4. Oh Woman, Oh Why
Cualquiera podría creer que, después de ese trauma y problema, las cosas seguirían mejor en cada aspecto. Pero lamento romper sus ilusiones diciéndoles que no fue de esa manera. Después de la manera en que le "ganamos" a David y Amanda, Lenna no dejó de estar enojada durante todo el día. Era frustrante y molesto verla así, pues parecía que cualquier cosa la haría estallar. Al fin nos iríamos de ahí, pero la desgracia parecía seguirnos cada vez más.
—Pues tú eres un estúpido—dijo Amanda Tyrano—, te dije muy bien que no podía tocar estando embarazada.
—¿Ah, sí? No dijiste eso hace un momento, pudiste haberte negado—respondió David.
Nosotros ya nos íbamos a marchar, incluso, la jalé del codo en cuanto escuchó que ambos estaban discutiendo. Se soltó y los espió desde la seguridad de un arbusto, yo la seguí, por si había necesidad de defenderla o algo así.
—Eres horrible, de verdad, ¡eres horrible en cada aspecto! —exclamó Tyrano muy enfadada—. No puedo creer que haya perdido mi vida contigo.
—¿Perder? Pues todavía estás muy a tiempo de irte de mi lado.
—¡Claro que sí! Lo haré, este es el fin, David, esto debí haberlo hecho hace mucho tiempo. ¡Es el fin! No te quiero volver a ver. Ah, y, por esta criatura, no te preocupes en lo absoluto. Puedo estar perfectamente bien con ella y sin necesitarte. Eres un idiota en cada aspecto. Hasta nunca, espero jamás volver a verte en lo que me resta de vida.
Amanda se marchó muy molesta y enojada. David no la siguió, sólo le hizo señas obscenas a sus espaldas. Yo me sentía muy incómodo por la situación, pero Lenna no, tanto así que empezó a reírse ligeramente.
—No hagas ruido—susurré.
—¿Por qué no? Ha sido muy gracioso.
Desafortunadamente, nos encontrábamos muy cerca de David, así que no tardó en darse cuenta de que lo estábamos espiando.
—¿Hay alguien ahí? —preguntó asustado.
—No diga nada—volví a susurrar.
—No me digas que hacer—se molestó.
—¿Quién está ahí? —David no tardó en acercarse.
Lenna se levantó a pesar de que yo hiciera esfuerzos mayores para intentarla esconder. No parecía muy apenada con la situación.
—Ah, hola—dijo sin problema—. Escuché que estabas peleando y pues...
—¿Me espiaste?
—No, no, sólo iba pasando y escuché sin querer—dijo con una tonta risa.
Yo lo único que esperaba, es que David se enojara y mantuvieran una discusión. Pero eso no pasó, en mi mente, sólo escuchaba la canción "We're open tonight" como augurio de malas señales. Se miraron antes de hablar, sentía una conexión fuerte entre ellos dos, como si su antiguo amor jamás se hubiera esfumado.
https://youtu.be/pclzML3LW8w
We're open tonight for fun
So bring all your friends, come on
We're open tonight, come one, come all
—Siempre con esa risa tan característica tuya. Me alegra verte, sólo quisiera decirte que Charles y tú hicieron un gran trabajo.
—Oh, ustedes también. Yo no sé porque ella te reprocha, quiero decir, tú eres fantástico. Ella debe ser quién te agradece, no tú, ya que eres muy talentoso—dijo Lenna, sonando muy machista a mi parecer.
We're opening all our doors
We're clearing back all the floors
We're open tonight, come one, come all
Come one, come all
—Oh, muchas gracias—dijo David—. Ella no lo piensa de esa manera, pero no me importa. En fin, que bueno que puedas hacer tus sueños realidad, con una persona que, pues bueno..., es tu esposo y...
—No, no—dijo al instante—. Charles no es mi esposo, ni siquiera es mi novio.
Seguía escondido detrás del arbusto. Intentando contenerme para no estallar y golpear a ambos, pero no podía hacerlo.
—¿Ah, no? Mira, es que uno suele malinterpretar las cosas y todo eso. Pero me alegra mucho escuchar que no son nada sentimental.
—No, mientras que Amanda y tú...
—No, no Lenna, ella y yo hemos terminado, y ahora sí para siempre.
—¿Qué? Pero, ¿por qué han terminado? ¿Qué pasó? —preguntó Lenna fingiendo desconocimiento, como si no hubiera escuchado nada.
—Mmm... Es muy largo para decir aquí, ¿te gustaría salir conmigo? Así te lo puedo explicar todo.
Maldición, debí hacer algo para detener ese momento.
We're open tonight,
—Claro, mira, te paso mi número de teléfono—dijo Lenna—, llámame. Estaré disponible.
—Muchas gracias, así lo haré. Hasta pronto.
