Cap 37 ;; Guerra

- Dale vení escondete -.

Habló el albiceleste corriendo con el mexicano siguiendolo, estaban corriendo de la guerra que estaban teniendo, la guerra de nieve.

Todos estaban con sus trajes, los cuales los habían usado en guerras reales, se los pusieron para hacerlo algo mas "real".

El mexicano con su traje con lodo.

el de estrella con su traje (que le quedaba algo chico).

el de sol con su traje (aun con un poco de sangre seca, si, no lo había limpiado por pereza).

el ruso con su gran traje haciéndolo ver aun mas atemorizante.

el venezolano con su traje algo desgastado y por ultimo, Canadá con su traje, que al igual que el de Argentina, tenía sangre, pero no seca, ya que, había matado algunos animales por ahí.

- Ven ven pequeña lagartija.. -.

Decía el canadiense caminando lentamente buscando al chileno y venezolano mientras que, Rusia lo cubría de atrás, de repente, sintió algo frío en el pecho, miró a donde sintió aquello y como él pensaba, había una bola de nieve tirada por el mexicano, el ruso miró para todos lados buscando al enemigo pero, a penas lo vio, le llovieron bolas de nieve.

- ¡Черт!¡Беги в Канаду! -.

Gritó empujando al canadiense, el cual, vio al venezolano y chileno, le estaba por aventar algunas bolas de nieve pero, el ruso lo interrumpió y perdió la víctima.

- ¡Shit! -.

El mexicano corrió hasta donde estaba su amado mientras el argentino no lo veía, se acercó para distraer al canadiense que aún intentaba lanzarle la nieve al chileno, lo cual, lo pudo distraer y salvó a su crush, obviamente, Chile no lo notó.

Luego de tanta y tanta guerra, los ganadores fueron Chile y Venezuela, (claro que con ayuda del mexicano), bueno, ahora solo quedaba ir a comer algo y volver a sus cabañas, ¿Fácil no? Ja, no, se habían alejado demasiado de las cabañas, entonces, como ya suponen, se perdieron.

- Well..¿Ahora que? -.

Preguntó algo cansado el canadiense, la verdad habían estado horas caminando intentando buscar sus cabañas, lo cual, nunca consiguieron, al ver a sus amigos tan agotados, decidieron parar y sentarse en la nieve a pensar, que harían.

De repente Argentina se levantó y sacó su telefono, que siempre estaba con él, porque, si le tocabas el celular, era como si le tocaras el culo, entonces, nunca dejaba que alguien tocara su preciado celular, en fin, lo sacó y lo ojeo un poco para comprobar si su plan funcionaria.

- Bueno..Hay que llamar a alguien para que nos lleve ¿No? -.

Y así fue, el argento se alejó un poco y llamaba a alguien, mientras, todos estaban acurrucados con el ruso, el tricolor estaba ya acostumbrado a estos fríos, mientras que, los demás no lo estaban, así que, se acurrucaron al cuerpo caliente del ruso, parecían un par de garrapatas pegadas a un perro.

- A ver puto correte que yo llegué primero a esta parte del cuerpo -.

- NoNo, yo llegué -.

Se peleaban hasta por los lugares, el ruso ya arto, se paró del suelo y con él cayeron algunos países, el ruso solo sacó una risilla. El nariz de sol volvió enojado, sin responder se sentó tapando su cara con sus piernas, el mexicano se acercó a él algo preocupado y le dijo

- ¿Y que pedo wey? -.

- No hay servicio.. -.

Dijo entre murmullos, eso significaba que se quedarían ahí un par de horas, o, quizás una noche, bueno, el hambre ya empezaba a salir y donde estaban pues..No había mas que animales, eso si que hizo sonreir al de hojita.


- Me siento mal por comerte.. -.

Habló el de sol mirando a su pata de conejo ya cocinada, no podía comérsela ya que cada que la acercaba a su boca, le recordaba a la mascota de Perú, mientras tanto, el mexicano se apartó del resto y estaba comiendo con su buen amado, una patas de cerdo, o mas bien, de jabalí, porque, en el bosque no se encuentran cerdos mas que jabalíes. Estaban apreciando la noche hermosa mirando la luna, tal como una película de Hollywood, de esas que miras cuando estas soltero y triste porque nadie te ama, exacto, de esas.

- Tengo hambre..-.

- Come mas po' -.

- ¡Hambre de ti! -.

Dijo el mexicano alzando sus manos emocionado para luego pozarlas en los hombros del contrario, acercó su boca al cuello del chileno y le dio una pequeña mordida, se alejó del cuello y le dió una sonrisa al chileno

- ¡Ay! Weon conshetumare.. ¡Duele po'! -.

Dijo quejándose el otro algo sonrojado

- ¡Para reforzar la amistad! -.

Dijo en forma de excusa el mexicano, ya no se aguantaba, necesitaba tocar aquel cuello y por fin lo había logrado, así que, podía usar aquella palabra de "Reforzar la amistad" para protegerse de cualquier cosa que el hizo con el chileno indevidamente, algo malo si, pero, era un paso según él.

- Si si, reforzar la amistad sacowea -.

Se sobo donde había sido mordido y mirando algo enojado al mexicano, así es, todo un "Tsundere" el chilito, pero, eso le encantaba al mexicano, mientras que Chile, simplemente lo hacía con el mexicano, si hubiera sido otra persona, le hubiera pegado unos buenos golpes en toda la cara

- ¿Acaso quieres mas? -.

- Ah ¿Que? ¡no no! -.

Y bueno, sus compañeros al escuchar aquellas risas por parte del mexicano y el chileno, no evitaron mirar y ver a los dos, ahí, como si fueran pareja. Adivinen ¿Quien se quedó con algunas mordidas y chupetones en el cuello, luego al ver al chileno con todas esas marcas?





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