Cap 40 ;; ¡Segunda oportunidad!


- A VER PUTO ¡¿POR QUE EL JEFE DE RUSKY ESTABA ALLÁ?! -.

Habían parado para ir al baño y comer en una estación de servicio.

Hablaba el mexicano por telefono, hablaba con la ONU, que, se supone, tiene que saber de esto, por eso mismo esperaba el de águila a que le respondiera, mientras, le daba mimos al ruso, que, no aguanto mas y lloró.

Chile y Canadá fueron a ver si  encontraban alguna chaqueta para el de hoja mientras que, Venezuela agarraba toda la comida posible ¡Que buena misión!

- México, primero no me hables así, segundo, hablamos de eso en la ultima reunión, dije que, se les daría una segunda oportunidad a las antiguas épocas -.

- Ah ok, te me cuidas -.

Y así, finalizó la llamada, bueno, era entendible la segunda oportunidad si si, pero, eso no quitaba que aun daba miedo, aquello significaba que, andarian por ahí asustando personas, quizás matando, eso lo atormentaba mas, pero, alguien cortó aquellos pensamientos tocándole el hombro del mexicano

- ¿Que-Que dijo? -.

Habló el ruso ya algo calmado después de su gran llanto

- Eh, dijo que..Que ya sabia que tu padre estaba allí, dijo que iba a dar una segunda oportunidad -.

- Oh, creo que escuché algo de eso en la ultima reunión.. -.

El de aguila le dedicó una sonrisa al ruso y se fue a buscar a sus demás amigos para ya irse, ahora que lo pensó bien, no sabia donde quedo el argento, no le importo demasiado ya que pensaba que estaba con los demás.

- ¡Listo! Vas a estar bien abrigado ahora -.

Dijo feliz el chileno al ver lo que le hizo al de hoja, le puso una de esos abrigos que son gigantes, parecía un inflable, fácilmente podría salir rodando con aquel abrigo, le costaba caminar, pero, lo que importaba era, poder no tener frío, aunque, aquel abrigo le daría demasiado calor.

- Wey ya va-

No pudo terminar de decir lo que sea que iba a decir porque vio al canadiense, no sabía si reirse o asustarse

- ¡Ya tengo toda la comida! -.

Y como era de esperarse, el venezolano traía tantos snacks, sándwiches, bebidas y dulces, sus brazos no alcanzaban para agarrar todo aquello, cada que caminaba, se le caía algo, una papafrita o si no un caramelo.

- Morros y ¿el narigon? -.

- No lo se, ¿No estaba contigo? -.

- Yo pensé que estaba con Vene -.

- ¡Creo que lo vi yendose al bosque! -.

Bueno, así fue que todos salieron corriendo al bosque, menos Rusia, que se quedo en el auto con Argentina, el cual estaba escuchando música y no había escuchado los gritos de los preocupados.

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