impidiendo que me separe de él.
—¡ALPHA!— vocifera Papa. Aún sin poder ver bien y con la vista borrosa, él se acerca a Alpha y lo quita de mí arrojandolo al suelo. —Eva, ni se te ocurra mirarlo, no lleva la máscara— ordena. —Termina con lo tuyo, yo mientras llevaré a este ingrato a su habitación.
No respondo nada. Estaba consternada. Alpha se atrevió a ingresar a nuestra habitación, precisamente y no menos importante al baño en donde yo estaba tranquilamente duchándome, sin máscara y empapando su traje... Jamás pensé que sería capaz de no respetar mi espacio y aprovecharse de mí. Tenía una mezcla de pensamientos que no me iban a dejar en paz por el resto de la noche.
Sumándole esto la futura pelea y discusión que Papa iba a tener conmigo cuando vuelva, ya que nos encontró in fraganti en algo que no me correspondía y que nunca haría. ¿Cómo iba a librarme ahora de este enredo? Conociendo a Papa, no será fácil y menos luego de haber tenido una agradable conversación antes y un buen inicio de lo que sea que seamos.
Cerré el grifo y me envolví en una toalla. Había agua por todos lados. Era definitivamente un desastre cuando Papa sacó a Alpha de la ducha. Sequé lo más que pude todo lo que se hallaba empapado y continué conmigo misma.
Me observé al espejo y éste se hallaba todavía empañado. Ni siquiera estaba segura si quería saber mi estado luego de ese momento tan... Inusual. Con simples movimientos, ya podía verme, aunque sea un poco. Tenía los labios rojos e hinchados, como así también los pómulos. ¿Así lucía después de algo medianamente candente?
Cuando ya estaba lo suficientemente seca y tenía puesto el babydoll, noté que tenía pequeñas pero pronunciadas marcas en mi cuello... Marcas pertenecientes a los labios de Alpha.
—¿Por qué estos hombres me complican todo?— musito.
No tenía maquillaje especial para eso ni tampoco conocía los métodos caseros para hacerlos desaparecer. Se me ocurrió tener el pelo suelto y taparlo con él, pero Papa no era estúpido e iba a darse cuenta ni bien vuelva a la habitación.
Me dispuse a secarme el pelo ya con un poco de furia en mi interior e impotencia. Cuando más las cosas con Papa están bien, más ocurren situaciones que nos arruinan.
Unos minutos después, cepillo mis dientes y voy decidida a terminar el día de hoy durmiendo. Mañana teníamos que levantarnos temprano para viajar a otro país, que aún no sabía cuál era.
Cuando las luces ya se encuentran apagadas y me dispongo a dormir, Papa ingresa a la habitación con el pelo alborotado y una mirada que podría hacer temer al más fuerte. Fue directo a una de las valijas a tomar algo de ropa y caminó con paso apresurado al baño.
—No te duermas, tenemos que hablar— dice casi en una orden. No me da tiempo a responder que ya había cerrado la puerta del baño detrás de él.
—Pero estoy exhausta— digo para mis adentros y me volteo observando la ventana y dándole la espalda a su puerta.
Luego de unos minutos sin poder conciliar el sueño y oyendo el sonido de la lluvia de la ducha, Papa sale de allí y escucho que camina hacia un lado acomodando un par de cosas. Me volteo sin que él se dé cuenta y pude apreciarlo usando una camisa blanca de dormir y un boxer negro muy ajustado. Por un momento a otro, mi mirada se congeló en su perfecto trasero olvidando todo el dilema que había surgido antes. Cuando se dispone a acercarse a mí, vuelvo mi vista a la ventana evitando su mirada.
—Eva, despiertate— dice con la voz ronca.
—¿Qué sucede, Papa?— pregunto con inocencia.
—¿Cómo que "qué sucede"? Tú explícame qué sucede entre tú y Alpha— dice posando una de sus manos en su cadera.
—No pasa nada ¿Cuándo lo entenderás?— digo sentándome en la cama. —Él vino a mí y yo pensé que eras tú... No sé cómo explicarlo, pero nada de lo que has visto fue real.
—Parecías besarlo con ganas— menciona y observa el pequeño detalle morado de mi cuello. —¿Qué es eso?
