🌸𝙇𝙤𝙨𝙩 𝙄𝙣 𝙅𝙖𝙥𝙖𝙣🌸 ¡Capítulo especial 1K!

En verdad, muchas gracias por el apoyo que le dan a esta historia, con sólo sus vistas me son más que suficiente para comprobar que les gusta lo que escribo, ¿de qué otra manera hubiéramos llegado hasta aquí? ¡y eso me motiva mucho! Se merecen este capítulo 💕 lo hice con mucho amor para todos mis chocolatitos aquí presentes.

¡Abajo les dejaré un regalo! La imagen de arriba la pueden tomar como wallpaper, está abajo, sin las letras. Es un dibujo que hice ^^.

Este capítulo es canon, pero no afectará a la historia de ninguna manera ni su seguimiento.

⋘ ──── ∗ ⋅☾⋅ ∗ ──── ⋙



Estos días han sido de la mierda, no sólo por el hecho de ser la "normalidad" a la que estoy acostumbrado, sino porque me hallo encerrado en una crisis que ni siquiera debería existir en mi mente, con cada semana, día, hora que se acerque el día que la Diosa Luna nos haga los honores de enviar a nuestra pareja de toda la vida, las preguntas e inseguridades inundan mi mente, como una gran ola volcando el pequeño navío de algún desafortunado pesquero que se atrevió a zarpar en marea alta, me encuentro en medio de la tormenta. Hace pocos días quise alejar estas inseguridades, sin embargo, solo estaba negando lo que me hacía sentir mal con pensar que se volvería una realidad. Cada noche, Reaper ha estado apareciendo en nuestro punto de encuentro, en ese precioso valle a la luz de una luna que nos observaba como una ventana abierta, esperando el momento para tal vez escapar por ella y olvidarnos de nuestros propios problemas, sólo él y yo. Pero, nuestras propias cadenas nos impedían hacerlo. Sentía que me ahogaba, porque no sabía qué era correcto y qué no, llegando incluso a hundirme en mí mismo, pensando incluso por horas mientras miraba la pared de mi cueva sobre si soy la persona que alguien esperaría como predestinado, siendo alguien que NUNCA le había preocupado saber cómo cuidar y mantener un hogar o una pareja siquiera, demonios, ni siquiera soy alguien que alguien desearía, sólo un escarabajo sin valor viviendo entre una colonia de hormigas, porque no sabe cuál es su verdadero camino; y si no lo sé, ¿entonces cómo podré mantener una familia, si no conozco un lugar al que llamar hogar? Esto, es un asunto que no me ha preocupado hasta ahora, y odio que lo esté haciendo.

Reaper lo ha estado notando, no ha preguntado, pero su silencio me dice más que mil palabras.

—¿Algo de lo que no me he enterado, Geno?

Preguntó en un momento de silencio, la noche era joven, la gran visión de la luna encima de nuestras cabezas con nosotros recostados al árbol que había presenciado nuestro primer encuentro. Yo volví la mirada hacia él, observando el rostro delgado del joven a mi lado, él ha estado usando esa forma más seguido en nuestros encuentros, recuerdo cuando le pregunté el por qué y me respondio, coquetamente (burlón) que porque sabía que a mí me gustaba; ese día se ganó otra cicatriz de garra en su rostro. Aunque... no podía negarlo, La Muerte en su apariencia humana era bastante atractivo, sus ojos irrealmente azules, como dos pozos profundos en los que atrapaba a mi alma, encadenandola y obligandola a mirarlo por más tiempo del que quisiera, su perfil era refinado apesar de tener una voz profunda que acompañaba muy bien con su sobrenombre y un ligero rastro de áspera barba afeitada en su suave piel.

Maldición, era hermoso, a quién mierda engaño.

—¿Geno?

En mi ensoñación, mi cerebro no había analizado la pregunta apesar de que la escuché, parpadee un par de veces mientras apartaba mi mirada de él, sintiendo la sangre ascender a mis mejillas drásticamente; oculté el hecho de que estaba sonrojado con una expresión gruñona.

—¿Qué?

—¿Hay algo que quieras decirme?

