❦Huyendo de un girasol: capítulo 2❦
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Yoongi está aburrido.
Vale, no es una sorpresa puesto que para él la escuela es muy aburrida y ahora mismo estaba allí, fingiendo leer un tema que ya sabe gracias a Nam, quien conoce el gran problema que tiene Yoongi con la educación... A pesar de ser muy joven. Pero como seguía, el pequeño y pálido azabache ahora se encontraba aburrido y cansado, por lo que deja el libro de pasta gruesa y azulina de lado para mirar a Jin, quien decoraba su cuaderno con miles de plumones y brillantina rosa.
—¿No tienes nada bueno que hacer, eh?— le pregunta SeokJin, sin parar de adornar su bonito cuaderno con la tarea de ese día.
—No, en lo absoluto.— responde lacónico, parándose de su asiento para ir a su lado.
—¿No quieres practicar conmigo inglés?— pregunta Nam, con una bonita sonrisa en su rostro, sin embargo, al ver la expresión de Yoongi, rápidamente la borra para volver a centrarse en su libro —. ¿Sabes? No dije nada.
—Es raro no verte dormir.— alega el rubio.
—Es raro no verte haciendo payasadas, duermo siguiendo la rutina de no hacerles caso.— contesta Yoongi, haciendo que Jin ruede los ojos y de pronto pose su mirada en Nam, con el ceño fruncido.
—¿Sabes? No estaría haciendo esto si NamJoon me hubiese pasado la tarea.— pronuncia indignado el rubio, mirando con recelo al nombrado quien parece no importarle mucho su molestia.
—No sería un buen amigo si te la pasaba y no entendías, además, ya la tienes hecha.— aclara.
—Sí, pero no la decoré.
—No tienes que hacerlo.
—¿Y para qué crees que me compraron todos estos hermosos plumones? No van a estar de adorno en mi mochila.
—Tampoco era necesario tener tantos plumones, Jin.— murmura Yoongi.
—Kim NamJoon, Kim SeokJin, los llama la profesora JiSoo.— anuncia un compañero de su salón, haciendo que ambos Kim se levanten y asientan.
—Bueno Yoongi, pásala bien durmiendo solo.— bromea Jin, dando golpecitos en la espalda del pálido.
—Carajo.
—Y lava tu boca con jabón.— dice por último Nam, retirándose al lado del rubio, quien ríe sonoramente.
Min, al verlos abandonar el salón, refunfuña en su lugar, acomodando su cabeza en su escritorio para cerrar sus ojos, si estaba así entonces nadie lo molestaría ni se acercaría a él, era una buena estrategia.
Además, quedaban algunos minutos más para que el receso acabe, no habría problema si descansaba un poco, nada podría salir mal.
Nada, hasta que siente un pequeño carraspeo de garganta, muy sutil pero que le molesta, luego de ello está un suave jaloneo de su suéter. Yoongi suelta un quejido y levanta la mirada.
—Qué.— no es pregunta, es más una queja por parte del azabache, quien al observar a la personita que tiene en frente no puede hacer más que parpadear, algo confundido.
—Muy buenos días, mi querido y futuro esposo, me presento, yo soy Jung Hoseok, el pequeño al cual defendiste con valentía la semana pasada.— anuncia con una mano en pecho el pelirrojo, sonriendo dulcemente y llevando una margarita en su diestra.
Yoongi cree que alguien lo odia en el más allá para que le suceda aquello, pero quiere tener paciencia y pensar que la situación será insignificante.
—Ah...— es lo único que se libera de los diminutos labios del azabache, quien perplejo mira de arriba hacia abajo a la personita que tiene en frente, con un moño rojo en su cuello y peinado impecable —. No es necesario presentarte, hemos hablado la semana pasada y ya te había visto en años anteriores... Ciego.
—Oh, veo que no era necesario esta corta presentación, disculpa cariño.— pronuncia de pronto Hoseok, dejando la margarita en las manos pálidas de Yoongi, quien no entiende absolutamente nada de lo que pasaba. Estaba aturdido, este Hoseok era diferente al de la semana pasada, quien parecía ser alguien tímido y callado (y lindo), pero ahora parecía un completo loco. Sobre todo porque le había llamado cariño y eso le da escalofríos a Min, de verdad detestaba con todas sus fuerzas las cursilerías.
—En fin, ¿Para que viniste a mi salón?— interroga, tratando de olvidar las orates palabras que hace un momento había dicho el menor.
Paciencia, Yoongi, paciencia.
—Ah sí, se me olvida lo más importante, perdona— pronuncia Hobi con total naturalidad para luego arrodillarse —. Min Yoongi, vengo a declararte mi amor y que me aceptes como tu futuro esposo. Ah, y si es posible, que me beses.
Yoongi frota sus ojos, aturdido, esperando que eso sea un sueño.
Yoongi mira a Hoseok, dándose cuenta que no es un sueño.
Hoseok mira a Yoongi, pensando que él es todo su sueño.
Yoongi no entiende nada, y maldice que eso no sea un sueño.
Ah, y manda al diablo su paciencia.
—¿Pero qué mierda dices?— es lo primero que puede articular, aturdido ante las sencillas palabras que acaban de salir de la boquita cereza de aquel chiquillo.
—Digo que... ¿Qué fue lo que acabas de pronunciar?— pregunta de pronto Hoseok, con el ceño fruncido. Min cree que escuchó mal, así que lo repite.
