27
Alexis:
—Muchas gracias, reina Diana. —Me despido de la reina de Obsidiana fuera del palacio, donde exigí un carruaje la esperara para su regreso.
Ella tiene una de mis manos sujeta y la otra la coloca encima.
—Me alegra haber ayudado, aunque no me llevo el crédito yo sola. —Deja ir mis manos. —Sabias lo que haría el príncipe si lo poníamos en esa situación.
—No era difícil de adivinar.
—También sé que lo manipulaste para que te concediera ese deseo.
—Y no resulto bien, logro que yo aceptara darle mi mano.
—Y sin embargo ya no es un problema ahora. —Me examina y sonríe. —Tienes visión para ser una gran reina.
La cara se me enrojece.
—Ya debo regresar, rey.. —Se vuelve hacia mi padre y ambos hacen una reverencia.
La reina se dirige al carruaje, donde Chuck la espera y le ofrece la mano enguantada, la que logro distinguir con restos de pintura seca.
Ella sube al carruaje y vuelve a despedirse de nosotros.
—¿Princesa? —Pregunta nana a mi lado.
Sacudo la cabeza y sonrio. —Soy libre.
(***)
—No necesitas ponerme custodia, padre. —Le anuncio. —Ya no voy a escapar.
Padre suspira y da la orden de que los guardias me dejen, ellos se marchan y le doy una mirada a mis tres doncellas, quienes también salen de la habitación.
Respiro profundo.
—Ya he aceptado mi destino, seré la reina de Arcaría. —Aseguro. —No necesitas hacer esto.
—¿Y esto es lo que deseas?
Arqueo una ceja. —¿Ahora me darás a escoger, padre?
El guarda silencio.
—Seré la reina, ya lo dije, pero debes aceptar mis condiciones y eso incluye a nada de guardias, y salir del palacio cada vez que yo lo deseé.
—Y tampoco casarte.
Mis labios se cierran.
—Tampoco casarme.
—¿Y qué pasara con el pueblo de Arcaría, Alexandra?
Respiro profundo y sonrio. —Me los ganare, a mi modo... y ahora quiero dar un paseo.
—Que te acompañe una de las doncellas.
—Padre..
—Dame tiempo, Alexandra y al menos hoy, concédeme eso.
(***)
—¡¿Princesa, a donde nos dirigimos?! —Marianne cabalga con el caballo unos pasos mas atrás, mientras yo sigo el ritmo con mi yegua. —Nos hemos alejado bastante, princesa.
—Tranquila, ya vamos a llegar. —Le aseguro y levanto la vista al cielo.
Sonrio al ver el pequeño humo de la chimenea y que me indica que estoy cerca.
Hago que el animal trote y mientras la doncella pierde la cordura atrás de mí, logro llegar a mi destino.
Aun es de día, afortunadamente.
Amarro al caballo y hago una marca con la daga antes de adentrarme entre los árboles, retiro la maleza y mi doncella lucha contra el vestido largo que le pedí que no usara.
Entonces lo veo.
La cabaña.
Y también lo veo a él.
Beta está a su lado, así que intuyo que Gael se lo entrego.
—¡Beta, a comer! —Lo llama cuando empieza a olfatear cerca de donde me encuentro.
El perro corre e ingresa a la cabaña, me sujeto del árbol y doy un paso, pero no avanzo más.
La doncella llega hasta donde estoy agitada.
—Oh ya veo... —Se lleva una mano al pecho, tratando de recuperar la respiración. —Es muy guapo.
—Vámonos.
—¿Qué..
Me doy la vuelta de regreso.
—¿Hemos venido y no va a decirle nada, princesa?
Me vuelvo hacia ella y agacha la cabeza.
—Cuanto lo siento, no quise...
—¿Y qué voy a decirle?
—¿Princesa?
Aun si él no quiere verme eso ya no importaba, estaba dispuesta a correr a sus brazos, aunque el me rechazara y siguiera molesto conmigo.
"Soy Alexis, soy solo Alexis contigo"
Las lágrimas llenan mis ojos. Aunque logre terminar con el mayor problema que nos separaba, olvidaba que hay compromisos que son eternos.
"Eres la princesa a la que no le importa que el peso de sus decisiones caigan sobre otros y solo piensa en si misma"
"¿Estoy aquí por el capricho rebelde de una princesa que no quiere tomar el trono?"
Emmet tiene razón.
Siempre la tuvo.
—Rompí el compromiso, pero mis lazos con la realeza no pueden ser rotos. —El dolor me presiona el pecho mientras observo la cabaña. —Seré la reina ahora.
Miro a mi doncella.
—Vámonos.. antes de que... —Me trago las palabras y ambas subimos a los caballos, tomando el camino de vuelta a Arcaría.
No volteo ni una sola vez, no confió en mi misma de lo que pueda hacer si miro una vez más.
Mis días felices en la cabaña se quedan ahí donde las dejo, atrás y como un dulce recuerdo que no volveré a experimentar.
Ahora seré la reina que Arcaría necesita y viviré por y para mi reino.
Hola...
Hemos avanzado rapido esta historia y quería subir cuantos capítulos me alcanzara porque hasta el día lunes no podre actualizar ya que pasare mi feriado largo de paseo y en la feria del libro.
Nos leemos hasta el lunes.
>>Yiemir.
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