5. Encuentro indeseado.

El dibujo de multimedia es de mi propiedad.

N/A: POR FIN SÉ USAR LAS CAPAS >:V FELICITENME BITCHES LZSLDJDKDB


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Las constelaciones se unían en trazos torpes en el cielo semejante a un dibujo creado por un niño de diez años, cómo algún juego divertido sobre unir puntos que los ojos de Reaper armaba con la mirada. La joven Luna afirmaba su posición en el firmamento tocando la pradera con un roce, dándole luz a todas las criaturas del bosque Aokigahara y más allá, era noche de Luna Llena y la muerte salía a jugar en los rincones más recónditos de esa tierra, literalmente.

El pelaje de Reaper se mezclaba con la noche misma, no había un ápice de coloración en su cuerpo, lo cuál lo hacía perfecto para sumarse a la oscuridad del atardecer y ser una sombra más en los caminos, sin embargo, el brillo en su melena también le hacía ser una criatura hermosa, sus ojos de un profundo vacío azúl eléctrico eran como dos rayos de luz entre tanta oscuridad. Era como si la Diosa Luna lo hubiera enviado a este mundo específicamente para explorar esas tierras y darle una perfecta estrategia de camuflaje. Si ese era su destino, estaba más que felíz de cumplirlo.

La pradera arrastraba distintos olores de todas partes entre el follaje y el viento veraniego que movía el alto pasto, creaba sonidos secos que obstaculizaban ligeramente su sentido de la audición, pero estaba seguro que se encontraba sólo. Las criaturas dormían, los pájaros cansados de buscar su sustento durante el día se acurrucaban en su nido, los lobos de ambas manadas dormían en sus respectivas cuevas y territorios bajo la seguridad de los Élderes y el Alfa, seguramente sintiéndose protegidos y con la mente tranquila.

Reaper miraba con pena a esos lobos sujetos a sus propios límites, dentro de los brazos de una agrupación que sólo vive de leyes injustas y tienen que adaptarse a ellas, sino, la exclusión era una opción más tolerable, ¿por qué perder el tiempo con sólo un iluso cuando había toda una manada por la cuál preocuparse? Por eso Reaper abrió los ojos y siguió sus propios pasos, fué hasta ahora lo mejor que ha pasado en su vida desde que fué exiliado de su "familia", como una estrella fugaz que cruza el firmamento y se pierde para nunca volver.

Como si no supiera que estás allí. Sal ahora —gruñó de repente, el olor a cerezas y bayas silvestres que la brisa trajo a sus fosas nasales delató al posible intruso cercano, más su vista entre el pasto que no hacía ningún movimiento como si algo más estuviera allí.

Sólo el viento le siguió la conversación en su lenguaje con un susurro a sus oídos, el idioma de la naturaleza y la lejana humanidad. Pero no mucho después, el intruso salió bajo la luz de la Luna revelando su silueta con dos pasos, miraba decidido a Reaper como si fuera alguien más que un molesto Omega que osaba interrumpir su paz. Las hebras de su pelaje estaban pintados de la misma luz lunar, tan blanca y pura como la nieve sólo para ser opacada por su ojo, Reaper arrugó la nariz al ver a uno de su especie con ojos heterocromáticos, se había topado con muchos de ellos a lo largo de su exitencia pero seguía siendo algo muy inusual, eran muy interesantes a la vista de los cazadores por el dicho de la buena suerte que daban estos casos muy escasos.

Sin embargo, el lobo frente a él había perdido uno de ellos oculto con un parche, pero se dejaba ver la singularidad en su único ojo izquierdo en un azúl claro y rojo, sintió una curiosidad repentina por saber lo que le ocurrió, pero obviamente se mantuvo callado escudriñandolo como si deseara una explicación por todos los errores de su vida.

¿Que estabas haciendo ahí escondido, un omega cómo tú a estas horas? Vuelve con tu manada ahora mismo. —siguió gruñendo mostrando sus colmillos con voz firme e impotente dando un paso hacia el frente, siendo un alfa tenía autoridad para hacerlo volver sobre sus pasos, aún si el problema radicaba que él no era parte de su manada podría hacer de chico malo por esta vez y asustarlo, sería tan fácil ahuyentar un omega por el posible peligro que éste sentiría al no contar con nadie que lo defendiera.

