Cuando le ofreció ir a la playa, la verdad es que estaba mentalmente preparado para cualquier sorpresa que su novio pudiera mostrarle pero nunca se hubiera imaginado que se hubiera hecho un maldito tatuaje y que el traje de baño que usaba apenas si lo cubría.

—Ichiro... ¿Cuándo mierda dijiste que te hiciste eso? —ni siquiera dudó en señalar los muslos de su pareja, el azabache bajo la mirada para ver sus muslos que Samatoki señalaba claramente molesto.

—Me lo hice hace algún tiempo...

—¿Hace cuanto?

—Creo que... cuando cumplimos el año de novios —agregó como si nada el de ojos bicolor mientras volvía a lo suyo y buscaba el bloqueador solar que había traído para su salida.

—¿¡Y eso cuando demonios fue-!? —el de ojos carmín no terminó la frase al darse cuenta que en medio de su enojo había dicho algo totalmente indebido.

—¿No recuerdas nuestro aniversario? —Ichiro volvió a ver a su novio, ahora, casi como si buscara asesinarlo con la mirada— Samatoki... ¿No. Sabes. Cuándo. Es. Nuestro. Aniversario?

El mayor de los dos tragó en seco, no tenía una excusa, en especial cuando desvió la mirada intentando inventar algo que calmara a su novio justo cuando pasaron dos chicas de exhuberantes curvas en traje de baño a un lado suyo. En ese mismo instante, justo cuando el menor le dio una bofetada tan fuerte que por poco y pierde el equilibrio, se olvidó hasta notar que el tatuaje de Ichiro, de hecho, era el estampado de su camisa y también que la pregunta de Ichiro era una trampa, porque él lo había invitado a la playa por su mismo aniversario.