Prólogo.-

Capítulo dedicado a MikuNekoHatsume, porque la amo y punto. 

Jungkook odia los lunes.

Los odia porque debe levantarse demasiado temprano sí no quiere que le resten puntos a su casa por llegar tarde a Encantamientos y ganarse así un golpe del prefecto al ver que el contador de Slytherin ha bajado por su culpa otra vez. No, Jungkook no quiere que Min Yoongi lo golpee por ser "imprudente, no pensar en el trabajo duro de los demás y que Slytherin merece más que cualquiera la copa de las casas este año".

El mismo discurso de siempre.

Se lo da unas diez veces a la semana. Lo repite tal cual cada vez que Jungkook hace algo que le merma puntos a la casa y tiene que vérselas con el prefecto de último año porque ninguno de sus compañeros de casa se corta en señalarlo cuando Min entra en la sala común preguntando "qué maldito bastardo hizo que nos quitaran 15 puntos ahora". Jungkook se encoge de hombros en todas las ocasiones y, en silencio absoluto, recibe el regaño.

Así funciona la vida, así ha sido desde hace cinco años.

Cinco años, como pasa el tiempo.

.- ¿Es siquiera aceptable que la profesora Vector haga esto? – se queja a su lado Yugyeom mientras mordisquea un bollo dulce que alcanzó a tomar del gran comedor antes de que Jungkook lo arrastrase fuera porque iban tarde – Estamos tan sólo en la primera semana de clases y ya tengo tres ensayos distintos que escribir, ¿debería quejarme con la directora? Estoy seguro que esto es explotación o algo similar.

.- Sí ibas a quejarte todo el maldito día, ¿por qué elegiste Aritmancia en primer lugar? – es lo que le responde mientras entorna sus ojos con aburrimiento porque no es raro que Yugyeom se queje de cualquier profesor o materia a penas tiene la oportunidad – Pudiste entrar conmigo y Mingyu a Runas Antiguas, en cualquier caso.

Yugyeom resopla al tiempo que ambos giran en uno de los pasillos interiores del ala este, sus uniformes perfectamente arreglados ondeando al ritmo de sus pasos mientras el verde esmeralda de los símbolos de su casa parece brillar bajo la luz tenue de la mañana que se cuela por las ventanas. Hay pocos estudiantes rondando el lugar, la mayoría seguramente disfrutando todavía del desayuno en el gran comedor.

Donde nosotros también deberíamos estar; masculla por lo bajo Yugyeom, sin embargo, Jungkook no contesta.

Se repite a sí mismo que está haciendo las cosas bien y que debe seguir así por el resto del año académico. Se trata de una promesa que se hizo a sí mismo sobre no arruinarlo y eso implica que sería puntual incluso en las clases que más odia, no faltaría a ninguno de sus entrenamientos de quidditch y más importante que cualquier cosa en el mundo, no se metería en problemas con nadie.

Aunque eso último puede que fuese más difícil de lo que planeaba.

.- Mira por dónde caminas, estúpido Gryffindor.

La frase sale de su boca de forma automática mientras su hombro izquierdo empuja el cuerpo del otro estudiante contra el muro de piedra, recibiendo un pequeño quejido como respuesta. Yugyeom suspira a su lado derecho mientras Jungkook se pregunta qué tanto lo ha arruinado otra vez. Sus ojos enfocan con rapidez al equipo de quidditch de Gryffindor mirarlo de formas distintas: algunos con aburrimiento, rabia, diversión e, incluso, miedo.

.- ¿Tan temprano y ya buscando pelea, Jeon?

La molesta voz del golpeador le retumba en la cabeza mientras Jungkook busca conservar la calma, respirando tan profundo como puede sin que los demás lo noten. No iba a discutir ni pelear con ellos, no sólo porque eran de cursos mayores y tenían acceso a hechizos que él no, sino porque en serio, en serio, no quería un golpe de parte de Min al llegar la noche.

.- Quítate de mi camino, Park – es todo lo que dice, su voz brotando controlada mientras le dirige una mirada fría al rubio teñido que le observa con una sonrisa socarrona - Tengo una clase a la que asistir como para perder mi tiempo contigo.

.- Olvidaba que eres una cerebrito, Jungkook.

.- Y tú olvidas que hablas con un estudiante menor que tú, Jimin – la voz molesta de Min Yoongi suena tras Jungkook y Yugyeom, que se giran con medida velocidad para observar el gesto irritado del prefecto - ¿No podemos seguir nuestros caminos y olvidar esto?

.- Ha sido Jeon quien, deliberadamente, golpeó a Jackson – argumenta el golpeador, cruzándose de brazos mientras mueve su cabeza como si negase, su cabello rubio teñido recogido en una coleta corta que hacia resaltar los rasgos finos de su rostro y su piel bajo el sucio uniforme de quidditch - ¿No deberías hablar con él, en vez de con nosotros, prefecto?

Hay un tono burlón en su voz que Jungkook no pasa desapercibido, sin embargo, no dice nada porque sabe que, de hacerlo, tendrá serios problemas con Yoongi, y aún debe llegar a la clase de Encantamientos si no quiere perder puntos y tener que soportar a la profesora repitiéndole que debía poner de su parte sí realmente quería obtener un buen resultado en los T.I.M.O.s para final de año.

