𝒙𝒊𝒗. 𝖼𝗈𝗇𝖿𝖾𝗌𝗌𝗂𝗈𝗇𝗌, 𝖺𝗋𝗋𝖺𝗇𝗀𝖾𝗆𝖾𝗇𝗍𝗌 𝖺𝗇𝖽 𝖺𝗎𝖼𝗍𝗂𝗈𝗇𝗌
【 CAPITULÓ CATORCE 】
CONFESIONES, ARREGLOS Y SUBASTAS
━━ THOMAS SHELBY estaba perdiendo la puta cabeza.
Por una vez, el gángster no tenía ni idea de qué hacer.
Algo estaba terriblemente mal, podía sentirlo, pero no tenía idea de qué estaba mal y eso lo estaba volviendo loco.
Eda no había sido la misma desde que Garrison reabrió la noche anterior.
Ella pensó que él no se daría cuenta, pero lo hizo.
Mientras ella jugaba a fingir frente a su familia por el resto de la noche, en casa Eda lo evitaba como la peste.
Recurría a dormir en su oficina, solo salía para usar el baño y se iba al trabajo solo si estaba cien por ciento segura de que Thomas no estaba en casa.
No sabía qué había hecho mal para merecer ese trato de Eda, y no solo le cabreaba, sino que lo ponía increíblemente triste.
Eda era su pareja en todos los sentidos de la palabra, y él estaba angustiado sin su presencia, incluso en el poco tiempo que ella se había distanciado, se estaba volviendo desquiciado y irritable.
Pero, por desgracia, había asuntos que atender, así que Thomas reprimió el impulso de derribar la maldita puerta de la oficina, tomar a Eda en sus brazos y no dejarla ir nunca más.
En cambio, pasó por delante de la puerta de su oficina de camino a Garrison, sabiendo que la vería allí para las entrevistas.
Llegó solo unos minutos después que Thomas, se instaló en la cabina junto a John en el cómodo, tan lejos de Thomas como pudo.
El ambiente en la habitación era incómodo, tanto John como Arthur notaron que algo estaba pasando entre la pareja.
Ahora que todos habían llegado, las entrevistas podían comenzar, con Finn enviando hombre inútil tras hombre inútil.
─Siguiente─ Finn gritó, alertando al próximo candidato que era su turno.
Un chico flaco con un bombín se puso de pie y caminó tembloroso hacia la puerta del cómodo.
Thomas levantó la vista de la mesa cuando el chico entró en la habitación, mirándolo cuidadosamente ─De acuerdo─
─¿Nombre?─ dijo Arturo.
─The Digbeth Kid─ El chico tartamudeó.
─¿Dig? ¿Qué eres? ¿Boxeador?─ Arturo se rió.
─Digbeth Kid como Billy The Kid─
John trató de sofocar su risa cuando Thomas comenzó a hablar.
Eda se quedó en silencio, con el rostro desprovisto de emoción.
─Pasas mucho tiempo en el cine, ¿eh?─ Preguntó Thomas ─¿Vez películas de vaqueros? ¿De Tom Mix? ¿Sí?─
Digbeth Kid asintió, moviendo ligeramente su chaqueta para revelar un cinturón de armas.
Arthur y John apuntaron con sus armas al chico, haciendo que Eda resoplara ─No es un arma real, ustedes dos bajen esas armas. Es solo madera pintada─
Digbeth Kid asintió frenéticamente, confirmando la declaración de Eda.
─Déjame verla, eh─ Dijo Thomas, alcanzando la pistola de juguete.
Se rió entre dientes cuando se dio cuenta de que en realidad era falso y apuntó a su familia.
─Bang. Bang─ Apuntó a Arthur fingiendo disparar.
─¡Piush, Piush!─ Arthur fingió disparar su arma hacia Thomas.
─Bang─ Dijo Thomas, pretendiendo dispararle a John esta vez.
John exhaló su puro e inclinó la cabeza hacia atrás, fingiendo que le habían disparado.
Eda solo puso los ojos en blanco, deseando que el día terminara lo antes posible.
─Muy bien. ¿De dónde sacaste la
cartuchera?─ preguntó Thomas, sentándose de nuevo en su silla.
─Mi hermana la hizo con un viejo delantal de herrero. Mi madre cosió la mayor parte. No es mi verdadera mamá, pero...─
─Cumple el papel de madre─ Thomas asintió, mirando rápidamente a Eda ─Y aparte te hizo una cartuchera─
─Muy bien, hijo de mamá. Ahí está la puerta, adiós. Buscamos...─ Arthur trató de decirle al chico que se fuera, pero se quedó en silencio cuando Thomas levantó la mano para detenerlo.
─¿Te han arrestado arrestado?─ Preguntó.
─Sí─
─¿Sí?─
─No─ Digbeth Kid perdió la confianza y negó con la cabeza.
─Eso. Eres el primer candidato que aquí sin un expediente criminal. Arthur, podríamos entregarlo. ¿Sabes que significa?─ Preguntó Thomas.
Digbeth Kid negó con la cabeza.
─El nuevo ministro del Interior quiere combatir, las apuestas ilegales─
─¡Así es!─ John golpeó la mesa.
─Ya era hora─ Arthur señaló, sarcásticamente.