—No lo creo.

—Pues, no pareces ser muy sincero si me lo permites. Llevas noches distraído y cambiando de tema drásticamente. —Mordí mi labio deseando que mi estado de ánimo no fuera tan obvio, no creo querer aburrirlo con todo lo que pasa en mi día a día y hasta en lo que pienso.

—No es algo de importancia. —forcé una pequeña sonrisa para complacerlo, pero como lo supuse, su mirada implacable no cambió. Siempre que clavaba esos zafiros tan perfectos en mi único ojo me sentía de repente un idiota, como si tuviera miedo de decir algo indebido o fallar frente a él, con esos ojos observandome. Irónico, era el único al que me importaba que pensara algo negativo de mí, ni mi propia manada en la cuál crecí por años intentaba agradar, me daba igual lo que ellos opinaran.

Después de un momento intenso de miradas en el que yo comenzaba a sudar, él desvió sus ojos al valle sin dejar su inexpresividad de lado, sintiéndome aliviado pero de igual forma, decepcionado.

—Claro.

Creí que ese era el fin de la conversación, pero me equivoqué al ver que intentaba cambiar de tema y él simplemente me ignoraba, casi parecía desear irse hacia el valle y dejarme hablando sólo para desaparecer así como apareció. Hasta que dejé de intentarlo, y él no hizo esfuerzo para detenerme. No era un silencio cómodo, en la que sólo el sonido de la maleza crugir mientras se frotaban por la fuerza del viento se escuchaba a nuestro alrededor, o cuando los animales nocturnos nos dedicaban el canto de media noche y las luciérnagas comenzaban a desfilar pequeñas estrellas parpadeantes en su interior. No, no se trataba de una noche así, porque la magia estaba en el pensamiento, en la presencia, y su presencia parecía fría, alejada, ¿tal vez así se sentía él cuando yo andaba en las nubes, ignorandolo y dejándolo hablando sólo en los temas que sacaba para ambos?

—¿Creés que yo... soy lo suficientemente bueno?

Lancé, inseguro, sintiéndome indefenso de revelar un pedacito de mi mente a un completo extraño que tenía una reputación de la mierda, un pasado tormentoso el cuál me fué revelado por él mismo, pero aún así, sentía que lo conocía desde hace mucho, sin importar si fuera una caja de secretos a la que yo estaba determinado en abrir, así que me sentía cómodo, pero inseguro con respecto a lo que fuera a decir. ¿Se burlaría de mí? ¿Me diría que no pensara en estupideces? ¿Me aconsejaría que quién me tocara cómo pareja estaba en la obligación de quererme, cómo me dijo Shattered? Se tomó un momento, dejando un ligero espacio de silencio desesperante entre mis palabras y las suyas. Sin mirarme, habló:

—Nadie es lo suficientemente bueno, esa mierda no existe, pero podemos ser lo suficientemente capaces si somos nosotros, Geno, la pregunta correcta es: ¿Soy lo suficientemente fuerte? —me miró, buscando una respuesta que claramente no tenía en mi rostro, abrí la boca, volviendola a cerrar sin poder responder. Al ver mi cuestionamiento, sólo me dijo un "Ven" mientras tocaba mi mano y me levantaba con él del frío pasto, mi corazón se saltó un latido, sintiendo un aire en mi pecho, una presión al sentir cómo su piel tocaba la mía con tanta libertad como si esta hubiera sido hecha para que él y yo lo hiciéramos más seguido.

Me llevó a través de la maleza que tanto conocíamos, con la diferencia de que esta vez él guiaba mis pasos sin tener el temor de alguna persecución entre nosotros. Era tan extraño, observar su caminar y su espalda, mi visión recayó en nuestras manos unidad, sin tener alguna idea de por qué había permitido este contacto entre nosotros sin previo aviso. Aunque no lo parezca, Reaper era semejante a un gatito gruñón con ganas de llamar la atención por un poco de cariño, a consecuencia de las conversaciones que tomábamos, lentamente fué abriendo ese escudo que tenía hacía el mundo, mostrándose un poco más receptivo conmigo e incluso a pedir alguna muestra de atención por mi parte, y yo con gusto, se la daba. Como dejar que posara su cabeza sobre mi regazo y pasará mis dedos por su cabello o pelaje, en verdad, era una sensación reconfortante, para él y para mí, porque extrañadamente, mis caricias eran mágicas cuando se trataba de calmar sus ansiedades cuando los fantasmas del pasado empezaban a atormentarlo, al menos, eso decía él. Por esa razón me tomó por sorpresa que reaccionara por sí mismo.