.- Park...

El tono del mayor es de advertencia y al final es Jimin quien alza las manos a la altura de su pecho mientras se ríe, como si la situación lo único que le causase fuese diversión y Jungkook, por un breve momento, sólo quiere borrar de su estúpido rostro aquel molesto gesto con un hechizo o, en el peor de los escenarios, un puñetazo.

Porque sí hay algo que Jeon Jungkook odia más que los lunes, que los reproches, que los silencios incómodos en casa y que el dolor de un corazón roto, es a Park Jimin.

.- Bien, seguiremos por nuestro camino – es lo que termina por decir el golpeador, antes de indicarle a los demás que se muevan – Pero controla a tus serpientitas, Yoongi. La próxima vez, no lo dejaré pasar.

Yoongi ni siquiera espera a que el estúpido equipo gire al extremo del pasillo para cuando comienza a hablar sin parar. Yugyeom, a su lado, prefiere mirar hacia otro lado que al rostro serio y molesto del más bajo en estatura mientras Jungkook asiente en silencio, casi ni escuchando lo que el mayor tiene por decirle.

.- A veces me pregunto, Jungkook. ¿Qué es lo que pasa por esa cabecita tuya al momento de tomar decisiones? – Yoongi se revuelve el cabello negro con exasperación - Eres un mago excelente, uno de los mejores que he visto, pero tu actitud deja mucho que desear la gran mayoría de veces.

Jungkook no necesita que Min Yoongi se lo repita.

Ya ha escuchado algo similar en casa en incontables ocasiones: se lo han dicho a la hora de la cena, la noche antes de volver a la escuela, incluso lo dicen cuando no está presente en la misma habitación y creen que no puede escucharlos a través de las delgadas paredes. Jungkook lo sabe, sabe que nunca será suficiente ser el estudiante notable que es, al final del día, lleva cinco años arruinándolo.

Ahora, lo único en lo que puede pensar es sí sería posible que se escape el resto del día de sus clases y pueda refugiarse en la torre de astronomía o en algún lugar cercano al lago. Donde nadie se le ocurra buscarlo y pueda llorar en paz hasta el cansancio. ¿Sería posible...?

.- ¿Siquiera me estás escuchando, Jungkook?

Yoongi gruñe molesto a la vez que él alza los ojos en su dirección, topándose en cambio a lo lejos con la mirada divertida de Park Jimin, que no se ha movido de su lugar al final del pasillo y sonríe como si presenciase un espectáculo. A su lado, Jungkook se topa con la mirada reprochable de quien menos desea ver en el mundo.

Su estómago se retuerce con dolor y antes de que Yoongi pueda hacer o decir algo, Jungkook se da media vuelta y escapa de ahí.

.- ¡¿A dónde vas, Jungkook?! – alza la voz el prefecto mientras deja caer los brazos, sorprendido por la forma en cómo ha huido - ¡Regresa aquí, Jeon!

.- ¡Kook, la clase...! – la voz de Yugyeom también se pierde en el fondo, el ruido envolviendo su mente por completo mientras se desliza por los pasillos internos, camuflándose con facilidad en la oscuridad - ¡Ni siquiera me dejaste desayunar por esto! Maldita sea...

Jungkook, sin embargo, no presta atención a ninguno de sus llamados. Ya podrá recibir el sermón de Min Yoongi más tarde, con golpes incluidos porque es seguro que el prefecto deberá restarle puntos a su propia casa por su comportamiento. Ya podrá pedirle perdón a Yugyeom con pastelillos de calabaza antes de irse a dormir para no tener que ver su gesto malhumorado al día siguiente.

Lo que no podrá, lo que nunca ha podido soportar, es la mirada de burla que Jimin le dedica siempre que Jungkook termina arruinándolo de nuevo, es aquel gesto de superioridad que se plasma en sus finas facciones mientras se cruza de brazos, demostrándole una vez más que es él: Park Jimin, quien siempre ha tenido la última palabra entre los dos.

Porque al final, con su cuerpo camuflándose con las sombras con facilidad, el ruido serpenteando entre sus pensamientos y la tormenta de sentimientos que siempre le azota en momentos como este, Jungkook no deja de preguntarse cómo es posible que cinco años pasasen tan rápido para algunas cosas y para otras... es como sí el tiempo nunca hubiese seguido adelante, como sí siguiese siendo el mismo niño asustado en medio de la oscuridad, esperando por alguien que nunca iba a llegar.

Alguien que, mientras Park le mira con divertida superioridad, el Gryffindor a su lado siempre iba a mirarlo con profunda decepción.

Jungkook huye, como buena serpiente.

Porque odia a Park Jimin y le duele ver a Kim Taehyung.

._.

Y... ¿qué opinan? ¿Qué teorías tienen?  

Cortito porque es el verdadero prólogo y nos abre las puertas a la historia con más precisión. ¿Se lo imaginaban? 

Quiero saberlo todo. 

Nuevamente, les doy las gracias a: belentata34we_moonchildrxn y JeonNaty3003, que leyeron esta parte también. 

Por cierto... ¿se imaginan a Jimin de capitán del equipo de quiddicth? ;) ¿Cuál será su relación con Taehyung?

Amor para todos, nos leemos pronto.

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