Quiroz se fue con cierto grado de superioridad, caminó rápidamente y no dijo nada más. Me levanté del arbusto y dejé que hojas de árboles cayeran sobre mí. Pero, al parecer, a Lenna no le importo.
—Dime que no saldrás con él—pedí.
—¿Eh? Ah, no...
—Lenna...
—Vámonos de aquí—salió del arbusto y la seguí.
Íbamos en el camino directo a nuestro departamento. Ella no dejó de sonreír en ningún momento, suspiraba como adolescente enamoraba, y no tenía ninguna intención de ser un poco más discreta.
—No vas a salir con él, ¿verdad?
—¿Eh? ¿Dijiste algo?
—No vas a salir con él—determiné.
—¿Por qué no?
—Lenna, por todos los cielos—me enojé—. Ese tipo es horrible en cada aspecto, te molestó y humilló hace cuatro años, según lo que me has dicho. ¿Y así saldrás con él?
—Oh, Charles, exageras las cosas. No vamos a salir en el sentido de ser pareja, claro que no, simplemente es mejor no ser rencorosos.
—Lo mejor es que lo ignores.
—Mira, a mí no me gusta obedecer a personas de ningún tipo, y tú estás en esa lista.
—Lenna, ¿por qué saldrías con él?
—Para pasear, caminar, platicar. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez en que lo vi.
—Sí, pero...
—No deberías sentirte celoso, quiero decir, ni siquiera somos pareja.
Eso me hizo molestar bastante, ¿cómo le iba a pedir a una chica que fuera mi esposa? Si "ni siquiera somos pareja". Ese es el colmo del cinismo.
—Tienes razón, entonces, haz lo que quieras.
Antes de llegar a nuestro departamento, sonó su teléfono. Ella no tardó en contestar.
—Oh, ¿hola? David, claro que esperaba tu llamada. ¿Está noche? Claro que sí, sí. Allá te veré, sí, sí.
—¿Está noche? Joder, ¡tenemos que ensayar! —dije en cuánto acabó con la llamada.
—Bueno, por una vez que falte no se acabará el mundo—intentó justificarse.
—Muy bien, sí. Tienes razón, ve, si es lo que quieres.
Me dediqué a tocar un rato con la guitarra y hacer otras cosas de mi gusto, pero Lenna se tardó HORAS en arreglarse. Y, lo peor, es que se veía tan malditamente bien. No podía soportarlo, me daba celos pensar en la simple idea de que un canalla como Quiroz pudiera degustarse con semejante mujer. Era terrible, era insoportable y no podía ni asimilarlo.
—Señor Vandebilt—dijo nuestra sirvienta—, le ha llegado su paquete—, me lo entrego.
—Gracias.
Lo abrí ahí, era justo lo que quería; mi estimado revolver. Era un aficionado a la puntería, al tiro con arco y todo en general. Así que tenía una habitación completa para eso, donde podía desquitarme de todos los enojos y corajes iniciales.
—Ya me voy—dijo Lenna cuando al fin salió del cuarto.
—¿A qué hora vienes? ¿Quieres que pase por ti?
—Oh, no. Tal vez no llegue esta noche.
No, no. Esa no era buena señal.
—Espera un momento—me paré frente a la puerta, impidiéndole su salida—. ¿Qué quieres decir con eso?
—Nada, sólo que tal vez no llegue esta noche.
—¿Eso es un eufemismo para decir que te vas a acostar con él?
—Ay, Charles—desvío su mirada de la mía.
—Dime, ¿es eso? ¿Te vas a acostar con él?
—¡No, claro que no!
—¿Entonces?
—Mira Charles, entiende esto; tú y yo sólo somos compañeros de banda, nada más. No somos pareja, y tú no eres mi padre. Así que no tienes por qué regular ninguno de mis movimientos ¿Comprendes? Ni uno solo.
—Oh, no digas eso...
—¿O qué? ¿Vas y les dices algo a Joey o a Denny?
—No, pero eso es diferente.
—¿Por qué debería ser diferente? No lo es en ningún aspecto. Ahora, déjame pasar, si yo decido ir a coger con David Quiroz y te digo que por eso no volveré en la noche, es mi problema ¿No lo ves así?
—¡No! —exclamé enojado— Lenna, es tu problema, sí. Pero no puedo permitir que hagas eso, vas a perjudicar tu vida por completo. ¿No lo entiendes?
—¿Por qué? No voy a tener relaciones con él, era un ejemplo absurdo.
—¡Lenna!
—Basta, no tengo porque darte explicaciones ni nada por el estilo. Así que, hasta pronto. Llegaré a la hora que se me dé la gana.
Dio pequeños empujones y logró salir de la casa, pero nuestra discusión no se redujo al departamento. La seguí por todo el pasillo hasta la recepción del edificio.
