Lapifors.-

Capítulo dedicado a: Maggie_vk, nemurin-UwU, PicSunset y Jjkkillkh.

"Hechizo que transforma un pequeño objeto en un conejo."

Kim Taehyung lleva un conejo consigo todo el tiempo.

Se trata de una pequeña estatuilla tallada a mano de un conejo silvestre, con el pelaje marcado en suave relieve al igual que las facciones del pequeño animal. Taehyung carga la pequeña pieza de madera de espino en su bolsillo derecho a cualquier lugar a donde vaya, sin dejarlo ni un solo día atrás y, cada vez que siente que no puede sobrellevar una situación, acaricia con la yema de sus dedos la pequeña estatua: con cuidado extremo, con cariño ferviente.

Fue un regalo de años muy remotos, cuando no era más que un niño que no pensaba en nada más que correr por lo ancho y largo de su jardín familiar, dejando que su burbujeante risa inundara todo el lugar mientras perseguía un conejo similar al de la estatua: sus poderosas patas impulsándolo fuera de su alcance, su nariz brillante removiéndose cuando se detenía y sus largas orejas grises revoloteando sobre las flores.

Taehyung amó a ese conejo hasta que murió, poco después de que entrase a Hogwarts.

Como muchas otras cosas que perdió con el tiempo, aquel pequeño ser murió estando él lejos, encerrado entre las frías paredes del imponente castillo durante una de las tantas navidades que no deseó pasar en casa. Se perdió su último aliento y no fue capaz de enterrar su pequeño cuerpo en el jardín trasero; porque como ya le había pasado en otras situaciones, Taehyung se sintió incapaz de volver a casa y enfrentar la realidad que había más allá de sus clases y su vida dentro de Hogwarts.

Lo extraña, como extraña a... a todo lo que había tenido en su vida antes de su primer año.

Tal vez es por ello que Taehyung no es capaz de deshacerse de la pequeña figurita de conejo. Tal vez es por eso mismo que, justo ahora, sus ojos van al ritmo que sus dedos, acariciando la pequeña figura sobre su mesa de clase mientras la voz monótona del maestro se escucha del fondo. Él es capaz sólo de concentrarse en los trazos descuidados de la pequeña estatua, observando el paso de los años en ella.

.- ¿Algún día se acabará esta clase?

La voz aburrida de Jimin le distrae de sus pensamientos, consiguiendo que girase su cabeza lo suficiente para observar el rostro del mayor: su cabeza estaba recostada sobre su brazo mientras su cuerpo entero se encorvaba sobre la mesa, su rostro girado en su dirección mientras su rubio cabello tapaba ligeramente su frente y sus ojos. Es una imagen atractiva, piensa de inmediato, como casi todo lo que tiene que ver con Jimin.

Porque hay algo en el mayor que resulta simplemente fascinante y Taehyung nunca puede enunciar en voz alta el qué es; podrían ser sus rasgos asiáticos marcados y elegantes, su cabello un poco largo que permanecía recogido en una coleta alta, su piel blanca que lucía lustrosa incluso ante el inclemente verano o su cuerpo tallado por el constante y demandante quidditch y que resalta con el uniforme deportivo.

No, Taehyung no puede decir bien qué es, pero sí está seguro de que hay algo en él simplemente fascinante.

.- Falta poco, no te desesperes - es todo lo que le dice mientras le dedica una sonrisa pequeñita, de esas que Jimin siempre le devuelve con una más grande y encantadora.

La voz del profesor Brown resuena de fondo, dictando el nuevo deber de la semana, algo que Taehyung registra como: "investigar las posibles variaciones de los hechizos de transformación en objetos inanimados". Jimin no deja de dedicarle su típica sonrisa mientras Taehyung se acomoda en su asiento, sus mejillas sintiéndose calientes a la vez que su mano toma con más fuerza de la debida el mango de la pluma para poder escribir.

.- ¿Qué dices si, al salir de esta aburrida clase, vamos un rato a la torre de astronomía? - es de nuevo la voz de Jimin la que le desconcentra, esta vez Taehyung no se gira a mirarle, sino que su letra se tambalea sobre el pergamino - No tengo entrenamiento hoy y tampoco tengo muchas ganas de pasarme por el gran comedor, si me encuentro con Min Yoongi o el estúpido de Jeon, no voy a controlarme bien.

Sus ojos viajan de inmediato a la pequeña figurilla de conejo, recordando el rostro serio de Jeon Jungkook aquella mañana.

