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—Lo siento, me llamo Tobias— dijo recargandose en la barra.
—Soy Eva— dije tímida y un silencio atroz se creó.
—Te ví sola aquí y no dudé en acercarme ¿te molesta?— pregunta con cierto tono vergonzoso.
—Ella no está sola— dice una voz masculina que reconocí de inmediato.
—Jamie, él es Tobias. Tobias, Jamie— ambos se saludan elevando la mano.
—En el baño había un hombre de unos 40 años aproximadamente. Me recordó a tu viejito— ríe Jamie. Tobias nos observa con confusión.
—Jamie, no seas idiota. No es mi viejito— él me observa altanero.
—¿De qué hablan?— pregunta Tobias.
—Hemos fotografiado hoy a Ghost y el "viejito" es el cantante— ríe. —Ha intentado salir con Eva pero fracasó.
—¿Por qué? ¿Qué hizo mal?— preguntó Tobias con mucha curiosidad.
—Es un viejo muy arrogante y pederasta— no reprimí la risa y Tobias me observó impasible.
—Callate, Jamie. No es un mal tipo, es agradable y muy... Encantador— Tobias me observa cautivado.
—Es cuestión de darle una oportunidad— dijo.
Jamie se acerca a mí y a medida que las luces enfocaban en destellos su torso, observé que algo no andaba bien. —¿Qué tienes ahí?— pregunto con asco.
—Oh, un borracho asqueroso me vomitó mientras salía del baño, maldita sea— se observa y toma unas servilletas de la barra.
—No se ve nada bien eso— comenta Tobias. —Sugeriría que te la cambies.
—Es lo que estaba pensando hacer, pero no quiero dejar solos a mis amigos— dice señalando a Nina y Danny quienes bailaban muy apretados.
—Estás hecho un asco, será mejor que nos vayamos pronto. Luego les avisaré a los tortolitos— sugerí.
—¿Viven lejos de aquí?— pregunta curioso Tobias.
—Estoy a 5 calles de aquí, vinimos caminando— dijo Jamie.
—Puedo llevarlos si quieren— sugiere Tobias. —No tengo problemas.
—Oh Tobias, gracias pero no creo que sea...— Jamie interrumpe mi frase.
—Genial, pues vámonos de aquí— pagamos las cervezas y los tres salimos de allí.
Atravesamos la discoteca mientras iba tecleando un mensaje rápido a Nina avisando nuestra urgencia. Tobias nos condujo a unos metros de la salida en donde se hallaba su auto, que sinceramente no presté atención al modelo ni la marca, me parecía cómodo y bueno para alguien de su estilo.
Él abrió la puerta de adelante para dejarme entrar y agradecí su gesto, mientras tanto Jamie se quitó la remera y se posicionó en los asientos traseros.
Recorrimos las calles que nos guiaban a la casa de Jamie y él no esperó un segundo para salir corriendo hacia la entrada de su casa. Estaba totalmente avergonzado y ruborizado por el desastre de su prenda.
—Gracias Tobias por traerme, un placer conocerte— dijo a los gritos mientras utilizaba la llave de su casa para adentrarse en ella con velocidad.
☠
Le otorgué mi dirección a Tobias y nos alejamos en silencio. No vivía tan lejos de la casa de Jamie, pero eso no era una excusa para caminar las calles faltantes evitando ese incómodo momento.
Se estacionó en la puerta del edificio y salió del auto para ayudarme a bajar de él.
—Espero que a tu amigo no le surjan más problemas de ese estilo— dijo con gracia.
—Ojalá que no. Es muy higiénico consigo mismo. Es increíble que no haya tenido un ataque de presión— ambos reímos tímidos mientras llegamos a la puerta. —Hmmm ¿Quieres pasar? Es temprano aún y mi madre no está... Quiero decir... No pienses que te usé para llegar a casa sana y salva— él ríe.
—Tranquila, Eva. Sería un gusto— asentí y ambos ingresamos al edificio.
Otro momento incómodo se originó en el ascensor, en donde ninguno emitió palabra alguna. Los 6 pisos parecían haber pasado muy lentamente, casi como un siglo hasta que el sonido de las puertas al abrirse nos indicaron la llegada.
—¿Vives con tu madre?— pregunta mientras nos acercamos a mi departamento.
—Sí, es una larga historia sobre mi familia. No quiero aburrirte con eso— dije al abrir la puerta con la respectiva llave. —El departamento es chico pero el corazón es grande— dije en un suspiro.
—Es agradable— dice caminando con lentitud observando cada detalle.
—¿Quieres tomar algo?— le ofrezco mientras tomo nuestros abrigos y los cuelgo.
—No, gracias— él observa el sofá por un momento.
—Sientete como en tu casa— él asintió y se sentó. Al cabo de unos segundos me uní a él. —Bien...— digo nerviosa intentando romper el hielo.
—¿A qué te dedicas, Eva?— pregunta posando el dedo índice en su mentón.
—Soy fotógrafa de bandas de rock y metal... Debo admitir que amo mi trabajo— él asiente curioso. —¿Tú a qué te dedicas?
—Trabajo como auxiliar administrativo en una empresa de telefonía móvil— lo observé asombrada. —¿Sorprendida?— pregunta divertido.
—No tienes la pinta— muevo a ambos lados mi cabeza odiando lo que dije. —Es decir, no digo que no va contigo pero no pareces serlo.
—Eva, relájate. Tienes razón, no lo parezco, pero lo soy— ríe. —Tu trabajo debe ser la gloria.
—Sí, he tenido el placer de trabajar con Rob Zombie, es una de mis bandas favoritas— él asiente sorprendido.
—He oído hablar que Ghost también es una excelente banda— dice.
—Nunca he escuchado su música— dije con sinceridad.
—¿Qué?— pregunta casi gritando y con aire de confusión. —Es decir, es muy conocida.
—No lo dudo, pero nunca he buscado su música— él tomó de su bolsillo su celular y comenzó a teclear rápidamente en una aplicación de música. —¿Qué haces?
—Enseñarte lo que es bueno— busca y toca una canción. —Se llama Ritual— una intro normal comienza a sonar y a medida que continuaba, su ritmo aumentó ocasionando que mis pies zapateen.
—Wow, es muy bueno en serio— él sonríe victorioso. —Veo que tienes toda la discografía descargada... Y sólo "has oído hablar de ellos"— él estalla en risa.
—Me has atrapado. Me encanta Ghost— sonríe.
—Me has recordado que yo trabajo con ellos. Si quieres podemos arreglar para que vengas a verlos en el estudio ¿qué piensas?— de un momento a otro parecía estar sumamente nervioso.
—Oh, ya los he visto en vivo unas cuantas veces...— se aclara la garganta.
—Pero no es lo mismo verlos en vivo en un recital que en un estudio de fotografía sólo para tí.
—Lo sé, pero no tengo mucho tiempo sinceramente...— observa a otro lado evitando mi mirada. —¿Tocas la guitarra?— mira un rincón en donde se halla mi guitarra acústica en su funda.
—Estoy aprendiendo, pero sé que si escucho más seguido esta excelente banda podríamos tocar juntos... Ya sabes, tú cantas porque yo no tengo el don de la voz— río.
—Yo tampoco lo tengo, Eva. Cantar no es lo mío...
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