─Y ayudamos a la policía a cumplir su cuota de arrestos suministrando hombres. Para que los arresten. Por tu primer crimen será, una semana en prisión. Te pagaremos cinco libras por tus servicios─ Thomas terminó.
─Sí─ Digbeth Kid asintió emocionado.
─Bien. Escribe tu dirección a Finn al
salir─ Thomas le hizo señas para que se fuera, alcanzando su periódico que estaba tirado en la mesa.
─No se escribir─ Dijo el chico, tímidamente.
─Está bien, cariño. Finn no sabe leer─ Eda sonrió al joven.
─No importa─
Arturo se rió.
─Solo dile donde vives y le enviaremos a alguien─ Thomas interrumpió.
─Si...─
John señaló a Digbeth Kid ─Solo, si el sheriff no te echa del pueblo primero─
John y Arthur se echaron a reír cuando el pobre chico salió de la habitación.
─No sé, Tom. Los chicos de hoy...─ Arthur comenzó a leer su periódico de nuevo.
─No pelearon, son diferentes. Siguen siendo niños─ Thomas respondió.
A Eda se le cortó la respiración, necesitaba salir de allí ─Si me permiten muchachos, debo irme─
Prácticamente salió corriendo del cómodo, cerrando la puerta detrás de ella.
John miró a Thomas, quien no hizo ningún movimiento para ir tras su dama.
─¿A que se debió todo eso?─
─No tengo idea, John Boy─ Thomas se encogió de hombros.
John entrecerró los ojos con sospecha ─¿Qué hiciste?─
Thomas dejó su periódico y miró a su
hermano ─Por primera vez, en realidad no lo
sé─ Se pasó la mano por la cara con pura frustración ─Ella no me habla, duerme en su oficina y no come─
─¿Le has preguntado a Polly? Eda le cuenta todo─ Sugirió Arthur.
─Polly todavía no quiere hablar con ninguno de nosotros. Además, Polly no estaba allí anoche cuando llegaron James y Marck. Eda estaba completamente bien antes de hablar con
ellos─ Thomas negó con la cabeza.
─¿Por qué no le preguntas a James
entonces?─ John agregó, tratando de ocultar sus preocupaciones.
Thomas asintió ─Mierda─ Dijo, saltando y agarrando apresuradamente su abrigo, saliendo corriendo de Garrison en busca de su dama.
Eda estaba por llegar a casa cuando escuchó que alguien gritaba detrás de ella.
Aceleró el paso, tenía la sensación de que era Thomas, pero se detuvo cuando él la alcanzó.
Thomas saltó frente a ella, bloqueando todas las rutas para que Eda no escapara.
─Eda, amor, ¿qué pasa?─ Thomas preguntó desesperadamente, agarrando los brazos de su dama para que no pudiera escapar.
─Déjame ir, Thomas. Ahora─ Eda luchó, tratando de liberarse de su agarre, pero él la sujetó con fuerza.
─No hasta que me digas qué está mal. Solo dime lo que hice, amor, para que pueda arreglarlo. Te amo. Eda─ Suplicó, con sus ojos azules brillando con tristeza y desesperación.
Lo último que esperaba Thomas era que Eda comenzara a sollozar.
─No lo sabía, Thomas. Te juro que no lo
sabía─ Ella colapsó en sus brazos, aferrándose a su pecho.
Thomas la abrazó con fuerza, aliviado de que por una vez él no había sido la causa de sus problemas.
─Vámonos a casa, amor. Podemos hablar allí, ¿eh?─
Eda asintió y permitió que Thomas la llevara a su casa en silencio.
Una vez que estuvieron adentro, Eda permitió que Thomas la ayudara a quitarse el abrigo como lo hacían normalmente, y en silencio se dirigió al sofá.
Thomas la observó y después de quitarse el abrigo y la pistola, se sentó junto a ella, dejando más espacio del que normalmente dejaría entre ellos.
─No soy quien crees que soy─ Eda negó con la cabeza y empezó a llorar de nuevo.
─¿Qué quieres decir con eso?─ Thomas mantuvo la distancia entre ellos.
─Te he llevado a tu muerte y ni siquiera lo
sabía─ Se cubrió la cara con las manos, dándose cuenta de la gravedad de la situación.
Le había mentido a Thomas durante más de dos años y no tenía ni idea.
Ahora, ella estaba embarazada de su hijo o hija, enamorada de él y estaba atrapada entre elegirlo a él o a su primogenitura.
Eda no tenía idea de qué hacer y eso la estaba volviendo loca.
─Eda, amor, háblame─ Thomas le quitó suavemente las manos de la cara y levantó la cabeza para mirarlo ─Pase lo que pase, podemos arreglarlo. Somos tú y yo contra el mundo, ¿verdad?─
─Mi familia te ha engañado. Han mentido durante toda nuestra relación, sobre todo─ Eda volvió a llorar suavemente mientras el rostro de Tommy se endurecía
─¿Qué está pasando, Eda?─ Espetó Thomas, el amor y el afecto en su voz se habían ido.
Eda respiró hondo, acunando su creciente bulto de bebé para consolarla ─Mi padre comenzó todo. Él fue quien te avisó sobre la carrera en Digbeth─ Levantó la vista para ver su reacción.
