- Podrías amenazarlo para que te ame, agarras un arma, le apuntas, dices que lo amas y lo obligas a decirte que te ama o si no le disparas -.

Dijo Nuevo León, uno de los tantos estados de México, veía al mexicano algo triste y como buen estado que es, le dio un consejo, algo violento pero, a Nuevo León le funcionó, mirenlo, ahora esta con su bella pareja.

- Wey no me chingues, no quiero asustarlo, quiero que el me ame, además no voy a ir a la cárcel por cuarta vez por una de sus ideas "Chidas" -.

Dijo el mexicano algo molesto y resaltando la ultima palabra con unas comillas con sus dedos en los aires, no era la primera vez que tomaba en cuenta una de las ideas de sus estados, lastimado, encarcelado, huyendo de su crush, huyendo de la ley, cosas así pasaban cuando les hacía caso.

- Es que, no se que sentir, estoy algo confundido -.

Hablaba solo el chileno con un "Panic gay" como dicen algunos, estaba confundio, no sabía si en verdad le gustaba el mexicano o no, se sentía culpable por hacerle doler el corazón al otro, no fue su intención hacer eso con USA, o quizás con otro país, la verdad estaba algo mareado, aquel lugar estaba bastante oscuro, la luz andaba mal, así que, no distinguió bien que país era.

- Piu piu -.

Decía el mexicano haciendo una pistola con su mano apuntando contra Chile, este se había sido invitado por el chileno a su casa.

En otro lado, se encontraba Nuevo León con su pareja, Córdoba, un estado mas de Argentina

- Me siento orgulloso de él -.

Dijo el Norteño, sabía que México estaba apuntando con un arma a Chile para que lo quisiera, claro, México pensó un arma de verdad, Nuevo León se refería a un arma de dedos.