No pude estar preparado para cuando él se detuvo de pronto haciéndome chocar con su espalda y por ende, hacer que perdiera el equilibrio cayendo de nalgas aplastando algunas hebras de helechos por andar perdido entre las nubes.

—¡Hey! ¿Por qué te de...?

—Shh.

Cerré la boca un tanto ofendido aún tendido en el suelo, pero pronto mis ojos se abrieron en sorpresa cuando distinguí la causa del enfoque de Reaper, lo cuál si hubiera sido yo el primero en darme cuenta del pequeño animal a unos metros de nosotros también habría mandado a callar a cualquiera, me sonroje un poco debido a la vergüenza. Eran comunes los conejos salvajes, un alimento que bastaba para saciar el apetito de algún cachorro o dos, a veces los adultos como nosotros los correteabamos por simple ejercicio o disfrute al ver el pequeño cuerpo temblar mientras corría por su vida, sin embargo se mantenían a raya con el territorio de la manada, eran inteligentes, nocturnos y escurridizos.

Reaper comenzó a quitarse la ropa.

—¡¿Qué haces?!

—Voy a divertirme un poco, ¿qué no ves? —dijo mientras quitaba lentamente la correa de su pantalón mirándome como si fuera algo realmente obvio, yo no pude aguantar más la escena y me voltee sintiendo la sangre caliente circular por mis mejillas al ver que seguía desnudandose sin decoro aún si yo estaba allí presente. — Oh, sí que eres aburrido~ sabes que quieres ver lo que no puedes tocar.

—Cállate, imbécil. —contesté borde cruzandome de brazos, a un intento de sonar lo más defensivo posible, ¿cómo podría lanzar ese tipo de comentarios en cualquier situación, incluso esta? Es un maldito impredecible. Escuché una risita de su parte como resultado, claramente, burlándose de mí reacción.

Ya, puedes voltear. —hice caso, con duda, observando su brilloso y largo pelaje de la noche cubrir todo su cuerpo, pero él no estaba a pendiente si lo estaba mirando o no, porque sus ojos buscaban a la pequeña presa blanquecina, como una mota que resaltaba entre las hileras verdosas de los helechos, aún así, algo tan pequeño como un conejo, le resultaba tan fácil perderse entre la naturaleza si el depredador no era capaz de igualar su velocidad ni su destreza para escabullirse entre los escondrijos que el bosque ofrecía a los más débiles. Yo me quedé allí, parado como un idiota mientras veía a Reaper acechar al pequeño como un alfa de renombre, sigiloso, moviéndose centímetro por centímetro suavemente y moviendo sus orejas para escuchar todo ruido que la presa o él mismo pudiera hacer, deteniéndose cuando el animal alzaba sus orejas y erguía el cuello.

Hasta que sentí algo escurridizo trepando alrededor de mi tobillo, y grité por reflejo.

Una maldita serpiente que terminó muerta por la suela de mis botas.

Tanto el conejo como Reaper comenzaron su seria persecusión entre el pastizal, sus cuerpos en cada movimiento dejando un rastro de sombras y sonidos crujientes. ¡Maldición! Era demasiada la tentación, siempre tuve aquél pensamiento que estaba fuera de lugar para un Omega como yo..., pero el ver a Reaper correr con energía bajo la plateada luz del astro menor que iluminaba su cuerpo y su pequeña presa, podía notar incluso a esta distancia lo mucho que lo disfrutaba... por primera vez, en mucho tiempo, deseé correr junto a alguien. Por eso no dudé ni un segundo, no me importó quitarme la ropa, ni tampoco pensé en el hecho de ser un Omega.

