25

—¿No dirás nada? ¿Te quedarás ahí callado?— insiste Papa.

—Detente. No es necesario esto. No tienes por qué hostigarlo así— le reprocho.

—¿Saben qué? Me agradaría aprovechar nuestro día libre estando solo, así que si no les molesta, me pondré cómodo en mi habitación— dice Alpha amagando quitarse la máscara. Papa, al ver este gesto, extiende su brazo alterando la acción de Alpha.

—Espera, espera. No seas capaz de crear un alboroto, por favor. Quítatela cuando no estemos presentes— Alpha detiene su movimiento y queda cruzado de brazos. —Vámonos, Eva— Papa me toma de la mano y me acompaña al exterior de la habitación.

Cuando nos alejabamos de él, me volteo un segundo y noté que Alpha aún seguía mirándome. Parecía triste pero a la vez exhausto de los caprichos de Papa... Este iba a ser un largo y pesado tour.

Los demás Ghouls se hallaban en el pasillo, justo del otro lado de la puerta, esperando a su amigo y a nosotros dos por respuestas. Se notaba en sus miradas un profundo sentimiento de preocupación y ansiedad por velar por el bienestar de Alpha.
Water fue el primero en dar el primer paso.

—¿Cómo está él?— pregunta tímido y con los brazos detrás de su espalda.

—Quiere privacidad, así que denle su espacio— dice sin más Papa. —Mañana será el primer show, descansen lo suficiente o, en su defecto, disfruten su día libre.

—¿Podemos salir?— pregunta Earth.

—Sí, pero con la condición de no llevar el traje. Nadie los reconocerá, pero aún así traten de no llamar la atención— sentencia. —No podemos arriesgarnos a que nos descubran las identidades.

—Me parece bien. Gracias— dice Earth. —¿Eva puede saber quiénes somos?

Los observo sorprendida. Ellos realmente se sentían incómodos conmigo no siendo quiénes eran en realidad y eso me hacía sentir un poco emocionada por conocerlos mejor. Pero al observar la expresión negativa de Papa, todo eso se derrumbó.

—No. Nadie tiene que saberlo— dice serio. —¿Está claro?— ellos asienten en silencio. —Bien. Los veo luego. Si me necesitan estaré en la habitación.

—Yo también saldré— digo segura. Papa dejó de observar su celular para centrar toda su atención en mí.

—¿Por qué no mejor descansas?— pregunta serio.

—Porque no tengo sueño ni me siento cansada— respondo alzando los hombros en señal de obviedad. —Además quiero conocer la ciudad. No iré muy lejos— él niega con la cabeza.

—No irás sola— sentencia volviendo su vista a la pantalla de su celular.

—Puedo pedirle a alguno de tus Ghouls que me acompañe si eso te hace sentir más calmado— digo mientras camino por alrededor de la cama hasta llegar a la ventana.

—Para serte sincero, no— oigo que resopla.

—¿Qué pretendes? No puedo pedirte que me acompañes porque eres al primero que descubrirán— baja la mirada afligido. —Aunque me encantaría que vengas conmigo.

—A mí también, mi amor. Pero aún si tuviese la posibilidad de salir ahora, no podría. Tengo cosar que hacer— dice incorporándose y acercándose a mí. —Si vas sola, ten cuidado. Y si vas con uno de mis Ghouls, ten cuidado también— río.

—No pasará nada malo, te lo prometo— él toma mi rostro y deposita un suave beso en mis labios. —Descansa lo más que puedas. Mañana será un largo día.

—Lo sé y lo intentaré, preciosa. Diviértete— vuelve a besar mis labios.

Salí del ascensor dispuesta a recorrer la ciudad sin compañía hasta que, en la sala de estar, bien alejado, se encontraba Omega sentado en uno de los sofás observando a través del ventanal que enfocaba el extenso lago. Aún llevaba el traje y no contaba con la presencia de nadie. Era sólo él y su alma allí sentados admirando el paisaje.

