Con mi espalda recostada entre un tronco de un árbol, mis ojos los tenía clavados en sentenciales de letras en negro mientras leía el libro más romántico que para mí, podría existir. Todavía faltaba casi media hora para que volvieran a tocar el timbre y así ingresar a clases nuevamente. Recuerdos llegaban a mí mente una y otra vez y aunque tratara de concentrarme en la lectura simplemente no podía, no me sentía capaz de tratar de no pensar más.

"Eres hermosa para mí"

Al mi mente procesar las misma frase repetitiva que Jiminie solía decirme siempre, mis labios se curvaban en una sonrisa feliz pero al instante se desaparecía al saber que ya no estaba aquí conmigo. Una vez más quería llorar, lo amaba tanto que era capaz de perdonarle todo.

-¿Dónde estás? ¿Estarás bien? -cerré el libro y mi rostro se fijó en ciertas nubes esponjosas que las arrastraba el viento. Solté un suspiro y permití que mi vista se relajara, pretendía dormir un ratito en lo que tocaban el timbre otra vez, pero rápidamente sentí un fuerte ardor en mí brazo que sin dudarlo me obligó a ponerme de pie -¡Ay! Eso duele -me quejé ante lo inevitable. Ojos profundos y cargados de rabia se cruzaron en los míos haciéndome olvidar con facilidad las leves dolencias.

-No me voy a acostar contigo -sentenció.

Me quedé sin habla. El chico pelirubio tenía su ceño endurecido, su mirada me daba miedo y ese aire salvaje era sumamente peligroso.

-Dile a Jin, asegurale, que tú y yo ya nos acostamos -me ordenó -Así dejará de chantajearme.

-¿Quién eres tú? -logré articular.

Que estúpida fui ¿Como no me di cuenta antes? Si esas miradas son completamente deferentes aunque tengan pintado el mismo retrato.

-Jimin está loco si piensa que me voy a meter con una bola de grasa como tú -soltó el agarre y se apartó un poco de mí.

-¿Jihyung?

-¡Ash! -hizo una mueca de fastidio -A mí no me importa si yo te gusto. Tampoco me involucraré contigo tan solo porque él lo dice, yo ni loco tocaré una gorda tan fea...

-Soy hermosa -me oí tan segura al recordar lo que siempre me decía él chico pelirrojo.

-¿Hermosa? ¿Es chiste? Jajja -se rió causando que mi rostro se tornara rojo de la rabia -No seas ridícula, y más te vale que le apruebes a los Kim que tú y yo nos acostamos, porque si no. Te la verás conmigo.

Después de su amenaza muy enserio, me dio la espalda para marcharse, al acatar de sus intenciones rápidamente intervine para que me diera una información que era demasiado valiosa.

-¿Donde está, Jimin? -interrogué sin titubeos. Su hermano gemelo me miró con desinterés y después de no responder, prosiguió por su camino -Es verdad lo que me dijo Jiminie, si tiene un hermano gemelo, son idénticos en todo, misma cara, estatura, voz, color de piel.. Aunque ambos sean tan diferentes en sentimientos -todo esto me dejó pensando.

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(Un mes después)

Cada mañana me levanto con la esperanza de que el balcón del frente se abriera y que de allí saliera mí chico pelirrojo, pero mi felicidad se borraba al darme cuenta que nada de eso ocurriría. Al principio pensé que Jihyung sería el que ocuparía la habitación, pero no, al parecer el duerme en otra alcoba ya que la del frente siempre se mantiene a oscuras. Cerrando mis persianas con tristeza sentí la presencia de mi madre detrás de mi.

-Cariño -me llamó suavemente.

-¿Si? -me giré para verla.

-Pronto cumplirás tus quince años. Ya tengo las invitaciones preparadas ¿Quién va hacer tú galán si Jimin se fue y no a regresado? -preguntó con cierta duda.

