Día 18 - Disfraz
Ese día era Halloween, hacia un par de horas habían tenido un live vistiendo llamativos disfraces y habían realizado algunos juegos sencillos para reírse y convivir con las Stay y dado que ya habían terminado con todo lo relacionado a las actividades del grupo, gozaban de la oportunidad de salir por la ciudad, aprovechando que en los antros todas las personas estarían disfrazadas ellos habían comprado en línea otros disfraces para poder salir y divertirse como los jóvenes que eran.
Todo iba muy bien, terminaron temprano para poder aprovechar el resto de la noche, sin embargo, hacía rato que todos habían salido de sus habitaciones, solo Felix seguía encerrado retrasándolos.
- Iré a buscarlo – se ofreció Hyunjin al ver que Lino se ponía insoportable y temiendo que si Han no conseguía distraerlo lo suficiente desquitara su frustración con él – ¿Felix? – llamó luego de tocar a su puerta un par de veces.
- Váyanse sin mi – dijo sonando extraño.
- Podemos esperarte más, no pasa nada – respondió mirando de reojo hacía la sala, pensando en si mejor debería refugiarse en el propio cuarto para no tener que lidiar con el humor de su Hyung.
- No puedo ir, váyanse – dijo de nuevo el rubio, entonces Hyunjin entonces su prestó más atención a la voz angustiada. – ¿Estás bien?
- Si, solo quiero quedarme – dijo no sonando nada bien.
- Voy a pasar – dijo el mayor, apenas y dándole tiempo de reaccionar, girando la perilla.
- Hyunjin, ¡no! – gritó Felix sin poder evitar que entrara.
Lo encontró a media habitación, intentando detener que abriera la puerta, entonces pudo ver a Felix en una pequeña falda con volantes de color verde, morado y negro, usaba una blusa a los hombros que se ajustaba a su cintura gracias a un llamativo corset de cintas naranjas, y si la visión no fuera suficiente para causar estragos en la mente de Hyunjin, el rubio traía unas calcetas altas a rayas verde con lila que se ajustaban de manera perfecta a sus bien definidos muslos de bailarín.
El mayor pasó saliva un par de veces sin poder evitarlo, sentía que si abría los labios, un gruñido ronco sería lo único que saldría de su boca que se sentía realmente seca.
- Seleccioné mal la casilla a la hora de comprar el disfraz – lloriqueó el menor, ajeno a la mirada depredadora con que lo miraba el otro – Era él disfraz de "The Witcher" el que había seleccionado y me llego un disfraz de "Witch" – Sintió necesidad de explicarle para que no pensara que era raro o algo parecido.
En un momento considero que tal vez podría hacer que funcionara de alguna forma, por eso se había decido a ponérselo, pero apenas se vio al espejo se sintió patético, justo el momento en que Hyunjin había decidido entrar a buscarlo.
Hyunjin se estaba mordiendo los labios con fuerza, esperando que aquello distrajera a su entrepierna de la visión frente a sí. No obstante, fue la voz de Bangchan quien lo trajo a la realidad en segundos.
- ¿Felix? ¿Hyunjin? – preguntó intentando entrar.
El chico de cabellos negro se había quedado frente a la puerta, impactado, por lo que, al sentir el movimiento de esta, se recargó en ella, cerrándola de golpe.
- Felix se siente cansado, no quiere salir, ¡me quedaré a acompañarlo! – dijo sin despegar la vista del rubio, quien retorcía sus manos sobre la pequeña falda de volantes tentando sin saberlo a su autocontrol.
- Podemos quedarnos todos para hacerle compañía – ofreció Chan, sonando preocupado.
Felix negó con la cabeza repetidas veces, sin embargo, no necesitaba hacerlo, el cuerpo de Hyunjin tenía otros planes para ellos...
- Oh, no, vayan o Lino nos arrancara la cabeza. No te preocupes, Hyung, cuidaré a Felix muy bien... - dijo relamiéndose los labios sin darse cuenta.
-Está bien. ¡Duerman pronto! – se despidió el líder.
- ¡Diviértanse! – se atrevió a decir el menor, creyéndose por fin fuera de peligro. Suspirando, fue entonces a sentarse en la orilla de la cama.
