Capitulo 8 Noche estrellada

- Es muy gracioso tenerte aquí cuando antes me decías que nunca tomarías conmigo - dice Hyera con ironía al ser citada por Yuna en un club.

- Las personas cambian - lo dice tomando de referencia lo que Hyera a dicho en su primera cita.

La pelirosa sonríe divertida con el actuar de Yuna.

Se dirigen a la barra de bebidas y ambas consiguen tragos.

- Este lugar debe ser demasiado ruidoso para ti - Hyera obcerva a Yuna en todo momento.

- ¿Acaso lees mi mente? - bebe rápidamente de su copa lo que vuelve a provocar una sonrisa divertida en el rostro de Hyera.

Entonces ella la acompaña bebiendo también de su copa, hasta que se detiene pues se le ha ocurrido una mejor idea.

- Déjame probar un poco de tus labios - Hyera se acerca para besar los suaves y carnosos labios rosados de Yuna, siendo este un beso amargo y embriagador con el sabor de el alcohol - Te vez tan hermosa bebiendo.

Yuna no le responde y simplemente la hace callar con otro beso que se intensifica. Yuna toma a Hyera con suavidad del rostro, y sus labios se mueven con deseo, cada roce y cada caricia entré sus lenguas aumenta la tensión entre ellas.

Hyera detiene el beso para pedir una botella entera y levantarse ofreciendo su mano a Yuna. Esta la toma y es guiada por la pelirrosa hasta una zona con sofás un poco apartada de el resto de personas en el club.

- ¿Vas a presentarme a alguien? - pregunta con burla recordando aquella vez que Hyera le presento a Yuna una chica con el objetivo de olvidarse de Minji cuando recientemente comenzaba su conflicto de ambas por ese amor no correspondido.

- Si, hay alguien aquí que me gustaría que conocieras - coloca la mano de Yuna en uno de sus pechos.

Esto logra encender a la pelinegra en un instante por lo que gustosa aprieta el pecho de Hyera.

Toman asiento en el sofá más amplio, se sirven más tragos de la botella para seguir besándose con ese toque de alcohol, una combinación peculiar pero que resulta exquisita para las dos pues con formé hace efecto la sustancia, sus cuerpos también son sensibilizados con cada roce, cada caricia que aumentaba la tensión entre ellas.

Y sus manos empezaron a explorar con deseo el cuerpo de la otra.

Yuna obliga a Hyera a subirse sobre ella, pues le gusta demasiado tenerla de esta forma, dominante pero a la vez entregando su cuerpo al de Yuna ya que está la sostiene y juega con su trasero mientras reparte besos por su cuello y clavículas pero sobre todo la parte que más le llama la atención es el escote de su vestido, pues sus pechos se asoman tentadores a la mirada de cualquiera que la mire pero en ese momento solo Yuna tiene ese beneficio de poder besarlos.

Su mano se cuela bajo la falda de Hyera rozando su zona íntima femenina aún cubierta por su ropa interior.

- Yuna...- la pelirosa gime su nombre e intenta apartarse al sentirse expuesta siendo tocada de esa forma íntima frente a tantas personas en el lugar - ¿No te das cuenta que estamos en un lugar público?.

Yuna simplemente la obcerva penetrante con sus ojos grises ignorando sus sermones, se relame los labios y este gesto logra estremecer a Hyera pues ella la mira como si fuera solo un trozo de carne que está próximo a devorar.

- Te incómoda esto, ¿eh?. Pero fuiste tu quién me provocó primero - presiona su clítoris haciéndola dar un brinco y aferrarse a ella para no caer.

- No tienes remedio - dice con la voz agitada por la excitación y la adrenalina al ser expuesta y humillada por Yuna en público.

- Pensé que este tipo de cosas te gustaban - continua acariciando en círculos la sensibilidad de Hyera que sometida a la excitación, intenta reprimir sus gemidos - ¿Quieres que siga o está siendo demasiado para ti? - susurra a Hyera sobre sus labios.

¿Acaso Yuna se está burlando de ella?, por supuesto que le apetecería que parara pues esto resulta incómodo para Hyera al ser una figura e imaginen publica, pero aún así no piensa quedar como una cobarde a los ojos de Yuna.

- Vere que tan lejos eres capaz de llegar - responde retadora y con ese tono seductor característico de ella.

Se arrima aún más a Yuna acomodando mejor sus muslos sobre los de ella mientras está mantiene gustosamente su mano atrapada en ese exquisito punto sensible. Hyera termina de acomodarse extendiendole sus brazos sobre los hombros.

- ¿Así estás más cómoda? - pregunta Yuna ruborizada al estar tan cercas sintiendo el perfume delicado de Hyera y especialmente por estar conquistando su cuerpo.

- Así es, puedes continuar con tú aberración.

Yuna ríe con su respuesta - Está bien, relájate - expectante mira su expresión, pues le resulta tan candente tener a Hyera en esta situación.

Su dedo se desliza dibujando la línea entre los labios íntimos de Hyera, en un vaivén calmada pero que aún así logra estremecer el cuerpo entero de la voluptuosa pelirosada .Yuna continua mirándola fijamente, esa intensa mirada hace sentir avergonzada a Hyera aunque no lo demuestra.