Como es ya una costumbre para él, Taehyung había permanecido lejos del menor, observándole con cuidadoso detenimiento: su cabello negro revuelto, su rostro serio y que no parecía reflejar emoción alguna, la casi invisible cicatriz en su mejilla como un recordatorio de cosas amargas y dolorosas. Siempre permanecía alejado, esperando por una oportunidad que, duda ya, llegue alguna vez.

Le es inevitable preguntarse cuántos años han pasado ya, cuántas oportunidades a dejador ir y hace cuánto no escucha la voz de Jungkook dirigiéndose a él.

Muchos, tal vez más de los que alguna vez quiso.

.- ¿Qué dices entonces, Tae? Podemos conseguir algo de comida en las cocinas y no creo que alguien nos eché en falta en la sala común - la mano de Jimin aprieta su rodilla por sobre la tela del pantalón y bajo la mesa, sus dedos pequeños dejando caricias suaves mientras apoya ahora su mejilla sobre su mano, alzando su rostro lo suficiente como para estar a la misma altura - Vamos, di que sí. Tengo el primer partido de la temporada pronto y nada me... animaría más.

Sus mejillas se calientan el doble mientras se siente incapaz de mirar a la cara del capitán del equipo de quidditch, así que continúa apuntando lo que el profesor de Transformaciones dicta desde el principio del aula. Aún así, sintiendo las leves caricias de un aburrido Jimin sobre su pierna, sus ojos no dejan de desviarse a la figurilla sobre la mesa, el conejo atrapado para siempre a punto de un salto parece decirle algo que no comprende.

Su mente vaga de nuevo hacia Jungkook.

Episodios como el de esa mañana, incluso unos mucho peores en los que Jungkook terminó hechizando violentamente a otros compañeros o enfrentándose con Jimin en duelos improvisados y poco controlables; le hacen preguntarse cómo serían las cosas de haber sido distintas hace cinco años, qué debió de haber hecho durante aquellos interminables minutos antes de que el Sombrero Seleccionador gritara "Slytherin".

¿Habría sido... distinto?

La verdad es que no lo sabe y preguntárselo sólo causa una sensación de vacío en su pecho imposible de llenar. Así que desvía sus pensamientos de regreso a la clase, a la vez que el profesor les indica que pueden retirarse ya, Jimin se levantándose de un salto de la mesa que ambos comparten, estirando sus brazos sobre su cabeza con cansancio.

Taehyung no dice nada mientras su mano se cierra sobre la pequeña figurilla, guardándola en el mismo bolsillo de siempre antes de salir del aula de clases, siguiendo los pasos de sus compañeros de clase, una mezcla de uniformes de Gryffindor y Hufflepuff acumulándose en la puerta por la que se cuelan los ruidos del pasillo, donde las voces y las risas resuenan con fuerza entre las paredes del castillo.

.- ¡Taehyung! - una voz poco reconocible le llama en la entrada, consiguiendo que ubicase entre todas las personas la cabeza de cabello castaño de, si no recuerda mal, es Robert Finnigan, un Gryffindor de segundo año - ¡Taehyung!

.- Hey, pequeñajo - Jimin es el primero en saludarlo, dedicándole una sonrisa mientras revuelve sus cabellos cuando ambos se acercan al de menor edad, que se queja bajito por lo hecho por el admirado capitán - ¿Qué te trae por aquí, Robbie? Ya deberías estar yendo al gran comedor, recuerda que los de primer y segundo año no tienen permitido andar muy tarde.

.- Lo sé, capitán - el más pequeño responde, bajando levemente la mirada ante el rostro amable de Jimin - Pero me envió el profesor Longbottom, quiere que Taehyung vaya a su despacho ahora porque debe hablar con él.

Los ojos del golpeador se fijaron en los de Taehyung en ese momento, preguntándole en silencio sí se esperaba ser llamado por el jefe de casa o algo similar. Por su parte, Taehyung se limita a asentir al más pequeño, murmurando que comprende la información que trae para él y que ya mismo se pone de camino hacia el despacho del profesor, sabiendo que está a unos cuantos pisos de diferencia, en la parte externa del castillo.

.- ¿Quieres que te acompañe, Tae?