Thomas se quedó en silencio esperando que ella continuara.
─Él planeó toda nuestra relación, planeó cada movimiento...hasta el bebé. Pensó que había descubierto lo que habías planeado todo el tiempo, por lo que fingió apoyar nuestra relación. Pensó que estaba fingiendo mis sentimientos por ti. Quiere que me deshaga del bebé y que luego lo ayude a deshacerse de ti─ Eda rompió a llorar nuevamente mientras Thomas permanecía en silencio, asimilando la información.
─¿Y tu qué quieres?─ Su tono fue tan frío que asustó a Eda.
─¡Te quiero, Thomas! Te quiero a ti ya nuestro bebé, eso es todo lo que quiero─ Ella respiró hondo ─Me está haciendo elegir entre el legado de los King y tú─
Thomas asintió, todavía vacío de
emoción ─¿Sabías acerca de su plan todo el tiempo?─
Eda negó furiosamente con la cabeza ─No. Te lo juro, Thomas, no lo hice. Te amo─ Ella tomó su mano, sintiéndose esperanzada cuando él no la apartó.
─¿Qué vas a hacer?─ Preguntó, mirando a su dama.
─No te preocupes por mí, amor. Él va a hacer que te maten─ Suplicó Eda.
─Tenemos que mantenerte a salvo, no te preocupes por mí─
─No, cariño. Necesito preocuparme por ti. Nuestro hijo y tú son mi primera prioridad─
Thomas finalmente la atrajo hacia sus brazos, relajándose un poco mientras ella se derretía en su abrazo.
─No te voy a dejar─ Dijo Eda con firmeza ─A la mierda ser la líder de los King aún así sigo siendo parte─ Miró a los ojos de su amante con tanto amor y adoración.
─Resolveremos esto, amor. No te dejaré ir sin pelear─ Thomas inclinó su barbilla hacia arriba, finalmente capturando sus labios con los suyos.
Eda sonrió en el beso y envolvió sus brazos alrededor de su cuello, acercándolo lo más posible con su golpe en el camino.
Thomas resopló ─Terminaremos con esto de una vez por todas─
Después de resolver sus problemas y formar un plan, la pareja decidió reunirse nuevamente con Arthur y John para visitar a Polly.
Thomas agarró con fuerza la mano de Eda, sintiendo que si aflojaba su agarre, ella se alejaría de él nuevamente.
Caminaban un poco detrás de sus hermanos, riéndose mientras los hombres adultos jugaban a los vaqueros en la calle, fingiendo dispararse entre ellos.
─¡Corran por sus vidas! ¡Es Digbeth
Kid!─ Gritó Arthur irrumpiendo a través de la puerta de la casa de Polly.
─¡Salva al pueblo o te vuelo los putos
sesos!─ Gritó John.
─¡Se acabó el tiempo! ¡Piush!─ Dijo Arthur.
John corrió detrás de Arthur, congelándose una vez que se dio cuenta de que había un extraño en el comedor con Polly.
─Estás muerto. Al suelo. ¡John!─ Arthur gritó, sin darse cuenta de que había compañía.
Arthur miró lentamente a Michael de arriba abajo antes de guardar tímidamente su arma.
Thomas y Eda sonrieron al reconocer al chico.
─Bien, Polly─ Arthur tosió ─¿Quién es él?─
─Caballeros, el es su primo─ Thomas se aclaró la garganta ─El hijo de Polly, Michael─
Michael miró tímidamente a los Shelby mayores, luciendo muy fuera de lugar al lado de los gánsteres.
Michael estrechó las manos de Arthur y
John ─Mucho gusto─
─John─
─Yo soy Arthur. Ya me conoces. Te arrojaba por la ventana para que John te atrapara─ Arthur se presentó.
─Yo, te metía en una caja de zapatos y pateaba por la calle─ Añadió John.
─Estarás feliz de volver─ Eda sonrió.
Michael se rió ─No recuerdo nada de eso. Solo recuerdo el día que me llevaron─
Polly suspiró y abrazó a su hijo, los demás sonrieron por la reunión.
─Bueno, ya estás aquí, hijo. Bienvenido a la familia Shelby─ Thomas palmeó el hombro de Michael.
─Después te pondremos al tanto─ Dijo Arthur.
─Sí y te diremos que hacer─ John continuó.
─Déjenlo en paz por ahora─ Thomas pasó junto a Michael y Polly e hizo un gesto a los demás para que lo siguieran ─Vamos muchachos, Dada─
─Lindo traje─ Arthur se rió mientras salían de la habitación.
─Parecen agradables─
─Alfie, necesito hablar contigo─ Dijo Eda, irrumpiendo en la oficina de su primo, cerrando la puerta detrás de ella, deteniendo momentáneamente la contratación de los hombres de Thomas.
─Estamos en medio de algo Eda, ¿no puede esperar?─ Alfie ni siquiera la miró, seguía llenando papeles.
─No─ Le arrancó de la mano el papel en el que estaba trabajando, lo que hizo que volviera su atención hacia su prima más joven.
─Sabes, tu padre me llamó el otro día. Escuché que las felicitaciones están en orden─ Alfie se rió entre dientes.
