—¿Ichiko? —susurró mientras veía a su novia, y en cuanto bebiera la taza de sake, esposa, que observaba fijamente la misma con una expresión que jamás había visto en su hermoso rostro— ¿ocurre algo?

Kuukou no fue el único que noto la distancia emocional de su amada en todo el evento, estaba claro que el padre de ésta y sus hermanos estaban igual de extrañados por su comportamiento, incluso el sacerdote, que su padre había insistido en ocupar ese papel, veía el decaimiento de la chica, que seria ante la ley y su religión, su nuera.

—Kuukou... yo... —justo cuando por fin se había dignado en hablarle, aunque fuera en el mismo murmullo, escucharon un fuerte sonido de algo estrellándose y a alguien gritando llamando a la novia.

—¡Ichiko! —todos voltearon a ver al responsable del escándalo, que ahora estaba siendo retenido por algunos monjes que estudiaban bajo la tutela del padre del pelirrojo; nadie pudo negar su sorpresa cuando vieron a un albino que les daba buena pelea a los otros aprendices de monje mientras continuaba llamando a la de cabello azabache— ¡Por favor, Ichiko, escúchame por una maldita vez y no te cases con ese imbécil monje!

—¿¡A quién llamas "imbécil monje", albino de-!?

—Kuukou —la única mujer presente en todo esa escena tomó al monje pelirrojo de la muñeca, que estaba dispuesto a lanzarse contra el albino, mientras lloraba y mordía su labio.

—Ichiko, yo-.

—Lo siento... realmente lo siento... —fue todo lo que escuchó de la joven de ojos bicolor antes de levantarse aprovechando el impulso de su ex pareja y darle un beso en la mejilla sin dejar de llorar— Pero no puedo casarme contigo, lo siento.

Acto seguido la chica soltó al monje y se fue corriendo evitando a su familia que trataba de retenerla y dejaba caer su wataboshi y tsunokakushi para dejar expuesto su cabello negro con un tierno prendedor de calavera, para así llegar junto al albino que rápidamente tomo su mano y se dejo llevar por este del mismo modo con la misma rapidez.

Nadie supo qué decir, tampoco había mucho que decir, la novia, Yamada Ichiko, había escapado en su propia boda con el que había sido su ex-pareja, Aohitsugi Samatoki.