Me quedé callada. Quién más podría ser tan valiente y dispuesto en bailar aunque sea una pieza conmigo si todos los chicos de la secundaria me tienen asco por ser gorda. Jimin era mi única opción, pero mi madre tenía razón. Hacía ya más de un mes que se fue y no regresado, con mis opciones completamente nulas caminé hacia mí madre para luego recibirle las preciosas invitaciones que sostenía en ambas manos.

-No te preocupes mamá, ya se quien va a hacer mí galán -odiaba mentirle a mí madre. Estaba tan ilusionada con esto de mi cumpleaños y ha gastado tanto dinero en mí que no quiero arruinar todo esto diciéndole que no quería fiestas, que mucho menos tenía galán y menos creía que alguien quisiera venir a mis quince.

-Okey mi vida, si eso ya está resuelto, no hay problema -me sonrió tan tierna. Igualmente le devolví el gesto aunque por dentro estuviera tan preocupada.

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Cuando llegué a la secundaria entregue todas las invitaciones, solo esperaba a que alguien llegara a mi fiesta que se realizaría este próximo sábado a partir de las ocho de la noche. Abrazada a mi conejito rosa y con mis pensamientos vagando, el sonido de mi celular me hizo desconcentrar por completo.

Sin percatarme quien sería deslicé la pantalla y contesté.

-¿Haló? -con pereza bostecé.

-¿Soy inoportuno en llamarte a esta hora?

Mi corazón por poquito se me sale del pecho. Abrí mis ojos como platos, mi cuerpo se puso en un temblor. Esa voz suave y pausada la podría reconocer a metros de distancia si era necesario.

-¡Tonto! -mis ojos se llenaron de lágrimas -Hasta que al fin te dignas a llamarme ¿Por qué no contestabas mis llamadas? -le reclamé tan natural olvidándo por completo que la última vez que lo vi, habíamos quedado muy mal.

-Perdón, es que me atracaron en cuanto llegué a Busan, me robaron algunas cosas. En esas mi celular y por eso no pude llamart...

-¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? -Jimin me seguía preocupando e incluso con mayor fuerza.

-Estoy bien -respondió -Tuve que conseguir un empleo. Reunir el dinero y poder comprar las cosas que necesitaba.

-¿Donde estás viviendo ahora?

-En un cuarto que renté. Mí padre se dio cuenta de lo que hicimos Jihyung y yo, por eso no me quiso ayudar, dice que ya estoy demasiado grandecito como arreglarmelas por mi mismo y tiene razón.

-Jimin ¿Estás comiendo bien?

-¿Como estás tú? -no me quiso responder. No era tonta, me di cuenta que rápidamente cambió la conversación.

-Jimin ¡Responde! -exigí.

-Te extraño.

Su dicho tocó lo más profundo de mi corazón. Conteniendo mis ganas de confesarle que lo amaba con todo mi ser, tuve que morderme una mano para no hacerlo.

-También yo -reconocí.

-¿Sigues igual?

-¿De gorda y fea? -soné divertida.

-Tú sabes que para mí, seguirás siendo hermosa -se oyó tan tierno. Mis labios se curvaron en una sonrisa.

-¿Regresarás a Seúl?

-Por ahora no tengo dinero. Pero te garantizo que sea como sea, estaré presente para tu cumpleaños.

Rápidamente me reincorporé.

-¿Aún recuerdas mi fecha? -sonreí.

-¿Como olvidarlo? -se oyó suspirar -Hye, quiero que sepas que todavía te sigo a...

Esperé que terminara la frase. Pero repentinamente no sucedió así.

-¿Bueno? ¿Jimin? -repentinamente se cortó la llamada. No supe que sucedió, quizás al chico pelirrojo se le acabaron los minutos para llamar, se le apagó su celular por baja batería o la señal estuvo pésima. Rápidamente le volví a marcar, pero la llamada no entraba y se iba a buzón de mensajes. Dejándome caer de espaldas contra el blando colchón una vez más, mi rostro volvió a pintar esa sonrisa que pensé que se había extinguido en mí.

No es a Jihyung a quien yo amo. Siempre fue mi Jiminie, mí gran ilusión.

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Tan bonito todo ¿No?
😈

Lxs sarangheo💛