Vuelve a presionar su clítoris haciendo que se le escapara un pequeño suspiro. El roce de los dedos de Yuna mantiene un roce amigable, la presión es fluida, suave pero precisa. Yuna nunca imaginaria que tocar de esta forma a Hyera le gustaría tanto. La tienda, la estremese y la hace desear más hasta el punto de hacérselo en público.

Hyera también mantiene su mirada en los ojos de Yuna pues le resulta tan placentero contemplarla mientras la enloquece.

Hyera la posee en un abrazo, comienza a besar su cuello aunque pareciera que lo hace para provocar aún más los deseos de Yuna realmente busca refugio para su vergüenza. Escondiendo su cara en la curva de su cuello pues sus expresiones de goce y las múltiples tonalidades rosas que tiñen sus mejillas podrían delatar lo que está ocurriendo bajo su vestido.

No puede permitir que todo eso
pueda salir evidente para algunos ojos curiosos, pues a los lejos solo pueden percibir a dos chicas ebrias abrazándose, ambas tranquilas.

Los dedos de Yuna recorren la delgada prenda íntima a un costado, colocando sus dedos en el centro, profundizando al tocar en lo más prohibido de Hyera. Sus movimientos dejan de ser un vaivén para comenzar a balancearse de adentro hacia afuera, penetrando finalmente la vagina de la pelirosa. Frota y sigue frotando notando lo realmente mojada que esta.

Hyera gime directamente sobre su oído haciendo erizar su piel.

Sus piernas se contraen,
ella misma toma la muñeca de Yuna aprisinandola para intentar detenerla, aunque sus dedos permanecen dentro de ella.

Su corazón palpita rápido a igual que su respiración está agitada.

- ¿Acaso no lo estás disfrutando? - pregunta al mismo tiempo que sonríe maliciosa y mueve sus dedos dentro de Hyera ignorando el agarre firme en su muñeca.

- Para...- lo dice casi como un gemido.

- Querías descubrir qué tan lejos llegaría y aquí está la respuesta - con un brazo rodea su cintura para evitar su posible escape y así continúa penetrandola aumentando la velocidad.

Hyera se muerde el labio inferior deseando gritar que Yuna la está enloqueciendo
pero ahoga las ganas abrazándose de ella con fuerza y hundiendo su cara en su hombro.

Creyendo que Yuna había alcanzado el límite de esta situación, traviesa realiza un excitante recorrido desde el clítoris hasta volver a adentrarse en ella con rudeza lo suficiente como para hacerla sobresaltarse apoderándose así de toda su zona erógena.

- ¡Ah! - un gemido traidor se le escapa de los labios avergonzandola.

Pero para su suerte, los
testigos están más ocupados en sus asuntos, bailando, bebiendo y tontean entre ellos.

Aunque Yuna no le da tregua y continúa
penetrándola y rozando su entrada.

Esos centímetros que Yuna le introduce a Hyera con poca delicadeza los repite hasta arrastrarla a su límite.

Temiendo ser conducida a un orgasmo, temblorosa se aferra a los cabellos de Yuna.

Y en medio de contracciones, doblegandose con sus dedos, sobre todo esos dos que la penetran tan gustosos, es esclava del
deseo y la lujuria del momento hasta que termina por desbordarse en un inevitable orgasmo húmedo.

Yuna al notarlo retira su mano, mientras que Hyera saliendo de su trance debido a su reciente orgasmo besa los labios de Yuna padeciendo una mezcla de
sentimientos de excitación y enfado.

- ¿Estas bien? - pregunta Yuna cuando deshacen el beso.

- Lo estoy cariño - acaricia la frente de Yuna acomodando su fleco.

- ¿Podrías hacer otra cosa por mí?.

- ¿El qué? - responde un poco malhumorada pues aún se siente demasiado expuesta por culpa de Yuna aunque aún con todo eso está dispuesta a escuchar su petición.

- Quita tú ropa interior y entregamela.

Hyera la mira sorprendida pues está mujer no tiene límites.

Aunque no quisiera se levanta para comenzar a deslizar su propia ropa interior por sus piernas, hasta liberarse por completo de ella. Y como lo pidió se la entrega a Yuna.

Lo que hace ella es jugar de forma traviesa y atrevida con la prenda antes de guardarla en la bolsa de su saco.

- ¿Desea algo más señorita? - menciona con sarcasmo.

- Vámonos de aquí, es todo lo que quería hacer - Yuna se levanta y camina en dirección a la salida.

- ¿Ah?. ¿Esa fue tú intención desde el principio? - Hyera alterada va detrás de ella.

- Tranquila, no me digas que no fue divertido - gira su vista hacia atrás con esa sonrisa descarada dedicada para Hyera.

- Lo fue pero desde ahora vas a tener que cuidarte la espalda por qué yo también tengo trucos bajo la manga - acomoda sus cabellos con arrogancia.

- Me quedaré para verlo - Yuna acepta el juego que ella misma empezó.

Entonces salen tomadas de la mano, riendo borrachas entre ellas como si se hubieran contado el mejor chiste de la historia.

Y deciden pasar la noche en un motel cerca de el club pues ninguna en su estado de ebriedad es capaz de conducir más lejos.

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