Jinnie no se movió de ahí hasta que escuchó la puerta cerrarse y no volver a abrirse en minutos, hasta que puso el seguro sin que el menor se diera cuenta, acercándose por fin de forma lenta.
- Gracias por no delatarme – dijo inocentemente el rubio, sonriéndole en confianza.
Hyunjin tragó duro esta vez, las blancas y perfectas piernas frente a él, envueltas de manera tan delicada, la falda que lo invitaba a meter las manos bajo sus pliegues, la pequeña cintura envuelta en el corset negro, que luego de estudiarlo, si se deshacía de los listones naranjas, dejaría expuesto no solo su vientre sino también el pecho que pocas veces había visto a detalle. Los hombros expuestos, el cuello desnudo, visiblemente suave...
El mayor cayó de rodillas frente a él, hechizado con su simple presencia.
- ¡Jinnie! – se asustó el rubio y cuando intentó acercarse poniéndose de pie, el mayor lo detuvo poniendo una mano sobre el frío muslo del menor. El contraste en la temperatura del cuerpo de ambos les generó un escalofrío haciendo que se miraran a los ojos.
- Lo siento... - murmuró llevando su mano libre al pequeño pie del rubio que se encontraba sin calzado a su lado, acariciando el tobillo, subiendo muy suavemente por la pantorrilla, sin apartar sus ojos de los avellanos del menor, quien había entreabierto los labios sin darse cuenta.
Cuando esa mano llegó a la altura de donde estaba su par, fue que entonces Felix recordó que se encontraba usando falda, por lo que inconscientemente junto sus rodillas, dejando sus piernas en una posición tan provocativa que el mayor se relamió los labios antes de acercarse a besar las piernas por sobre la tela de las medias a rayas.
El rubio suspiró y eso le dio la señal para seguir repartiendo besos por la tela, hasta que llego a los desnudos muslos, entonces nuevamente la diferencia en la temperatura de sus cuerpos los hizo jadear muy suave.
Las manos del mayor se deslizaron de la rodilla por los muslos, subiendo por debajo de la falda, hasta llegar a la cadera cubierta por el bóxer negro
- ¡Hyung! -exclamo el menor con sorpresa cuando las manos subieron más de lo que alguna vez le habían tocado, sobre todo porque la visión de estas al colarse bajo la falda lo excito, sin embargo, no pudo decir más, no cuando los labios calientes y húmedos subieron más y ahora fue la cabeza de Jinnie la que se perdió bajo la corta falda.
Echo la cabeza hacía atrás, cerrando los ojos y permitiendo sin ser consciente de que el pelinegro se colara entre sus piernas teniendo así más acceso su cuerpo.
Hyunjin emitió un gruñido bajo cuando las piernas se abrieron para él con total entrega, haciendo que su miembro creciera dentro de sus pantalones, comenzando a ser doloroso. Ni quisiera lo pensó, llevó sus labios al pene semi erecto de Felix, dando sutiles mordidas por sobre la tela de la ropa interior.
- ¡Jinnie! – gritó ante la sorpresa y el escalofrió que lo sacudió. No soportó mucho en esa misma postura, menos cuando al sentir que la tela del bóxer se humedecía, el mayor empezó a usar sus labios para estimularlo ahí aún más, haciendo que cayera de espaldas al colchón.
Ante la nueva postura, Hyunjin sacó la cabeza de bajo la pequeña falda, poniéndose de rodillas sobre la cama, para comenzar a desatar los listones naranjas del corset, rozando en cada momento posible la delgada cintura que tan bien conocía y que tantas veces había tocado, pero que ahora, excitado como se encontraba, apenas la descubrió de la tela oscura, recorrió con su lengua caliente, dejando húmedos rastros de saliva sobre los abdominales que se marcaban aún más ante las sensaciones. El listón sobre el pecho fue tan sencillo de deshacer, que le dio tiempo de atender los erectos pezones rosados que provocaron que el menor se retorciera bajo sus labios y aun cuando la sinfonía en sus oídos era deliciosa, aún tenía necesidad de probar la piel de sus hombros que se estremecieron bajo sus hinchada boca, bajo la lengua que sin restricción alguna dejó un camino de saliva caliente desde el hueso de hombro hasta la quijada, chupando ligeramente, sin olvidar lo sensible que era la piel de menor, aunque fuera este mismo quien parecía olvidarlo, jalando su cabeza para mantenerlo ahí, donde ambos lo habían deseado tantas veces sin pensarlo, cuando se abrazaban, cuando la piel quedaba tan cerca, tan apetecible, tan tentadora y a la vez tan prohibida... pero no ese día, no en ese momento, en que por fin sus labios se juntaron necesitados, no solo robando el aliento, si no la cordura que les quedaba y que ahora les estorbaba para entregarse a sus profundos deseos.
