La verdad es que ya no le importaba nada. Para este punto, no era capaz de recordar nada además de su nombre... sí, porque según esa persona, era un nombre adorable para él.

Comenzó a jugar con sus manos mientras trataba de dormirse, era difícil... era tan difícil dormirse cuando la misma pesadilla le atormentaba siempre; estaba él con un niño pequeño y un bebé, los dos parecían ser sus hermanos o al menos eran personas cercanas a él, no recordaba, pero estaban los tres junto a otras personas en una especie de carpa o casa... no sabía, los habían llevado después de que su madre cayera dormida mientras el bebé y el niño fueron heridos por los malos, su padre no aparecía así que tuvieron que dejarlos en ese lugar... no recordaba porque se alejó, tal vez tenía hambre, tal vez le dio sed, tal vez... tal vez...

—Ichiro-kun~ —abrió los ojos abruptamente y enderezó su cuerpo al verlo a él entrar en el pequeño cuarto que hizo su habitación— es hora de jugar~

Bajo ligeramente la cabeza mientras se dejaba tocar, ligeras lágrimas escaparon de su rostro mientras trataba de calmarse, si lo hacía enojar podría irle peor que antes de dormirse.

Nunca recordaría porqué se alejó; nunca recordaría el rostro de ese niño y ese bebé; nunca recordaría él porque le importaban tanto... sólo recordaría su horrenda suerte de haber sido secuestrado en medio de una guerra y terminado en las garras de ese hombre.

Bad ending: Margarita marchita.