─Cállate, Alfie. Estoy seguro de que lo sabías antes que él. Sé que tienes contactos en Birmingham─ Eda puso los ojos en blanco.
Se encogió de hombros ─Tal vez lo sabía, tal vez no. ¿Quién puede decirlo?─
─Hablo en serio, Alfie. ¿Qué más te dijo?─ Dijo Eda con urgencia.
Si su padre había estado en contacto con Darby Sabini, definitivamente ya estaba en contacto con su sobrino.
─Oh, nada fuera de lo común. Solo hablaba y hablaba sobre cómo debería traicionarte y ayudarlo. La mierda habitual─
─¿Y que dijiste tu?─ Preguntó Eda.
Necesitaba saber dónde yacía su lealtad.
─Sabes cómo trabajo, querida. Trabajo con quien me ofrece el mejor trato. En este momento, ese es Thomas. Mantenlo así y no tendremos ningún problema─ Alfie volvió a sus papeles ─¡Siguiente muchacho!─
─Bien, muchachos. Todos fueron contratados como panaderos en la Compañía de Aireado de Camden Town. Si alguien pregunta, es oficio. Son panaderos. La policía de Camden Town está de nuestro lado, pero al norte o sur, muestren su identificación─ Thomas señaló los papeles que Alfie les dio a los hombres cuando entraron en su oficina antes ─Dígan que vienen del norte a buscar empleo, romper huelgas. Dígan que son fascistas de ser necesario. Estamos buscándoles alojamiento, pero por ahora dormirán en la panadería. Pero no toquen el pan, porque podría explotar. ¿Alguna pregunta? ─Thomas terminó.
Un hombre en el frente levantó la mano.
─Sí─
─No he visto ni un solo pan─ Hizo una broma que hizo reír a todos los hombres a su alrededor.
Thomas, Alfie y Eda no quedaron impresionados.
Thomas miró hacia donde Alfie y Eda estaban apoyados contra la pared.
Alfie le hizo un gesto a Eda para que se encargara de esto y ella refunfuñó molesta, sosteniendo su barriga mientras se movía para pararse frente al hombre.
Se rió mientras miraba a la mujer embarazada, sin creer que ella pudiera causar algún daño.
Eda sonrió y sacó su arma, golpeando con fuerza al hombre a su lado con la culata del arma, el hombre gritando de dolor mientras caía al suelo.
─Se despertará─ Eda se encogió de hombros.
─Claro que lo hará sin dientes, pero será un hombre más sabio─ Añadió Alfie, poniéndose al lado de Eda ─Y lo último que recordará será tu
bromita. ¿Cierto?─
Alfie esperó un momento antes de comenzar a gritar, asustando efectivamente a los hombres para que se comportaran. ─¡Bien! Aquí tenemos reglas, ¿sí?, aquí tenemos reglas por una buena razón. Que simplemente deben obedecer. ¿Entienden? Regla número uno. ¡La diferencia entre pan y ron, no se cuestiona! Regla número dos. ¡Cualquier situación que su oficial superior les ordené o cualquier otro de sus oficiales superiores les ordené que hagan! ¿sí? ¡No se discute! Regla número tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve. No interesa...Por el resto de sus jodidas y miserables vidas de mierda, ¿sí? Porque ustedes me agradan y también porque soy un absoluto sodomita. A las mujeres judías, y esta mujer de aquí─ Alfie señaló a Eda ─No se les deben de acercar porque están fuera de su puto menú. Creo que eso es todo─ Alfie se colocó frente al hombre de Thomas, Billy Kitchen, tarareando mientras lo miraba.
Alfie luego se volvió hacia el hombre que Eda puso en el suelo, asintiendo con la cabeza.
─Eso es todo entonces. Y disculpen, la interrupción─ Caminó de regreso a la pared en la que estaba apoyado anteriormente, dejando que Thomas continuara.
─Levántenlo─ Thomas señaló al hombre en el suelo, algunos de los panaderos se movieron para hacer lo que dijo.
Thomas le susurró a Billy Kitchen ─Sáquenlo de aquí. Y haz que esto funcione─
─¡Que están esperando!─ Billy gritó ─¡Se supone que son soldados! ¡Son una desgracia!
¡Salgan!─ Billy siguió a los hombres y los puso a trabajar.
─Ella te va a echar, a ti, amor─
─No sería la primera vez, ¿verdad?─ Thomas se rió entre dientes, ayudando a Eda a salir del auto frente a la casa de Ada en Londres.
Thomas abrió la puerta con la llave que guardaba y siguió a Eda, cerrando suavemente la puerta detrás de ellos.
Eda se rió cuando vio a Ada de pie en la sala de estar con un arma apuntándoles.
─¿Tienes, una llave?─ Ada dijo con incredulidad hacia su hermano.
─Guarde un duplicado─ Thomas se encogió de hombros.
─Dámela─ Espetó Ada, manteniendo el arma en alto.
Eda se acomodó en la única silla de la habitación, evitando las muchas cajas en el suelo.
Thomas dejó la llave sobre la mesita y Ada finalmente dejó el arma y le arrebató la llave antes de que él pudiera retirarla.
─Hace falta pintar, ¿no?─ Thomas miró alrededor de la monótona habitación.
