17
Este cap viene con lemmon...pero es muy poco así que les toca verlo :v
Igual ustedes para esto me leen, que más da :v
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- ah~! Milo!
Aioria tuvo que echar la cabeza hacia atrás, joder, el vaivén llevado por el Escorpión dorado lo estaba matando.
Porque claro, apenas volvió a la habitación, Milo sólo quiso estar un "rato a solas" con su "gatito" según decía él. Llevaba bastante sin tocarlo y decidió que era hora de que el rubio recordará porque lo había traído.
Y ...o dioses, Aioria estaba seguro de que no se había sentido así de bien la primera vez, quizás porque en esa ocasión estaba muy tenso y sin preparación, pero está vez debía admitir que lo estaba disfrutando.
Sintió el chupón que el mayor dejo en su cuello, y estaba seguro que se notaría el resto de la semana.
- te gusta gatito~?
Lo escucho preguntar con una voz casi profunda en su oído, lo que le hizo estremecer.
- No me..digas..ah...así.. ah!
Sinceramente le costaba hablar, el pelimorado estaba haciendo honor a la frase de "duro contra el muro" aunque estuvieran en la cama.
- ugh, Milo...Milo...No aguanto...ah~!
Okay, quizás el mayor no exageraba cuando dijo que necesitaría usar su nombre más tarde.
En un punto ya ninguno aguanto más y se corrieron, poniendo fin al acto.
Aioria cayó rendido a la cama, dispuesto a tomar una larga siesta, pero su plan se vio interrumpido cuando sintió que lo alzaban en brazos, estaba demasiado cansado como para abrir los ojos, pero no para quedarse dormido.
Lo siguiente que sintió fue el agua tibia de la bañera recorriendole el cuerpo, aún sin ser soltado, noto que estaba en la tina junto con Milo, quien estaba sentado detrás suyo, sirviendole de respaldar.
- hm?
Pregunto medio dormido por el cansancio, le extrañaba que el mayor se hubiera metido a la bañera con él, la última vez lo había dejado bañarse sólo.
- No me hagas mucho caso, sólo verificó que no te vayas a caer cuando salgas de la tina de nuevo~
Okay, debía admitir que eso le causó gracia, y la única forma de expresarlo fue una suave risa.
Los minutos en la bañera fueron bastante tranquilos, mucho más de lo que pensaba. El ya se imaginaba los toqueteos en el agua, pero al parecer el Escorpión le tuvo piedad a su cuerpo.
Cuando terminaron de bañarse ya era bastante tarde...bueno, ya de por sí lo era cuando al genio pelimorado le dio por tener relaciones, pero ahora fácilmente eran las 1 de la madrugada.
Para evitar el accidente de la última vez, salió primero Milo, quien luego ayudo al rubio a pararse y secarse, porque sinceramente sus piernas temblaban.
Terminando de secarse y vestirse, se fueron a dormir. Esa fue la primera noche que Aioria durmió sobre el pecho del pelimorado, y sinceramente fue muy cómodo.
Unas cuantas horas después, los rayos de sol empezaron a colarse por la ventana, obligándole a abrir los ojos.
Aún se encontraba en aquella posición tan tranquila sobre el Escorpión dorado, quien no había despertado todavía.
Aún medio dormido, aprecio el rostro del hombre. Cuando dormía tenía rasgos ciertamente gentiles, se veía tan tranquilo...su pecho subía y bajaba a un ritmo relajante, tanto que sintió que podía volver a dormir en cualquier segundo.
Entre más miraba al hombre más se daba cuenta de lo guapo que este era, sintió sus mejillas enrojecer por aquel pensamiento.
De repente, sintió una mano acariciando su mejilla, y se percató de que el Escorpión dorado había despertado.
- buenos días gatito
- buenos días...No me digas así...
Milo suspiro y, con mucho cuidado de no mover demasiado al joven, se incorporó de la cama, dejando al mismo chico acostado en esta.
- iré por algo de comer, puedes venir si quieres
- Me duele la cadera demasiado, así que lo pensaré.
El mayor de los dos río y se fue en dirección al closet, cambiandose de ropa para después salir de la habitación..
Aioria suspiro se volvió a envolver con las sábanas, se quedaría un rato más ahí..
...
.....
.......
..........
Apenas pasó una hora y tuvo que levantarse porque el hambre lo mataba, jodido organismo.
Salió de la habitación con la misma ropa que Milo le había dado apenas llegó a la mansión y fue directo a la cocina para ver que encontraba de comer.
Comió una ensalada de frutas y un vaso de leche, y decidió llevarse una manzana para el camino devuelta a la habitación.
Mientras caminaba, escucho ruidos en una de las zonas privadas de la mansión. Ahí se suponía que hacían los negocios y demás, aunque generalmente lo hacían en lugares alejados, de vez en cuando tocaba traer a alguien directo al sitio.
Con algo de curiosidad asomo la cabeza por una de las puertas a medio abrir, y vio bastante Sangre.
Había un hombre de unos cuarenta años atado a una silla, todo golpeado y seguro con algún diente menos.
En la habitación también estaban DeathMask y Afrodita, quienes parecían interrogar al tipo por sepa judas que razones.
Noto que el peli azul oscuro sacaba un arma y apuntaba al hombre con enojo, dispuesto a dispararle.
Antes de poder seguir viendo sintió que alguien le tapaba los ojos y lo hacía retroceder, cerrando la puerta en el proceso.
- No creo que te vaya a gustar como termina esto gatito...
Era Milo, quien parece lo estaba buscando. Este no estaba tan sonriente como solía estar, lo notaba algo serio e incluso enojado.
- perdón.. sólo que me dio curiosidad y...
- Como sea, ya desayunaste?
El pelimorado colocó su brazo alrededor del cuello del menor y lo guio fuera de esa zona de la mansión mientras le preguntaba sobre el desayuno o de su cadera. Justo a tiempo para no oir el disparo que se llevó acabo en la habitación.
Aioria no hizo mucho por donde apartar al mafioso, está vez ese gesto no se sentía tan tosco...incluso algo cálido.
Quizo sacudir la cabeza...
"Reacciona idiota....deberías odiarlo, no estar cómodo..."
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