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Maratón 1/3
Lo observé alejarse de mí con dificultad, como si aquellos shots de vodka comiencen a surtir efecto, y alzó una mano al barman pidiendo una segunda ronda. Esto iba a terminar mal.
Bebí el último sorbo de mi cosmopolitan y mi celular comienza a vibrar en el interior de mi abrigo. Poso la copa sobre una pequeña mesa de vidrio situada a un lado y tomo mi celular rápidamente.
—Amiga ¿Estás ocupada? Sólo quería hablar contigo sobre tu primer día de trabajo allí y que todo esté bien. También me gustaría retomar la charla del chisme de Tobias— envía Nina como mensaje. Con velocidad, tecleo una respuesta al recordar lo que aún debía contarme.
—Pequeña, tienes razón, lo he olvidado por completo ¿Gustas hablar por Skype?— sugiero. Unos segundos después, comienza a escribir.
—No lo creo, es posible que te escuchen y no es algo que me gustaría que se difunda. Te llamaré por teléfono si no es molestia— comenta.
—Me estás asustando, niña ¿Qué ha pasado con Tobias?— respondo y automáticamente recibo una llamada de ella. —Nina.
—Hola Eva, espero que entiendas por qué te llamo a través de las llamadas convencionales— asiento y ella parece haber visto mi reacción. —He leído en internet muchas cosas relacionadas con él y, por favor, intenta no escandalizarte.
—¿Podrías dejar de dar vueltas y contarme de una buena vez?— resoplo cansada.
—No confío en esta fuente, pero dicen que Tobias encarna a Papa... A todos los Papas que han habido— observo a mi alrededor y los Ghouls seguían riendo y bebiendo.
Atravieso la sala hasta llegar al recibidor para tener más intimidad y que nadie pueda oír nuestra conversación.
—¿De qué demonios hablas, Nina? Eso es imposible.
⚠️
En la penumbra de su habitación, con una pequeño velador de mesa y recostada en su cama junto con su laptop; cansada de la misma música de siempre, y alimentando aún más su curiosidad, Nina escribió en el buscador de YouTube todo el contenido que esté disponible de Ghost, precisamente de Papa Emeritus. En otra pestaña del navegador, tenía desde Google información adicional sobre los inicios de Ghost y las posibles vidas personales de cada uno de ellos. La incertidumbre de ellos la hacía retorcerse en la mismísima curiosidad, y era algo que no podía ni debía permitir. Estaba con la certeza de no hallar nada que le sirva como revelación o alguna verdad que la haga sentir especial o que la comprometa a no abrir la boca.
Comenzó con un video del paso del tiempo de la voz de Papa Emeritus y lo parecida que era con los Papas anteriores... Quizás era una pista a su favor.
Como si no fuese suficiente, continuó con su búsqueda en la otra pestaña de búsqueda mientras escuchaba Secular Haze.
—¿Quién es Papa Emeritus?— escribió en el buscador y presionó Enter con decisión.
Miles y miles de páginas se hicieron presentes en su vista. Todas catalogaban la misma respuesta en distintas palabras. Era claro lo que se sospechaba y no era más que la identidad del líder y vocalista de Ghost.
Encontró fotos inéditas de Tobias con el pelo negro tapando su frente con sus amigos y otras en las que llevaba el flequillo largo ocultando su rostro ensangrentado y sus ropas ajustadas enseñando un diabólico tatuaje en su brazo.
—¿Tobias?— susurró mientras acomodaba sus lentes de lectura. —¿Qué tiene que ver él con Papa?
Deslizó el cursor por sobre el link que la trasladaba a una canción titulada Lady Morgue de una banda no muy conocida llamada Subvision. Nina escuchaba con atención la voz principal y halló una similitud muy grande, casi aterradora con Papa Emeritus. Mientras la canción seguía sonando, podía ver una presentación de fotos la banda Subvision en donde Tobias formaba parte.
—No puedo creerlo ¿Tobias un artista?— pronunció con asombro. —Y tú decías que eras un bueno para nada musicalmente.
Su curiosidad la llevó a conocer la banda Repugnant que, dicho sea de paso, la quitó inmediatamente de sus oídos. No era el tipo de música que solía escuchar, tal vez sí Ghost porque era un poco más suave para ella, pero estaba segura que Repugnant no era de su estilo... Hasta que conoció la banda Magna Carta Cartel.
—¿Por qué está tan involucrado en tantas bandas?— preguntó en su mente pero no negando que realmente le encantaba lo bien que sonaba la voz de Tobias a través de sus auriculares.
Descargó varias fotos de él y las guardó en una carpeta oculta de su laptop, evitando así que se propaguen aún más... Su instinto no tardó en aparecer. Toda idea de descifrar la verdad se había esfumado. Ya sabía todo lo necesario para viralizar el rumor con buenos fundamentos... Pero sin contarle a su mejor amiga, Eva, de quién se trataba ese hombre.
⚠️
—No es imposible, Eva... Te juro que lo pensé... Y lo repensé, pero todo encaja perfectamente con su perfil— hace una pausa. —Es increíble ¿No crees? Que una simple personita pueda manejar tanto talento y desparramarlo por ahí.
—¿A qué te refieres por ahí? De verdad ya empiezas a marearme con tanta información— digo acariciándome las sienes.
—Tobias tiene otras bandas... Probablemente te vaya a gustar Repugnant— sugiere con calma. —Pero escucha Subvision primero ya que podrás oír su voz limpia sin problemas. Te servirá para hacer la comparación.
—¿Subvision? ¿Repugnant? Disculpa, Nina, pero sinceramente no sé qué pensar... Él me ha dicho que no servía para la música— digo decepcionada.
—Lo sé, yo también me asombré al recordar eso, pero no hay de qué preocuparse. Es sólo un rumor— dice ingenua.
—¿Y lo dices ahora luego de haber jugado con mi mente?— hago una pausa completamente seria. —Hablaré con Papa.
—¡No!— grita desde el otro lado haciendo que aleje el celular de mi oreja. —Ni se te ocurra, Eva. Harás que te mate si lo descubres. No hagas nada, sólo lograrás que te elimine de la faz de la Tierra.
—¿Y por qué decidiste investigar?— pregunto y sólo oigo silencio.
—Ya sabes cómo soy... Sólo quería escuchar música nueva— se excusa.
—¿Esa es tu defensa?— hago una pausa. —Mira, no me importa si Papa es capaz de borrarme del mapa, aquí me están engañando y voy a desenmascararlo hoy mismo.
—Eva, por favor. Piénsalo, imagina si no es Tobias... Le arruinarás la carrera por un capricho— me detengo a reflexionar y asiento reconociendo que tenía razón. —Ve a tu habitación, descansa y deja que sólo sea un tonto rumor ¿De acuerdo?
—De acuerdo, Nina— resoplo. —No haré nada— miento.
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