—¿Qué?— digo evitando su ira.
—Esas marcas... ¿Son de Alpha?— no respondo. —Eva...
—Lo son, pero yo no se lo permití— él ladea la cabeza exhausto por la situación. —Y todavía sigues sin confiar en tí.
—No eres tú el problema, es Alpha quién me la hace difícil... Conozco los sentimientos que tiene hacia ti y no desapruebo que los tenga con una mujer, pero no contigo. Tú ya tienes a alguien— dice apagando la luz de la habitación dejándonos a oscuras.
—¿Ah, sí?— pregunto divertida.
—Sí ¿Quieres que te lo demuestre?— dice coqueto mientras se acerca a la cama con paso lento. —Porque creo que te hace falta marcar ciertos límites para con los demás... O por lo menos con Alpha— dice con la voz ronca y se sienta a mi lado.
—Ya te dije que no ha sido mi culpa— reniego.
—De todas formas sentí celos de él. El simple hecho de que se duchó contigo me hizo hervir la sangre— susurra en mi oído. —No sabes lo caliente que estoy ahora, bebé.
—Papa, debemos ir a dormir, ya sabes que no podemos hacer nada antes de un show— gimo cuando siento sus labios en mi cuello jugando con mi estabilidad.
—Mañana sólo será un día de viaje y alojamiento... Nos divertiremos juntos, beberemos buenos vinos, pasaremos el día en la cama dándonos calor— hace una pausa mordiendo el lóbulo de mi oreja. —No hay nada de que preocuparse.
—Pensé que estabas enojado— confesé entre risas mientas sus manos desnudas se hicieron presentes en mi busto.
—Lo estoy, y por eso me desquitaré contigo de la forma que más me gusta— unimos nuestros labios en un beso lleno de pasión y deseo.
Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y me ubiqué encima de él aún estando sentado. Sus manos recorrieron mi espalda hasta llegar al final de mi babydoll y acarició mi trasero con rigor. Sus labios bajaron a mi cuello dejando un sin fin de sensaciones en cada beso y mordida que iba depositando en cada zona de mi carne. Quitó mi babydoll dejándome únicamente en ropa interior y volvió a devorarme.
—Extrañé tanto esto— dice entre suspiros acercando sus labios a uno de mis senos para estimularlo como sólo él sabía hacerlo.
Me recostó cuidadosamente y se colocó encima mío con la cautela de no aplastarme con su peso para continuar con su sendero de besos calientes. Quitó mi ropa de un tirón y su mirada se iluminó al tenerme completamente a su merced. Besó mi muslo e introdujo dos dedos en mí causándome espasmos y logrando que arquee la espalda. Sus estímulos lograban encenderme en menos de unos segundos, y eso me daba la pauta de que él era el único que sabía complacerme bien.
Lo deseaba más que a nadie.
Buscó en uno de los cajones de la mesa de luz un condón y lo deslizó muy audaz sin quitar su mirada penetrante de mí.
—¿Estás lista?— pregunto posando su miembro en mi entrada para luego causar fricción con él. —Mmm puedo sentir que sí lo estás.
—Papa, por fav...— antes de que pueda rogar, me embistió con fuerza llegando a tocar mi límite sin piedad.
Me besó con pasión a medida que sus embestidas fueron aumentando considerablemente y nuestro gemidos a coro inundaban la habitación.
—Me vuelves loco, bebé. Te quiero toda para mí— dice entre gemidos.
—Papa... Soy tuya— al mencionar esto, pareció haberle dado la autorización para aumentar aún más el nivel de rapidez de sus embestidas sin considerar cómo el volumen de mis gemidos iba subiendo.
Unos minutos después ambos caímos rendidos uno al lado del otro sin energías. Sólo abrazados y con la respiración irregular. Nuestras miradas unidas y con una fina capa de sudor en nuestra piel.
Me cubrió con las sábanas y me pegó a su pecho para dormir más cómodos.
—Buenas noches, cariño. Descansa— dice posando un suave beso en mi frente.
Me pareció casi necesario agregar este personaje (la asistente) y qué mejor manera de agregarlo que usando una diosa para darle vida. Decidí que va a tener bastante participación también y va a ser algo... Escandalosa quizás jajaja ya verán 😏
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top