—Cuando una persona va a cometer problemas, es menester que otros intervengan para hacérselos saber, o que lo sepan si es que están muy ciegos—dije muy molesto— ¡Y es lo que estoy haciendo contigo!
—¿Qué problema voy a cometer al salir con David Quiroz?
—No sabes que quiere ese tipo.
—Lo conozco perfectamente.
—Lenna, le gente cambia—intenté detenerla de todas las maneras posibles, sin éxito alguno—. ¿Qué te hace pensar a que él es igual a como era en 2013 o 2014?
—Por eso mismo, voy a descubrirlo—sus pasos eran firmes y decididos.
—En serio, no vayas, ¡no! —pedí.
—Adiós, Charles.
Salió del edificio y ese patán ya la estaba esperando. Apreté mis puños ante la impotencia de saber que no pude hacer nada para detenerla. Y, lo peor, la canción que preponderaba en mi mente era "Oh woman, oh Why?"
Pensé que todo sería por una exclusiva vez, pero no era así. Las veces que Lenna salió con ese maldito de David superaron incluso los dedos de mis manos con las que lo contaba. Pensé que Lenna estaría más comprometida con nuestra banda, pero resultó ser todo lo contrario.
https://youtu.be/ZzU-iqRHubM
Oh, woman, oh why, why, why, why
What have I done?
Oh, woman, oh, where, where, where, where, where
Did you get that gun?
Y sí, justamente, me la pasaba casi todo el tiempo practicando puntería con arco o con mi pistola.
Oh, what have I done?
What have I done?
No podía creer lo unidos que se habían vuelto ese par. Desde esa cita en donde, claramente, Lenna no volvió en la noche, esos desgraciados se volvieron inseparables. Ella salió al día siguiente, y al siguiente, y al otro, y al siguiente...
Well, I met her at the bottom of a well
(Of a well)
Well, I told here I was trying to break a spell
(Break a spell)
Y, la única manera que tenía de desahogarme, era disparándole a mí pared en mi salón privado. Mismo que ya había sufrido de algunos cambios bruscos por esto mismo.
But I can't get by, my hands are tied
Don't why I ever got her to try myself
Because I can't get by, my hands are tied
Oh, woman, oh why, why, why, why
What have I done?
Oh, woman, oh, where, where, where, where, where
Did you get that gun?
No dejaba de pensar en eso, ¿por qué empezaba a salir con él? ¿Qué tenía ese imbécil que yo no? Me preguntaba eso mientras disparaba injustificadamente a la pared, mientras mi arco daba justo en el blanco y todo lo que intentaba hacer para distraerme. Pero no daba sus buenos resultados.
Well, I am fed up with you lying cheating ways
(Cheating ways)
But I get up every morning and every day
(Every day)
Poco a poco, y con lentitud, Lenna empezó a ser una persona ausente de mi vida. No la veía más que en el desayuno y ella no se despegaba de ese maldito celular, en donde sonreía y demostraba ser feliz, hablando con otra persona que no era yo.
But I can't get by , my hands are tied
Don't why I want her to try myself
Because I can't get by, my hands are tied
Me intentaba convencer de que eso no era verdad, de que todo eran exageraciones mías, y engañándome diciendo que todo estaba tan bien como siempre.
Oh, woman, oh why, why, why, why
What have I done?
Oh, woman, oh, where, where, where, where, where
Did you get that gun?
Pero cuando escuchaba el disparo sonar sobre mi pared, sabía que las cosas ya no eran iguales. Me volví la sombra de lo que solía ser, porque ya no tenía ganas de hacer nada si Lenna no estaba a mí lado.
Oh, what have I done?
What have I done?
En fin, cosas buenas sucedieron. Después de una larga batalla legal, me cedieron la custodia total y completa de John Julian. Fue maravilloso, necesitaba algo auténtico que me hiciera distraerme del basto, pero desagradable hecho de que Lenna ya no estaba a mí lado.
Lo mejor de todo, es que fue justo en marzo, cumpleaños número diez de John Julian. No podía creer que ya hubiera pasado una década desde su nacimiento. Era una locura pensar así, entonces, debíamos celebrar de la mejor manera.
Por cierto, olvidé comentar que el simple hecho de que a Lenna le importara poco la banda, nos hacía tener una especie de hiato no planificado. Por lo tanto, mis visitas a Jade y a John Julian se hicieron muy cotidianas. Así que nos encontrábamos en la sala de la casa de Jade, viendo destinos turísticos que parecieran importantes.
—Vamos a Grecia—dijo Jade.
—¿Vamos? Hablas en plural. John Julian y yo iremos—remarqué estás palabras.
—Ay Charles, ¿por qué la violencia? Esto debe ser un viaje familiar.
—Sí papá—dijo mi hijo—. Me gustaría ir a Grecia, y con ustedes.