─Sí. Cuando yo lo decida─ Ada suspiró, sentándose en otra silla ─¿Y qué es lo que quieres, Tommy?─
─Solo, pase a saludar─
Eda y Ada comenzaron a reírse.
─Tommy Shelby no va a ninguna parte sin razón─ Ada se cruzó de brazos.
Thomas suspiró ─Bien. Quedan ochocientas libras en el fondo patrimonial familiar, y necesito que alguien busque propiedades idóneas─
─¿Para alquilarlas?─ Ada cuestionó.
─Sí─ Thomas asintió.
─¿A personas pobres?─ Ella añadió ─Diez en un cuarto. Sin reparaciones, ni agua. Y si se quejan, envías a Arthur y a los muchachos. Le doy consejos a la biblioteca. A familias que echan a la calle. Combatimos hombres como tú─
Thomas asintió y frunció los labios, comenzando a levantarse ─Bueno, en fin, solo pase por aquí─
─Thomas, siéntate─ Espetó Eda.
Thomas puso los ojos en blanco pero obedeció a su dama.
─Ada, eso no es todo lo que queríamos
decirte─ Eda sonrió a su amiga ─A la luz de...los acontecimientos recientes, Thomas y yo decidimos que queríamos que fueras la madrina del bebé. Nos dimos cuenta de que algo nos podía pasar a cualquiera de nosotros en cualquier momento y queríamos asegurarnos de que él estuviera con alguien en quien pudiéramos confiar, y no confiamos en nadie más que en ti─
Ada tomó a su amiga en un abrazo ─Por supuesto, Eda. Sería un honor, querida─
A pesar de su molestia con su hermano, Ada también abrazó a Thomas.
─Bueno, realmente deberíamos irnos. Gracias por el té─ Dijo Thomas, sacando a Eda.
─Tommy─ Llamó Ada, él se detuvo, esperando que continuara ─Siempre hay hombres afuera vigilando la casa─
─Sí. Mafiosos de la peor clase. Pero es para que estes a salvo─ Dijo Thomas.
─No, hay otros. Parecen policías─ Ada negó con la cabeza
─Pues, están de tu lado─
─No estoy de lado de nadie─ Ada suspiró.
─Ada. Sí, estas. Enserio, si nadie estuviera vigilando la casa, no podría dormir─ Thomas dijo con firmeza ─Hasta luego─ Suspiró, cerrando la puerta detrás de él y Eda.
─Debe ser importante para interrumpir mis vacaciones─ Espetó Polly mientras entraba a la tienda de apuestas donde el resto de la familia ya estaba reunida.
─¿Dónde está Michael?─ Preguntó Arthur.
─En la trastienda. Solo lo traje porque después iremos al museo─ Dijo Polly, dejando sus cosas sobre un escritorio.
─El quería entrar a saludar─ John Se rió.
─Cállate, John. No hay nada que le interese a Michael aquí─ Polly espetó y señaló a
John ─Tommy, termina con esto─ Dijo en un tono más suave.
─Anoche, uno de nuestros hombres fue degollado en Winson Green. Esta mañana, recibí un telegrama que decía que fue orden de
Sabini─ Thomas habló desde detrás de la silla en la que estaba sentada Eda, con una mano apoyada en su barriga con tristeza mientras lloraba por el pobre Digbeth Kid.
─Y dice que Thomas Shelby es el
siguiente─ Arthur agregó, rompiendo el telegrama.
─Si no ofrecemos protección en la prisión, nadie trabajará para nosotros. Sabini lo sabe. Así qué hay que poner orden en Green. Scudboat elige un compañero, rompan un par de ventanas y hágan que los arresten. Nuestros policías los llevarán a Green y buscarán al bastardo responsable─ Dijo Thomas.
─En ves de romper ventanas, ¿puedo robar un auto?─ Preguntó Scudboat, haciendo reír al
resto ─¿Qué? Ya todos tienen un auto. Yo ando en burro─
─De acuerdo. Solo hagan que los
arresten─ Thomas suspiró ─No importa cómo. Y antes de que se rían, un muchacho murió. Era un niño. Abriremos un fondo para su familia, Polly─
─De acuerdo─ Polly asintió ─¿Entonces es todo? ¿Ya me puedo ir?─
─Como la tesorera de la compañía, necesito tu permiso para gastar mil guineas─ Dijo Thomas.
─¿En que?─
─En caballo─
─¿Mil guineas en un caballo?─ Polly se burló.
─Así es─ Thomas asintió
─¿Cuándo lo decidieron?─ Ella preguntó.
─Estuviste ocupada, con Michael─ Thomas se encogió de hombros.
─Oh, por Dios y ante la ausencia de sentido común, tuvieron una idea. Se supone que tú eres la inteligente─ Polly señaló a Eda, quien solo se encogió de hombros.
─Polly, se trata de un cuarto de milla árabe pura sangre que subastaran en Doncaster Blood Stock─ Thomas habló.
─¿Para qué quieres un caballo de mil guineas?─
─En el momento en el que ataquemos las pistas de Sabini, cualquier hombre cerca de la zona de apuestas será arrestado por los policías que soborna. Un buen caballo es el pasaporte a la zona de propietarios─ Él explicó.