Lejos de todas sus inhibiciones, Felix busco deshacerse el adornado saco que el mayor usaba imitando la moda de un aristócrata del siglo 18, jalando con cierta desesperación el listo en un moño que parecía no querer ceder a sus demandas.
La ansiedad el menor avivaron la pasión propia, haciendo que se rozara contra la entrepierna del rubio que para ese momento estaba igual de dura que la propia, permitiendo deliciosos roces que aumentaron no solo el calor de la habitación, si no el sonido de sus propios gemidos.
Sus labios estaban hinchados ante la necesidad que tenían del otro, ante el poco tiempo que dejaban entre los besos húmedos, necesitados como estaban de conocerse en la intimidad. Pero había otra humedad que el pelinegro había deseado probar, lo sabía solo de sentir como conforme lo roces se volvían insuficientes, los sonidos que salían de labios de Lixie eran cada vez más deliciosos.
Se separó con cierto pesar de sus labios y su cuerpo, dejando al menor semidesnudo frente a si, confundiéndolo con sus acciones, no obstante, sin mediar palabra Hyunjin jaló los húmedos bóxer de sus caderas, provocando nuevos escalofríos cuando el aire toco la piel sensible, y provocando aún más cuando su lengua recorrió cada centímetro de la virilidad el menor.
Ante el primer contacto de esos labios con su miembro, Felix arqueó la espalda pronunciadamente, obligando a Hyunjin a detener sus caderas para poder probarlo y disfrutar de su humedad. Cuando por fin lo metió completamente en su boca, el rubio lanzó un par de maldiciones en inglés y buscó mover nuevamente su pelvis.
- Por favor... por favor... - clamaba casi con devoción, retorciéndose mientras el mayor chupaba con deleite, con paciencia – Más rápido...
Hyunjin tuvo que aplicar más fuerza en sus manos cuando las caderas del menor en cierto momento amenazaron con ahogarlo, haciendo que Felix lloriqueara necesitado.
- ¡Jinnie! ¡Maldita sea! – dijo sin pensarlo ante la frustración que sentía no de poder alcanzar su orgasmo, asustándose al escucharse a sí mismo – lo siento... solo...
- Shh... no te disculpes bebé, no te haré sufrir más – prometió antes de rodear el miembro del menor nuevamente con su boca, chupando con una ritmo más rápido y constante.
- ¡Así! ¡Así! - exclamó pronto el australiano, llevando una de sus manos al cabello de Hyunjin para marcar su propio ritmo.
El mayor tuvo que abrir más la garganta para poder acostumbrarse al ritmo y a la profundidad que el rubio demandaba, aquello habría sido complicado si no sintiera el mismo ardiendo por dentro, necesitando tener todo de aquel pálido y delgado cuerpo que parecía al borde la locura.
- Sí, ¡sí! – gritó Felix cuando el orgasmo lo golpeó con su intensidad, avisándole a Hyunjin poder retirarse a tiempo.
Con el cuerpo lleno de sudor, menor se estremeció por un par de minutos sobre las sábanas y la ropa a medio quitar manchando sobre todo la falda que usaba y que nunca había sido removida.
Morbosamente, Hyunjin volvió a colar su bajo los volantes de la pieza, llenando sus dedos de la caliente semilla de Felix, solo para chuparlos a la vista del menor que buscaba recuperar su respiración.
- Solamente contaré hasta 30, después me darás lo que necesito – dijo el mayor mirándolo a los ojos con una confianza y una firmeza que no dejaba espacio a quejas, no obstante, lejos de que aquello lo preocupara, le provocaron nuevos escalofríos, anhelando saber que le exigiría.
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