7
Advertencia: Este capítulo posee lemmon, si no te gusta este contenido Deja de leer apenas aparezcan "^^^" y busca cuando vuelva a aparecer
Pa que verga aviso si ustedes vienen para esto :v?
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Aioria fue arrastrado por Milo tras aquella "reunión" en dirección a su habitación, estaba casi seguro de lo que iba a pasar, pero no quería pensar en ello.
Cuando por fin llegaron a la habitación del Escorpión dorado, Milo le dedico una sonrisa algo amable, pero no realmente.
El peli morado cerró la puerta detrás de si, con seguro, sin quitar la mirada del joven rubio.
- Sabes, tienes suerte de que Kanon hoy estuviera de buen humor, la última vez que alguien le miro como tu lo hiciste le dio una paliza.
- Aquí parece que a ustedes les encanta, todos se ríen
Aioria bufo tras decir aquello, mientras que su acompañante solamente soltó una risa.
- Bueno...eres ciertamente un reto...
Milo se acercó al menor, agarrandolo del mentón por 44545 vez en el día, pero, en vez de levantarlo, le beso.
El beso duro sólo unos segundos, pues el mayor se apartó al poco tiempo.
- Y aunque eso me encanta, voy a tener que enseñarte a ser más obediente~
Estaba jodido ¿verdad?
^^^
Lo siguiente que el rubio sintió fue su espalda contra la cama, con el mayor encima suyo, mirándole sonriente.
El de ojos celestes se mostró algo nervioso por aquel movimiento, pero cuando sintió que le levantaba la camisa..bueno, ahí se podía aplicar la frase " El gato sacó las garras
- ey! quita la mano!
Un pequeño gruñido salió de la boca del menor, quien se removió incómodo abajo del mafioso, quien sólo nego con la cabeza.
- Ay aio...no se si no he sido claro...pero por tu bien, no me digas que hacer.
De un tirón el menor se quedó sin camisa ni short, poniéndolo rojo.
Rápidamente pudo sentir la boca del mayor en su cuello, la respiración de este choco con el mismo, dándole un escalofrío. Poco se tardó el Escorpión para empezar a recorrer el cuello de este con los labios, dejando varios chupones de distintos tamaños en él.
Los "besos" no duraron demasiado, pronto los dedos de Milo estaban tentando la entrada de Aioria.
Los nervios en el menor eran obvios, ¿Y cómo no? Era su primera vez ¡Y esto contaba como violación!
Al sentir al primer intruso en su cuerpo, se estremeció totalmente, era una sensación extraña, demasiado para su gusto.
-¡Q-quita eso, mierda!
Milo suspiro, retirando el dedo.
-Aio..¿Que te acabo de decir?
"Ay athena ¿porque me hiciste tan bocon?"
-Voy a tener que castigarte por desobediente.
De repente, la idea de escaparse y de que le pegara un tiro se veía tentadora.
Sintió sus piernas ser separadas, más que antes y vio al dorado acomodarse entre las mismas, no podría decir que estaba serio, pero tampoco era una sonrisa burlona como hace poco.
Nuevamente se acercó a su oido para susurrarle.
- Tu te buscaste que no te preparará bien, ahora respira hondo.
En estos momentos, Aioria sólo deseaba que se lo tragara la tierra.
- Espe-Ah!
Grande, sin nisiquiera voltear la vista él podía saber que lo que acababa de entrar en él era bastante grande.
Y dolía como el infierno.
Sin ningún tipo de piedad ni espera, el Escorpión dorado empezó a moverse en el interior del muchacho, quien sólo atinaba a soltar quejidos.
- Por...Por favor, bastah!
El peli morado no escucho sus súplicas y siguió en lo suyo, una y otra vez, cada vez más profundo, como si buscará algo.
En dado momento tocó algo dentro de Aioria, que lo hizo gemir de manera sonora, se había sentido jodidamente bien.
Al notar que había encontrado lo que buscaba, lo volvió a hacer una y otra vez, sacando ese dulce sonido por parte del menor varias veces.
Siguio así un buen rato, hasta que ni él ni el menor pudieron aguantar más y se corrieron, dejando al más joven jadeando.
^^^
Tras aquel acto, el mayor se fue a bañar, volviendo unos cinco minutos después.
Aioria estaba prácticamente dormido para cuando el volvió, pero se despertó de inmediato al sentir que lo cargaban.
Con algo de miedo abrió los ojos, sólo para que, al momento de hacerlo, sintiera el agua cálida de una tina en su cuerpo.
Levantó un poco la vista, topandose con la espalda de Milo, quien se encontraba buscando un paño y dejando la ropa del menor en un mueble.
Al notar que este estaba despierto, el peli morado se acercó y le sonrió.
- Bueno, ya entendiste que pasa cuando me dices que hacer,¿ no? Te dejaré para que te bañes, hablaremos luego.
Aioria sólo atinó a suspirar algo molesto y hundir la cabeza en la tina.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top