Cap 51 ;; Amo su inocencia
Aquel chisme de que Chile y Bolivia a veces salían, se hizo enorme, ya hasta Antártida sabia, el único ingenuo que no sabia era, ni mas ni menos, el mexicano, el cual, recibía miradas, risas y hasta señas algo obscenas, aquellas señas de cuernos, esas mismas, hasta le gritaban cosas, él no sabía porque, nunca se le vino a la mente que seria por Chile y Bolivia, ni si quiera le preguntó a su novio.
- Che, ¿No te cansas? -.
- ¿De que? -.
Preguntó inocentemente el de alas
- De esto, de que te hagan estas cosas...Espera, ¿No sabes por que lo hacen o que? -.
- No, ¿Por que? -.
- Uh..No se si decirte mexi.. -.
- Orale puto cuenta -.
- Nah, bueno, te digo mas rato porque si no ahora te pones maricon -.
Siguieron caminando y paseando por ahí, y, ya al final del paseo, cuando Argentina acompaño al otro a su casa, se acercó a él y, le susurro aquel chisme, que, era verdad, México, no le tomó importancia, ya que, pensaba que era otro chisme de Perú, lo cual, no era lastimosamente.
Chile, aun no llegaba a casa y, eran las 3 de la mañana, algo raro de parte de él, pero no tanto ahora que se la pasaba con el boliviano, México lo esperaba como todas las noches, en aquella cama, estaba metido en sus pensamientos hasta que alcanzó escuchar el sonido de las llaves introduciéndose en la puerta principal, algo torpe el que metía aquellas llaves, y, México sabia bien que era Chile, así que, fue hacia la puerta principal para ayudar a su pareja con la puerta, ya cuando abrió la puerta, se encontró con un chileno borracho, con ropa desordenada y lo peor, con perfume del su amante, esto saco de onda al mexicano, ya que, no conocía ese aroma, lo llevó hasta el sillón para intentarle sacar la ropa toda desordenada para así, ir a dormir, lo cual, era imposible, el de estrella no se quedaba quieto, pero, lo único que pudo sacarle fue la camiseta, se encontró con chupetones, rasguños y mordidas, aquello hizo que, México lo mirara a los ojos bastante enojado y frustado
- Wey ¡¿Que pedo?! ¡¿Que-Que es esto?! ¡¿Con quien te acostaste pinche puto?! -.
Habló el mexicano enojado mientras agarraba con algo de fuerza la mejilla del otro, tenía unas lagrimas amenazando salir, ya sabia muy bien que significaba aquello.
- aweonao, tratame bien que no soy tu hermana, y, no, no te engañe, tú me hiciste esto el otro día, el Mercoles...¿Cuando fue Miércoles po'? -.
Se excusó el de estrella, aquello confundió al mexicano, ¿Había pasado o no? Pues no, pero, México pensaba que si, así que, ya se calmó y agarró al otro para ir a dormir.
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