7. Órdenes
Erick Pov's
"Erick, ya levántate".
"Erick, desayuna rápido".
"Erick, lava tu ropa sucia".
"Erick, cuida a Thiago".
"Erick, arregla tu cuarto".
"Erick, acomoda la mesa para comer".
"Erick, levanta los platos sucios".
"Erick, deja el celular"
"Erick, práctica el inglés"
"Erick, saca a pasear al perro".
Bueno, no tenemos perro, pero si lo tuviéramos, esa también sería una de las tantas órdenes.
Eso era en mi casa, con Yaneli y mi mamá, antes y durante mi vida de famoso, órden, tras órden, tras órden.
En el trabajo eran
"Erick, sonrie para la cámara"
"Erick, tómate una foto con las fans"
"Erick, graba un video"
"Erick, no te asomes al balcón"
"Erick, cámbiate el outfit"
"Erick, sonrie"
"Erick, aprendete la coreografía"
"Erick, graba tú parte de la canción"
"Erick, activa tus redes sociales"
Todos se creen dueños de mi, de mi tiempo, de mis acciones, todos creen tener derecho sobre mi como para querer darme órdenes, simplemente estaba harto, harto de no poder ser yo, harto de siempre obedecer, harto de no ser libre, harto de mi vida, harto de mi.
- Erick, necesito qué... - Se quedó en silencio mirándome atónita.
Estaba tan sumergido en mis pensamientos que no supe en qué momento, ya tenía sobre la mesa una línea de polvo blanco, regrese a verla, puedo apostar que más sorprendido que ella, quisé hablar, darle una explicación de lo que estaba pasando, pero ni yo se que era lo que pasaba.
-Daniela yo... - No me dejo hablar.
La verdad no tenía nada que decir, ella salió por la puerta, tire el polvo al suelo y luego lo barrí hasta la puerta de emergencia haciendo que se mezclara con la tierra, salí al restaurante, miré a Daniela atendiendo a una pareja feliz y enamorada, ella regreso a verme, en su mirada pude ver... ¿Desilusión? Si bien, no es secreto para nadie que Daniela y yo no nos llevamos para nada bien, por lo tanto no había sentimientos entre nosotros, no solo amorosos, tampoco había cariño de compañeros, para Daniela yo era una persona más en el mundo y para mi era otra cara bonita que dentro de poco iba a olvidar, era simple... Pero esa mirada, justo esa, me rompió el alma, mi dignidad, incluso mi imagen, estaba destrozado y no por lo que Daniela pudiera pensar de mi, si no por lo que yo estaba pensando de mí en este momento.
Estuve apunto de cometer la peor burrada del mundo, todo por el estúpido intento de olvidarme de mis obligaciones, como si el probar la droga me fuera a liberar de ellas y de todos mis problemas, pero la verdad era que eso me iba a traer más y más problemas... ¡Soy un idiota!.
Las horas pasaban, todo el ambiente era tensión pura, yo necesitaba que Daniela me gritara, me insultara, me dijera lo que merecía, pero simplemente no lo hizo y eso hacía mi agonía más lenta, aproveche los momentos donde el restaurante estaba solo, pues la gente se iba lugares donde vendieran comida, no solo postres y cafés.
-Yo puedo explicar lo que pasó - me acerque lentamente a ella, quien estaba sumamente concentrada preparado un pastel.
-No necesito explicaciones, es tu vida, tu cuerpo, tus desiciones - habló fría, no regreso ni a mirar y eso aumento el cargo de culpa, si así se ponía ella, ¿Que esperaba de Daysi o de los chicos?.
-Pero, yo necesito dartelas, necesito que me entiendas.
- ¿Entender que? - me interrumpió y ahora si me miro a los ojos, era el primer contacto visual que teníamos y me lamentaba el echo de que fuera en una situación como esta - ¿Que me vas a decir? ¿Que tu vida siempre a sido un fracaso? ¿Que nadie te entiende? ¿Que todos se aprovechan de ti y de tu situación? ¿Que esta mierda te hace feliz? ¿Que solo con eso era capaz de amar? - hablaba con tanto dolor y desprecio que me quedo claro que no se trataba de mi, era algo más - Erick... En este mundo hay que ser demasiado cobarde para undirte en la drogadiccion, hay que ser demasiado cobarde para no afrontar tu realidad y tú, tú no eres un cobarde - sin verlo llegar ella ya estaba llorando, quería que me dijera algo, pero no esto, no estaba preparado para escuchar en voz alta lo que mi mente me reclamaba - Yo se que tu mundo de juguete tiene demasiada carga y que tu solo tienes 17 años, pero esa no es la solución - se limpio las lágrimas y salio del lugar dejándome solo, con mi alma vacía y mi corazón roto, me dejo destrozado.
⚫⚫⚫
Había algo en la historia de Daniela que encajaba con la tristeza de Erick, pero no querían afrontarlo, no querían asimilarlo, no querían aceptarlo, no estaban preparados para los golpes que la vida les estaba dando, este no era el momento.
Daniela salió del local por un momento, caminó unos minutos por los lugares cercanos de la plaza para distraer a su mente de los recuerdos que estallaban en ella, una montaña rusa de emociones, desde que Erick llegó a su vida, eso era lo que pasaba dentro de ella, una montaña rusa de emociones y no presisamente se trataba de emociones bonitas, calidas, de esas que se sienten bien, no, claro que no se trataban de esas.
Erick Brian Colón, era el botón de encendido que ponía en marcha a esa montaña rusa dentro de ella. Todo iba en orden, todo salía bien, no había situaciones incomodas, no había problemas, no había un pasado, todo era paz y armonía, hasta que Erick encendió el juego mecánico.
Regresó a su lugar de trabajo, olvidando todo lo sucedido, con su mejor sonrisa atendía a los clientes, ganándose las propinas y uno que otro alago constructivo, lo único que deseaba era terminar pronto, para poder visitar a su mamá y ser libre, como cada noche.
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