Cabello largo, rubio muy brillante. Labios carmesí. A cada paso que daba cargada de tanta seguridad y sensualidad una nueva quijada ajena se desplomaba al mismo instante que mis caderas se sacudían al compás de mis movimientos. Levanté mi mirada y subí una ceja en son de engreída. Devorar mis curvas era lo que querían los sádicos pervertidos al ver tanta carne fresca y nueva.

«¿Es Kim Hye?»

Sonreí en mis adentros al oír el primer murmullo sorprendido. Al parecer lo que coseché con tanto esfuerzo empezaba a dar frutos muy productivos. Sin mirar a ninguno por el pasillo de la secundaria, continúe con mi trayecto permitiendo que se desmayaran ante tanta belleza y líneas femeninas.

«¿Pero qué se hizo?»

«Se ve diferente»

«Que hermosa está. Que trasero tiene»

«Está para comérsela»

Hice una mueca de fastidio. Cuándo la temperatura hormonal les quemaba el cerebro a los hombres, ya no había nada que los podía controlar.

-Ejercicio. Mucho ejercicio y fuerza de voluntad me tocó que hacer estos duros meses para obtener un resultado así -pensé frunciendo mi ceño -Kim Hye se ha extinguido, ahora a llegado una nueva chica que se vengará de cada uno de esos, que me hizo tanto daño -apreté mis puños.

Jimin me aseguró que vendría el día de mí cumpleaños, pero al son de hoy no había dado su cara. Debía de meterme en la cabeza de una maldita vez, que yo nunca le importé, él nunca me amó y se atrevió a jugar con mis sentimientos, también haría que lo pagara muy caro. Jihyung y él son cortados por la misma tijera, ambos son de la misma calaña. Si de verdad me amaba, como dicía que me amaba, no me habría dejado y mucho menos me habría lanzado a los brazos de un hombre que detestaba tanto. Por esa razón, Park Jimin también me las pagaría, ya me cansé de ser ingenua, nadie más nunca se volverá a burlar de mí.

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(Park Jimin)

-¿Reconoces el lugar?

Totalmente desorientado miré los alrededores del lugar en donde me encontraba. El hombre alto de bata blanca todavía esperaba mi respuesta.

-¿Un hospital? -logré articular con bastante dificultad. Pues debía de admitir que me dolía cada extremidad de mi cuerpo.

-Así es -aprobó el médico -¿Recuerdas tú nombre? ¿Lo que te paso? -comenzó a revisar una carpeta que sostenía entre sus manos.

-Park Jimin, ese es mí nombre -respondí -Pero... -hice memoria en tratar de recordar algo -No lo recuerdo. ¿Por qué no lo recuerdo? Doctor ¿Qué fue lo qué me paso? ¿Usted lo sabe? -fui en busca de respuestas. El castaño elevó su mirada para verme un instante.

-Ibas en un autobús hacia Seúl. El carro se estrelló y todos los que iban allí, incluyéndote, rodaron por un peñasco -explicó -Tienes mucha suerte en estar vivo. No todos corrieron con esa misma suerte.

-¿Mi familia sabe que estoy aquí? -estaba tan agotado que sin querer mis ojos se cerraban por si sólos poco a poco -¿Por cuanto tiempo estuve dormido?

-Aproximadamente... Meses... -no alcancé a oír por completo la información. El condenado sueño estaba acabando conmigo -Entraste en estado de coma Park Jimin, por eso en estos momentos tu cuerpo te está reclamando absoluto reposo y recuperación -cerró la carpeta -Tú padre se ha preocupado mucho por ti. Lo malo es que no sé ha podido poner en contacto con tú demás familia.

-Hye debe de estar odiándome -pensé doblegado por el agotamiento y no prestándole atención a lo demás que me decía el doctor -Perdón hermosa. Te fallé, no estuve ahí contigo cuándo tú estuviste todo el tiempo conmigo.

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😳