Dió otro paso, esta vez Geno retrocedió uno, sin embargo a la advertencia sus orejas se movieron hacia atrás y se hincó tensando su cuerpo frente a él con el ojo buscando desesperadamente los suyos sin perderlos de vista, una señal corporal que significaba nada más que correspondía a la amenaza, el omega con olor a cerezas dulces aún no se retiraba de su presencia y eso le molestaba, la sorpresa de Reaper fué en aumento cuando escuchó un sonido gutural desde la garganta del albino como algún gato disgustado.

Eres tú el que debe irse, si no te percataste te encuentras en territorio marcado —su voz era suave pero con el tono adecuado de alguien que intenta ir a la defensiva acostumbrado a hacer lo contrario, si de eso se trataba, él mismo acabaría con esa fachada de valentía falsa.

Reaper sonrió arrogante ladeando ligeramente su cabeza y mirándolo con diversión, como si fuera un simple insecto insignificante a su vista al mismo tiempo que Geno volvió a mirar sus colmillos por séptima vez, seguramente eran tan filosos que cortarían la carne como una simple tijera, lo hizo tragar fuerte.

Los límites fueron creados para cruzarse, además, no encuentro nada de malo en acercarme un poco para explorar el lugar, debo decir que tienen muy buenos gustos para escoger territorio —por un momento fingió mirar alrededor sin bajar su molesta sonrisa arrogante. —. En verdad son ambiciosos cuando se trata de ganar terreno, no hay rincón en el bosque que no tenga su olor. ¿Se creen muy poderosos por eso, no es sí? —Geno abrió un poco más sus ojos al escucharlo, sus colmillos apretaban su mandíbula, en ningún momento había pensado que de esa charla, si se le podría llamar así, surgiría comentarios insultantes a su manada. ¿Es que aquél desgraciado no tenía dignidad hacia sí mismo por las palabras que escuchaba?

¿Disculpa? —ladeó la cabeza incrédulo asegurándose de que había escuchado bien y olvidarse por completo que tenía un alfa frente a él para destrozarle esos ojos tan hermosos con sus garras.

Admitelo, omega —afirmó prestando atención a toda expresión que Geno realizara, si no podía intimidarlo podría molestarlo, seguramente huiría como un cobarde para no seguir escuchando lo que tenía que decir sobre su dichosa familia, porque a Reaper no le rascaba la garganta para decir la verdad en la cara de quién sea—Son poderosos, se vanaglorian de su alta fuerza . La pequeña Shizen son opacados cómo una sombra a comparación con ustedes, sobretodo ahora cuando actualmente ustedes los Omegas se regalan tan fácilmente a su "predestinado" con la ilusa idea de estar unidos en un lazo eterno cuando sólo son utilizados para procrear y servir como esclavos, van en contra de la naturaleza de la Diosa Luna al tener hijos sólo para incrementar el tamaño de la manada, me hace preguntarme sobre en dónde quedó la gloria que alguna vez fué Chikara... —lo menos que esperó había pasado al sentir las garras contrarias en un zarpaso interrumpiendolo, las hebras de pelaje color negro arrancadas volaron en el aire aún con su rostro hacia un lado.

La tensión podría cortarse con una tijera, el aire ya no parecía fluir libremente entre la pradera como si hubiera sido una advertencia ignorada, lo cuál pareció ser cuando Geno notó la pesadez del ambiente que había creado al atacar al alfa desconocido.

Mierda, era un imbécil. Tal vez se estaba juntando demasiado con Fate.

Reaper aún no podía creer que había hecho eso, él, un omega que estaba por debajo del eslabón, no tenía derecho alguno de siquiera pararse frente a él y demostrar esa actitud defensiva desde el comienzo. Tal vez debió preveer que algo así pasaría, pero lo pasó por alto porque estaba de buen humor por su reciente charla.

Ahora estaba furioso.

¿Me atacaste? —preguntó como si deseara creerselo, pero la pregunta era estúpida, volviendo su mirada a él y tocando su pelaje buscando encontrar algún líquido cálido que delatara alguna herida abierta. Para su desgracia y lo que alimentó más su enojo, había una marca de garras sangrante un poco por debajo del ojo.