La voz de Jimin suena insegura por un instante, algo que no suele notarse en el porte ni hablar seguro del capitán de Gryffindor, pero como Taehyung le conoce muy bien, sabe cuándo la voz del mayor tiembla por miedo a una respuesta. La suya para ese momento, no es más que una sonrisa de disculpa para el mayor porque no puede evitar pensar en el plan de ir a la Torre de Astronomía, como había pensado Jimin.

.- Lo lamento, no podremos ir esta noche a la torre - es todo lo que dice mientras el pasillo comienza a vaciarse de estudiantes, las voces perdiéndose en dirección a la sección de escaleras - No sé para qué quiere verme el profesor Longbottom, pero sabes que suele perderse en lo que dice y...

.- Puedo esperarte afuera, Tae - insiste Jimin, mirándole con los ojos brillantes - No me molesta que no podamos ir a la torre, es lo de menos. Sólo... me gustaría acompañarte.

Taehyung, por supuesto, no puede negarse a eso.

El despacho del profesor Neville Longbottom está contiguo a los invernaderos de Herbología, que se encuentran por debajo de los dos principales campanarios del castillo. Así que Taehyung y Jimin caminan en silencio por el camino destapado en dirección a la oficina del jefe de su casa, sus brazos rozándose mientras caminan al mismo ritmo con la complicidad usual que hay entre ellos desde que se conoce hace seis años.

.- Te espero por aquí - es todo lo que Jimin dice cuando llegan a la pesada puerta de madera oscura del despacho exterior, su cabeza señalando los muros exteriores con un corto movimiento - No te preocupes, seguro es para discutir sobre los E.X.T.A.S.I.S o algo así, a mí me llamó la semana pasada para preguntarme sí estaba seguro de mis elecciones y sí el equipo no me quitaba tiempo para estudiar.

.- No lo sé, no tendría razones para decirme algo así - suspira Taehyung, su mano derecha jugueteando con la figurilla en su bolsillo - No soy parte del equipo de quidditch.

.- Pero eres prefecto - le responde con una sonrisa Jimin, sus manos sacudiendo el polvo inexistente sobre la túnica de su uniforme a la altura de su pecho - El mejor prefecto de todos, así que a lo mejor se trata de eso. No pienses cosas equivocadas.

Taehyung no dice nada más, tan sólo se limita a dejar un beso suave sobre la mejilla del capitán antes de empujar la puerta del despacho, dejando que el calor de la habitación le envolviese de inmediato, sus sentidos nublándose por la infinidad de olores terrosos y florales que inundaban todo el espacio que permanecía iluminado por velas flotantes.

Sus ojos se fijaron de inmediato en las diversas macetas por plantar que había sobre una larga mesa de madera, sus manos repiqueteando sobre el borde mientras observa con atención todo a su alrededor, sin reparar en la verdadera razón por la que había ido ahí y que le mira con una sonrisa desde unos metros más al fondo, divertido por cómo Taehyung parecía ensimismado en su propio mundo.

.- Tu mente es curiosa, Taehyung - Neville Longbottom le dedica una sonrisa desde atrás de su escritorio cuando se gira sobresaltado, el profesor permanece sentado mientras todo el despacho a su alrededor parece haber sido arrasado por una tormenta de tierra y hojas desconocidas, típico del profesor de Herbología - Pero supongo que estás cansado de que te lo diga, ¿no es así?

Taehyung no le responde de inmediato, sus manos atrapando con suavidad una diminuta hada de tonos tornasol que revolotea cerca de algunos libros, sus grandes manos la atrapan en un puño flojo en la que ella se acomoda como si fuese una suave cama mientras camina hacia el escritorio del profesor, donde la deja para que se escondiese entre los pergaminos; silenciosa, pero hermosa ante los ojos de los dos.

.- Asumo que se deben a mis elecciones para los E.X.T.A.S.I.S - es todo lo que dice.

.- Si, he estado organizando citas con todos mis estudiantes de nivel E.X.T.A.S.I.S, Taehyung. Ya sabes, responsabilidad como jefe de la casa Gryffindor - es lo que le responde el hombre, una sonrisa afable en su apuesto rostro - Sin embargo, no es esa la razón por la que necesitaba hablar contigo hoy.

.- ¿Entonces...?

Neville Longbottom se remueve en su asiente, tratando de no verse preocupado ante el rostro confuso de uno de sus mejores estudiantes, uno de aquellos que representan los valores de la casa con total orgullo. Taehyung es un estudiante que aprecia profundamente, principalmente porque fue testigo directo de su empeño y disciplina para convertirse en un mago digno de renombre, tal vez no el mejor ni el que más talento tenía... pero uno bueno y leal.