—¿Pero qué mierda dices?
—Por favor Yoongi, no digas malas palabras, eso está mal.— le reprocha Hobi, dándole un pequeño toque en la nariz para luego colocar sus manitos en su cintura.
—Oh, lo sien... Es decir, ¡No me disculpo contigo! ¡Eres raro, Hoseok!— exclama entonces el de piel blanca, moviendo su cabeza y gritando a todos los dioses que existen que esto sea una broma o que aparecieran Nam y Jin de pronto para salvarlo. Pero nada, Hoseok seguía allí, sonriendo con dulzura y mostrando sus lindos hoyuelos.
¡No, Min Yoongi! ¡Concéntrate!
—Eres muy lindo cuando te enojas, cariño.— ronronea el pelirrojo.
—¡No me llames así!— grita el azabache, tomando de Hoseok para levantarlo y que deje de estar de rodillas. Este solo frunce el ceño y forma un puchero en su carita, se supone que Yoongi debía aceptarlo, así como pasan en las películas románticas y luego darse un besito chiquito, pero no. Yoongi había reaccionado completamente diferente a lo que Hobi pensaba, pero bueno, prefiere ignorar aquello para aferrarse a sus esperanzas. Casarse con Min Yoongi no sería fácil, y estaba bien con eso.
—Bue-bueno, yo sólo quería avisarte que desde ahora en adelante seré un pretendiente tuyo hasta que me aceptes.— asegura con toda la confianza del mundo el menor.
—¿Pero qué mier...
—Ah ah ah, nada de groserías.— le interrumpe Hobi, retándolo y haciendo que Yoongi trague sus palabras.
—¡Yo no quiero casarme con un niño como tú!— exclama de pronto, causando que Hoseok lo mire asombrado ¿Cómo que no quería? ¡Pero si era adorable!
—¿¡Eh!? Pero si soy bien portado y lindo.— refuta indignado, con ambas manitas tocando su pecho.
—¡Pero no te conozco bien! Además, eres menor que yo.— explica Yoongi, esperando que aquello sea suficiente para que el pelirrojo entienda.
—Para el amor no hay edad, además, soy solo un año menor que tú.— refuta.
—Sip, todo un bebé para mí, Hoseok. Además, ¿No ves que estamos muy... Pequeñitos para ser novios?
—¡No!— exclama, Jungkook no le mentiría, él le dijo que para el amor no había edad y que era bueno demostrarlo.
—Dios... Qué voy a hacer contigo.
—Entonces espérame, podemos ser amigos por mientras hasta que crezcamos y entiendas que soy el amor de tu vida ¿Qué te parece?
—¡Yo no quiero eso!
—Entonces dime qué quieres, te haré feliz.
—Yo quiero...— Yoongi piensa por un momento, de verdad que Hoseok parecía un niño dulce, pero eran completamente diferentes, algo como ellos sería extraño, por lo que debe inventarse una buena excusa —. Yo quiero a un fuckboy, un chico fachero con motocicleta y casaca de cuero.
Ok, esa no fue la mejor excusa.
—¿Eh?
—¡Sí, eso!
—¿Qué tienen esos chicos que yo no?
—Digamos que tú... Tú eres como un girasol.— menciona Min, rascando su nuca y retorciendo su pie. Las mejillas de Hoseok se sonrojan, el chico de piel pálida cree que es tierno, pero no, no puede pensar eso, debe corregirse.
—Que bonita comparación, Yoongi-hyung.— murmura enternecido el de piel canela, quien juega con sus manos, casi apenado.
—Como un girasol que se marchitará y pudrirá entre la tierra en cualquier momento.— se corrige, Yoongi no es bueno con las palabras. Nunca lo ha sido, tampoco es que sea bueno en esas situaciones, era la primera vez que alguien le demostraba sus sentimientos, lo normal era ver cómo a Jin o a Nam les pasara eso, pero él no.
Él es un anti-romántico.
—Y allí vienes otra vez con tus cambios de ánimos— se queja el pelirrojo, sin embargo, sonríe. Hoseok no se daría por vencido, él era un romántico empedernido —. Pero bueno, iniciamos como amigos y terminamos como esposos ¿Qué dices?
—Digo que eres raro.— responde el azabache, escuchando el timbre de pronto, lo que indicaba que el receso había finalizado y viendo como todos sus compañeros iban ingresando a su salón.
—¡Verás que al final te traeré loquito!— exclama Hobi, dejando la margarita en el escritorio para marcharse feliz y cruzarse con Jin y NamJoon, quienes lo saludan con normalidad.
—Ajá, eso ya lo veremos. — murmura Yoongi, liberando un pequeño suspiro de sus labios. No podía negarlo, cree que será muy divertido.
—¿Hablabas con Hobi? ¿Son amigos?— pregunta Jin, algo aturdido para así sentarse a su lado.
—Eh... Se puede decir.— responde, haciendo que ambos Kim se miren algo extrañados. La expresión del más pálido era de otro mundo, aquello es el efecto Hobi.
—Ya Yoongi, deja de sonreír, te ves raro.
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Ah, no dejaré que está historia se quede en el olvido, de verdad que adoro a esta parejita (♡ω♡ ) 🌼
🌻¡Muchísimas gracias por leer, cariñito, te quiero mucho!🌻
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