Me acerco a él atravesando la pasarela y carraspeo para hacerme notar cuando estuve lo suficientemente cerca. Él se voltea y su mirada parece enseñar su alegría de verme.

—Linda vista ¿No?— él asiente y me invita a sentarme a su lado, a lo que yo accedo.

—Es una de las mejores vistas que he podido apreciar en toda mi carrera— confiesa.

—Lo creo— hago una pausa. —Pensé que habías salido con los demás— digo acomodándome.

—Ellos salieron hace rato—dice sin quitar su vista del lago.

—¿Y tú por qué no has salido?

—Alpha quería su espacio y lo entendí. Digamos que no me sentía de buen humor como para hacer de cuenta que no pasó nada en la habitación— confiesa. —Por eso vine aquí para relajarme.

—Oh, lo siento. Creo que vine en un mal momento— digo incómoda.

—De ninguna manera, Eva. No molestas— hace una pausa y yo suspiro por lo bajo. —De hecho, necesitaba de alguien tranquilo ahora mismo— ríe y yo me uno a la risa. —¿Qué pensabas hacer tú? Estaba seguro que ibas a pasar el día con Papa.

—Él está ocupado con temas relacionados al show de mañana. Por mi parte, tenía ganas de salir a recorrer la ciudad para conocer.

—Podríamos salir— sugiere y me observa.

—Pero ya sabes lo que ha dicho Papa con respecto a qué ustedes salgan— le recuerdo y él no parece darle importancia.

—Me acuerdo. ¿Cuál es el problema?— dice calmado.

—Ustedes deben salir sin sus trajes y yo no debería conocer sus verdaderas identidades— doy por obvia la razón. —Órdenes de nuestro señor— bromeo.

—Podría vestirme normal y llevar algo en la cara— lo observo confundida.

—No hace tanto frío como para llevar bufanda— él ríe.

—No me refería a eso. Sino que podría usar lentes de sol y un pañuelo de esos que usan los gangsters— río a carcajadas con su ejemplo.

—Eso sí que será llamativo, pero suena bien— asiento riendo.

—De acuerdo, iré a cambiarme. No te muevas de aquí— se incorpora.

—Papa nos matará— digo sonriendo.

—No del todo. No me reconocerás, estoy seguro— ríe.

—De verdad pareces un gangster— río y él da una vuelta completa enseñándose. —O Charlie Scene de Hollywood Undead— él se detiene confundido y me observa.

—¿Qué?— pregunta y yo río a carcajadas.

—Olvídalo. ¿Nos vamos?— él asiente y salimos del hotel.

A nuestra suerte, no había nadie esperando por Ghost. Ademas de ser un poco temprano, la gente parecía no tener intenciones de venir y fastidarlos. Algo muy positivo teniendo en cuenta que son bastante queridos por los fans.

Doblamos por una calle empinada que nos conduciría a la avenida principal, que nosotros ya veníamos investigando en mapas en internet, y reíamos de vez en cuando de cómo lucía Omega con ese conjunto.

—No puedo creer que estés sin el traje en mi presencia. De verdad resulta muy importante para mí— hago una pausa. —Para serte sincera, pensé que eran todos mayores como Papa.

—¿Quieres decir que Papa es un anciano?— ambos reímos. —Porque de ser así estaría de acuerdo contigo ya que nosotros somos la juventud del grupo.

—Ya lo veo— río. —Me intriga mucho saber cómo luce él sin todo ese maquillaje— por un momento él no responde y se genera un mini silencio atroz.

—Bueno... Eh... Papa...— hace una pausa buscando las palabras adecuadas para explicarme. Omega era bastante inteligente, porque por más que yo quisiera desenmascarar a Papa, él parecía oler mis intenciones a la distancia. —Él luce más viejo sin maquillaje aunque no lo creas... ¿Sabes? Hablar de Papa no es uno de mis temas de conversación favoritos, así que por qué no mejor hablamos de la hermosa ciudad o de tí— dice finalizando la charla.

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