─Si nos mezclamos con los señoritos─ Arthur sonrió ─La policía no sabrá dónde buscar─
─En el Epsom Derby, Polly. Beberemos codo a codo con el rey─ John vitoreó.
Thomas miró a Eda rápidamente, esos no eran los únicos planes para el Día del Derby.
─¿El Derby?─ preguntó Polly en estado de
shock ─¿Dijiste el Derby?─
Thomas se aclaró la garganta ─Así es. Durante diez años, Sabini lo monopolizó. Si lo vamos a vencer, tiene que ser allí, es simbólico─
─¿Se les ocurrió esta idea en el pub de
cáusalo?─ Espetó Polly.
─Polly, un buen caballo es una inversión, como una propiedad. Hay que diversificar nuestro portafolio─ Dijo Thomas, tratando de que Polly confiara en él.
─¿Y cuándo es la subasta?─
─Será mañana─
─Amenazaron de muerte a Tommy, tenemos que acompañarlo para protegerlo─ Dijo Arthur.
─Entonces, piensan cerrar el negocio, para largarse a gastar mil guineas en un caballo que no es ni de milla─ Preguntó Polly.
Curly habló desde su asiento al lado de Charlie. ─¡Que sea de un cuarto es mejor! Cuarto de milla, significa─
─Curly, no hables─ Polly interrumpió haciendo que Eda la mirara.
Los pasos distrajeron al grupo cuando Michael Gray se adentró más en la habitación, tratando de unirse a ellos
─No te dije que cerraras la puerta─ Polly le dijo a John.
─Lo hizo─ Michael defendió a su primo ─Usé la otra llave. Oye, lo escuché todo. Quiero ir con ellos─
─¿Lo ven?─ Polly levantó las manos en el aire con ira.
─Me encantan los caballos. Ayudare a la
familia─ Michael rogó.
─Sobre mi cadáver─ Espetó Polly.
─Créeme estaré bien, mamá─ Dijo Michael.
Los ojos de Polly se llenaron de lágrimas cuando la llamó mamá por primera vez.
─He ido a muchas subastas de caballos antes con mi tío. Son muy elegantes. Los hombres llevan mayordomos─
─Sí, y a sus esposas petulantes─ Arthur se rió, tomando un trago de whisky.
─Y a sus amantes─ Dijo John dando un ligero golpe en el costado de Michael.
─Deja que vaya, Polly. Solo compramos el caballo y volvemos─ Dijo Arthur.
─Y lo devuelvo en la casa de Sutton antes de anochecer─ Añadió John.
─No. Olvídenlo─ Polly negó con la cabeza con firmeza.
Michael asintió y salió de la habitación, tirando algunos papeles de un escritorio al salir.
─Muy bien, es todo. A trabajar.
Adelante─ Thomas concluyó la reunión, mientras todos se dispersaban.
─Thomas, ¿por qué tuve que venir a la
subasta?─ Eda gimió, apoyándose en su hombro mientras conducía el auto, el resto de los chicos en la parte de atrás.
─Estás loca si pensaste que te dejaría sola. Todavía no sabemos qué hará tu padre. Estás a salvo si estamos juntos─ Dijo Thomas, envolviendo un brazo alrededor de sus hombros.
─Puedo cuidar de mí misma, Tom─ Eda suspiró.
─No solo me preocupas tú, amor. No puedes olvidar que también tienes a nuestro hijo─ Dijo con firmeza ─Mierda─ Thomas se detuvo cuando el motor empezó a echar humo.
Saltó del asiento del conductor y abrió la parte trasera de la camioneta.
─Se calentó el motor, Curly. Revísalo─
─Sí─ Curly respondió y salió de la camioneta.
─Voy a salir a orinar─ Charlie gimió, siguiendo a Curly.
Michael comenzó a desempacar la bolsa a su lado, sacando un sándwich mientras Arthur lo observaba.
─Hizo muchos. ¿Quieren uno?─ Preguntó.
─¿Qué demonios es eso?─ Preguntó Arthur
─Sándwiches. De jamón. Y también hay de paté de camarón. También hay té. Pero habrá que turnarnos porque solo hay una taza─ Michael divagó.
Arthur y John solo lo miraron con asombro.
─¿Qué?─
─¿Sándwiches? ¿Polly hizo
sándwiches?─ Preguntó Arthur de nuevo.
Thomas y Eda se rieron cuando se unieron a ellos.
─¿Qué es esto? ¿El picnic de su bebé?─ Charlie se rió.
─Escuchen. Beberemos té, comeremos sándwiches. Y luego continuaremos. ¿Entendido? No tires migajas, Charlie─ Thomas palmeó a su tío en la espalda y se alejó con Eda, ayudándola a volver al auto.
─Amigos, este es un evento de gente
respetable─ Dijo Thomas con seriedad.
─No contigo alrededor, amor─ Bromeó Eda, haciendo que Thomas rodara los ojos divertidamente.
─Todos deben comportarse como tal. Sin armas y sin beber. John, nos mantendremos juntos. Cuando salga nuestro caballo, haré las pujas. Ya le mostré mi interés a el subastador y estará esperando mis pujas─ Thomas continuó mientras él y Eda subían las escaleras hacia la subasta.
