14
Más tarde esa misma noche...
Si pudiera dar un puntaje a la noche de hoy sería un 7. ¿Y por qué tan bajo? Fácil: tenía millones de posibilidades de quedarme hasta el día siguiente con Papa, pero una simple preocupación en vano me hizo cambiar nuestros planes. Ahora, luego de haber escapado de aquel incómodo beso, estaba acostada en mi cama en remera y bragas observando un punto fijo en el techo.
Un repentino pensamiento me heló la sangre en segundos. Se trataba de mi trabajo. Con respecto a la jornada de hoy, todo salió peor de lo que esperaba y ahora, sabiendo que Corey y yo estabamos un poco... ¿Distanciados por razones no correspondidas? No sabría definirlo, pero nuestra relación ya no era la misma, podría pasar que él no contrate más mis servicios. Ello conllevaría una avergonzada desilusión de mi jefe y quizás un despido como regalo.
Necesitaba contención.
Oigo pasos en el pasillo que se acercan al baño y la luz se enciende ocasionando que ilumine todo a su alrededor, llegando a ser notable a escasos centímetros de mi habitación.
Unos minutos después, veo a mi madre intentando ver en mi oscuro cuarto buscando mi mirada.
—Estoy despierta— digo.
—No te he escuchado entrar, cariño— dice mientras se ata la bata.
—¿Puedo hablar algo contigo?— susurro. La veo asentir y se acerca para sentarse a mi lado en la cama.
—¿Qué sucede?— pregunta abrazándose para darse calor.
—¿Sabes? Hoy no me ha ido bien en varias cosas— me observa curiosa. —Algunas han salido estupendas y otras para el olvido.
—¿Podrías dejar de dar vueltas, Eva, y decirme qué ha pasado?— pregunta con preocupación. —¿Algo relacionado con ese hombre mayor de traje?
—Papa Emeritus— respondí
—Sí, ese mismo— dice refregando su rostro con las manos.
—Tal vez... Sí... Hemos salido, pero todo salió mal por Corey Taylor ¿Lo recuerdas?— ella niega lentamente con la cabeza. —No importa. Ha dejado la sesión de hoy porque Papa estuvo presente. Y cuando salí a cenar con Papa, él llamó pidiendo que lo vea porque estaba decaído y necesitaba mi ayuda...— ella hace una mueca y me interrumpe.
—No me digas que has cancelado la cena por encontrarte con ese Corey— no emití ni un sonido y ella entendió el mensaje. —¿Eres tonta, Eva? Perderás a Emeritus si actúas como adolescente. Cancelar una cena para encontrarte con otro hombre que, sospechosamente está "decaído" y justo necesita tu ayuda, no es actitud de un adulto.
—Lo sé y tienes razón. La he cagado porque además me besó y yo... Me alejé a los insultos...— pensé en ésto último y tapé mi rostro con la sábana. —Perderé mi puto trabajo si Corey no reprograma la sesión— mi madre se acerca y me abraza. —Y a Papa también.
—Tranquila, cariño. Aún tienes tiempo para solucionar las cosas. Llama a Emeritus y pídele disculpas, ha sido todo un malentendido ¿Sí? Puedes decirle que he sido yo la que te ha llamado en la cena para que no se enoje si sabe que fue Corey— me quita las sábanas de mi rostro y me observa. —Descansa esta noche. Mañana puedes hablar con Corey para establecer una nueva sesión, pero siempre dentro de lo profesional. Olvida lo ocurrido ¿Sí?— asentí. —Te quiero, cariño— dijo y besa mi frente.
—Yo también, gracias. Necesitaba un consejo— acaricia mi mejilla y se incorpora para irse.
—Para lo que sea, aquí estoy. Iré a continuar durmiendo. Godnat, Eva.
—Godnat til dig også— respondí y ella cerró la puerta.
Tomé mi celular que se hallaba en la mesita de luz y rápidamente busqué a Papa en mi lista de contactos.
Observé durante unos largos segundos su número y su foto. No sabía si llamarlo o enviarle un mensaje. Estaba empezando a temblar y sudar frío... Esos típicos síntomas de idiota.
Cuando junté fuerzas para apretar el botón verde de Llamar, habían pasado cinco minutos. Cinco malditos minutos observando la pantalla brillante enceguecedora sin hacer ninguna acción. Presioné con terror aquel botón verde y ya estaba llamando a Papa.
Esperé... Esperé... Y esperé... Y no hubo respuesta. Intenté una vez más y lo mismo sucedió. No quise intentarlo una tercera vez, no porque era la vencida, sino porque parecería una demente dejando tantas llamadas perdidas.
Suspiré por última vez y dejé mi celular en su lugar anterior. Me tapé con las sábanas hasta la nariz y me acomodé del lado izquierdo dandole la espalda a la mesita de luz.
La había cagado.
☠
—¿Por qué tienes esa cara?— pregunta Jamie y tomaba un poco de agua.
A pesar de que estábamos fotografiando a Disturbed, la banda favorita de Jamie, él parecía estar más preocupado por mí que por ellos. Lo suficiente como para sacrificar nuestro break.
—No es nada, un mal sueño— digo mientras limpio la lente de mi cámara con cautela.
—No te creo— dijo acercándose más.
—Pues, no me creas— respondo concentrada en mi tarea.
Él toma el pequeño paño que llevaba en la mano y me lo quita. Lo observo con una mirada asesina y él me lo enseña.
—Te lo devolveré si me respondes por qué has cambiado tanto en estos días. Desde la vez que Papa te invitó a salir y tú lo rechazaste te comportas así. ¿Qué está pasando, Eva? ¿Ya no confías en tu mejor amigo?— pregunta un poco afligido.
—Jamie, tengo otras presiones encima ¿Sabes? Como recuperar a Taylor y sus bandas. Si no logro comunicarme con él para reprogramar la sesión, me despiden ¿Entiendes?— él me observa triste y baja la mano. —Ahora ¿Puedes devolverme mi paño?— me lo ofrece sin entusiasmo y se lo quito. —Gracias.
—Sé lo mucho que te apasiona tu trabajo, pero eso no es lo único que te preocupa ¿No es cierto?— lo miro fijamente. —Já, eso era lo que pensaba. Hablaremos cuando me consideres realmente tu mejor amigo— dice y se aleja hacia el grupo de la iluminación, que es su cargo.
Ya me estaba cansando que todos se pongan en contra mía. Primero Papa evitando mis llamadas, segundo Corey y ahora Jamie. ¿Se habían puesto todos de acuerdo para eso? No lo sé, lo único que sabía era que necesitaba cambiar la situación.
Tomo mi teléfono del bolsillo de mis jeans y busco otra vez el número de Papa, pero no para llamarlo.
Tecleo rápidamente un mensaje y lo envío con dudas. Casi al punto de comerme las uñas.
—Sé que no es la mejor forma de pedir disculpas por lo de ayer, pero no tuve otra opción ya que no contestas mis llamadas— envié y noté que, segundos después, él vió el mensaje pero decidió no contestar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top