Eridan P.O.V

Ya llevaba unas semanas trabajando en la cafetería. Cada día me despertaba a las 6am, preparaba el desayuno para ambos, me comía el mío y dejaba el de Sol en la encimera, cogía mis cosas y me iba. Ya era como una costumbre.

Hoy era un viernes como cualquier otro, solo que me había despertado un poco más temprano de lo normal y salí quince minutos antes de casa, por lo que me tomé mi tiempo en llegar a la cafetería. Repasé las últimas dos semanas de mi vida. Casi todo eran peleas sin sentido con Sol, trabajo y cocinar. Como soy idiota volví a pensar en mi padre. Seguro que sigue en el extranjero como siempre, ojalá mi madre estuviera aquí... ella de divorció de él hace mucho y era de las pocas personas que sabía ponerlo en el sitio... aunque ella tampoco hubiera aceptado mi sexualidad de todas formas:

-¡Eridan!- gritó alguien a mi espalda. Me giré y vi a Feferi

-Buenos días, Feferi- la saludé

-Buenos días, ¿vas al trabajo, cierto?-

-Sí, aunque es algo pronto...- contesté

-Está bien ser puntual jeje, yo ahora voy a comprar unas cosas para...- su cara se iluminó de repente- Escucha...- parecía emocionada- ¿Puedo pedirte un favor?-

-Emm... sí, claro ¿qué ocurre?-

-Esta noche mi hermana, Meenah va a montar una fiesta por su veinte cumpleaños y va a venir mucha gente que la verdad es que no conozco, he pensado que tú y tu compañero de piso podríais venir para que no sea tan aburrido-

-P-pero... ¿no se enfadará tu hermana?-

-Para nada, ella solo está pendiente de su novia y de la comida- dijo entre risitas

-Pero... ¿tiene que venir Sollux?- dije con cara de desacuerdo. Realmente no quería que viniera, seguro que se pasaría toda la fiesta con el móvil y no quiero quedar como un impresentable por su culpa. Ella rio

-Sé que no os lleváis muy bien, pero no quiero que se quede solo en casa...-

-Está bien... ¿a qué hora es?- le pregunté

-10pm, en mi casa, está justo delante del parque, a diez minutos a pie desde la cafetería- sabía dónde se refería, era una casa bastante grande que tenía un jardín muy bien cuidado

-Muy bien allí estaremos- le dije

-¿Entonces vais a venir?-

-Sí claro, ¿por qué no?-

-¡Qué bien! ¡Muchas gracias! ¡Hasta la noche!- se despidió

Cuando terminé mi turno y volví a casa, intenté relajarme un poco con el móvil. Habían sido días de mucho jaleo y la verdad es que me gustaba tomarme mi tiempo de vez en cuando. Recordé todo lo hablado con Feferi:

-Oye, Sol-

-¿Qué?- estaba sentado en el sofá como siempre

-Esta noche nos han invitado a una fiesta a las 10 pm, ¿vendrás?-

-¿Una fiesta? ¿De quién?-

-De mi compañera de trabajo, su hermana para ser precisos, me ha dicho que si nos animábamos a venir ya que si no ella estaría rodeada de extraños-

-Ya veo... yo no soy muy fan de las fiestas, pero... vale, iré...-

-Creí que ibas a declinar la oferta... como siempre...-

-No soy tan amargado como tú, ED-

-¿¡Yo soy amargado!? ¡El sofá debe tener la forma de tu puto trasero!-

-¿¡Y eso que tiene que ver con que sea un amargado!?-

-¡Pues que siempre haces lo mismo! ¿¡Has buscado trabajo siquiera!?-

-¡Para tu información, he colgado un anuncio en internet!-

-¡Eso no es un trabajo!-

-¡Sí lo es!-

Al final nos enfadamos de nuevo... ¿estaba este tipo de relación considerado convivencia? Después de encerrarme en la habitación pensé que eso de la fiesta no era tan buena idea como creí en un principio. Invitar a Sol es mala idea, puesto que él teme por su heterocromía. Sus ojos de distinto color atraen a la gente y la verdad es que a Sol le pone muy nervioso ese tipo de cosas.

Debería haberlo pensado antes pero... entonces... ¿por qué había dicho que iría? No creo que fuera por ganas de ir a la fiesta y él no conocía a nadie de por allí. ¿Qué es lo que le había hecho aceptar la oferta?

Salí de la habitación unas horas más tarde para preguntárselo, pero... no estaba. Sol no estaba, ¿Dónde habría ido? No había dejado su portátil en la mesa, eso significaba que se iba un rato largo pero... era extraño... algo en Sol estaba mal y de seguro estaba relacionado con la fiesta.