─¿Tu crees, que me dejen tocarlo,
Tommy?─ Curly preguntó
─Tenemos el reporte del veterinario. Pero revísalo cuando camine─ Thomas respondió.
─Es que tengo un mal presentimiento. Algo no anda bien─ Curly continuó.
─Tranquilo, Curly. Solo un lugar desconocido. Todos lo tenemos─ Thomas trató de tranquilizar al hombre.
Thomas los condujo a un área justo detrás de la cerca donde podían ver claramente a los caballos.
Eda se paró frente a Thomas con sus brazos sosteniendo con fuerza su estómago, John y Arthur a ambos lados de la pareja.
Eda levantó la vista de los caballos para ver a una mujer mirándolos desde el otro lado del balcón, más específicamente a Thomas.
Trató de no dejar que la molestara, pero la mirada de la mujer era implacable y la mujer embarazada estaba empezando a enfadarse mucho.
Se recostó aún más en los brazos de su pareja, suspirando mientras él apretaba su agarre alrededor de ella, frotando su estómago con cariño.
Eda miró a la mujer al otro lado del camino, sonriendo mientras sus mejillas se enrojecían de vergüenza por haber sido atrapada mirando a un hombre con pareja.
─Morals of Marcus, semental Sedgemenere, hijo de Tetrach y de Lady Josephine. Comenzaremos la puja en ochocientas guineas─ El subastador llamó al siguiente caballo
─Listo, Tommy. Es estaella─ Charlie dijo al oído de Thomas.
Thomas se inclinó hacia adelante alrededor de Eda, poniendo una mano en la barandilla y manteniendo la otra sobre su estómago.
─¿Oímos ochocientas guineas? ¿Ocho
cincuenta?─ El subastador llamó a Thomas quien asintió con la cabeza ─¿Ocho-cincuenta? ¿Escucho nueve? ¿Escucho nueve? ¿Nueve, estoy ofertado?─
Eda entrecerró los ojos cuando la misma mujer de antes comenzó a mirar a su novio nuevamente, antes de hablar en voz baja con un hombre a su lado.
─¿Mil setecientas?─ El subastador volvió a llamar a lo que Thomas siguió pujando.
Eda siguió mirando a la mujer mientras el hombre continuaba desafiando a Thomas en la oferta, y la mujer no apartaba la mirada de su caballero.
─Basta Tommy, tienes que parar─ Charlie susurró de nuevo cuando la oferta superó las dos mil guineas.
─No lo tienes tanto dinero─ Dijo Arthur.
─Sí, tengo. Comprare ese caballo─ Thomas dijo con firmeza.
─Cariño, sé que no te gusta que te desafíen, pero esto no vale la pena─ Eda susurró, todavía lanzando puñales a la mujer
─Es una belleza, pero detente. Te digo que siento que algo anda mal─ Curly volvió a suplicar.
Eda se relajó cuando el hombre se retiró de la oferta, dejando que Thomas ganara y evitando que gastara más dinero innecesario.
─Vendida al señor...─ el subastador se apagó.
─Thomas Shelby─
Thomas sostuvo la espalda de Eda mientras conducían al grupo fuera de la subasta hasta donde Thomas podía pagar el caballo, los ojos de la mujer seguían cada uno de sus movimientos.
Siguieron caminando hasta llegar a los registros de vendidos, donde los atendieron al instante.
─A la propiedad del Sr. Charles Strong. En Small Heath. ¿Qué clase de propiedad?─ Preguntó el subastador.
─Un embarcadero─ Thomas respondió.
─¿De Yates?─
Eda tuvo que contener la risa cuando el subastadores preguntó.
─De barcazas─ Thomas se encogió de hombros.
─Por curiosidad. ¿Cuál es su negocio, Sr.
Shelby?─ Preguntó.
─Importación y exportación─ Thomas respondió rápidamente, tomando el papeleo del
subastador ─También vendo broches y leo la fortuna─
Eda se rió de la cara confusa del hombre cuando se reunieron con los demás en el pasillo.
─Ganó la subasta─
Eda se giró bruscamente ante la voz femenina.
Ella sonrió ante la mirada molesta en el rostro de su amante mientras miraban a la mujer de antes.
─¿Enserio?─ Se encogió de hombros.
─Quería una yegua para mi semental─
─Lo siento─ Dijo, sin sonar arrepentido en absoluto.
─Thomas Shelby, ¿de dónde?─ La mujer preguntó.
─De Birmingham─
─Es lindo─ La mujer jadeó levemente.
─No, no mucho─ Interrumpió Eda.
─Esta es mi esposa, Eda─ Thomas presentó, haciendo que Eda sonriera por el hecho de que mantuvo la broma de Cheltenham de que estaban casados.
Parecía que había pasado tanto tiempo.
─May Carleton. Crío y los entreno caballos de carreras. ¿A qué se dedica?─ Ella les estrechó la mano a ambos, su confianza vaciló cuando Thomas dijo que estaba casado.
─Él no responde preguntas, eso es lo que
hace─ Eda le envió a May una sonrisa falsa.
─¡Tommy, Eda! ¡De prisa! ¡Tenemos que
irnos!─ Gritó Arthur, haciendo que John se doblara de la risa.
─Antes de irse, si quiere vender esa yegua, estoy interesará─ Dijo May.