La mente de Geno buscaba con urgencia una salida rápida a esa situación gritando CORRE a dónde mirase, porque los rasgos en esos ojos azules parecía demostrar que estaba realmente enojado, ¿quién no lo estaría al recibir un zarpaso de alguien que prácticamente debía demostrar la más alta sumisión? Se alejó lentamente bajo la atenta mirada de Reaper, unos dos pasos hacia atrás, tres pasos que el lobo azabache avanzaba hacia él igualando su velocidad, pero sabía que cuando él corriera el alfa también lo perseguiría, y sería carne de coyote muerto.

Estaba malditamente sólo, mierda, ¡eso sucedía porque era un idiota inconforme! No podía quedarse en la seguridad de su manada, no, el esupido de Geno decidió salir de los límites y andar de su cuenta cómo si fuera un niño explorador primerizo.

Esto es muy malo.

Pideme clemencia y consideraré dejarte con vida —ladró Reaper volviendo a su posición intimidante frente a Geno, sacando el pecho e irguiendo sus hombros con la mandíbula en alto y sus dientes ansiosos de desgarrar carne omega, sonreía burlonamente esperando, pero se denotaba en su expresión una desesperación, ansiando tener el control allí con la falsa promesa de no lastimarlo demasiado si accedía, pero lo único que deseaba y ambos sabían, era demostrar quién estaba encima de quién.

La misma adrenalina que le llevó a desgarrar su rostro fué la misma que le hizo sonreír, sin separar su ojo de los de Reaper, con la misma arrogancia que el tono que había utilizado.

Púdrete.

Sus patas ágilmente se movieron respondiendo a su cerebro de forma automática llevándolo por el campo libremente, ahora con un rumbo fijo el cuál era escapar lo más pronto de allí. El pasto alto lo obligaba a levantar sutilmente la vista para mirar atrás de él si se observaba el mismo movimiento entre la pradera, el olor aún seguía acechandolo como si deseara quedarse con él, cerca, muy cerca, y eso lo enfermaba. Sus sentidos se afilaron al descubrir que, efectivamente el gran lobo negro parecía resurgir de entre la alta maleza con una ira incontrolable similar a una bestia que sólo buscaba acabar con lo que lo había molestado. Agudizó sus oídos mientras corría escuchando sus propios jadeos y los ruidos secos de la hierba siendo aplastada en la persecución, aceleró su carrera a grandes zancadas al sentir en su oído los casi gruñidos de Reaper muy de cerca.

Tenía que llegar al territorio de la manada, sin embargo, con él pisandole los talones parecía imposible perderlo de vista, ¡¿cómo podría hacerlo si era literalmente el doble de su tamaño y más rápido?! Sus ojos azules recorrían su pequeña figura lobuna con fiereza mientras veía que sus oportunidades de perderlo entre el follaje eran casi nulas. Con cada zancada se acercaba un par de metros más a su territorio y su perseguidor tenía que detenerse o debía enfrentar a los más altos de la manada por entrar en su terreno sin consentimiento y amenazar a uno de los suyos, Geno suponía que aunque fuera un bravucon no sería tan idiota como para arriesgarse a ser desterrado por la fuerza y salir más herido de lo que le hizo a él con sus garras.

Sólo un poco más...

Cayó al suelo sintiendo su cuerpo estrellarse estrepitosamente contra el duro suelo, se sentía frío y barroso, de su mandíbula salió un jadeo ahogado cuando abrió su ojo con temor y sintió una pata presionando sus vías respiratorias haciéndole casi imposible respirar sin hacerlo con dificultad. No hacía falta ver para sentir al gran lobo oscuro posicionado sobre su cuerpo con una perfecta visión de sus dientes, de entre ellos salió un gruñido bastante ronco como una amenaza silenciosa, Geno no tuvo que hacer más que quedarse quieto, de cualquier forma, su respiración era ahora irregular desde que se había recuperado de tal carrera, estaba seguro que aquél alfa no llegaría a matarlo ya que se encontraba en territorio ajeno, sería un suicidio cometer un asesinato a un miembro de la manada Chikara cuando prácticamente gobernaban todo el bosque.

Claro, a menos que él no tenga la intención de quedarse más tiempo y huir lejos para que nadie más lo encontrase tras el incidente. Comenzar a reproducir esas películas en su mente alimentaba la ansiedad que sentía y la presión con la pata de Reaper en su cuello y la otra en su esternón, ¿qué estaba haciendo? ¿Por qué no buscaba alguna forma de escape? De alguna forma, no podía, se sentía inmovilizado completamente bajo de el gran lobo, como si su cuerpo supiera que era una perdida de tiempo huir si al final siempre sería atrapado.