—¿De cuándo acá te gusta Grecia? —pregunté mientras miraba otros países.
—Yo le leo las antiguas y clásicas tragedias, comedias y literatura de la antigua Grecia. Increíble que no puedas saber que tu hijo ama todo esto—explicó Jade.
—La antigua civilización Greca no es algo que un niño de diez años deba saber—argumenté.
—¿Por qué no? A él le gusta, lo estoy haciendo un niño culto. Y, por cultura, hablo más allá de la música que a ti te gusta.
—Jade, basta, no quiero pelear.
—Entonces vamos todos, los tres, a Grecia.
—¡Sí! Vamos papá, quisiera ir—dijo Julian con alegría.
—Jade, de verdad me gustaría que fueras con nosotros, pero irá Lenna—. Mentí, obvio ella no querría ir.
—Oh Charles, ¿no puedes dejarla por unos días? No seas así. Mira, nuestros problemas y complicaciones de la vida adulta, no deben ser factores para que el niño no pueda disfrutar con nosotros. Leí varios libros, y es justo en esta etapa en donde el pequeño debe tener todo el apoyo de sus padres.
Me era extraño escucharla hablar así. Parecía que había madurado, nunca pensé que pudiera expresarse de ese modo. Al ver la cara de John Julian, dispuesta e integra para aceptar, supe que las palabras de Jade eran ciertas.
—Bueno, estas en lo correcto. Nos iremos a Grecia y celebraremos tu cumpleaños, campeón—le dije a mi hijo.
—¡Gracias! —Me dio un gran abrazo.
Regresé a mí vacío departamento después de que arreglamos el vuelo para partir a Grecia al día siguiente. Entré a la habitación de Lenna y, ahí se encontraba, sentada en su sillón personal, con ese aparato infernal siempre en sus manos.
—Hola, ¿qué haces?
—Platico con David—respondió.
—Ah, qué bien. ¿Tienes planes para mañana?
—Sí, que bueno que preguntas. Toma—me dio un folleto.
—¿Qué es esto?
—¿Sabías que David es un artista conceptual? Va a abrir una exposición mañana, y justo iré para inaugurarla, incitando a más gente a que lo visite.
—Un momento, ¿artista conceptual? ¿De verdad?
—Sí, ¿no te parece sorprendente? Pensaba que si ibas tú, podría llamar más la atención de la prensa.
—No, no puedo ir—le di el folleto—. Mañana me voy de viaje.
—¿A dónde? —siguió mirando su celular.
—A Grecia.
—...
—Con John Julian.
—...
—Y Jade.
No respondió por unos minutos. Tuve que quitarle el aparato infernal para hacer que me pusiera un poco de atención.
—¿No escuchaste? Me voy mañana, a Grecia, con John Julian y Jade.
—Ah, sí escuché—me quitó su celular—. Está bien, diviértete con ellos.
—¿Es lo único que dirás?
—Oh, Charles ¿Debo de decir algo más?
—No, pero, pensé que te gustaría ir...
—Claro que me gustaría, pero ahora me es imposible. David y yo estamos haciendo planes y todo eso. Tenemos grandes ideas que llevaremos a cabo.
—¿Ah, sí? ¿Cómo qué?
—Es una sorpresa.
—Muy bien, entonces, diviértete con él.
Me fui muy enojado y a ella no le importó para nada. Era terrible escuchar eso, era terrible saber que no era relevante para ella. Simplemente, absurdo.
(...)
Mi estancia con Jade y John Julian en Grecia duró dos semanas de las tres previstas, eso quiere decir que llegué antes de tiempo al país. Podría decir que fue gratificante, pero no dejaba de pensar en Lenna y toda la situación en la que me obligó a estar. Era muy injusto, no pude disfrutar de nada por su maldita culpa.
En fin, regresamos al país antes de lo previsto por eso mismo. Pudimos habernos quedado más, pero mis nervios y ansiedad se harían presentes si no regresaba a ver a la señorita conocida como Helenna Vail Epstein. Así que, el mismo día que llegamos del aeropuerto, los dejé en la casa de Jade y yo me dirigí a nuestro edificio. Era la mañana, por los cambios de horario, sentía que no había dormido nada.
Salí de inmediato del coche y caminé hasta nuestro departamento. Subí las escaleras lentamente y, pude ver unas zapatillas de color blanco a lado de las pantuflas rosas de Lenna. Eso era determinante, había alguien ahí.
Abrí la puerta con discreción y sí, no me equivoqué. Lenna y David se encontraban sentados en la alfombra de la habitación de la primera, con las piernas dobladas y tomando té. Ella usaba su bata y él ¡Usaba la mía! Maldito imbécil.
—Eh, hola—dijo Lenna al verme llegar, sin temor ni vergüenza.
—Oh, hola—respondí tímido pero enojado al mismo tiempo— ¿Interrumpo algo?
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