Eres un Omega, comportarte como tal. No dejes que esos pensamientos te abruman, eres, y serás siempre para lo que naciste.

Esa noche, me sentí vivo.

¿Por corretear a una inocente criatura como nunca lo había hecho antes para mantener las apariencias? ¿Por cumplir mi capricho? ¿Por el simple hecho de sentir mi pelaje perdido entre las fauces del viento? ¿Por sentir mi corazón galopar fuertemente gracias a la adrenalina? ¿Por ver a esa pequeña criatura temblar por no ver a uno, sino a dos perseguidores?

¿Por estar a su lado?

¿Por verlo respirar junto a mí agitadamente, y admirar su perfil que me sonreía?

El conejo casi no podía verse debido a la altitud del pasto, pero su sombra lo delataba.

Sus ojos zafiro tan agudos, su instinto me cautivaba, como si fuera el primer y único alfa que había conocido en mi vida, tan concentrado, con su ceño ligeramente fruncido mientras sus gruñidos graves escapaban de su garganta, la atención hacia el conejo había perdido interés para mí al correr a su lado, sintiéndome sonreír por tener la oportunidad de acercarme a esa faceta tan... Atractiva, lo más atrayente y respetuoso que un alfa pudiera poseer para cualquier lobo, su sentido de caza... Sentí mi pata tropezar con algun peñón eliminando todo pensamiento y reemplazandolo con dolor, solté un quejido pero casi no tuve tiempo para ello, porque en ese instante choqué con el cuerpo a mi lado haciendo que ambos nos tropezaramos y diéramos un par de vueltas por el suelo arrancando algunos helechos al habernos metido en una tierra empinada. El conejo, salió victorioso y seguramente lo pensará dos veces antes de abandonar su madriguera por la noche.

Mierda... —soltó Reaper mientras se sacudía la cabeza intentando pensar en lo que acababa de pasar, yo le impedía el que se levantara ya que estaba sobre él. Quería hacerme a un lado, pero mi cabeza seguía dado vueltas, el cielo estrellado me mareaba más de lo que alguna vez hubiera pensado.

Seguramente iba a gritarme por dejar escapar su presa. Ya había sido demasiado que lo siguiera a su lado para acompañarlo. No entiendo cómo no me reclamó enseguida, seguramente por lástima, ¿verda-

Me interrumpió su risa, su torso y estómago se contraían por el esfuerzo que hacía en hacerlo conmigo sobre él. Aún si me intenté levantar, el dolor en mi pata y mis mareos me hicieron caer de nuevo, aumentando más su risa. Molestó, protesté, olvidandome casi por completo que no me había gruñido como pensé que lo haría por haber sido la causa de la escapatoria de su conejo.

¿Por qué mierda te ríes?

Es que... —me miró, entre risas. — no puedo tomarte en serio con la cara llena de barro.

Parpadee mirando mi nariz y sintiendo la molestia de barro en mi rostro, enseguida me la intenté quitar entre gruñidos de molestia, sin embargo, me detuve un momento pensando en lo que acababa de pasar. Reaper se estaba riendo, de mí, pero no en el mal sentido, el sonido tan alegre que provenía de él era armonioso, tal vez porque en mi vida había escuchado una voz que anhelara sentir felicidad expresarlo en una hermosa risa como esa, siendo él como es. No tardé en unirme a él, burlandonos por lo idiotas que estábamos siendo en ese momento. Períodos así, en las que podía sentir mis pulmones aspirar un aire libre y de olvido, en la compañía de alguien más que goce de nuestras locuras y pláticas, era como un diamante en una mina de oscuro carbón, sintiéndose apreciado y único, pero sobretodo, desconocido.

No necesitas ser lo suficientemente bueno, porque creo que ya sobrepasas esas palabras y más. —me miró Reaper con sus intensos ojos, esos que me atravesaban el alma.

Por alguna razón, sus palabras tuvieron un gran peso en mí de lo que cualquiera pudiera darme.

Las luciérnagas comenzaban a iluminar el pastizal, pequeñas estrellas bajadas a la tierra para iluminar el camino de los hombres. Iluminar mis huellas. Mi camino.










Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top