.- He recibido una carta de tu madre justo hace unas horas - el profesor observa en silencio su gesto de sorpresa - Me pedía que hablara contigo porque no ha recibido respuesta a las cartas que te ha enviado, Taehyung.

A Taehyung le resulta imposible no tensarse ante la mención de su madre por parte del profesor Longbottom. Él también ha recibido correspondencia constante de parte de la lechuza familiar, decenas de cartas en tan sólo unos pocos días de clase, cartas que no ha abierto porque no tiene ánimo alguno de verse involucrado en discusiones innecesarias de una casa a la que no volverá sino hasta dentro de muchos meses.

.- Yo no... no entiendo por qué mi madre ve la necesidad de molestarlo a usted, profesor. Espero pueda disculparla - dice luego de unos minutos rebuscando palabras en su cabeza.

.- No tengo nada que disculpar - responde con una sonrisa amable el hombre de cabello negro y barba levemente sombreada - Pero me temo que debo informarte que tu abuelo ha sido ingresado a San Mungo desde hace tres días, su estado de salud es delicado.

Un sabor extraño se instala en su boca mientras procesa lo que el hombre le está diciendo, trata de imaginarse de forma infructuosa a su abuelo en una cama del hospital mágico, rodeado por medimagos que lo único que harían sería irritar el ya de por sí demasiado inestable humor de su abuelo. No, no puede imaginar a su abuelo de esa forma, menos cuando la última imagen que tiene de él es su cuerpo encogido en una celda sucia y oscura de Azkaban unos años atrás.

.- Comprendo - es lo único que se siente capaz de decir por un breve momento antes de levantar la mirada hacia el profesor - Gracias... por avisarme.

.- Hay algo más, Taehyung - la voz amable del profesor le detiene antes de que pueda comenzar a caminar para salir, los ojos del hombre son cálidos al igual que su tono, pero de alguna forma, Taehyung siente frío sin entender por qué - Tu madre quiere que le informes a Jeon Jungkook, de quinto año de la casa Slytherin.

El profesor no dice nada, sus ojos observando de forma analítica cómo Taehyung desfigura su gesto, incapaz de comprender por qué su madre consideraría una buena idea que Jungkook supiese lo de su abuelo y, mucho menos, por qué de su boca y no por medio de una carta enviada por ella o por parte de su jefe de casa, tal y como ha pasado con él.

Ella lo sabe, sabe que es imposible que Taehyung se lo diga y de poder, no querría.

.- ¿Es... todo?

.- Claro - cede el profesor Longbottom con una sonrisa con algo de lástima - Hablaremos luego de tus elecciones para los E.X.T.A.S.I.S, todavía tenemos tiempo. Ve a cenar y luego a la cama, Taehyung.

Su respuesta es un gracias casi silencioso mientras sale del despacho sin mirar hacia ningún otro lado, su cuerpo tenso mientras no deja de preguntarse qué está pasando en casa y cómo su madre considera que es una buena idea involucrarlo, junto a Jungkook, en ello. Taehyung no sabe nada de su abuelo, no lo ha visto en años y trató de hacer de cuenta que ni siquiera existía desde su condena a Azkaban.

El mundo es mejor de esa forma.

.- ¿Cómo te fue? - la voz de Jimin le abstrae de sus dilemas mentales cuando sale del lugar, su cuerpo temblando ligeramente producto del aire frío fuera del castillo mientras la luna comienza a posicionarse sobre sus cabezas en el oscuro cielo - ¿Todo bien, Tae?

Taehyung se ve incapaz de hablar por un instante, así que sólo es capaz de asentir a su respuesta antes que los brazos del mayor le rodeen con fuerza. Jimin no necesita hacer preguntas, no necesita saber nada más una vez ha notado la mano que el menor guarda en su bolsillo derecho, donde seguramente está repasando con la yema de sus dedos la figurilla de conejo que tanto significa para él.

.- Vamos a cenar, seguramente tienes hambre - dice sobre su cabello, su mano presionando la espalda de Taehyung contra su cuerpo - Luego nos vamos a dormir, ¿te parece?

Taehyung no tiene una respuesta para él, tan sólo deja que Jimin entrelace sus manos y le jale en dirección al castillo, regresando a paso lento mientras se dejan envolver por el silencio de la noche y del lugar. Su mano juguetea con la figurilla dentro de su bolsillo, pensando en aquellas épocas antes de Hogwarts, en todo lo que extraña de ellas y en cómo jamás van a volver a él.