Decidí tranquilizarme y comentarlo más tarde. Me dispuse a hacer la comida y entonces vi una nota que supuse que había dejado antes de irse:

"ED me tengo que ir, no me esperes a la comida, comeré en algún sitio. Sollux"

Rectifiqué mis pensamientos, Sol no estaba raro, estaba muy raro. Al final, comí solo... pero, la comida no me sabía igual. Era muy extraño, por primera vez en mucho tiempo me sentía... ¿solo? En realidad no, yo siempre me había sentido solo pero... creo que hacía mucho tiempo que no me sentía así.

Cuando terminé decidí sentarme en el sofá y a engancharme de nuevo en el móvil. Joder, me sentía verdaderamente solo pero... ¿esto era por él? ¿Por ese impresentable de Sollux? ¿Qué me pasaba? No lo entendía. Entré en Whatsapp y miré mis conversaciones recientes: Sollux, Cronus, Feferi, Aradia... entré en la de Sol. Todo eran insultos, pero de alguna manera... me hacían sentir raro. Oír ese seseo tan característico de Sol diciendo "Serás capullo" o cosas así. Rompí a llorar, ¿Por qué siempre arruinaba todo? ¿Por qué no podía tener la boca callada? ¿Era acaso tan complicado para mí tener al menos un amigo?

Desde que Sollux me encontró en la calle ese día siento como que puedo tener una vida lejos de mi padre. Hacía mucho tiempo que no sentía como si pudiera tener un trabajo, una casa y si todo iba bien también quería unos estudios. Pero siempre se destruía todo:

La puerta del piso se abrió demasiado rápido que ni yo mismo pude alzar la mirada para ver de quien se trataba antes de que esa misma puerta se cerrara. Era Sol, había vuelto:

-Ya estoy en ca... ¿Eridan?- se sorprendió al verme, yo estaba paralizado- ¿Eridan estabas llorando?- mierda, las lágrimas, no las había limpiado

-¿Qué? ¿Eh? ¡No, era solo que... emm... he bostezado muy fuerte!- Premio a la mejor excusa 2016, Eridan.

-Ya claro y yo me llamo Princesa Daisy- dijo con una cara tan seria que daba hasta miedo- Oye, ED, sé que nos peleamos por todo y que soy un poco hijo de puta contigo pero... si algo pasa puedes contármelo... sé cómo es tu padre y si...- se estaba equivocando

-No estaba llorando por mi padre...- le dije

-¿Entonces por qué?- ¿Realmente le interesaba? ¿Debería decírselo?

-Creí... que te habías ido... para siempre- dije y Sol estalló a reír

-E-enserio jajajajajajajajaja, qué bueno jajajaja- Me enfadé mucho, muchísimo. Me levanté del sofá:

-Sabía que no debería habértelo contado...- caminé hacia la habitación, me encerraría y no saldría hasta... no sé hasta que me muera quizá.

-Espera, Eridan- Sol tomó mi mano y mi pecho se encendió- Lo siento, no quería reírme, era solo que me pareció ridículo que lloraras por eso- me giré hacia él

-¿Ridículo?-

-Tío, este es mi único hogar además, mientras mi padre no ronde por aquí cerca no tengo razones para marcharme-

-Pero yo creí que... lo de la fiesta...- hice una pausa

-¿Qué pasa con la fiesta?-

-Tus ojos... me dijiste que siempre habían atraído a la gente y que lo detestabas... siempre llevas gafas de sol por eso, pero en la fiesta no las podrás llevar y... pensé que te habías enfadado porque tendrías que soportar que todo el mundo se fijara en ti y eso...-

-¿Ves ahora porqué me rio?- contestó- Te has estado preocupando por mi demasiado, voy a llevar mis gafas a la fiesta, si eso diré que tengo problemas en la vista y ya, no va a pasar nada además que tengo ganas de ir-

-Pero entonces... ¿Por qué te has marchado?-

-Oh, una persona ha llamado por el anuncio que colgué en Internet, me ha dado ochenta pavos si le arreglaba el PC-

-Oh, ya veo... todo ha sido un malentendido- dije más tranquilo- Siento haber dicho que eso del anuncio no era un trabajo

-No te preocupes-

-Esto... emm ¿Sol?-

-Dime-

-¿Podrías soltar ya mi mano?- el muy idiota no la había soltado en todo este tiempo

-¡Ahí va! ¡Lo siento!- la soltó de sopetón

-No es nada-

Ambos quedamos sonrojados durante unos segundos.

En el siguiente capítulo tendré que hacer algunas aclaraciones sobre algún acontecimiento, os iré informando pero por si acaso; cada vez que ponga "N/A:" significará literalmente, Nota de la Autora y os informaré sobre esos pequeños comentarios