Qué difícil para él era ser un maldito eslabón menos en la pirámide jerárquica de su existencia.

Tratando de escapar, ¿eh, dulzura? —Geno hizo una mueca y gruñó al escuchar la forma en la que se dirigía a él, Reaper río burlón demostrando que eso era la reacción que quería provocar en el albino.

Quita tu asquerosa presencia de encima de ese omega, Muerte.

Maldición, gracias a la Diosa Luna.

Un gruñido grave, incluso más que del que había logrado escuchar de Reaper hizo saber la intervención de un tercero, y estaba tan agradecido que fuera para su bien.

Espera, ¿realmente había escuchado bien? ¿Lo había escuchado decir Muerte? Como un perro obediente su perseguidor retiró sus miembros de su cuerpo, Geno pudo volver a respirar sin sentir presión por encima de él que lo acorralaran y enseguida se recompuso de pie en cuatro con la mirada hacia el lobo negro, no quería que su dignidad cayera más de lo que lo hizo esa noche y que al menos pudiera verlo a la cara una vez más, grabandose esos ojos azules intensos como el cielo antes del atardecer y mirarlos con desprecio al recordar todo lo que había escuchado en su charla anterior. Pero al mismo tiempo, el tan conocido apodo que Shattered le acaba de poner a ese alfa le hacía sentir una leve repulsión. Obviamente no tenía buenos pensamientos hacia Reaper, ese mismo nombre que recorrió las bocas de los pueblerinos cercanos y los japoneses tradicionalistas que contaban leyendas sobre una criatura bestial que se raptaba a los niños por las noches de luna llena.

Shattered le doblaba en tamaño, al menos para que se notara sutilmente la diferencia, no por nada era el Alfa Mayor de la manada Chikara y quién había venido a salvarle de esta, aunque se sintiera completamente reacio que lo hiciera agradecía que llegara en el momento indicado. Porque, demonios, en verdad estaba en problemas.

¿Que demonios estabas por hacer?

  Su pelaje era tan oscuro como el de Reaper, pero su único ojo era de un color dorado que brillaba intensamente entre las sombras, su ojo derecho lo había perdido con una pelea con el Alfa de la manada Shizen hacía un largo tiempo. Su semblante, pese a no diferenciarse al estar en su forma lobuna, mostraba disgusto, y su aura irradiaba verdadero odio; dió un paso más al frente cubriendo a Geno, le lanzó una mirada de reojo como afilados cuchillos queriendo decir que hablarían de aquello más tarde, seriamente. Rodó su único ojo con fastidio. Otra vez no. ¿En qué se había metido?

... Nada. No estaba por hacer nada, ya me iba, Shatt —respondió entre dientes, mirando a ambos con un marcado ceño fruncido, de repente maldiciendo en su interior por no poder continuar con lo que hacía.

Eso pensé. —ladró— Vete de mi territorio y no vuelvas a pisar nunca más mi tierra ni sus límites, ¿está claro? —la voz de Shattered pareció más profunda de lo que ya era al mezclarse con un gruñido de advertencia, lentamente caminó un paso, pero a eso, Reaper retrocedió sin dejar de mirarlos, especialmente a Shattered, quiénes estuvieron encerrados en los ojos del otro bastante similar a una batalla de miradas que transcurrió durante una eternidad, pero el perdedor resultó ser el alfa de ojos azules y quién debía abandonar sus dominios, después de todo, él no tenía poder alguno sobre ese territorio, y si el Alfa de todo aquello le pedía irse, debía irse.

Geno sólo podía ver cómo lentamente el llamado Muerte se alejaba de su presencia, para luego echar a correr lejos de allí con la misma velocidad que lo persiguió por toda la pradera. No pudo evitar preguntar al ver cómo esa mancha negra iba alejándose más y más entre el verde pastoso de la noche en aquella pradera si era él, si en verdad había visto a los ojos a la mismísima Muerte.

Pero tampoco creyo que fueran tan preciosos.

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¡¿Cómo están?! Espero bien uwu estoy aguantandome para comerme un pan con mortadela y salsa de tomate así que- VOTEN. POR MI SAGRADO PAN PERDIDO(?

NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ACTUALIZACION ^^❤️

Sayo 🦄

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