No sabe cómo ni cuándo, tan sólo es consciente de que tiene en su mano su varita de cedro inglés y núcleo de espina del monstruo del río blanco. Frente a él, la pequeña figurilla de un conejo atrapado en medio de un salto, inmortalizado para siempre con el fin de que sus ojos de niño nunca olvidaran los años en los que corrió por el jardín de la casa familiar. Un regalo de tiempo muy viejos, una pequeña muestra de lo que tanto quiso y que ya no tiene.

.- Lapifors.

El hechizo brota de sus labios como un susurro mientras el hilillo de magia verde impacta con la figurilla de madera, el relieve antes tallado convirtiéndose en un grisáceo pelaje, las patas golpeando con el suelo de forma seca mientras las largas orejas se elevaban en busca de sonidos interesantes por el amplio espacio. La nariz de negro brillante moviéndose de un lado al otro de una forma que a Taehyung le apretujo el corazón.

Recuerda a su infancia, al olor del pastel de calabaza de su abuela, el sonido de las ramas quebrándose bajo sus pies y la risa de Jungkook a su alrededor mientras ambos competían por atrapar entre sus brazos a Bunnie, el pequeño conejo de pelaje gris que ambos adoraban sostener y acariciar. Aquel pequeño ser que murió mientras él se escondía en Hogwarts una navidad, sintiéndose incapaz de regresar.

El conejo que Jungkook enterró en soledad.

.- Es bonito... - Jimin le sonríe mientras su pulgar acaricia su mano izquierda, ambos observando al conejo acicalarse sobre el suelo, ajeno a ambos - Debiste haberlo transformado hace mucho.

Taehyung no dice nada, no porque no quiera, sino porque sus ojos han reparado en dos sombras moviéndose en la oscuridad. Llevan túnicas cubriendo hasta sus cabellos, sus rostros sumergidos en la oscuridad mientras la luna revela su camino: brotan desde los límites del bosque prohibido en dirección a Hogwarts y uno de ellos se detiene a sólo unos metros de ambos Gryffindors, mirándole desde la oscuridad que le oculta.

.- ¿Tae? - Jimin alza también los ojos, topándose con la figura a unos metros. Su primer instinto fue sacar su varita en alto, lo brillante de la madera de ébano resplandeciendo bajo la luz de la luna.

Taehyung, sin embargo, mantuvo su varita baja, observando fijamente el contorno de la figura. Sus ojos delinearon su forma, vislumbrando el tono pálido de su piel paso las mangas y un leve destello cuando el brazo se alzo hacia ellos. Una varita larga, de una manera oscura casi negra, brillo ante sus ojos antes de que un pequeño hilillo viajase en su dirección.

Ninguno de los dos tuvo oportunidad de hacer un hechizo de defensa o bloqueo para cuando las llamas estallaron ante sus ojos, el naranja iluminando sus miradas con fuerza mientras el crepitar de la madera inunda sus oídos. El dolor en el pecho de Taehyung se acrecienta cuando, en vez de ser testigo de como su pequeña figurilla se reduce a cenizas negras frente a él, vislumbra los ojos vacíos de emociones de Jeon Jungkook a través de las llamas.

Su cabello oscuro, su piel pálida y su mirada vacía.

Bastó un parpadeo para notar que su sombra desaparecía de nuevo antes de siquiera su hechizo terminar el trabajo.

Holi de nuevo.

Sí, sé que debería estar subiendo capítulos de otras historias, pero es que no saben cómo me brota de rápido todo con esta. Me pongo a escribir y no puedo parar, pero prometo que este fin de semana me pongo juiciosa con las otras.

En todo caso, quería mucho traerles este capítulo porque está centrado en Tae y creo que comienza a desvelar ciertas cosas, dar misterio en otras tantas, pero vamos encarrilando la historia.

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? ¿Lo entendieron fácil o no?

No olviden que sus comentarios son lo más importante y lo que me motiva a seguir aquí, escribiendo mis locuras.

Por cierto, sí... tendremos Vmin como pareja, pero será muy sutil, ¿vale? Así que no se me asusten ni nada. Además, recuerden que todavía es muy pronto para odiar personajes y esas cosas, vamos con calma.

Ahora sí... gracias por todo y perdón por tan poco.

Nos leemos pronto.

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