─Quiero que corra─ Thomas respondió.
─¿Tiene entrenador?─ Preguntó May.
─Uno grande─ Eda sonrió falsamente de nuevo, esperando que May entendiera el mensaje.
Por desgracia, no lo hizo cuando le dio a Thomas su tarjeta.
─¡Tommy! ¡Hay que devolver al chico antes de que anochezca o Polly te cortará las bolas!─ John llamó esta vez.
─¡Eso es cierto!─ Añadió Arthur.
─Mi padre es amigo de Mick Hancock. Entrenó a tres campeones de Ascot─ Mayo sonrió.
─Oh, ¿así que ese era tu padre?─ Dijo Eda.
─Sí. También es nuestro semental. Heredó su participación cuando mi esposo murió─
─¡Tommy! ¡Tenemos que volver a la caravana! ¡Eda! ¡Haz que se mueva! ¡Las gallinas tienen hambre!─ Arthur siguió gritando.
Eda se rió cuando Thomas resopló ante la mención de las gallinas.
─Entonces, ¿va considérame?─ May le preguntó a Thomas.
─Desafortunadamente, ya tenemos un entrenador. Pero estoy seguro de que tienes muchas otras oportunidades de empleo─ Dijo Eda ─Ahora, si nos disculpan─ Condujo a Thomas de regreso con los demás mientras May observaba molesta.
─Vaya, ya era hora─ Arthur se rió la desesperación de la mujer cuando empezaron caminando de regreso a las caravanas.
─Es la verdad, amigos. Las mujeres ricas hoy, solo buscan hombres de la clase trabajadora─
John rompió abajo en la risa.
─¡Oye!─ Eda gritó, haciendo que los hombres se callaran ─No me preocuparía que Polly te cortara tus pelotas, Thomas. Soy yo de quien deberías preocuparte─ Eda amenazó.
─Tommy, tal vez ella era la fuente de mi mal presentimiento─ Curly gimió mientras caminaban hacia el área donde se mostraban los caballos.
─¡Ah, yo no le vi nada de malo, Curly!─ John se rió
─Todos sus hombres están muertos, alguien le disparó a todos sus oficiales─ Dijo Arthur.
─¡Sí, nosotros!─ Añadió John.
─Todo lo que diré es que tiene contactos en el mundo de las carreras─ Thomas agregó, haciendo una mueca cuando Eda lo golpeó.
─¿Pueden dejar de pensar con sus pollas por una vez?─ Ella se burló.
─Michael. Tu conduce ─ Thomas le tiró las llaves a su primo.
─¿Thomas Shelby?─ Un hombre con una gabardina y un sombrero saltó de una silla y apuntó con un arma a Thomas y Eda.
Arthur entró en acción levantando la mano del hombre hacia el techo mientras disparaba el arma, dándole un cabezazo y empujándolo hacia el grupo.
Thomas saltó frente a Eda y la tiró al suelo debajo de él, protegiéndola a ella y al bebé de cualquier daño.
─¡Tommy! ¡Al suelo! ¡Al suelo!─ John gritó, disparando a otro hombre que apareció.
Arthur todavía estaba luchando contra el primer hombre.
Tommy sacó su arma, girando en círculos mientras buscaba cualquier otra amenaza potencial
─¿Buscas a Tommy Shelby? Yo soy su hermano hijo de puta─ Arthur gritó mientras continuaba golpeando al primer hombre.
─¡Arthur!─ Los demás gritaron repetidamente su nombre, pero Arthur no escuchó y siguió golpeando al hombre a pesar de que ya estaba noqueado.
Finalmente, Thomas pudo sacar a Arthur de un mordisco mientras mordía un trozo de piel del hombre y se lo escupía.
Eda permaneció en el suelo, acunando su estómago.
Michael corrió y con cuidado la ayudó a levantarse del suelo, Eda le agradeció.
─¡Está vivo!─ Tommy revisó el pulso del
hombre ─Que el chico no se manche─ Empujó a Michael más atrás ─Michael, tú no viste nada. Esto no paso. ¿Si? Dame las llaves─ Tommy le tendió la mano expectante, pero Michael no se movió.
─Puedo conducir─ Dijo Michael.
─Bien. Vámonos. Vámonos─ Thomas empujó a Michael hacia la puerta para hacer girar la furgoneta.
─¡Tommy, el otro se fugó! ¡Vámonos de aquí rápido!─ John llamó a Charlie y Curly arrastrando a Arthur por la puerta.
─Bienvenido a la familia, chico─ Eda le dijo a Michael mientras él la ayudaba a subir a la camioneta.
PRÓXIMAMENTE GRAPHICS AREA
DESEOS INFAMES, JUGAR CON FLAMAS ROJAS, AHORA ES EL SUEÑO EL QUE ARDE.
OPA !!
Les traigo otro capítulo, el catorce, definitivamente subiré uno por semana, bueno, por ahora por que se acerca un maratón necesario.
Bueno ya les dije todo lo que tenían que saber, así que eso es todo por hoy.
Me disculpo si ven errores de ortografía. En fin.
No olviden votar, digan no a los lectores fantasmas —
(Abierta a recomendaciones)
NOS VEMOS !
-Atte: Dixsway♡
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